f

LIBRO SEGUNDO

CAPITULO PRIMERO

Tiempos primitivos

Encerrados por largos siglos en un rincon delmundo, lejos del trato con los demás pueblos, aunque no tan apartados como se pretende, los vascos, tenidos en poco por loa sábios de ciertas épocas, se han grangeado al presente el privilegio, que ningun envidioso podrá robarles, de llamar la atencion de la ciencia Háles servido el secular apartamiento de defensa para conservar su antiquísimo idioma, su energía para mantener vivo el recuerdo de las antiguas costumbres y su fidelidad á la noble sangre que les da vida, para que les miren con amor y respeto cuantos hombres tengan corazon capaz de comprender tan generosas calidades

En el cortísimo espacio concedido á nuestra pluma, poco podremos decir de cuanto fuera necesario en justa alabanza del pueblo vascongado, y especialmente del guipuzcoano, cuya Crónica vamos á exponer en breves razones, que tal vez, y á consentirlo el cielo, nos sirvan de ensayo para escribir mas adelante libro mas digno del pueblo en cuyo honor se imprima

Apenas vuelve el historiador los ojos á los tiempos primitivos de la historia de España, puede decirse que por todas partes le cierra el paso el nombre de los eskaldunac ó eskualdunac, cuya lengua, euskara ó eskuara, ha quedado separada por el gran filólogo aleman Franz Bopp de todas las lenguas arianas, que con escasas excepciones hablan la mayor parte de los pueblos europeos

¿'Mas podrá decirse que el eskalduna es en efecto el primer poblador de la Península? Si á su rostro y gallardo cuerpo se atiende, mal se avienen en verdad con el ruin aspecto de aquellos hombres primitivos, que, segun los últimos descubrimientos de la geología y de la paleontología, vivieron en Europa, teniendo por morada, cuando mas, las cavernas, en donde hoy parecen sus huesos, armas y utensilios. Con todo esto, bien porque hasta ahora en Guipúzcoa no se hayan estudiado como en otras partes sus importantes cavernas, ó ya que la presencia del hombre blanco sea mas antigua que en otras regiones, hasta el presente, nada podemos decir de los tiempos antehistóricos

Para el mismo idioma vascongado, que bien se le puede considerar como uno de los mas notables monumentos de la historia del hombre, hay que hacer un trabajo en algo parecido al que emplean aquellos que estudian á nuestros semejantes, contemporáneos del reno. En efecto, el idioma vasco nos conduce, aun sin necesidad de acudir á las épocas geológicas, á tiempos en que de nada nos puede servir la cronología, porque no existe

Es, pues, el eskalduna, á manera de eslabon que une los tiempos históricos con aquellos completamente desconocidos. Aislado el euskara al presente entre los demás idiomas, es todavía tan desconocido, que le hemos visto usado cual si fuera el nombre de la nacion y no del idioma. Mas ya no es posible se perpetú.e por mucho tiempo semejante ignorancia, con respecto á nuestros hermanos los vascos

Y aun en la hermandad, si el abolengo de un pueblo se fundara únicamente en su tiempo de residencia en esta ó aquella region, deberíamos llamar á aquellos nuestros hermanos mayores, pues, á no dudarlo, sus padres se extendían há miles de años, si no por toda la Península, por la mayor parte de ella

De esa manera, la historia del pueblo guipuzcoano, como la de todos los vascongados, es la de los primeros tiempos del pueblo español, si bien no es posible explicar hoy dia cuando comenzaron á mezclarse los eskaldunac con los pueblos chamíticos, primeros que llegaron por las costas del Mediterráneo á las nuestras, y los arianos, que en épocas diversas y desconocidas muchas de ellas para la historia, trasponían el Pirineo para establecerse en Iberia.

