Plaiaundi

Parque ecológico de Playaundi. Al fondo Hondarribia (Fuenterrabía)

COMARCA DEL BAJO BIDASOA (Bidasoa Beherea)

Es la comarca guipuzcoana de  menor extensión (71,6 Km2), circunstancia que facilita la observación de la misma en toda su amplitud desde alguna de las privilegiadas atalayas con que cuenta en su territorio. Es también la comarca más oriental de Gipuzkoa. Limita al norte con el mar, al este con Francia, al sur con Navarra y al oeste con la comarca de San Sebastián.

Pueden diferenciarse en ella tres unidades morfoestructurales: al norte, la Cadena Terciaria Costera; al sur, el Macizo Paleozóico de Cinco Villas y, entre ambas, el Corredor Irún-San Sebastián.

La Cadena Terciaria Costera es una alineación montañosa de dirección general Este-Oeste. El Jaizkibel constituye su extremo occidental, prolongándose hacia el oeste por los montes Ulía, Urgull, Igeldo... hasta Zumaia. La altitud media del Jaizkibel es de unos 400 m., pero el punto más elevado es S. Enrique (547 m.), justo en el límite occidental de la comarca.

Nos encontramos ante un relieve monoclinal constituido por potentes bancos de areniscas cuarzosas eocenas de color gris azulado y cemento calcáreo. La vertiente septentrional, bañada por el mar, presenta pendientes suaves en su extremo oriental que se hacen más pronunciadas hacia el oeste. La vertiente meridional desciende rápidamente mediante un escarpe de unos 300 m. hacia el denominado Corredor costero, excavado a expensas de un flysch margoso relativamente blando. 

El corredor costero limita por el sur con el macizo paleozóico de Cinco Villas. Su altitud media es de unos 600 m. Destacan en él las Peñas de Aia (830 m.), única presencia de granito en la Comunidad Autónoma. El resto de los materiales son pizarras, conglomerados y areniscas. Separados de la masa principal se encuentran los macizos satélites de San Narciso y de San Marcial, avanzados sobre el corredor.

El río Bidasoa constituye la frontera natural de la comarca y de Gipuzkoa con Francia. Desemboca en la Bahía de Txingudi tras un recorrido de 66 Km., realizado mayoritariamente por tierras navarras. Antes de llegar a la bahía da origen, en interacción con las aguas marinas, a una zona de marismas cuya extensión ha retrocedido de forma considerable con el paso del tiempo. Sus dos afluentes más importantes dentro de la comarca son el Errolasarko y el Jaizubia.

La acción antrópica y los incendios forestales han propiciado que la ladera N. del Jaizkibel y la zona más elevada de la sur estén pobladas por brezos (Calluna Vulgaris, Erica cinersa, Erica Vagans, Daboecia cantábrica), argoma (Ilex gallii), helecho (Pteridium aquilium), algunos bosquetes de robles (Quercus pedunculata) y plantaciones de coníferas (pinus insignis y, en menor medida, pinus pinaster). La parte más baja de la vertiente sur y el Corredor están ocupados por prados y algunas huertas. Al sur, en Cinco Villas, encontramos plantaciones de coníferas en las zonas más bajas y robles en las más altas.

Restos de alisedas (Alnus glutinosa) perviven en las riberas de algunos riachuelos. Carrizales (Phragmites australis) y una pequeña parte de las antiguas marismas han logrado sobrevivir entre los puentes internacionales de Behobia y de Hendaya. Son las islas de Santiago Aurrera, Kalera  e Iru-kanale. Tanto la zona de Peñas de Aia como los espacios marismeños y las inmediaciones de la bahía de Txingudi constituyen espacios naturales de interés naturalístico.

El Bajo Bidasoa está conformado únicamente por dos municipios: Irún (55.241 hab.), segundo municipio más poblado tras la capital guipuzcoana, y Hondarribia (14.818 hab.). El primero ocupa la zona interior de la comarca y el segundo las proximidades de la bahía. Los núcleos urbanos de ambos municipios forman prácticamente un continuo urbanizado que lidera una subárea funcional dependiente de San Sebastián.

La proximidad de Francia condicionó que parte de la actividad económica de la comarca girase en torno a la burocracia aduanera y a las diversas infraestructuras viarias que la atraviesan: la autopista A-8 (Bilbao-Behobia) y la carretera radial N-I (Madrid-Irún) que se continúan  hacia París. La carretera comarcal N-121  comunica el Bajo Bidasoa con Navarra y facilita la gran relación existente entre el Bajo Bidasoa y los municipios navarros del noroeste.

