SEGUNDA PARTE
GEOGRAFÍA POLÍTICA
|
/429/
II
AGRICULTURA
Es indudable que los habitantes de Guipúzcoa que se hallaban alejados de las
costas y tenían que alimentarse con lo que les daba la tierra, sentirían las
apreturas del hambre en muchas ocasiones, dada la esterilidad de nuestro suelo,
los escasos medios que tenían a su alcance y el limitado campo susceptible de
labrar de que disponían entre este laberinto de montañas, cubiertas de maleza y
arbolado. Escasamente se cultivarían otros terrenos que no fueran las vegas y
laderas cercanas a los poblados, y aún los pastores dispondrían de escaso
territorio adecuado para sus rebaños, a pesar de sus métodos de descubrir el
campo por medio del fuego, porque las fieras estarían continuamente en acecho
para hacer presa en la res que se acercase a sus guaridas.
El trigo, el mijo y el nabo, serían los únicos frutos que arrancaban a la
tierra labrada, y aún éstos en tan exigua cantidad, que se veían precisadas
constantemente, las autoridades de Guipúzcoa, a recurrir a la benevolencia de
los reyes, para que, les autorizaran a traer trigo del extranjero o de
diferentes reinos de España, especialmente de Navarra.
Por algo decía Lope García de Salazar, que los naturales de este país iban
allende los mares por buscar «el con ducho para amatar las ganas del comer».
Los frutos que daban las especies arbóreas que de antiguo se conocen en el
país, como son las nueces, avellanas, castañas, higos, manzanas, sin duda alguna
en estado silvestre todos ellos, en los tiempos a que nos referimos,
constituirían el principal alimento con el mijo, la leche y la caza. Entre los
frutos, el más importante sería la castaña, que todavía sirve de alimento al
labrador durante cuatro meses de invierno, además de la que vende y utiliza para
el ganado cerdal.
El poco trigo que se cosechaba estaría reservado para los propietarios, y sin
necesidad de recurrir a tiempos lejanos, todavía al mediar el siglo XIX se comía
muy poco pan de harina de trigo por la clase labradora, que cuidaba de este
artículo con un mimo extraordinario. No eran menores las precauciones /430/
que para conservarlo tomaba el propietario, encerrándolo en lujosas arcas con
llave, que. en muchos sitios constituían el mejor mueble de la casa. A estas
arcas llamaban kuchas, y dentro, en un costado, tenían una arquilla que
llamaban kuchatilla, en donde guardaban los dineros y objetos de valor de
su pertenencia. De este modo se depositaban juntos, bajo una llave, el oro y la
plata con el trigo.
Al descubrir las Américas, si hemos de creer al P. Larramendi (191), se trajo
de allí el maíz y dio comienzo su siembra, que debió tardar algunos años en
generalizarse y muchos más en utilizarse su harina para hacer pan o tortas. Nos
la confirma el doctor Isasti en su Compendio Historial de Guipúzcoa,
escrito en 1625, al decirnos que «de poco tiempo a esta parte se hace el pan de
maíz.
Este fruto vino a llenar una gran necesidad en el país y poco a poco el grano
se fue utilizando para alimento del ganado y la harina sustituyó al pan de mijo,
suavizando el problema del hambre, que en adelante se presentó con carácter
menos aterrador. El pan confeccionado con harina de maíz ha sido desde entonces
el alimento principal de la clase labradora, que rara vez comía pan de trigo. El
bienestar de que ahora se disfruta en todas las clases de la Provincia, ha hecho
que se generalice mucho el pan de trigo, pero todavía se hace bastante uso del
pan de maíz en las caserías. Estos panes o tortas son de dos clases: unos que se
cuecen en el horno, como el pan, y se conocen con el nombre de artoa, y
otros más delgados, que se hacen a fuego vivo de llama en la cocina, sobre palas
de hierro de forma circular, y llaman taloa. Recién hechos son muy
agradables al paladar, y aún las clases acomodadas del país gustan de comer de
vez en cuando, especialmente en sopas de leche.
Es creencia general entre la gente que se mantiene con esta clase de harina,
la de que tiene más alimento y da mayor resistencia para el trabajo que el pan
de trigo.
El grano de maíz tostado es también agradable al paladar, y es posible que
fuera ésta la forma primitiva en que se utilizó aquí como alimento del hombre,
por su sencillez y economía.
