Una expedicion a Guipuzcoa

II

BAÑOS DE ARECHAVALETA

/12/ En el camino real que conduce de Madrid a Bayona, y entre los pueblos de Escoriaza y Arechavaleta, pertenecientes ambos á la provincia de Guipúzcoa, llama desde luego la atencion del viagero una gran puerta que, situada á la derecha de la carretera, indica la entrada a uno de los establecimientos de baños minerales que mas honor hacen á España. Salvada la puerta se atraviesa un lindo parque, cuyo pavimento sirve de puente á un riachuelo y se divisa desde luego á la izquierda la casa-hospederia que sirve de albergue á los bañistas, á la derecha la casa de baños y en el centro, y sirviendo de paso de comunicacion á ambos edificios, un jardín cerrado con /13/ verja de hierro que da nuevo realce a la amena situacion topográfica del establecimiento, cercado por uno y otro lado de verdes y elevados montes. Esa casa-hospedería y esos baños son los de Arechavaleta .

Antes de entrar en la descripcion de ese establecimiento que tanto acredita el celo y el buen gusto de su actual propietario, el señor don Ricardo de Tejada, seános licito enorgullecernos del grado de prosperidad y de perfeccion que van alcanzando en España los establecimientos de baños minerales. Los de Trillo, como los de la Isabela; los de Archena .y Lanjaron, como los •de Carratraca y los de la Puda, gracias al celo de sus respectivos directores, todos presentan cada año que trascurre nuevas mejoras y mayores comodidades y si esto puede decirse de la mayor parte de las provincias de España, con doble motivo puede asegurarse que los de las provincias Vascongadas están los primeros al frente de ese movimiento de progreso y de perfeccion. Confiados al poderoso estimulo del interes particular los baños de Cestona, de Santa Agueda, de Arechavaleta, de Ontaneda y aun de Elorrio, pueden rivalizar con los mejores del estranjero, no siendo ya una vida de incomodidad y de privaciones la que sufre el bañista a trueque de recobrar su perdida salud, sino una 'vida de placer y de goces, cual los puede  proporcionar la mas refinada cultura .

Consignado esto , que justo es consignarlo para honor del pais , entremos en el establecimiento del señor Tejada.

/14/ La casa-hospedería , cuya forma elegante y graciosa llama desde luego la atencion, fué construida, asi como la casa de baños en 1841, bajo la direccion del arquitecto de la provincia de Alava, don Martín Sarasivar. Tiene tres pisos, en cada uno de los cuales hay una vasta galería que dá entrada á las habi[ta]ciones, donde encuentra el forastero buenas camas, espejos, mesas, sillas, y todos los demas objetos indispensables para la vida .

En el piso principal está el salon donde se reunen por la noche los bañistas, adornado con elegante sencillez, y provisto de pianos y mesas de juego. En el piso bajo está el grandioso comedor, construido este año; las hermosas columnas que han sustituido al tabique que dividía esta pieza de la cocina, y que se prolongan por toda la estension de la sala; las ventanas que dan al jardín , y la inmensa mesa de cuarenta y hasta ochenta cubiertos que luce en su centro, dan al comedor un colorido de régia suntuosidad que satisface al mas extigente. Dando frente á la puerta del comedor se halla la pieza del villar y el gabinete de lectura, y entre una y otro un espacioso zaguan donde se reunen antes de comer los bañistas que con mas impaciencia esperan el toque de la consoladora campana. La cocina y la repostería , convenientemente situadas á espaldas del edificio , nada dejan que desear en punto á limpieza y desahogo , y los manjares que en ellas se condimentan , revelan la especialidad culinaria de los ciudadanos franceses que presiden ambos departamentos .

/15/ Saliendo de este edificio por la puerta principal, se atraviesa el jardín, en uno de cuyos ángulos se halla situada la fuente donde nace el manantial, de cuya abundancia se podrá formar una idea aproximada, diciendo que produce la considerable cantidad de treinta y tres cuartillos por minuto. Este agua hidrosulfurosa, conserva constantemente una temperatura de 14 grados del termómetro Reaumur, y espide un olor muy semejante al de huevos podridos , sin dejar de ser sumamente cristalina .

