EL CAMPO ATRINCHERADO DE OIARTZUN

©Juan Antonio Saez García

1 EL CAMPO ATRINCHERADO DE OIARTZUN EN EL CONTEXTO DE LA DEFENSA PIRENAICA

Finalizada en 1876 la III Guerra carlista, las autoridades militares españolas estimaron conveniente la formulación de un plan de defensa de la frontera francesa en los Pirineos centrales y occidentales. Su redacción fue encomendada [1] a una comisión de Jefes del Cuerpo de Ingenieros bajo la presidencia del Director General del Cuerpo.

 

Fig. n.1

 

Concluidos los estudios y reconocimientos preliminares, la citada Comisión presentó una detallada Memoria sobre los trabajos realizados (aprobada por R. O. de 26 de julio de 1877). En ella se estudiaban los pasos del Pirineo, señalándose de forma precisa los puntos que debían ser fortificados de forma permanente o provisional y las modificaciones que, a juicio de la Comisión, se debían introducir en las defensas existentes, las fuerzas militares que tendrían que operar en cada zona en caso de conflicto, las guarniciones de cada fortificación, su armamento y cuantas informaciones podrían ser de utilidad para facilitar la posterior redacción de los proyectos definitivos de las fortificaciones propuestas:

Un fuerte en el monte San Marcos, cuyo primer anteproyecto fue redactado por el Comandante de Ingenieros de San Sebastián, Pedro Lorente, en 1878. No considerándose satisfactorio, fueron redactados sucesivamente otros anteproyectos por parte de Juan Roca (1879, reformado en 1881) y José Brandís (febrero de 1884).

  • Los fuertes de Txoritokieta.

  • La batería de Arkale.

  • Las defensas se continuaban hacia el este mediante:

  • Los atrincheramientos de Trepada, Urkabe y Jaizkibel.

  • Los fuertes de San Cristóbal, de Mendillorri, del Príncipe y la reforma de la Plaza y ciudadela de Pamplona.

  • Obras en el Baztán, formadas por obras de campaña en Irurita y puerto de Belate.

En los Pirineos centrales la Comisión propuso que la plaza de Jaca se convirtiera en centro de maniobras, reforzando su ciudadela y ejecutando los fuertes de Rapitán y del monte Asieso (Jaca).

Como obras avanzadas del núcleo jacetano se proponen las siguientes fortificaciones:

  • Fuerte de Coll de Ladrones (Canfranc).

  • Batería de la Sagüeta (Canfranc)

  • Dos torres en la carretera de Francia entre Canfranc y la frontera.

  • Fuerte de Santa Elena (Biescas) para la defensa del valle de Tena.

Otra comisión de Jefes de Ingenieros fue nombrada por R. O. de 9 de septiembre de 1880 para el estudio de la defensa de los Pirineos orientales, centrada en las plazas de Barcelona y Figueras. En torno a esta última se propone la creación de un gran campo atrincherado formado por cinco o seis fuertes de gran importancia cuyo núcleo sería la fortaleza de San Fernando (Figueras).

En 1880 se formó la Comisión para la defensa militar del País Vasconavarro (1880) y al año siguiente la Junta de Defensa General del Reino [2] (1881), que acabó diseñando un centenar de fortificaciones, cuya construcción resultó imposible de abordar desde el punto de vista económico [3]

En la sesión celebrada por la citada Junta de Defensa el 29 de marzo de 1882 se discutía todavía sobre la conveniencia de encomendar la defensa de la frontera francesa en las proximidades de Oyarzun a los fuertes de San Marcos (ya en obras), Pagogaña y Gaintxurizketa. Las discusiones en su seno provocarán el incremento del número de fuertes necesarios y la modificación de su ubicación, de forma que, ya avanzado el proceso de diseño de la defensa de la frontera con Francia, las instrucciones emanadas de la Junta con relación a la posición Oyarzun decían así:

 

Oyarzun= esta posición tiene por objeto cerrar el paso de Irún, sostenida a su retaguardia por San Marcos y comprende los fuertes siguientes:

1º El de Andorregui en el collado divisorio de aguas entre el río fronterizo Bidasoa y el Oyarzun.