Desde que se introdujo el maíz en la forma expuesta, se adoptó sin duda el
sistema de cultivo que se sigue en el día, de dividir las tierras labrantías en
dos lotes y alternar las cosechas de trigo, maíz y nabo (192).
El labrador guipuzcoano, sobrio, honrado y trabajador, hace un esmerado
cultivo de sus tierras, convirtiendo un suelo ingrato, por su composición
mineralógica, en rico y productivo a fuerza de profundas labores y constantes
/431/ abonos, siendo admirable el que montañas abruptas, casi inaccesibles
por su pendiente, se utilicen como tierras labrantías, matizadas luego de
constante verdor. Previas las correspondientes labores, siembra nuestro labrador
o casero el trigo en Noviembre, asociándolo con las habas, colocando
éstas en filas equidistantes de dos a dos y medio metros. Verificada la
recolección en el mes de Julio, labra de nuevo el campo, y después de abonado,
siembra el nabo por Agosto o principios de Septiembre. En los tiempos presentes
siembra entre esta raíz el trébol, la alfalfa, alholva, esparceta y otras
plantas de prado, que son recién importadas al país, para que puedan utilizarlas
sus ganados. Al comenzar el nuevo año empieza a recolectar el nabo, que dura
hasta fin de Marzo o principios de Abril, en que se prepara para la siembra del
maíz, asociándolo a la judía de enrame, recolectando ésta cuando empiezan a
amarillear sus hojas y el maíz en Octubre, terminando así la rotación para
sembrar de nuevo el trigo y seguir con la marcha bienal.
Según este calendario tan práctico como expresivo de la lengua euskara, son
unos 160 días los en que se puede encarrilar la existencia del maíz, o sea entre
el 24 de Abril, en que se siembra, y principios de Octubre, en que se cosecha.
San Jorji
Artuak ereiteko goizegi.
San Markos
Artuak ereinda balegoz.
Que traducido al castellano viene a decir:
San Jorge (193 )
Temprano para la siembra de
los maíces.
San Marcos (194)
iAh! Si estuvieran sembrados
los maíces.
Alternando las cosechas en la forma expuesta, viene a resultar que mientras
en el lote o heredad número uno siembra el trigo, en el otro tiene pendiente el
nabo, y cuando en el número uno siembra nabo, en el otro tiene maíz, y al
sembrar en el primer trozo maíz, en el segundo cosecha el trigo, de suerte que
constantemente tiene las tierras ocupadas.
En algunos puntos, como en la vega de Fuenterrabía, no se siembra el trigo
por su escaso rendimiento, y se cultiva el maíz todos los años, ocupando la
tierra con hierba u otra planta forrajera, entre cosecha y cosecha. En cambio el
maíz responde admirablemente, y llaman la atención por su lozanía los maizales
de esta hermosa vega, cuando han adquirido todo su desarrollo.
Tipo casero guipuzcoano
(clisé Ojanguren) |
Abona los campos con estiércol de ganado, encalándole o adicionándole
/432/ arena de los ríos más próximos, y aumentando así la potencia y la
riqueza, aumenta necesariamente la fertilidad de las tierras. No siempre ha
seguido estas prácticas el labrador guipuzcoano, pues el uso de la cal, que tan
beneficiosa es a estas tierras, especialmente a las arcillosas, no pasa de
mediados del siglo XVII, y el empleo de los abonos tampoco ha existido en la
antigüedad, sino que se seguía el método de otras provincias de España, de dejar
descansar las tierras. Verdad es que el empleo del estiércol contribuyó a que se
despojaran los montes de hojarasca, helecho y otras plantas que eran necesarias
para la fabricación de este abono, y el uso de la cal traía aparejados los
cortes de argoma y brezo, indispensables para cocer las caleras; pero el
resultado obtenido con el aumento de los cereales era infinitamente de más
importancia que el perjuicio que se le irrogaba al arbolado, privándole de estos
vegetales que le servían de defensa y de abono. Gracias a este sistema de
abonos, se ha conseguido que tierras estériles y duras hayan llegado a dar un
producto de 15 a 25 por uno en las cosechas de trigo, como cosa común y
corriente en los sitios más pobres, sin que sea raro el obtener un resultado de
30 y 40 por uno y aún más.
En los rendimientos del maíz, pueden calcularse las dos primeras cifras
multiplicadas por cuatro.