Aun este nombre, tenido por muchos como vasco, pudieron mas bien traerle los pueblos arianos. Es Iberia, mas bien denominacion etnográfica que geográfica, pero de tf)das maneras, parece no se llamaba así toda la Península, sino la region comprendida entre el Ebro y el Pirineo

Con dificultad habremos de encerrarnos en los montes y valles de Guipúzcoa, pero tal es nuestro deber, por lo cual no saldremos de sus amenos confines, procurando no hacerlo sino cuando sea necesario para explicar un punto histórico, bien por las relaciones que entre sí debían de tener los antiguos habitantes de la Península, bien por comparacion con gentes al parecer extrañas á la nuestra

Sin salir, pues, del honrado solar guipuzcoano, veamos qué nos dice la tradicion

CAPITULO II

Leyenda de Aitor.- Estudios de Humboldt y M. Ampére.-Ligures. - El vasco en Roma. Conclusiones de Humboldt

Aitor, padre de los eskaldunac, recogido con su compañera en una cueva inaccesible, vivió un año, viendo como á sus piés se disputaban el imperio el agua y el fuego. El terror hizo olvidar al padre' de los eskaldunac, cuanto le habían referido sus antepasados sobre lo que habia acaecido en el mundo, y aun olvidando el que antes hablaba, inventó un idioma nuevo

Bajaron los hijos de Aitor á la llanura, crecieron, se multiplicaron y formaron grandes pueblos, conservando siempre fielmente la lengua y religion de aquel á quien llamaban .Artagoia, Arbasoa (1). Jamás fueron los vascos politeístas, á la manera de otros pueblos, y para ellos siempre hubo un sér supremo, á quien llamaban Señor de lo alto, Jao-on-Goicoa. Comenzaban el dia rogándole á él únicamente, y al caer de la tarde, poco antes de entregarse al sueño de nuevo, le ofrecían adoracion é inocentes sacrificios. No alzaban templos los vascos; los ancianos eran jueces y gobernadores, por privilegio de edad. Creían en la inmortalidad del alma y en los premios y castigos de la otra vida

No puede, en verdad, decirse que el vasco ha tomado para sí solo la historia de los primeros tiempos del pueblo español, si como parece, este fué todo él, ó en gran parte al menos, vascongado. Que tal pudo ser en cierto tiempo, no es mucho decir, cuando parece probable que se hablaba en euskara por tierras mucho mas distantes

No solo Humboldt creía hallar demostrada gran relacion entre vascos y romanos por medio de los etruscos, aunque sin tratar de afirmar que estos fueran antecesores de los iberos, ni descendientes; pero, mucho tiempo despues, en nuestros dias, se ha encontado relacion entre varios nombres propios y de lugar italianos con el euskara. M. Ampére, en su Historia romana en Roma (2), ha resumido los últimos descubrimíentos

[NOTA AL PIE](1) Aitor, •el padre venido de lo alto,• •el abuelo, el antepasado de las montañas

(2) Histoire romaine a Rome.

 

Es tradición que los ligures (Lig-or), pueblo de raza ibérica, señor de la Galia meridional y de parte de Italia, se establecieron tambien en Roma antes de los tiempos históricos. Y en verdad que la etimología viene á confirmar la tradicion

Alba es nombre de los ligures: no lejos de Roma estaba Alba Longa y Alba Marsorun, mientras en España hallamos .Alba de los várdulos, .Alaba. En los iberos de Galia meridional estaban  Alba Helviorum (Viviers), Albiga (Alby) y en liguria, Albium.

