Geografia de Guipuzcoa

Geografía de Guipúzcoa

Serapio Mugica Zufiria (1854-1941)


 

Home Klasikoak
 

Geografia de

Guipúzcoa (1918)

Aurkezpena - Introduc.
Serapio Mugica
Situacion
Orografía
Hidrografia
Ibaiak-rios
Geologia
Meatzeak-Minas
Urak-Aguas
Kobak-Cuevas
Klima-Clima
Biogeografia
Biztanleria-Población
Administrazioa
Milizia-Milicia
Itsasoa - Mar
Eliza-Iglesia
Justiziagintza-Justicia
Irakaskuntza-Enseñanza
Osasuna-Sanidad
Nekazaritza-Agricultura
Industria
Komunikazioak-Comunicaciones
Ohiturak-Costumbres
Historia

Donostia

San Sebastián

Barruti judiziala-Judicial
Historia
Deskripcioa-Descripción
Serbitzuak-Servicios
Erligioa-Religión
Osasuna-Sanidad
Administrazioa.
Kultura-Cultura
Komunikazioak-Comunicaciones
Ekonomia-Economia
Festak-Fiestas
Udaldia - Veraneo
Udala-Ayuntamiento
Donostiarrak
 
Aduna
Alza
Astigarraga
Fuenterrabia
Hernani
Irun
Lezo
Orio
Oyarzun
Pasajes
Renteria
Urnieta
Usurbil
Azpeitia
Barruti judiziala-Judicial
Azpeitia
Aizarnazabal
Astigarreta
Aya
Azcoitia
Beizama
Cegama
Cerain
Cestona
Deva
Ezquioga
Gaviria
Goyaz
Guetaria
Ichaso
Mutiloa
Ormaiztegui
Regil
Segura
Vidania
Zarauz
Zumaya
Tolosa
Barruti Judiziala-Judicial
Tolosa
Albacisqueta
Albiztur
Alegria de Oria
Alquiza
Alzaga
Alzo
Amezqueta
Andoain
Anoeta
Arama
Asteasu
Ataun
Baliarrain
Beasain
Belaunza
Berastegui
Berrobi
Cizurquil
Elduayen
Gainza
Gaztelu
Hernialde
Ibarra
Icazgeguieta
Idiazabal
Irura
Isasondo
Larraul
Lazcano
Leaburu
Legorreta
Lizarza
Olaberria
Oreja
Orendain
Villabona
Villafranca
Zaldivia
Bergara
Barruti judiziala-Judicial
Vergara
Anzuola
Arechavaleta
Eibar
Elgoibar
Elgueta
Escoriaza
Legazpia
Mondragon
Motrico
Oñate
Placencia
Salinas de Leniz
Villarreal de Urrechu
Zumaraga
 
Epilogo
Adicion
 
 
 

SEGUNDA PARTE

GEOGRAFÍA POLÍTICA

/254/

I LA PROVINCIA Y SU ORGANIZACIÓN

 

ORGANIZACIÓN MILITAR

 

Guipúzcoa aparece preparada militarmente desde tiempos muy antiguos, como Provincia situada en los confines de una nación poderosa, que le obliga á permanecer constantemente arma al brazo para defender su territorio. Cuando Guipúzcoa se unió á Castilla en 1200, contaba ya en su jurisdicción con las fortalezas de San Sebastián, Fuenterrabía, Beloaga, Aitzorrotz, Arrasate, Ataun, etc.; y después se levantaron la de Gaztelu, Behobia y otras, y se construyeron varias villas muradas y torreadas como Tolosa, Villafranca, Guetaria, Motrico, etc.

De las antiguas fortalezas no queda hoy en pié de defensa más que el castillo de la Mota de San Sebastián, llamado á desaparecer pronto según todos los indicios; y de las plazas muradas subsiste la de Fuenterrabía, aunque sus obras de defensa se hallan en su mayor parte arruinadas.

 

Vista de la plaza de Fuenterrabía y sus cercanías en 1638. [No disponible]

 

De los otros castillos solo quedan escasos vestigios, indicando el lugar donde se hallaron.

En cambio se han levantado dos magníficos fuertes, uno .en el monte Jaizkibel, cerca del santuario de Guadalupe, y otro en el de San Marcos, con /255/ todas las condiciones que exigía la ciencia militar en la época que se hicieron, que fue después de la última guerra civil.