En la vega de Irún y Fuenterrabía se hace mucho uso del limo, que se extrae
del fondo de la ría Bidasoa en mareas bajas, utilizando para ello gran /433/
número de barcas, y también se emplean con el mismo destino de beneficiar las
tierras, algunas clases de pescados, especialmente las anchoas y sardinas,
cuando se sacan en grandes cantidades y no tienen salida en los mercados.
En San Sebastián y demás pueblos de la costa, se hace mucho uso de la arena
de mar, trasportándola a los pueblos inmediatos.
Actualmente se van generalizando los abonos minerales, que están dando
excelentes resultados.
Los instrumentos de cultivo que se emplean, son del país y conocidos de
antiguo. Para la preparación de la tierra y poder vencer su tenacidad, por su
naturaleza generalmente arcillosa, se usaba generalmente la laya en toda
la Provincia, consistente en dos púas de hierro forjadas, de sección
rectangular, de unos 70 centímetros de longitud, que arrancan de una barra, como
los dientes de un tenedor, con una separación de una decena de centímetros,
hallándose sólidamente sujeto a la prolongación de una de las púas un mango de
madera, haciéndose con este instrumento una labor de 20 a 25 centímetros de
profundidad, trabajando con dos a la vez, una en cada mano. Úsase generalmente
para el cultivo del trigo, si bien desde hace algunos años se emplea mucho el
arado de vertedera giratoria sistema Jaén, modificado por Marcos Ubiría, de
San Sebastíán. Para el cultívo del maíz, úsase, además de la laya y el arado de
vertedera antes citado, un escarificador conocido en el país con el
nombre de bost-ortza o quindente, con el que dan dos labores, una
de alzar y otra de binar, consistiendo este aparato en un bastidor de madera con
cinco púas, arrastrado por bueyes, habiendo además una grada para
pulverizar el terreno, llamado area, consistente en un bastidor o marco
fijo de madera con 21 púas de hierro, tirada por una yunta.
También se emplean los arados Brabant.
La siembra del trigo se practica a voleo y a mano; la del maíz,
a golpe con la azadilla; las escardas del trigo, a mano, y la recolección
con la hoz y la guadaña, no haciéndose uso de ninguna trilladora por practicarse
la trilla a golpes en el trigo y frotando una mazorca con otra para
desgranar el maíz, siendo la única máquina que se emplea la aventadora Tasker,
que hay en casi todos los pueblos para alquilar a las caserías.
Debemos hacer notar que en todas las caserías, especialmente en las
proximidades de los centros de consumo, sin menoscabo de la explotación agraria,
se cultivan berzas, coliflor, acelgas, borrajas, espinacas, lechugas, escarolas,
tomates, pimientos, patatas, alcachofas, espárragos, zanahorias y otras verduras
propias de la horticultura, dedicándose asimismo al cultivo del manzano para la
obtención de la sidra, y en algunas zonas, especialmente de la costa, suele
cultivarse la vid, variedades blanca y negra, para la fabricación del chacolí.
Aparte de la fresa de todas clases que se recoge en abundancia en las
/434/ huertas, tenemos en las montañas la fresa silvestre, muy menudita y
muy agradable al paladar .
El labrador guipuzcoano es, aunque en pequeña escala, agricultor y ganadero.
Tiene, por término medio, de cuatro a seis vacas, con las cuales atiende al
cultivo, y con la leche al alimento de la familia; vendiendo la excedente en la
calle; utilizando en el establo (situado en la misma casa) las deyecciones para
fabricar el abono que ha de dar a sus tierras; empleando también este ganado en
la recolección de frutos del monte y hierbas, entre las que se encuentran los
helechos y la hojarasca, que emplea como cama y abono mixto, mezclándolas con
las materias fecales; aprovechándose del referido ganado vacuno, además de la
leche, del excremento y del trabajo, de las crías, que vende en los mercados,
conservando sólo las destinadas a la procreación.
Muchos se dedican a la cría y multiplicación del ganado, roturando terrenos,
formando algunos pequeños prados artificiales, aprovechando la hierba de los
ribazos, sembrando remolacha, procurando en algunos casos conservar la pureza de
la raza indígena por la unión de los excelentes toros del país existentes en las
paradas de la Provincia o por el cruzamiento de los toros suizos, generalmente
de la raza Schwitz, que es la más apropiada, obteniendo así excelentes
resultados y pingües ganancias con relación al número de cabezas y la pequeña
extensión de su finca.