Al lado de la fuente y dando frente á la hospedería, se halla la bonita casa de baños. Un salon de 120 pies de largo y 18 de ancho con su cúpula de cristales, adornado de estátuas, geroglificos y banquetas, sirve de pieza de descanso, y dá entrada á ocho gabinetes, cada uno de los cuales tiene dos cuartos independientes para bañarse , con luz graduada por medio de cristales y persianas. Las pilas o bañeras son de una sola pieza de mármol bruñido y de grandes dimensiones. En uno de los estremos del salon está la máquina para calentar el agua, y en el opuesto hay una gran puerta de dos hojas , que abierta los domingos y días festivos de par en par, deja ver un altar donde se celebra la misa, convirtiendo mágicamente aquel vasto salon en un espacioso  oratorio .

La circunstancia de dar paso una de las calles que cruzan el jardín desde la puerta da la hospedería á la de la casa de baños, situada a su frente como hemos dicho, ha sujerido /16/ al señor Tejada la idea de una reforma que para el año próximo estará planteada, y con la cual ganará mucho la salud y la comodidad de los bañistas. Tal es la construccion de un templete ó cenador de cristales en el centro del jardín, que teniendo sus correspondientes hojas vidrieras, forme por las mañanas ó durante las horas del baño una galería herméticamente cerrada, por la cual puedan atravesar los que salen del baño, sin esponerse á la corriente del aire libre .

Si por esta sucinta descripcion se puede comprender todo lo que tiene de agradable el establecimiento de Arechavaleta, aun prescindiendo de su situacion topográfica, que es en estremo pintoresca y variada por los verdes montes que le cercan, por el ameno valle en que se halla y por las aguas del Deva que bañan su orilla, mas agradables son todavía el género de vida que alli se hace y la rapidez con que se deslizan las horas enmedio de una sociedad en que se disfruta de todos los placeres de la intimidad, y de todas las comodidades de la independencia. Reunénse generalmente desde principios del mes de julio en la hospedarla del señor Tejada de 50 á 60 forasteros, de cuyo número una tercera parte no acude alli en busca de remedio á sus males, sino ansiosa de solaz para el espirito y de recreo para la imaginacion. Y seguramente que en ningun otro punto podían ver mejor satisfechos sus deseos. La vida sencilla y campestre que alli se hace, el trato intimo y la amistosa confianza que adquieren entre sí personas que antes no se conocían por /17/ la circunstancia de beber juntos el agua prodigiosa, de animarse mútuamente al sacrificio, de tolerarse los gestos que aun del rostro mas impasible arranca el liquido mineral, de hallarse á una misma hora, de comer en una misma mesa y de dormir bajo un techo comun, son encantos todos desconocidos para el que no ha visitado alguno de estos establecimientos de salud y de recreo, donde si la amistad puede decirse que marcha en posta por la facilidad con que se entabla, el amor, sin disputa, adelanta rápido como en camino de hierro. Ninguna estacion del año proporciona á los sentimientos de simpatía mas ocasiones para ma• nifestarse. Ya es el vaso de agua que se alarga con cariño á la tierna niña que se aproxima al raudal benéfico para calmar su sistema nervioso , ya es la sombrilla que se abre para guarecerla de los rayos del sol, ya es el brazo que sin permiso de la mamá ni del tutor, que desde que se apearon de la diligencia abdicaron todos sus derechos, se tiende solicito para ayudar á subir una cuesta penosa de las que tan frecuentes son en el pais vascongado , ya es el primer plato que se hace en la mesa A la niña inapetente , ya el wals que se baila por la noche, ya la cita para la hora de beber el agua á la mañana siguiente, ya, en fin, todas estas cosas reunidas las que dando alas á unos amores de baños, hacen que en quince días se pueda decir de ellos lo que decía Edipo de las fantasmas sangrientas que se le aparecían en el panteon de sus mayores, esto es, que las veía.

/18/

 Extenderse, crecer, tocar las nubes

Y en el profundo abismo hundir la planta .

Pero no son estas las únicas ocasiones que facilita á un amor naciente para desarrollarse la temporada de baños. Ya se improvisa una espedicion á Santa Aguada en el coche del establecimiento, y como el carruage solo tiene berlina é interior, inadvertidamentese colocan en la primera la niña nerviosa, el galan enamorado y una amiguita de confianza, mientras que se encierra en el interior del coche la mamá con otros cinco comensales, que no pasándoles por las mientes que tabique por medio vaya entablándose un amoroso coloquio, se ocupan con entusiasmo de las pintorescas cercanias de Mondragon, preciosa villa, sentada, como ha dicho un escritor, en un paisage suizo, y se compadecen del calor que á aquella hora, las cinco de la tardé, sufrirán los habitantes de Madrid, sin guardar ni un átomo de compasion para el fuego en que se van derritiendo, no obstante la benignidad del clima, los viageros de la berlina .