2º En Gainchurizquieta en la misma situación.

3º En Nuestra Señora de Guadalupe en la extremidad del Jaizquibel.

4º En San Marcial sobre Irún, al final de la estribación que desciende de las Peñas del Monte Aya bordeando el Bidasoa.

5º En Pagogaña, dominando el desfiladero de Endarlaza.

Hechos los oportunos reconocimientos se procederá a redactar los anteproyectos generales relativos a cada posición, introduciendo las modificaciones que se creyesen necesarias a consecuencia de los estudios hechos en la localidad y que exijan sus condiciones topográficas, fundando en su Memoria las causas que las exigiesen y consultándolas al remitir el citado anteproyecto.

 

 

En esta coyuntura, el Coronel Antonio Rogí y el Teniente coronel Francisco Roldán fueron comisionados [4] para realizar el estudio de la defensa del Pirineo Occidental [5], siguiendo las especificaciones contenidas en el Plan Defensivo del Reino y contando con la colaboración de una serie de oficiales nombrados anualmente al efecto [6]

Los trabajos se dividieron en cuatro campañas. Las dos primeras centradas en el territorio guipuzcoano. La primera (R. O. de 3 de julio de 1884) se extendió temporalmente entre el 17 de julio y el 12 de septiembre de 1884 y en ella se verificó:

  • Estudio de las obras del fuerte de San Marcos, realizando las propuestas que sobre él estimaron oportunas, teniendo en cuenta que ya no se trataba de un fuerte más o menos aislado, sino que tenía que integrarse en un conjunto de fortificaciones.

  • Constatación de las necesidades para la defensa del puerto de Pasajes y redacción del anteproyecto de las mismas. Constaban de dos baterías en la entrada del puerto, así como de la reforma del castillo de Santa Isabel y de dos fuertes construidos en la guerra carlista: Almirante (Ulía) y Lord John Hay (Jaizkibel), además de otras fortificaciones de campaña [7]

  • Estudio de la posición Txoritokieta y redacción de su anteproyecto.

  • Estudio general de la posición Oyarzun, situando el lugar donde debían levantarse las fortificaciones de la 1ª línea, de acuerdo con lo consignado por la Junta de Defensa. Para ello contaban con la autorización para realizar modificaciones, siempre y cuando las justificasen adecuadamente en la Memoria final. Las posiciones elegidas inicialmente por la Comisión fueron:

      • Nuestra Señora de Guadalupe.
      • Peñas de Arcale (en lugar de las de Gaintxurizketa y Andorregui indicadas por la Junta).
      • Punto intermedio entre Peñas de Arcale y Peñas de Aya (nueva posición no contemplada por la Junta).
      • Pagogaña.
      • San Marcial
      • San Enrique (Jaizkibel), posición que tampoco estaba contemplada por la Junta de Defensa, pero que además de cubrir un amplio territorio, con sus fuegos impediría la toma por parte del enemigo de una posición que dominaba el fuerte de Guadalupe a corta distancia. De esta fortificación se presentó el anteproyecto de reforma del fuerte que ocupó la posición en la 3ª guerra carlista.

Las conclusiones de la primera campaña fueron plasmadas en una Memoria titulada 1ª parte del anteproyecto general del Campo atrincherado de Oyarzun que fue aprobada por R. O. de fecha 3 de julio de 1885.

La segunda campaña de la Comisión (Real Orden de 3 de julio de 1885) discurrió entre el 10 de julio y 8 de octubre de 1885, procediendo a verificar el diseño final de la defensa del Pirineo en Guipúzcoa, formalizada en cuatro líneas defensivas:

  • Primera línea: fuertes de Guadalupe, San Marcial, Erlaitz (que sustituyó a Pagogaña), San Enrique, Arkale y Belitz (que fue la posición elegida entre Arcale y Peña de Aya). A estos fuertes se añadían 9 atrincheramientos que se levantarían una vez comenzadas las operaciones bélicas.