La mayor parte de las fincas rústicas en Guipúzcoa, se cultivan por
arrendatarios que lo vienen siendo de tiempo inmemorial, de padres a hijos, y
que, contando con la seguridad de la permanencia, han realizado mejoras en las
fincas, cifrando en aquellas obras la esperanza de que han de ser .respetados en
el disfrute de la finca ellos y sus descendientes. Merced a esta confianza de
que no ha de ser expulsado de la casa, el labrador cultiva las tierras con
esmero, rotura peñascales y argomales, hace plantaciones de árboles, efectúa
trabajos de drenaje para dar salida a las aguas, levanta paredes de sostén de
tierras, así como acequias y vallados, y realiza otras obras de seguridad.
De algunos años á, esta parte; la propiedad rústica ha experimentado grandes
cambios, perdiendo en muchos puntos aquella estabilidad que le dio carácter de
permanencia y de inmutabilidad, ya porque los propietarios han elevado las
rentas, ya por las transformaciones sufridas por la propiedad con diferentes
motivos. Esto ha dado lugar a que muchos arrendatarios hayan comprado sus fincas
y a que otros hayan tenido que abandonar las que de abolengo venían ocupando,
pero a pesar de este movimiento y de cambio de dueños y colonos, continúa
habiendo entre éstos esa mutua y afectuosa relación, hasta el punto de consultar
en la mayor parte de los casos, los colonos con los dueños, los asuntos
particulares y de familia, como servidores respetuosos que confían en el
aprecio, la bondad y la experiencia de sus superiores.
/435/ Recibe el propietario la renta anualmente, sin cuidarse de si ha
tenido o no cosecha, y en época fija, que suele ser, generalmente, el trigo en
Agosto o Septiembre y el metálico por Navidad, aunque debiera entregarse, en
rigor , el día de San Martín, 11 de Noviembre, en razón a que los convenios de
arrendamiento se hacen con esta fecha, por exigirlo así el método de cultivo que
hemos hecho referencia. El colono que abandona una casería la hace al recolectar
el maíz, y el nuevo toma posesión el día 1 de Noviembre con la siembra del
trigo. Además de la renta en trigo y en metálico, deben entregar también,
ordinariamente, un cordero por Pascua de Resurrección uno o dos pares de pollos
por San Juan y uno o dos pares de capones por Navidad.
Típico caserío de Guipúzcoa
En algunas partes, especialmente en la baja de la Provincia, muchos
propietarios reciben también renta de manzana, y no faltan quienes cosechan este
fruto a medias con el colono, y otros hay que parten a medias todos los frutos
con el arrendatario.
Tiene éste, desde luego, la completa explotación de los productos,
utilizándose de los sembradíos, del monte bajo, de los argomales, hojarasca,
etc., para la alimentación del ganado, que pertenece al colono y a veces a
medias con el amo, cama de los animales y confección de abonos y servicio de la
casa de labor, emplazada dentro de sus terrenos.
El edificio vivienda del casero, situado en los terrenos de la finca, es
/436/ amplio, con habitaciones capaces y cómodas para personas y animales,
teniendo además el horno de cocer pan y muchos el lagar para hacer sidra.
En tiempos pasados el horno de cocer pan se colocaba dentro de la casa; pero
a consecuencia de los muchos incendios que ocurrieron por esta causa, las Juntas
de la Provincia mandaron que se pusiera en la parte exterior del edificio, y así
se hizo, situándolo, generalmente, al lado de la puerta de entrada.
La mayor parte de los vetustos edificios que han llegado hasta nuestros días,
construidos con grueso y abundante maderamen de roble, arrancado muy cerca del
punto que ocupa la casa, van desapareciendo, muchos por incendios y otros para
renovarlos más en armonía con las comodidades modernas. Dentro de estas caserías
se ve el orden y el aseo y un menaje decente y a veces lujoso, propio de
labradores ricos de otras provincias. Especialmente cuentan las familias con
abundancia de ropa blanca de todo género, pues, aunque en el día apenas se
siembra lino y se hila poco en las casas, poseen todavía los lienzos que les
dejaron sus antepasados, que les permite el lujo de poder ostentar cada vez que
hacen la colada, bien repletos de piezas blancas de toda clase los alambres
colocados sobre estacas o de árbol a árbol en las proximidades de su vivienda.