Hubo proyectos de construir otro fuerte en el monte Erlaitz de Irún, á cuyo efecto se abrió un camino militar á dicho alto y se hicieron otras obras, que continúan paralizadas en el mismo estado en que entonces quedaron.

Tenía esta Provincia un método peculiar de organización militar para la defensa de su territorio, así como para prestar el servicio de las armas en pro de la patria y del monarca. Todo guipuzcoano estaba obligado á ponerse sobre las armas en caso de necesidad, alistándose bajo la bandera del pueblo de donde fuera vecino. A este efecto solían estar alistados, organizados militarmente y provistos de armas, que las conservaban en sus casas consistoriales con los demás enseres necesarios para la guerra. Al año una vez, en día determinado, hacían sus revistas, que llamaban alardes, y de esta manera tenían una milicia permanente de todos sus naturales que fuesen capaces de manejar las armas. Con estas fuerzas hizo la defensa de la frontera de Francia en muchas y graves ocasiones.

Gozaba también Guipúzcoa de la prerrogativa de nombrar el Coronel ó caudillo principal que comandase sus milicias.

En cambio, las levas de la gente de mar para la tripulación de los buques de la Real armada, han venido practicándose en Guipúzcoa desde tiempo inmemorial.

Desde el año 1876 en que el Gobierno central abolió los Fueros de las Provincias Vascongadas, prestan éstas el servicio militar en la misma forma que las demás de España.

Hasta el tiempo de los Reyes Católicos, no se tiene noticia de que hubiera aquí autoridad alguna militar, pero á partir de dicho reinado, figura siempre un Capitán general, que en sus principios se denominaba de Guipúzcoa y su frontera, cuya jefatura, conforme á los fines de su institución ;era puramente militar, reducida al cuidado de las plazas fuertes y al mando de la tropa de la guarnición cle las mismas. Su residencia habitual solía ser Fuenterrabía, como plaza fronteriza, y después San Sebastián.

Varias veces estuvo unida la Capitanía General de Guipúzcoa al Virreinato de Navarra con residencia en Pamplona, y á principios del siglo XIX se dio el caso también de que el Capitán general residiese en Tolosa.

El 27 de Enero de 1822, decretaron las Cortes la división del territorio español en distritos militares, formando el quinto distrito con Navarra y las Vascongadas, con residencia del Capitán general en Vitoria. Abolido el régimen constitucional en 1823, vino á crearse la Capitanía General de las Provincias Vascongadas, que duró poco, y continuó después unido al cargo de Virrey de Navarra ó denominándose de Guipúzcoa, con residencia en San Sebastián, de donde se trasladó en 1843 á Vitoria, capital del doce distrito /256/ militar, nuevamente creado. En virtud del R. D. de 2 de Julio de 1866, se formó de nuevo el distrito militar de Navarra y las Vascongadas.

Actualmente el territorio de la Península se halla dividido en ocho regiones militares. Al frente de cada región se halla un Teniente general con la denominación de Capitán general, que asume el mando de todas las fuerzas activas y en reserva que se encuentran en ella, y los servicios militares afectos á la misma. El gobierno de la provincia de Guipúzcoa corresponde estar desempeñado por general de brigada con nombramiento expreso de este cargo.

Guipúzcoa corresponde á la sexta región, cuya capital es Burgos. Además de Guipúzcoa, entran á formar parte de esta región Burgos, Santander, Palencia y Álava.

El gobernador militar de la Provincia reside en San Sebastián y tiene á sus órdenes un ayudante .de campo, un secretario y un auxiliar. Residen también en San Sebastián el sargento mayor y ayudante de plaza.

Comandancia de artillería de plaza y parque de artillería.  Hay un coronel que hace de comandante director, y un teniente coronel; jefe del detall, que lo desempeña un comandante; jefe de talleres un capitán; un interventor , un comisario de guerra y un encargado de efectos y caudales. Hay tres baterías .

La comandancia de artillería de plaza de San Sebastián, fue creada el 2 de Noviembre de 1904, y en la plana mayor figuran un coronel, un teniente coronel, tres comandantes, ocho capitanes, cuatro primeros tenientes y cuatro segundos, un médico y un capellán.

Comandancia de ingenieros.  Un teniente coronel, un comandante, un capitán, un interventor y un encargado de efectos y caudales.

Servicios administrativos.  Un subintendente de segunda, un oficial primero y otro segundo de infantería.

