ZABALE (Aduna)
La historia del caserío puede -de alguna forma- ser
representativa de la de otros muchos caseríos guipuzcoanos. La
explotación agraria propiamente dicha poseía a mediados del siglo XX una
notable extensión de terreno y
tres edificios: Zabale (distribuido en dos viviendas), Azpilikueta y
Zabalberri, todos ellos ocupados por familias arrendatarias de viviendas y de
una
parte de los terrenos.
Haciendo uso de los derechos que les reconocía la
ley, dos de los arrendatarios accedieron a la propiedad de las tierras
y caseríos que tenían arrendados (Zabale II y Azpilikueta). Los otros
dos (Zabale I y Zabalberri) abandonaron renunciaron al arrendamiento.
Muerta la propietaria de la finca matriz, las tierras restantes fueron
segregadas en dos fincas, adjudicándose cada una de ellas a un
descendiente, que continuaron la explotación forestal.
Al morir uno de los propietarios sin descendencia, sus tres
sobrinos heredaron pro-indiviso las tierras y la única
vivienda en pie que seguía incorporada a la finca (Zabale I, que
corresponde a la fotografía ). Dado el
precario estado de la edificación, procedieron a la venta de la
citada vivienda junto con algunos terrenos. Los nuevos propietarios
rehabilitaron el edificio.
Las fincas matrices continúan actualmente con la explotación
forestal iniciada en la década de 1950, pero no se realizan en ellas nuevas plantaciones por la falta
de tradición agraria de los propietarios y por no ofrecer rentabilidad.
Fotografía: JAS, junio 2006
Lugar: Aduna (Gipuzkoa).
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