Al visitar el interior de una casería de labranza hay que admirar a la dueña
de la casa, tipo perfecto de sobriedad, actividad y economía, puesto que, además
de ayudar a su marido en las faenas rudas del campo, educa a los hijos, cuida de
la alimentación del ganado vacuno y de la cría de cerdos y gallinas, se ocupa de
la venta de leche, huevos y verduras en la calle y de comprar con su importe lo
que hace falta en la familia, y todo esto sin descuidar las faenas de casa.
Dispuesta la frugal cena, que bendice el casero, se comenta durante ella todo
lo ocurrido en el curso del día, y a la hora del descanso, no se retira ella
hasta cerciorarse de que sus hijos duermen, el ganado come y todo se halla en
orden. Sin grandes aspiraciones, el labrador guipuzcoano, en general, vive
feliz, acostumbrado a esta vida tranquila, con beneficios bastantes para un
pasar modesto, y si tiene contrariedades y angustias, consulta con el amo,
seguro de su leal protección.
Consta la casería guipuzcoana de cuatro partes o elementos, que son: la
tierra labrantía, la casa, el monte y el ganado. El labrador, o en general la
familia rural vascongada, no hace nada que no sea provechoso de alguna manera
para su heredad. Todos se ayudan mutuamente: labrando, multiplicándose y
estercolando, el ganado sirve al terreno y al amo, que, en cambio, le suministra
alimentos y cuidados; el monte, con sus maderas, leñas, hierbas, cales y
despojos, sirve al ganado y al dueño, y éste, abarcándolo todo con mirada
discreta y previsora, con inteligencia y seguridad de lo que hace, y con la
conciencia de lo que puede y lo que vale, desempeña al propio tiempo los
/437/ deberes de labrador y ganadero, panadero y fabricante de cal, de
leñador y hortelano, de cantero y de carpintero, múltiple misión que sabe
cumplir admirablemente, trabajando sin cesar, pero viviendo con relativo
desahogo, comparando con la precaria y angustiosa situación de los labradores de
otras provincias.
Verdadero creyente y esclavo del trabajo, ama a Dios, admira sus obras y
educa a sus hijos en tan saludables doctrinas, profesando respeto profundo a su
amo, cifrando todo su cariño y aspiraciones en su casería, en su familia y en
Dios. Tanto confía el labrador guipuzcoano en la misericordia divina,que es
costumbre general en el país el que el sacerdote, con sobrepelliz puesto, vaya,
los últimos días de Junio, de casería en casería, bendiciendo los campos, y no
hay cuidado de que ninguna dueña de casería deje de depositar en la cesta del
monaguillo que acompaña al cura, huevos, longaniza, pollos u otro regalo
parecido. Hay mucha costumbre también en el país de poner crucecitas rústicas de
madera en los campos y en las casas, salpicadas con gotas de cera bendita, para
preservar las cosechas y las personas de exhalaciones y temporales.
Operación agrícola de arar
Cuando hay que practicar en algún caserío una labor urgente é indispensable,
para la que son insuficientes el número de brazos con que cuenta el labrador,
como ocurre generalmente en casos de fallecimiento del padre de familia, avisa
ésta a sus convecinos y entre todos hacen el trabajo sin -retribución alguna,
sólo por la reciprocidad. Labrados los campos de esta manera /438/ y
aseguradas las cosechas, se libran de tener que añadir las angustias de la
pobreza al dolor experimentado con la falta del amo de casa, y esto da tiempo
para que la familia vaya trazando los nuevos caminos a seguir: iAdmirable
ejemplo de confraternidad y honradez!
En los casos en que las familias no disponen de fuerzas suficientes para
practicar los trabajos agrícolas, toman un criado, morroya, para que les
ayude en todas las faenas por tiempo ilimitado, comiendo con ellos en la mesa,
dándole la ropa que necesita, con la retribución de 160 a 375 pesetas anuales,
tratándole como a uno de la familia, de la que muchas veces llega a formar
parte.
La agricultura, en las Provincias Vascongadas y principalmente en Guipúzcoa,
tiene un carácter peculiar distintivo, que le diferencia esencialmente del resto
de la nación, carácter debido en gran parte a la manera de ser de la propiedad
rural y al que contribuyen también su topografía y la desproporción del número
de habitantes con la cantidad del terreno hoy explotado. Sus campos están
distribuidos entre considerable número de propietarios, que dan en arriendo sus
caseríos o casas de labranza, que consisten en el edificio vivienda, rodeado del
terreno que le es anejo, y, por término medio, unas dos o tres hectáreas de
cabida, sin contar el monte o terreno inculto, poblado en la parte baja de
robles y castaños, y en la alta, de hayas.