En la intervención.- Un comisario de guerra de segunda.

Hospital militar .-Un subinspector, médico de segunda que hace de director, el médico mayor, farmacéutico primero, el Interventor, el administrador y el párroco ó capellán.

Comisión mixta de reclutamiento.- Un coronel de infantería, que hace de vicepresidente, un teniente coronel de infantería, un comandante de infantería y médico mayor, que hacen de vocales, y un comandante de infantería que hace de oficial mayor .

Guarnición de San Sebastián.- Se compone del regimiento de infantería de Sicilia número 7, y del primer regimiento de zapadores minadores.

Plana mayor y tres baterías de la comandancia de artillería de plaza.

Fuerte de San Marcos.- Un comandante militar, ayudante y capellán, y de guarnición un destacamento del regimiento de infantería de Sicilia número 7.

/257/ Fuerte de Nuestra Señora de Guadalupe de Fuenterrabía.- Un comandante militar, ayudante de plaza, y de guarnición una batería de la comandancia de artillería de plaza de San Sebastián.

En Irún un comandante militar que desempeña un comandante de infantería.

Reclutamiento y movilización del ejército.- Para el reclutamiento y reemplazo del ejército, está dividido el territorio de la Península en ciento diez y seis, circunscripciones, cada una de las cuales tiene una caja de recluta y un cuadro del batallón de segunda reserva. Estas circunscripciones se agrupan en cincuenta y cuatro zonas militares de reclutamiento y reserva para la administración, régimen y servicio interior de las unidades que en ellas se organizan. A las cajas de reclutas existentes en cada zona, están afectos los mozos en caja, los reclutas con licencia ilimitada, los sujetos á revisión por enfermedad, defecto físico ó cortos de talla y los prófugos declarados por los ayuntamientos o por las comisiones mixtas.

En cada zona hay un depósito al que pertenecen los mozos excedentes de cupo, redimidos, substituidos y exentos del servicio activo, hasta que reciben su licencia absoluta. La zona de San Sebastián hace el número 39 y comprende toda la Provincia; la residencia de las cajas de reclutas se halla en dicha ciudad.

 

INSTITUTO DE CARABINEROS

Por la situación que ocupa la provincia de Guipúzcoa en la frontera de Francia, donde el contrabando de los géneros gravados por el Estado español es más fácil que en las provincias del interior, el Cuerpo de Carabineros desempeña en ella un papel importante, ocupando todos los puntos estratégicos por los cuales pueden introducirse fraudulentamente los artículos que devengan derechos á la Hacienda española, defraudando de esta manera los ingresos de la Nación. Especialmente en la orilla izquierda de la ría Bidasoa, cuyas aguas limitan la jurisdicción española y la francesa, se ven multitud de garitas que dan abrigo á los individuos de dicho Instituto, colocadas con gran profusión, á la vista unas de otras.

De las catorce subinspecciones en que está dividida la Península con las islas Baleares, la doce es la denominada de San Sebastián, que comprende las comandancias de Bilbao y San Sebastián con noventa puestos; las cabeceras en Guipúzcoa son: Zumaya, Pasajes é lrún, de la 1ª, 2 y 3 compañía respectivamente. La jefatura de esta subinspección, está encomendada á un coronel con un capitán ayudante secretario, con residencia en San Sebastián. A la comandancia de Guipúzcoa corresponden un teniente coronel, dos comandantes, cinco capitanes, diez primeros tenientes y tres segundos; San Sebastián es la residencia del jefe. /258/

Estado de la fuerza en revista y disponible...

 

 INSTITUTO DE LA GUARDIA CIVIL

La creación de la Guardia civil en España se remonta al año 1844, y desde sus comienzos figuran en esta Provincia destacamentos de dicho instituto. /259/ Actualmente se halla distribuida en la Península e islas Baleares y Canarias en veintidós tercios y dos comandancias. Guipúzcoa pertenece al tercio de Vitoria, que es el decimotercero; la tercera compañía es la que se halla repartida en esta Provincia.

Tolosa ha sido siempre y sigue siendo, la cabecera de la comandancia.

Este tercio de Vitoria se halla repartido en veintisiete líneas y ciento cuarenta y cinco puestos, y corresponden á él la provincia de Navarra y las Vascongadas. A la comandancia de Guipúzcoa pertenecen un teniente coronel, un comandante, dos capitanes, tres primeros tenientes y un segundo teniente. Residen en San Sebastián el jefe de la comandancia, cuya categoría es de teniente coronel; un jefe de detall, cuya categoría es de comandante; un capitán cajero y un primer teniente, que desempeña el cargo de jefe de la línea.