Las comunicaciones ferroviarias están servidas por una importante estación ferroviaria en Irún, que se continúa al otro lado de la frontera en la de Hendaya. Un ferrocarril de vía métrica, dependiente de los Ferrocarriles Vascos, une San Sebastián con Hendaya. Se trata del popular Topo.  A ellos es probable que se sume en fecha no muy lejana el trazado del Tren de Alta Velocidad

El panorama de las infraestructuras de transporte se completa con el aeropuerto construido a finales de los años cincuenta en las proximidades de Hondarribia. Dispone de una única pista de reducidas dimensiones y difícil ampliación que discurre sobre terrenos ganados al mar. El tráfico que soporta -en torno a los 125.000 pasajeros anuales- se limita a vuelos regulares a Madrid y Barcelona, pues cercanos aeropuertos mejor dotados -Biarritz, Sondika, Foronda- atraen con ventaja a los vuelos charter e internacionales. La competencia del tren de alta velocidad en distancias cortas y medias obligará con toda seguridad a replantear su futuro. A la espera de ese momento se han tratado de potenciar sus instalaciones mediante el aumento de la capacidad de los reactores que le dan servicio y la mejora de sus prestaciones técnicas.

La adhesión española a la Unión Europea y la supresión de fronteras derivada de la misma supuso una modificación importante en los trámites aduaneros necesarios para el paso de mercancías. Ello provocó en su momento una pérdida de empleo en la comarca que los poderes públicos han tratado de compensar mediante diversas iniciativas (Bidasoa Activa, puerto deportivo, ZAISA, Feria de Muestras, etc). Los trabajadores del sector terciario constituyen a pesar de ello el 60% de la población ocupada, porcentaje que solo es superado en la comarca de San Sebastián.

Hondarribia es una ciudad con vocación turística. Entre sus alicientes destacan los restos de su antigua función militar, el casco antiguo y la playa. El número de plazas hoteleras que ofrece es escaso -unas 200-, pero consigue atraer a gran número de visitantes, constituyendo durante el verano un punto obligado de visita tanto para los turistas como para los habitantes de las comarcas circundantes. Es de subrayar igualmente el elevado número de residencias secundarias existente (1.374).

Sobre Irún gravita comercialmente la zona limítrofe de Navarra. Cuando la coyuntura monetaria es favorable, la oferta comercial irunesa es atractiva para los habitantes del otro lado de la frontera. El cambio de aquella puede hacer que muchos guipuzcoanos frecuenten el comercio de Hendaya, San Juan de Luz, Bayona o Biarritz. Irún es cabeza de Partido judicial, disponiendo de cuatro juzgados de Primera instancia e Instrucción. Un hospital comarcal sirve a las necesidades de la zona.

La población que trabaja en la industria supone aproximadamente el 26% de la población ocupada, no obstante es preciso tener en cuenta que parte de estos trabajadores lo hacen en establecimientos situados fuera de la comarca. En ella se asientan una sesentena de establecimientos con más de nueve empleados en los que trabajan en torno a 3.000 personas.

En el sector primario trabajaba en el año 1991 el 3,6% de la población ocupada. En el Censo agrario de 1999 fueron contabilizadas un total de 714 explotaciones agrarias a las que estaban adscritas 5.099 Ha.

Las dedicaciones predominantes de las tierras incluidas en explotaciones agrarias son la forestal (40%) y los prados (40%), estos últimos destinados a alimentar una cabaña ganadera formada por aproximadamente dos millares de bovinos y cerca de tres millares de cabezas ovinas. Los titulares de las explotaciones u otras personas que trabajan en ellas lo hacen frecuentemente a tiempo parcial, compatibilizando la actividad agraria con otra en los sectores secundario o terciario.

El puerto de Hondarribia -situado en la bahía, al abrigo del Jaizkibel- es el puerto pesquero de bajura más importante de Gipuzkoa y segundo -tras Ondárroa- de la costa vasca. Cuenta con 58 embarcaciones tripuladas por más de 500 hombres que anualmente desembarcan en sus muelles del orden de 9.500 Tm. de pesca. Aproximadamente la mitad de las embarcaciones se dedican a la pesca artesanal en la modalidad de pintxo-caña en los alrededores de la fosa de Cap-Breton.