Las ventajas que ofrece al labrador el tener su vivienda dentro de los
terrenos de su pertenencia, son incalculables. Puede cultivar sus tierras mejor
que viviendo a distancia; puede vigilar y cuidar mejor los frutos pendientes, de
los daños de los temporales, de la invasión de los ganados, de los hurtos de
personas, etc.; no pierde tiempo en ir y venir a su casa; recoge con más
facilidad las cosechas y las herramientas de labranza; es más sano, robusto,
frugal, morigerado, moral y pacífico que el que vive en una ciudad o villa;
durante las noches de invierno puede dedicarse a componer aparejos; cuida mejor
del ganado y se emplea en otros trabajos semejantes, sin frecuentar las tabernas
y sidrerías para pasar el tiempo.
La agricultura en Guipúzcoa empezó a salir de su letargo a principios del
siglo XVIII. Se rozaron nuevas tierras y levantáronse caserías donde no las
había, y tanto adelantó en sus buenas prácticas, que mereció que una meritísima
sociedad dijera, en 1766, que «en pocas partes donde se haya manejado este arte
sólo por la rústica mano del labrador, ha subido al punto de perfección que en
el país bascongado», En esta última fecha recibió nuevo impulso nuestra
agricultura, merced a la «Sociedad Bascongada de amigos del País), que se
constituyó el año anterior por iniciativa del Conde de Peñaflorida. Los
esclarecidos próceres que se agruparon con el objeto de procurar el fomento de
las ciencias y de las artes, se ocuparon con gran empeño de impulsar la riqueza
agrícola del país, y estudiaron en todas sus fases tan importante ramo, poniendo
en ejecución métodos de gran utilidad para el fomento /439/ del ganado y
de la arboricultura, para el empleo de abonos, de aperos de labranza, etc.
Salió nuestra agricultura de su rutina anterior, mejorando los cultivos y
ensanchando el campo de los experimentos con nuevas máquinas agrícolas y el
establecimiento de industrias como la fabricación del queso, de la mantequilla,
seda, lana, apicultura y otras, pero faltó esta fuerza impulsora al desaparecer
la Sociedad, con motivo de la guerra de la Independencia, a principios del siglo
pasado, y quedó suspendida la marcha progresiva de la agricultura guipuzcoana,
sin conseguir, a juicio de los que se han ocupado los resultados obtenidos por
la Sociedad, todos los beneficios que se proponía alcanzar en este ramo.
Un hermoso ejemplar de
manzano en flor [Ilustración no disponible]
Al faltar la iniciativa particular, aprovechando un descanso que a duras
penas se pudo conseguir en aquella época de revueltas y guerras de la primera
mitad del siglo pasado, vino un factor importantísimo que a manera de faro
luminoso y decidido protector, desplegó la bandera de sus felices disposiciones,
al mismo tiempo que su acción tutelar, buscando el bien de sus. Administrados
por medio de la regeneración agrícola.
Nos referimos a las Juntas provinciales de Guipúzcoa.
La comisión nombrada por las Juntas de Zumaya de 1848 para el fomento del
arbolado, presentó su descargo en las Juntas de Fuenterrabía del año siguiente,
y la comisión encargada de informar acerca de este trabajo, lo dio por bueno,
pero al mismo tiempo que reconocía que el fomento del arbolado era de inmensa
utilidad para el país, exponía que había otros ramos de agricultura que merecían
una particular atención de la Provincia, como eran la mejora del ganado vacuno.
la introducción de productos agrícolas, desconocidos /440/ en Guipúzcoa,
la introducción de razas de ganado lanar que pudieran ofrecer mayor utilidad de
productos, la perfección de útiles de labranza, la introducción y extensión del
guano del Perú como abono utilísimo, y para atender a la propagación de estos y
otros ramos de agricultura, proponía la creación de una comisión permanente de
Fomento.
Así lo acordaron las Juntas de la histórica ciudad de Fuenterrabía, y como
consecuencia de estas felices disposiciones, sobrevino un nuevo despertar para
la agricultura de Guipúzcoa, iniciándose un movimiento de opinión, favorable al
desarrollo y regeneración de ramo tan importante y esencial para la prosperidad
guipuzcoana.