  • Segunda línea: fuertes de San Marcos, Txoritokieta, Ametzagaña, Biandiz, las baterías a izquierda y derecha del puerto de Pasajes, el castillo de Santa Isabel, los antiguos fuertes de Lord Jhon Hay y de Almirante, así como los atrincheramientos de Zaria, Martosenie y Usaturieta.

  • Tercera Línea: Castillo de la Mota (San Sebastián), San Antón (Guetaria), Oriamendi, Santa Bárbara (Hernani), atrincheramientos de los montes Buruntza, Hernio, Mendizorrotz y la línea del Oria.

  • Cuarta línea: Loizate, Zubieta y Velate, en unión de 17 atrincheramientos de campaña.

Prescindiendo de los atrincheramientos menores y de las fortificaciones de la guerra carlista (la mayor parte en pésimo estado) la propuesta quedó en la práctica simplificada a ocho fuertes. La primera línea formaba un arco en torno a Oiartzun, Hondarribia e Irún mediante los fuertes de Guadalupe, S. Enrique, Arkale, Belitz, Erlaitz y San Marcial. De ellos Guadalupe, San Marcial y Erlaitz serían los más avanzados y cercanos a Francia. Una segunda línea retrasada de fuertes se establecería con los de San Marcos y Txoritokieta, que podrían ser utilizados en la defensa de San Sebastián y del puerto de Pasajes.

De ellos fueron redactados anteproyectos para Guadalupe, San Marcial, Erlaitz, Arkale, Belitz, San Marcos, Txoritokieta, baterías del acceso al puerto de Pasajes y anteproyectos de reforma del castillo de Sta. Isabel y de los fuertes de San Enrique [8] y Almirante.

Problemas económicos y la obsolescencia de los proyectos provocaron que sólo se llegaran a levantar los de San Marcos (1888), Txoritokieta (1890) y Guadalupe (1900), iniciándose las obras de Erlaitz.

La Comisión determinó también la red de caminos y de tendidos telegráficos cuyo estudio y construcción consideró conveniente, así como los principales puntos que debían ser provistos de fortificaciones de campaña cuando llegara el caso.

La Memoria presentada sobre la segunda campaña de trabajo fue también aprobada por R. O. de 9 de marzo de 1887, mientras que los anteproyectos de algunos de los fuertes mencionados lo habían sido con anterioridad.

Durante las siguientes campañas la Comisión prolongó sus trabajos hacia el este. La tercera (1886) al mando de Roldán (por indisposición de Rogí) y la cuarta (1887) al mando de Rogí por imposibilidad de Roldán de participar en la misma. En estos dos años la Comisión se limitó a elegir las posiciones que era necesario fortificar, a levantar los planos del terreno inmediato y a recabar todo tipo de información necesaria para la futura realización de los anteproyectos (tipo de sustrato rocoso, accesos a las posiciones, etc.), pero sin llegar a redactarlos. Esta diferencia de tratamiento con relación a los fuertes del Campo atrincherado de Oyarzun fue debida a que estando consideradas las posiciones como las últimas a fortificar [9] y dadas las reducidas disponibilidades económicas del erario público, se estimó que las obras comenzarían a largo plazo. Por ello y por que siendo el final del s. XIX un periodo de tiempo en el que se estaban produciendo grandes avances en la Artillería y en la Fortificación, se estimó con acierto que los anteproyectos quedarían anticuados para cuando llegase el momento de ejecutarlos [10]

Al conjunto de las fortificaciones previstas en el entorno de Oyarzun comenzó a ser denominado "Campo atrincherado de Oyarzun", oficializándose de alguna forma tal caracterización en la Real Orden de 10 de enero de 1886 por la que se aprobó el Plan de Defensa. Los informes de la Junta de Defensa prescindieron en algún momento [11]de tal término por considerar que el espacio protegido por los fuertes era demasiado pequeño como para que pudieran maniobrar en él las tropas requeridas por un verdadero campo atrincherado.