Los nombres de Tribola, Norva y Corbio son nombres meramente ibéricos. Pero en la misma Roma nos sorprenderá hallar nombres debidos á los iberos-ligures. Subura, colina del Septimontium, es de raiz ibérica (Subur de los leletanos). Esquiliae (el Esquilino) valia mansion de los ligures (ilia, ciudad y esk nombre del pueblo vasco). No queremos citar mas, pero en efecto, no es tan arriesgado ya hoy dia decir que en Roma se debió de hablar en euskara, ó cosa parecida

¡Notable y generoso aliento el del pueblo vascongado, que por todas partes halla para los suyos hermanos ilustres! Como quiera, y aun suponiendo que en la leyenda de Aitor que mas arriba hemos mencionado, penétrase mas de lo justo la invencion moderna, lo cierto es que las misma:; hipótesis un tanto aventuradas á veces de los historiadores vascos, han hallado mas de una vez confirmacion, ó por lo menos, han movido á eminente:; ingénios á acudir con mas ahinco en busca de la verdad

Ya hemos indicado que el nombre de iberos era mas bien etnográfico que de geografía, por lo cual se ha exagerado el empeño de confundir por completo á vascos é iberos. Creernos mas bien que el primitivo morador de varias regiones de España, ibero ó no, era muy inferior á nuestro vasco, si tal vez mas adelantado en cultura. Los iberos, así llamados al principio, poblaban del Ebro allá la costa boreal del Mediterráneo, y Polibio (1) dice, que en su tiempo la parte de la Península que ceñia el Océano no llevaba el nombre de Iberia. Se extendió pues, este nombre á toda la Península mucho mas tarde

En las dudas que no pueden menos de ocurrir á cuantos traten de poner en claro los tiempos primitivos de nuestra historia, creemos que, quien primero resumió, resolviendo en parte las mayores dificultades, fué Humboldt

En efecto, él dijo que el estudio comparativo de los nombres de lugares de la Península ibérica y de la lengua vascongada, demuestra que esta era la de los iberos, quienes no hablaban sino una, y la identidad de los pueblos iberos y de los que hablan vasco

Que se hallan nombres de lugares vascos en todas las regiones de la Península, así como los iberos se hallaban esparcidos por toda ella

Que entre los nombres de lugares de la Península, hay otros, cuya comparacion con los nombres de lugares de las tierras habitadas por celtas, demuestra so origen céltico, sirven para dar á conocer en donde faltan testimonios históricos, los lugares en que los celtas se hallaban mezclados con los iberos

`[NOTAS AL PIE]

(2) III, 37, 2.

 

Que los iberos no vivieron sin mezclarse con los celtas, mas que en las inmediacioanes de los Pirineos, y en la costa meridional; los dos pueblos unidos, ocupaban lo interior, Lositania y la mayor parte de la costa del Norte

Los celtas ibéricos se relacionaban, por el idioma, con los de allende el Pirineo, de donde provienen los antiguos nombres de lagarea de Galia y de la Gran Bretaña, y las lenguas que aún existen en aquellas comarcas. Pero probablemente no eran pueblos de pura ascendencia gala, lo cual está demostrado por la diferencia de caracteres é instituciones. Quizá nuestros celtas provenían de otros, establecidos en las Galias antes de loa tiempos históricos, ó por lo menos, antes que los galos conocidos. Como quiera, en su mezcla con los iberos, predominaba el carácter ibérico y no el galo que nos han dado á conocer los romanos

Fuera de España, hácia el Norte, no se halla rastro de iberos, sino es en Aquitania ibérica y en otras partes de la costa del Mediterráneo. Los caledonios no pertenecían á la raza ibérica, sino á la céltica

Hácia el Sur los iberos se hallaban establecidos en las tres grandes islas del Mediterráneo, como lo demuestran los testimonios históricos y el . origen vascongado de los lugares. Con todo, á ellas no habían ido exclusivamente de Iberia ó Galia, sino que ya estaban desde tiempo inmemorial, ó mas bien habían venido de Oriente.

Casa-ayuntamiento de San Sebastian / Cronica de Guipuzcoa / Fernando Fulgosio

No está aun probado que los iberos perteneciesen á los pueblos primitivos de Italia continental. Con todo, gran número de lugares de origen vascongado dan grande importancia á semejante opinion.

Se diferencian los iberos de los celtas, segun lo que de ellos sabemos, por los restos de sus idiomas y por el testimonio de griegos y romanos. Pero no hay razon para negar todo parentesco entre ambos pueblos.