Esto por lo que hace al amor y al amor licito; pero dejando á un lado los encantos que proporcionan estas pasiones, que pudiéramos llamar hidro-sulfurosas, la observacion de tantos caracteres distintos no puede menos de distraer al mas melancólico. Ya cruza rápido por el jardin y en direccion á los montes un caballero que cifra todas las ventajas salutiferas del establecimiento en beberse muy de madrugada tres o cuatro cuartillos de agua mineral, y que despues de practicar esta operacion /19/, la pasea andando otras :tantas" leguas por cuestas y •vericuetos, y llega á las diez de la mañana exánime y rendido ; ya entra á ínstalarse en el comedor otro que quiere desterrar sus dolores reumáticos con el auxilio de la cocina y de la reposteria; y hace seis comidas diarias hasta lograr su objeto , sin cuidarse de la temperatura del agua ni de la hora del baño; ya se presenta en escena una señora de buen humor y de algunas carnes, cuyo genio bullicioso difunde .por todas partes la alegria, y declama y polka y regaña á sus hijos, dos muchachos traviesos que la queman la sangre todo el dia, como pudieran hacerlo Talma, Petipá y un maestro de escuela; ya aparece otra señora que, atenta solo al cuidado de su salud quebrantada, permanece quince dias en el establecimiento sin dejar oir el metal de' su voz , ni decir esta boca es mía, y que contesta por señas á las preguntas de si le gusta el bacalao á la vizcaina ó el pollo en salsa ; ya es un artista de los que con mas razon se enorgullece España el que pasea triste y cabizbajo por el jardín con una melancolla tan grande como su genio ; ya por últiino nos llama la atencion, por su pulcra toillete y sus maneras aristocráticas un caballero de edad respetable y de figura simpática, cuya vasta erudicion y carácter alegre y un si es no es enamorado nos cautivan y entretienen.Todos estos tipos diversos, todas ', estas genialidades distintas contribuyen al claro-oscuro de este cuadro de placer y de amenidad que ofrece una casa de baños. Nada /20/ puede darse, por otra parte, mas parecido á una república bien organizada que aquella sociedad que allí se reune atraida por un mismo deseo, donde desaparecen las categorías sociales y se confunden, y se borran las opiniones políticas. ¿Con cuánto placer no contempla un observador curioso las finas atenciones que alli se dispensan personas que militan en distintos bandos y que tal vez se han hecho guerra á muerte en el campo de la política ¡Qué espectáculo mas agradable que sentados á una misma mesa y comiendo codo con codo hombres opuestos en principios y en intereses, ver á un senador aristócrata de la situacion ofreciendo un par de alones de gallina á un diputado progresista de los mas ardientes y fogosos, y á este alargar un plato de cangrejos á un antiguo general carlista! ¡Envidiable fraternidad que por desgracia no se prolonga mas allá de la temporada de baños!

A los goces de una mesa opíparamente espléndida y de una sociedad generalmente escogida, hay que añadir los que ofrece por la noche el salon de reuniones, donde se baila y se juega al tresillo hasta las diez, hora de la cena, y los que depara mas tarde el buen humor de la que colocó un muñeco de paja en el casto lecho de un soltero, el cual al verse tan bien acompañado sale como un rayo de su cuarto á esparcir la paja en el de la señora su antagonista, que se vé favorecida y honrada á las altas horas de la noche con una serenata de instrumentos de cocina á cuyo compás se entona la jota aragonesa, con placer equívoco /21/  de los que ya habían logrado coger el primer sueño .

De dos -personas tenemos que hacer especial mencion antes de terminar este articulo. Es la una el señor don Rafael Breñosa, médico del establecimiento , y la otra el jóven don José Maria Unceta, de quien tan grato recuerdo conservan cuantos se albergan en la casa de su padre politico . El primero se distingue y se capta el afecto de los bañistas por el ilustrado interés con que se entera de sus dolencias; atento, reflexivo y concienzudo, desempeña sus importantes funciones de una manera ,que hace honor á su apreciable clase. Por lo que hace al segundo, baste decir que se desvela y se afana por el buen servicio de los forasteros, que, amable siempre y bondadoso, no hay incomodidad ni trabajo que no eche sobre sus hombros para complacerlos y que está llamado un dia á elevar al último grado de perfeccion posible el establecimiento de baños de Arechavaleta