Los campos atrincherados pueden definirse como territorios en cuyas posiciones dominantes están establecidas fortificaciones permanentes (fuertes) capaces de flanquearse mutuamente (la distancia entre ellos será inferior al alcance de su artillería) y de apoyar a los efectivos militares que maniobran en sus inmediaciones. Por lo general tienen a su servicio un conjunto de instalaciones centralizadas: hospital militar, depósito general de municiones, cuarteles, parque de artillería, red de comunicaciones, etc.

Este cambio en el planteamiento de la defensa territorial fue motivado por los avances técnicos experimentados por la Artillería, vinculados especialmente al mayor alcance y exactitud de tiro aportados por las piezas dotadas de ánima rayada. De hecho, en 1864 fueron derribadas las murallas de San Sebastián a causa de su ineficacia y del obstáculo que suponían para el desarrollo urbano de la ciudad, mientras que los pequeños fuertes que liberales y carlistas levantaron en torno a San Sebastián participaban ya del concepto estratégico de campo atrincherado.

La Comisión de Defensas del Reino recibió el encargo (R. D. de 27 de septiembre de 1890) de examinar los planes de fortificación ya expuestos con el objeto de reducir su coste, proponiendo únicamente la ejecución de aquellas que fueran de absoluta necesidad para constituir un primer grado de defensa de las fronteras terrestres y marítimas. La Comisión no terminó sus trabajos, ya que fue disuelta en 1892, pasando sus antecedentes [12] a la Junta Consultiva de Guerra.

Con relación a la posición Oiarzun, la citada Comisión juzgó que se trataba sencillamente de una posición táctica de combate destinada a cerrar la entrada por Irun y que en ningún concepto debía ser considerada ni organizada como un campo atrincherado [13]. La nueva formulación para la posición Oyarzun aprobada por la Comisión de Defensas del Reino (12 julio 1891) y por la Junta Consultiva de Guerra (1 noviembre 1894) estaría constituida por:

  • Los fuertes permanentes de Guadalupe, Erlaitz, Arcale, San Marcos, Txoritokieta y Biandiz.

  • Las obras de campaña o semipermanentes, que debían dejarse para posterior ejecución de Belitz, Zaria y Hernio

  • Las obras antiguas existentes: San Enrique, San Marcial, Lord Jhon Hay, Almirante, Ametzagaña, Urgull, Igueldo, Mendizorrotz, Oriamendi, Santa Bárbara, Pagogaña y San Antón, que debían ser conservadas y mejoradas, pero sin que el erario público tuviese que realizar grandes sacrificios para ello.

  • Diversos atrincheramientos que tendrían que ser levantados en el transcurso de las operaciones militares.

 

Fuertes proyectados - Campo Atrincherado de Oiartzun [14]

 

Fuerte[15]

 

Cota

Nº piezas de Artillería [16]

 

Guarnición

 

Observaciones

Máxima [17]

de seguridad [18]

San Marcos

271

27

19

250

Terminado en 1888

Txoritokieta

310

7

6

60

Terminado en 1890

Guadalupe

210

60

47

600

Terminado en 1900

Erlaitz

508

20

13

311

Anteproyecto 1887

Proyecto no aprobado

Belitz

500

20

13

300

Anteproyecto 1887

Arkale

268

34

17

200

Anteproyecto 1887

S. Enrique

547

6

6

60

Anteproyecto 1884(?)