En cuanto al estudio comparado, que Humboldt pedía del idioma vasco y los de Europa continental, si bien se ha probado que aquel no es de la familia ariana, no se ha podido aun poner de manifiesto su verdadero origen

CAPITULO III

Estudios sobre el idioma y la etnografía vascongados

Fuerza superior á nuestra voluntad nos detiene. Estudiadas la mayor parte de las lenguas europeas, se ha visto que eran hermanas, mas al hallar aislado al euskara se ha tratado de buscar, por medio del parentesco con otras lenguas, su verdadero origen. Años y años han pasado desde que se publicó la obra de Humboldt sobre los primitivos habitantes de España. Veamos lo que la ciencia ha podido averiguar en tan largo espacio.

Ni Grimm ni Max Muller se han atrevido á clasificar el idioma vascongado. M. Theodore d' Abbadie, en sus Estudios de la lengua euskara, especifica cuanto tiene relacion ó no, entre el sanscrito, el georgiano, el finés y varias lenguas de Africa y America del Norte, y la sintáxis del vasco, mas no habiéndose atrevido á decir á qué grupo pertenece este idioma, deja también sin averiguar el origen del pueblo que le habla.

M. Agustín Chao, cree con Eichoff en el origen africano del euskara, y por lo tanto, en la hermandad de los iberos con los pueblos indígenas del Norte de África, los cuales pudieron, en tiempos desconocidos para la historia, invadir á España. M. Boudard indica los puntos de semejanza que hay entre el alfabeto tuareg y el turdetano, que segun unos se usaba en idioma distinto del vascongado, y segun otros, en dialecto de este, hoy perdido. En cuanto al gran epigrafista é historiador Mommsen, en su Histora Romana , prueba que tantos alfabetos, citados como originales, no eran sino el alfabeto fenicio mas ó menos desfigurado

Siguiendo distinto camino, sostiene M. Bergmam en su Memoria de los galos, pág. 71, que los vascongados son de raza Sapmea (lapon-finesa), llegada de las costas del Báltico á Germanía y Galia, y empujada por los celtas hasta las faldas del Pirineo. El idioma presenta en las formas gramaticales gran semejanza con el groenlandés y lapon.

En cámbio, Schleicher (1), uno de los primeros filólogos de Alemania, coloca el vasco, lengua polisintética, en el grupo do los idiomas aglutinantes, y niega que tenga la menor relacion con el finés. Advierte que aquel tiene las partículas llamadas adjuntivas, que los filólogos llaman postposiciones, y sirven para distinguir el caso, de cuya manera se forma la conjugacion. Esta calidad se halla tambien en ·las lenguas tártaras del Asia central

De esa manera, el euskara es el eslabon que une á los idiomas americanos con los ogro-tártaros, porque el finés, aunque no tanto, tambien tiene el carácter de aglutinacion que el vasco. ¿Habrá pues razon para decir que los iberos primitivos tenían parentesco con los tártaros? Nuestro vasco tambien tiene puntos de afinidad con algunos idiomas del Ural, pero en otros hay asimismo diferencia (2)

El lapon de Finmark y el húngaro son los únicos idiomas fineses que forman el plural terminando en k, como el vascuence. Podrían mencionarse varias calidades, semejantes unas y opuestas otras, de aquellos idiomas y el nuestro

Por último, lo que ni la historia ni la lingüística acertaban á explicar, se quiso saber acudiendo á la antropología. Fundándose en meras congeturas sobre el origen del idioma y en los cráneos de la coleccion de Retzius, se supuso que los vascos eran braquicefalos, alegando tambien para ello otra razon. En varias regiones de Europa donde son los moradores dolicocéfalos, se han hallado últimamente enterrados en profundas capas geológicas cráneos braquicéfalos

Es el vascuence, distinto de la lengua ariana, luego los euskalrlunac, provenían de una raza autoctona, y debian de ser braquicéfalos. ·

[NOTAS AL PIE]

 (1) Segundo de Linguistische Uterrunchungen, llamado Die Sprache Europas in sustematischer Ucberrichi.