La dotación de la comandancia es de ciento sesenta y ocho hombres, de los que doce son sargentos, quince cabos, doce guardias primeros y los ciento veinticuatro restantes, guardias segundos; forman todos una compañía, cuyo capitán reside en Tolosa, con cuatro oficiales que residen: uno en la capital, como jefe de línea de ella; otro en Irún; otro en Villa-Real y el otro en Vergara. La fuerza está repartida en líneas mandadas por oficiales, y las líneas distribuidas en puestos, mandados .por los sargentos y cabos en la siguiente forma:

Líneas Puestos Líneas Ppestos
San Sebastián San Sebastián Villa-Real Villa-Real
Usurbil Villafranca
Aya Segura
Zarauz Azpeitia
Deva Iraeta
 
Irun Irun Vergara Vergara
Fuenterrabia Eibar
Oyarzun Elgoibar
Renteria Elgueta
Pasajes Escoriaza
Villabona Mondragón
Tolosa Placencia
Berastegui  

 

Los sargentos mandan los puestos de Irún, los de la capital, donde residen tres, uno mandando el puesto y los demás á sus órdenes desempeñando distintos cargos, y los de Azpeitia, Eibar, Oyarzun, Placencia, Vergara, Villafranca, Villabona y Escoriaza. Los demás puestos están mandados por cabos.

 

CUERPO DE «MIQUELETES» DE GUIPÚZCOA

 La primera vez que vemos figurar el nombre de Miquelete en Guipúzcoa, es cuando los franceses invadieron este suelo en el primer tercio del siglo XVIII, aunque no creemos que se trataba de un Cuerpo armado de la Provincia. /260/ A fines del siglo indicado, año 1796, se formó, a costa de la Provincia, una partida de "miqueletes" para perseguir á los malhechores, y desde entonces subsiste este cuerpo con alguna que otra intermitencia.

D.Juan Pablo de Lojendio,

Coronel jefe del  Cuerpo de Miqueletes

El año 1830 constaba de tres grupos (así se titulaban) de ocho hombres cada uno, mandados por un cabo, los cuales recibían, directamente del señor diputado general de la Provincia, las órdenes concernientes al servicio, y ya en 1833, por el comienzo de la primera guerra civil, se disolvió dicha fuerza, que estuvo diseminada ocupando tres regiones de la Provincia.

Terminada aquella lucha, la Diputación Foral organizó y sostuvo á expensas de la Provincia, el cuerpo denominado de «Protección y seguridad pública», compuesto de cuatrocientos hombres distribuídos en cuatro compañías, y entraron á formarlo dos compañías del batallón franco voluntarios de Guipúzcoa, que con el nombre común de Chapelgorris, formó parte integrante del ejército defensor del Trono de Doña Isabel II, durante la guerra, y otras dos compañías del ejército de Don Carlos. Esta amalgama de fuerzas heterogéneas se acordó, sin duda, con el laudable propósito de armonizarlas después de una lucha fratricida sostenida durante la guerra de los siete años, para la prestación de un servicio común y de utilidad general para el país.

Realmente se consiguió este objeto, pues el cuerpo de protección y seguridad pública prestó muy buenos servicios á la Provincia, dedicándose exclusivamente á la persecución del bandolerismo y pillaje de que quedó plagado el país, después de la guerra, debido á la relajación de costumbres que trae consigo siempre una lucha civil de tan larga duración.

A los dos años de su existencia ya no eran tan necesarios aquellos servicios /261/ por que el país volvió á la normalidad, adquiriendo sus habitantes fácilmente las buenas costumbres de moralidad y de trabajó, que han constituido la nota característica de Guipúzcoa, Además, no podía la Provincia sostener, sin imponer gran sacrificio a los pueblos, un cuerpo armado de cuatrocientos hombres con su correspondiente dotación de jefes y oficiales, y hacia el año de 1844 fue disuelto, creándose con elementos del mismo instituto otra fuerza de cien hombres con la denominación de «Cuerpo de Miqueletes de Guipúzcoa».

Con este nombre ha existido desde entonces el cuerpo, sufriendo la fuerza efectiva del mismo alguna variación, según las necesidades del servicio, por haber habido conatos de nueva guerra civil en los años de 1848 y 1849, siendo abortados en su comienzo.