San Marcial

218

39

16

200

Anteproyecto 1887

Total

217

119

1.981

 

 

La estructura de los fuertes del Campo Atrincherado de Oiartzun es todavía parecida a la que caracterizó a las fortificaciones levantadas en Francia entre 1874 y 1885 por el ingeniero francés Raymond Séré de Rivières (1815-1885). A pesar de las grandes innovaciones que incorporaron, su técnica constructiva y diseño cayeron muy pronto en la obsolescencia.

Los fuertes de este tipo fueron pensados y ubicados en función de las características que poseía la artillería propia y la del enemigo en una coyuntura tecnológica concreta. Al producirse una rápida mejora en el alcance, movilidad, exactitud y munición, la mayor parte de las piezas de artillería instaladas al aire libre (protegidas únicamente por parapetos y traveses) o en las casamatas, se convirtieron en fácil blanco para las nuevas y cada vez mas poderosas granadas-torpedo (1885). A ello habría que unir el aumento de la velocidad de tiro como consecuencia de la generalización de la carga por la culata (hasta entonces se cargaban por la boca) y, más tarde, de la aparición de los cañones de tiro rápido. Un nuevo aumento del alcance fue consecuencia del empleo de pólvoras sin humo en las cargas de proyección. La mejora de los materiales artilleros se centró en la utilización del acero en sustitución del hierro y del bronce. Por otra parte, la aviación militar entra en escena en 1911, haciendo todavía más vulnerable este tipo de fortificación.

La sustitución de las caponeras por cofres de contraescarpa, el empleo masivo de hormigón especial (h. 1895), de hormigón armado [19] (h. 1910), de las torretas giratorias eclipsables y campanas metálicas (muy extendidas en Europa para 1900), la dispersión de las baterías (caso de los festen alemanes) y el "soterramiento" (línea Maginot, 1932-1944) fueron las soluciones aplicadas en las fortificaciones de otros países europeos que no tuvieron ya equivalentes en Guipúzcoa. Y no lo tuvieron porque las Juntas militares o mandos encargados de aprobar o informar los proyectos no estuvieron de acuerdo con ellos, bien por considerar arriesgado apostar por nuevas técnicas de construcción, bien porque desbordaban los escasos presupuestos adjudicados a fortificación [20]

 

NOTAS

1 Reales órdenes de 29 de julio y de 4 de septiembre de 1876.

2 Formada por los generales Juan de Dios Córdova y Govantes, José Gómez Arteche, Ángel Rodríguez de Quijano y Arroquia, José Rivera y Fuells, y Antonio Daban y Ramírez, bajo la presidencia por del general Carlos García de Tassara

3 En torno a Gerona, por ejemplo, se pensó en levantar nada menos que 24 fortificaciones, aunque sólo llegó a construirse una.

4 Rogí había sido nombrado (R. O. de 29-10-1883) vocal de la Junta Especial del Cuerpo de Ingenieros y Jefe del Depósito Topográfico. Roldán era Secretario de Junta Especial del Cuerpo de Ingenieros (R. O. 20-12-1883).

5 Por R. O. de 27 de junio de 1886 se nombró otra Comisión que tenía como fin el estudio de la defensa de los Pirineos Centrales y por medio de R. O. de fecha 7 de abril de 1884 otra similar con relación al campo atrincherado de Gerona.

6 Entre ellos cabe mencionar a los capitanes de Ingenieros Peralta, Arnau, Patiño y Roca (que años más tarde ostentó la Comandancia de Ingenieros de San Sebastián).

7 Véase: SAEZ GARCIA, j. a.. Proyectos de fortificación del puerto de Pasaia (Pasajes) en los últimos años del siglo XIX. - En:Itsas Memoria. Revista de Estudios Marítimos del País Vasco / Untzi Museoa-Museo Naval, Donostia-San Sebastián, 2006, pp. 467-486.