(2) La langue basque et les idiomes finnois, Lóndres, 1882, in. 4º p. el principe Luis Liciano Bonaparte.

El secretario~de la Sociedad Antropológica de París, el doctor M. Paul Brocca, reunió sesenta cráneos de un cementerio de la costa de Guipúzcoa, entre los cuales, comparados, estudiados, y medidos con la mayor exactitud, se hallaron muy pocos cráneos braquicéfalos

Pero el resultado del exámen fué dar con una nueva dificultad. Los cráneos eran la mayor parte dolicocéfalos; pero no á la manera de los demás europeos, pues la dolicocefalia, en vez de ser frontal, era occipital, efecto del gran tamaño de los lóbulos posteriores del cerebro y la pequeñez relativa de la region anterior

Creyóse que la forma de los cráneos, semejante en parte á los dolicocéfalos de A frica, podría dar verdadera luz acerca del orígen de los vascos, pero tienen una calidad que les distingue de las razas mas blancas y ortognatas de Africa, á saber: la pequeñez de lamandíbula superior, así como por la de espacio· para el cerebelo y la atrofia relativa de la protuberancia occipital.

CAPITULO IV

Prototipo del guipuzcoano.- Union de los vascongados con loa romanos.- Guerra de Augusto

Como se ve, el vasco es casi tan diverso de los pueblos que le rodean por la conformacion del cuerpo como por el idioma. El tipo del guipuzcoano, á quien nos hemos de referir solamente, es notable por su hermosura, especialmente en las mujeres. Cráneo bien dispuesto, frente ancha y hermosa, nariz recta y á menudo aguileña; el óvalo del rostro estrecho en la parte inferior, los ojos llenos de vida, el cuerpo bien proporcionado, robusto y airoso; tales son las principales calidades y aspecto general del vascongado. Hácia la costa se hallan hombres de alta estatura, y tantos, que bien puede decirse son mas los altos que los de mediana estatura ó bajos.

Hemos expuesto las razones de unos y otros para var de poner en claro el origen del pueblo vascongado; viendo que nada lograbamos, hemos acudido á la antropología, y esta poco ó nada nos ha dicho. Por último,. viendo que ni la historia ni la ciencia nos aya· daban cual necesitábamos, hemos presentado al hombre

Cabalmente, su airoso porte y gallardo ademan, nos dicen mas que cuanto hasta aquí hemos visto

Por nuestra parte, nos parece imposible que el vasco de ahora sea aquel ibero tao pronto y fácilmente sojuzgado. Cierto que todo hace creer que el vasco mantuvo ilesa su independencia, mas por lo mismo sorprende la facilidad con que sus hermanos de otras comarcas de España se dejaron dominar por los celtas

Parece que cuando estos vinieron, lo señorearon todo, quedando solo los eskaldunac libres hácia lo mas apartado de los Pirineos. Segun Chao se ha perpetuado el horror, en parte del teritorio vascongado, á los celtas, que son los gigantes tártaros de los cuentos.

Quedaron, pues, nuestros vascos y sus demás hermanos reducidos á muy estrechos límites, perdida ya para siempre aquella hermosa tierra, de que ellos habian sido, sabe el cielo cuántos siglos, el checo jaunac (señores)

Aquí comienza la historia, si bien no podemos decir sea con ella mayor la claridad que ha de alumbrar nuestros pasos. Desde luego ocurre la tan controvertida cuestion, á propósito de cántabros y vascones