La creación y existencia de este cuerpo hasta el año de 1856, tuvo por objeto principal la vigilancia y conservación de la tranquilidad y del orden público; la persecución de ladrones y malhechores, facilitando para ello todo el auxilio posible a las autoridades en ejercicio de sus funciones, y protección á los habitantes pacíficos que la solicitasen, sin derecho por esto á retribución.

En el año 1856 se le encomendó el resguardo y administración de los arbitrios provinciales, haciendo necesaria por ello la elevación de la fuerza efectiva del cuerpo á ciento cuarenta hombres. En 1861 se aumentó hasta ciento sesenta hombres, por haberse encargado también de la recaudación de los portazgos establecidos en los caminos de propiedad de la Provincia, que hasta entonces se subastaban en remate público.

Desde dicha época hasta los comienzos de la última guerra civil, poca variación tuvo la fuerza efectiva del instituto, que continuó prestando los indicados servicios a la Provincia hasta el año de 1873, en cuya época había adquirido gran incremento la guerra, y la acción de la Diputación en el país quedó muy limitada.

A mediados de 1874 constaba ya de cuatrocientos hombres, aumentados por las necesidades de la guerra, á cuyo servicio estaba dedicado exclusivamente, formando parte del ejército que operaba en la Provincia; pero como se ha indicado antes, estaba ya muy limitada la acción de la Diputación foral, y privada, por consiguiente, de los recursos indispensables para su sostenimiento, y expuso esta consideración al Gobierno de la República que regía entonces los destinos de la Nación; el cual, haciéndose cargo de la situación expuesta por la Diputación, dispuso, por orden del ministerio de la Guerra de 16 de Julio de dicho año, la formación de un batallón con los cuatrocientos miqueletes y con voluntarios movilizados por cuenta del Estado, que había en la Provincia.

Este batallón quedó formado el día 1º de Agosto de 1874 con setecientas veinte plazas, mandado por la oficialidad del cuerpo de miqueletes y oficiales agregados de las compañías movilizadas de voluntarios, y es de pública notoriedad /262/ la parte importante que tomó en las operaciones de la guerra, habiendo tenido ciento cuarenta y cuatro hombres muertos y cuatrocientos heridos.

Terminada la guerra y pacificado el país en Marzo de 1876, se disolvió aquel batallón, marchándose á sus pueblos cerca de la mitad de la fuerza que lo componía, y el resto quedó al servicio de la Provincia, con el mismo carácter provincial que antes de la campaña tuvo el cuerpo.

Desde el día 11 de Abril de 1876, volvió á encargarse de los mismos servicios que se le tenían encomendados en los anteriores períodos de paz, y desde 1º de Julio de 1896, tiene también á su cargo el servicio de la Caja de Ahorros provincial, en treinta y dos sucursales que la citada institución tiene establecidas en otros tantos pueblos, los más importantes de la Provincia, en cuyas sucursales se reciben las cuotas que quieran entregar los imponentes y se verifica también el pago de los reintegros solicitados por los mismos, facilitando de este modo la colocación de los pequeños ahorros de los imponentes, que no podrían conseguir su objeto si solamente en la Capital tuvieran que hacerse estas operaciones.

Grupo de Miqueletes en 1913

Consta actualmente el cuerpo de un jefe con la denominación de comandante, dos capitanes de compañía, cuatro oficiales subalternos, y doscientos diez y ocho individuos de tropa. El comandante del cuerpo es a la vez administrador principal de arbitrios provinciales; los capitanes y oficiales, además del mando de la fuerza que respectivamente les está asignada, tienen á su /263/ cargo la inspección de las administraciones subalternas de arbitrios provinciales, y sucursales de la Caja de Ahorros de los pueblos de su demarcación, y los sargentos y cabos, comandantes de los puestos de miqueletes, son al mismo tiempo administradores subalternos de arbitrios y agentes de las citadas sucursales en los puntos de su domicilio.

Con esta organización de una fuerza diseminada por toda la Provincia, consigue la Diputación la recaudación y centralización de los productos de arbitrios, rentas y toda clase de impuestos provinciales que constituyen su presupuesto de ingresos.


 

© Texto: Herederos de Serapio Múgica. ©  Edición electrónica: Juan Antonio Saez, 2006-2007

Reservados todos los derechos