8 Es cierto que en algunos documentos puede leerse alguna expresión que indica la existencia de un anteproyecto (Por ejemplo en el acta de 28 de mayo de 1885 de la Junta Especial de Ingenieros se dice "...de la primera línea se formó el anteproyecto del fuerte Enrique en Jaizquibel..."). Pero lo cierto es que no se ha encontrado físicamente el documento junto al resto de anteproyectos, ni tampoco aparece consignado el anteproyecto de este fuerte en informes de fortificación donde sí lo son el resto de los citados.

9 Se dio preferencia a las de los campos atrincherados de Pamplona, Jaca y Lérida.

10 La memoria correspondiente al último año (1887) fue aprobada en la sesión de 13 de octubre de 1890 por la Junta de Jefes. (l Informe del ponente relativo al expediente de estudio de defensa en los Pirineos Occidentales. Archivo General Militar de Segovia (AGMS) 3ª / 3ª / leg. 124).

11 En la sesión n. 97 celebrada el 9 de mayo de 1884 por la Junta de Defensa General del Reino, el General Ángel Rodríguez de Quijano y Arroquia utilizó la denominación de "Campo Atrincherado de Oyarzun". El General José Gómez Arteche al respecto afirmará que "... Oyarzun solo puede considerarse como fuerte-barrera...". No obstante, en todos los anteproyectos y otra documentación de la Comisión aparecerá muy claramente la expresión de "campo atrincherado".

12 El Coronel Roldán publico en el Memorial de Ingenieros del año 1897 un extracto de los trabajos de la citada Comisión bajo el título "Estudio estratégico de la Península Ibérica desde el punto de vista del Ingeniero".

13 A pesar de lo afirmado, la posición Oyarzun continuó denominándose oficiosamente Campo atrincherado de Oyarzun y, de hecho, el general jefe del 6º Cuerpo de Ejército manifestaba en un oficio que:"... por rutina o por no haberse ordenado terminantemente lo contrario se sigue llamando Campo Atrincherado a la Posición Barrera de Oyarzun, y como esto no es conveniente... se prevenga a las autoridades de San Sebastián rectifiquen el nombre para lo sucesivo...".

14 No están incluidas las defensas del puerto de Pasajes:2 baterías en la embocadura del canal de entrada y reformas del castillo de Sta. Isabel y de los fuertes de Lord Jhon Hay y del Almirante

15 La grafía utilizada en el nombre de los fuertes corresponde a la utilizada en la documentación original.

16 No se ha tenido en cuenta la artillería que podría acomodarse en las baterías auxiliares ni la artillería de pequeño calibre y las ametralladoras destinadas al flanqueo de los fosos. Se ha tomado para esta tabla el artillado indicado en la Memoria descriptiva del Plano del Campo Atrincherado de Oyarzuz (Cartoteca Histórica del Servicio Geográfico del Ejército (C-63, n. 10 bis).

17 Según indican los proyectos o anteproyectos.

18 No se ha tenido en cuenta la artillería que podría acomodarse en las baterías auxiliares ni la artillería de pequeño calibre y las ametralladoras destinadas al flanqueo de los fosos. Se ha tomado para esta tabla el artillado indicado en la Memoria descriptiva del Plano del Campo Atrincherado de Oyarzuz (Cartoteca Histórica del Servicio Geográfico del Ejército (C-63, n. 10 bis).

19 El blindaje de los órganos esenciales de los fuertes del Campo Atrincherado de Oiartzun estuvo compuesto por bóvedas de hormigón no armado con espesores comprendidos entre 1 y 2 m. Hacia 1930 eran ya necesarias cubiertas de hormigón armado (cuya resistencia es el doble que la del no armado) del orden de 1,5 m de grueso para resistir un impacto de un proyectil de 15 cm y de 3,5 m para evitar la destrucción por parte de los proyectiles de las nuevas piezas de 42 cm.

20 Por ejemplo, uno de los anteproyectos de San Marcos contempló la utilización de cofres de contraescarpa en el flanqueo del foso en sustitución de las caponeras. En el primer anteproyecto de Arcale se apostó por la utilización masiva del hormigón y la utilización de  torretas giratorias, etc.