¿Eran hermanos? ¿Eran unos mismos? Por nuestra parte creemos que, á no dudarlo, habia hermandad entre ellos, mas no basta el punto de hacer sinónimos ambos nombres. Llamaron Ptolomeo y Plinio á los que hoy son guipuzcoanos, várdulos, en los cuales se contaban los oyarcenses, carieles y otros. Mas, como en tratándose de los verdaderos intereses de un pueblo no creemos deben tratarse con lijereza sus orígenes, hablaremos de los de Guipúzcoa, así como de sus relaciones con Navarra y Castilla, con la detencion y esmero debidos

Bien puede decirse que poco ó nada se sabe de Guipúzcoa antes de los romanos. Parece probable que Aníbal, capitán excelente, viera de estar en paz y amistad con los pueblos del Norte de la Península, que con su alianza le habian de dar valerosos soldados, cuyo generoso valor mereció mas de una vez la calificacion de insania cantábrica. No fueron fenicios y cartagineses tenidos por señores, mas por amigos en lo interior de las montañas de Galicia, Astúrias, Vizcaya y Navarra, segun dice Morales en el Prologo á la conlinuacion. de la Crónica de Ocampo, comprendiendo á nuestros guipuzcoanos entre los vizcaínos. De esa manera es muy creíble ayudaran tambien guipuzcoanos á Aníbal en su empresa contra Roma.

De igual suerte debe citarse lo que dice Julio César en su libro de Bello Gallico. Habiendo acometido P. Craco, su lugarteniente, á los vocacios y tarusios, pueblos de Francia, pidieron estos socorro á las ciudades de España Citerior mas próximas á Aquitania

Enviáronle los nuestros, en efecto, muchas tropas, cuyos capitanes habian aprendido en la escuela de Sertorio. Habla César de los cántabros y los de Aquitania, y no parece probable, cualquiera que sea la confusion á que han solido dar lugar los nombres de cántabros y vascones, que aquellos pasasen por el actual territorio de Guipúzcoa ó inmediatos, sin arrastrar con su ejemplo á los habitantes. Es, además, probable que César, confundiendo á unos y otros bajo un mismo nombre, por la gran semejanza que debía de hallar entre pueblos hermanos, les comprendiese, cual tantas veces se ha hecho, con el nombre general de cántabros

No es, pues, deleznable el fundamento de los autores del diccionario geográfico-histórico de la Academia, para sostener que aquellos cántabros serian especialmente guipuzcoanos, por mas próximos y hechos al continuo trato de Aquitania

Tambien nos parece oportuna prueba, favorable á nuestro propósito de averiguar la verdad, el decir que, puesto que los capitanes elegidos habian guerreado á las órdenes de Quinto Sartorio, y la ciudad de Calahorra que habia mostrado siempre generoso y constante empeño á favor del proscripto romano era como cabeza de los vascones, en su territorio se habia de comprender á los hijos de Guipúzcoa, quienes si tenemos todo esto en cuenta, de cierto se hallaron con las armas en la mano unidos á los aquitanos, para afrontar con mas valor que fortuna á Craso

No hallamos mencion de otros sucesos hasta la guerra de Augusto contra los cántabros. Y aquí son tales y tan encontradas las opiniones, que á no tener ya por averiguada la que juzgamos verdad, en la cual se funda tambien el baluarte de los fueros de Guipúzcoa, aun habríamos de dudar, temiendo, si seguíamos nuestra opinion, no solo ofender á la que generalmente han tenido por buena los escritores é historiadores vascongados, mas tambien causar grave daño, como otros por este camino lo han intentado, á antíguas y venerandas leyes y costumbres

Guipúzcoa, á la par de sus dos hermanas, se hallaba confederada con Roma. Asegurase que los cántabros dieron lugar con sus correrlas contra parte de los vascones, á que Augusto emprendiese la guerra. Esto, por lo tanto, debió de ocurrir hácia los montes de Santander y de Astúrias.

La opinion de que la guerra de Cantabria acaeció por el actual territorio vascongado , no tiene en pró el fundamento que querríamos para darla por buena. Acaso al estado de paz y alianza en que nuestros eskaldunac se hallaban, habia precedido la guerra, efecto de la cual prefirieron los romanos por amigos a aquellos que para enemigos tan malos han sido siempre. Cierto que no necesita el pueblo vascongado opiniones dudosas en su favor cuando la mera existencia del euskara es notabilísima prueba de la energía y leal cariño de los que le hablan, á cuanto de sus padres heredaron.

Y aun si solo en la guerra hubiesen logrado poner de manifiesto su esfuerzo y varoniles calidades, todavía fuera cosa de escatimar á las mas acreditadas opiniones su valía. Pero los hijos de Guipúzcoa, hermanos y rivales en esto de los vizcaínos, deben á Dios la mas incansable y generosa constancia para obligar á la madre tierra á fuerza de trabajo, á que conceda sus dones, y al golfo mas tormentoso del mundo á llevar sobre sus siempre revueltas olas las quillas vascongadas. Diariamente afrontan nuestros hermanos de la costa cantábrica peligros cien veces mayores de los que puede traer consigo la guerra mas impía. ¡Ni qué invierno dejan de referir llenos de espanto los diarios de la córte los naufragios de aquellos valerosos marineros, naufragios que en un espacio de mar, relativamente estrecho y encerrado entre férreas costas de peña brava, equivalen á la muerte de cuantos se ven sorprendidos por la horrenda tempestad!

Cuanto decimos, lo iremos probando desde luego, al hablar de nuestro territorio, especificando los sucesos principales de aquellos tiempos, el estado social de los hijos de Guipúzcoa y la forma en que de antiguo se regían

CAPITULO V

Ciudades antiguas.-Legado del César en Cantabria.- Tratado entre Atanagildo y el emperador Justinlano.-Someten los godos' a nuestro terrltorio.-Emigran muchos vascongados.

Ya hemos dicho que los habitantes de nuestro territorio se llamaban várdulos. Citan Pomponio Mela, Ptolomeo y Plinio diversas ciudades que eran estas: Morosgi, Menosca, Vesperies, Gebala, Gabelaeca, Tulonium, Alba, Segontia, Paranuca, Tritium, Tuboricum y Thabuca. Dice Plinio que catorce pueblos várdulos acudían al convento jurídico ó chancillería de Clunia (hoy Coruña del Conde), de modo que si á los ya citados añadimos Beleia, Araceli y Alantone, del Itinerario de Antonino, tenemos los nombres de todos los pueblos, menos uno.

Bien será citar aquí lo que sabemos de los aracelitanos, carenses, iturienses o de Iturrissa, é ilumberisemos, quienes acudian al convento jurídico de Caesaraugusta (Zaragoza).

Calahorra, Gracurris, Tarazona y Cascante eran á la sazon ciudades vascongadas y batían monedas. En Irun se han hallado, de Cesar Augusto, acuñadas en Zaragoza, varias de Trajano, de Adriano y de la emperatriz Faustina. La fundacion de la colonia de Flavio Briga, por Vespasiano, y el Portus Amanum, de origen romano tambien, claramente indican el asiento del imperio romano en territorio vasco

En la anteiglesia de Forua (Vizcaya) se hallaron en 1762 monedas de Tiberio César, y al hacer excavaciones para una obra en la parroquia de Murga, parecieron varias piedras con inscripciones, punto menos que ilegibles, pero tambien de épocas mas ó menos remotas del imperio

En el Itinerario de Antonino, la vía desde Asturica (Astorga) á Burdeos, pasaba por tierra de Alava, la Borunda hácia los términos ya de Gaipúzcoa, Huarte, Araquil y el Baztan. Además, el tribuno de·la cohorte Novempopulania residía en Lapurdum (Lapurdi, Labort), y el legado de César en Cantabria, tenia jurisdiccion en Alava, Gnipúzcoa y Vizcaya

Todo lo cual es por extremo verosímil, pues aunque no hubiese habido guerra entré los vascongados y el imperio, se comprende que aquellos se unieran á este, ya que no por otra razon, para conservar á la sombra del inmenso poder del amigo los derechos y costumbres tradicionales á que tan constante apego ha mostrado siempre el eskaldunac

De todas maneras, viviendo este por montes y apartados valles, innecesarios á la sazon para el paso de los ejércitos que hallaban mas fácil camino por otras partes, y falto nuestro territorio· de aquella riqueza y esplendente cultura que en otras regiones de la Península habían llamado desde luego la atencion y despertado la codicia de los conquistadores, bien puede decirse que el territorio de Gaipúzcoa conservó toda ó la mayor parte, al menos, de su independencia

Cree Moret, con fundamento, que en el tratado hecho entre el rey godo Atanagildo y el emperádor Justiniano, quedaria estipulada la independencia de los vascones, amigos fieles del imperio. El tratado desapareció, bien porque fuera con exceso contrario á los godos, bien padeciese estravío propio de tiempos tan agitados y revueltos. De todas maneras habría sido inútil

Mal podria háber paz entre los godos, inquietos, esforzados y sedientos de dominio, y los eskaldunac. Hubo, pues, por mucho tiempo guerra y oposicion constante. Apenas creían Leovigildo, Gundemaro, Suintila ó Recesvinto que el territorio vascongado les obedecía, el grito de guerra de las montañas llegaba hasta los alcázares de Toledo. Acudía el godo contra los alzados, cedían estos por un momento, faltos de fuerzas para afrontar tamaño poderío, mas pronto el indomable vascon clamaba de nuevo por la independencia de la patria. Cedió al cabo ante las armas de Wamba, ó mejor ante la acertada política de aquel buen rey.

Acaso entonces gran número de vascongados, no queriendo rendir parias á los visigodos, traspusieron los Pirineos en busca de tierras en que poder vivir libremente, y muchos de aquellos debían de ser guipuzcoanos, como tan inmediatos. Los vascos de allende el Pirineo. dieron ayuda, dícese, á los nuestros, para afrontar al enemigo comun, mas las fuerzas de este eran harto superiores y quedaron al cabo vencedoras

Es tradicion en la frontera francesa que los hijos de la tierra de Labour (Lapurdi) y la Soule, son de tiempo inmemorial los verdaderos propietarios del terreno que al presente ocupan los vascos franceses, quienes al cabo se quedaron en Francia, viendo que no podían recobrar las tierras que habían perdido en Alava

Grandes y trabajosos esfuerzos tuvieron que emplear los reyes de raza merovingia para sujetar así á los vascos que allá estaban como á los que de aquí fueron. De todas maneras, las relaciones entre ambos pueblos han sido siempre constantes, llegando en tal forma hasta los tiempos modernos, que bien podían tenerse por españoles parte de los vascos que moraban en Francia.

La Merindad de San Juan de Pié del Puerto ha llegado con semejante privilegio casi hasta nuestros dias, y muchos hijos suyos poseían empleos en Castilla y Navarra, aun por los años de 1620. El título de una obra escrita en favor de semejante derecho, dice mas de cuanto podamos nosotros añadir

La obra va encabezada de la manera siguiente:  Derecho de naturaleza que los naturales de la Merindad de San Juan de Pié del Puerto tienen en los reynos de la corona de Castilla. Sacado de dos sentencias generales en huizio contencioso, y de otras escrituras auténticas, por D. Martin de Vizcay, presbytero. Con licencia. En Zaragoza: por Juan de Lanaja y Quartanet. Año 1621. En 4º» Tambien los hijos del territorio llamado la Soule, alegaban igual derecho, y bastaba probar cuatro generaciones de origen vasco para ser reconocido y recibido por noble y admitido en todas las órdenes que exigen pruebas de nobleza. El libro que trataba de esto se escribió en francés, y le tradujo al castellano D. Diego de Lezcano con el título de: Ensayo sobre la nobleza de los Bascongados

FIN DEL LlBRO SEGUNDO