Para dar forma a estos acuerdos, comenzaron seguidamente los concursos de
ganadería, que entonces se denominaban exposiciones de ganados, y se celebraban
anual o bienalmente en Lazcano, Vergara, Azpeitia y Hernani.
Además, queriendo Guipúzcoa importar a su país los adelantos agrícolas que
fuesen conocidos en otros países, acordó, el año 1850, que se enviaran a la
Escuela de agricultura de Grignon (Francia) a los aventajados jóvenes don
Eugenio de Garagarza y don Jorge de Sagastume, quienes anualmente remitían las
notas obtenidas en sus estudios, de las que se daba cuenta en las Juntas,
haciendo constar en acta la satisfacción con que la Provincia veía la buena
conducta y aprovechamiento de sus becarios.
Otra de las disposiciones que adoptó, con real aprobación, fue el
establecimiento, el año 1851, de una escuela especial de agricultura en Oñate,
dotada por la Provincia, la cual subsistió hasta el año 1869.
Al mismo tiempo se designó al Conde del Valle para que representase a esta
Provincia en la exposición universal de Londres, de donde escribía, en 1851,
dando cuenta a las Juntas de Motrico de las observaciones que había hecho
respecto de los aparatos agrícolas que en aquel certamen fueron objeto de su
examen.
También se importaron, por vía de ensayo, algunas cantidades de guano del
Perú, que se vendió al precio de cincuenta reales el quintal, y se hizo
propaganda de este abono, publicando en la imprenta de la Provincia en Tolosa,
el año 1851, traducidas del inglés, las Instrucciones prácticas para el uso
del guano. En vista de los buenos resultados obtenidos con este abono, se
dispuso en las Juntas de Mondragón de 1853, a petición del señor Murrieta, del
comercio de Londres, comprar una casa en el barrio de San Martín de San
Sebastián, con el objeto de destinarla a depósito de guano, a condición de que
la casa de comercio de Murrieta y Compañía diera el guano a precios más bajos
que aquellos en que la Provincia venía expendiendo.
Nos dará idea de las cantidades de este artículo que se traían de Londres y
de su importe, la partida que aparece en las cuentas de la Provincia de 1859;
por la cual abona la Diputación la cantidad de 40.676 reales vellón a los
señores Queheille é Hijo, del comercio de San Sebastián, por el /441/
coste y gastos de 626 quintales de guano del Perú, que representa un alza de
consideración con respecto a otra partida de 600 quintales que se trajo en 1850
por 30.044 reales y otra de mil quintales en 1851 por 30.855 reales.
Una vez que hubieron terminado sus estudios los becarios de Grignon, pensó la
Provincia en ensayar prácticamente los adelantos que había hecho la agricultura
en otras naciones, valiéndose, al etecto, de los conocimientos adquiridos por
los jóvenes becarios, y dispuso establecer una Casa-Modelo de agricultura
en pequeña escala, con el consejo y bajo la dirección de éstos. Se dudó si debía
de implantarse en Zubieta o en Oñate, pero en las Juntas de Elgoibar de 1856,
quedó acordado que se estableciera en la finca Yurreamendi de Tolosa, por ser
punto céntrico de la Provincia. El presupuesto de obras para habilitar la
casería, ascendía a 47.320 reales, y según los cálculos de los alumnos, a cuya
opinión se sujetaban en todo, la adquisición de animales, instrumentos de
labranza y enseres, importaría 34.152 reales, que hacían, en junto, la cantidad
de 82.072 reales, que se cubrirían de las 25.000 pesetas destinadas por la
Provincia a este objeto.
Siguiendo el camino trazado en beneficio de la agricultura, las Juntas de
Deva de 1857, dispusieron que se colocaran varios toros sementales en distintos
pueblos con el objeto de mejorar la raza vacuna, y que las exposiciones bienales
se hicieran extensivas al ganado cerdal y a los productos agrícolas del país.
Pasados los dos primeros años de ensayos en la Casa-Modelo de Tolosa,
concibió tan grandes esperanzas el país, acerca de las ventajas que había de
reportar su establecimiento a la agricultura regional, que dio lugar a que las
Juntas reunidas en Guetaria en 1859 acordasen comprar la finca de Yurreamendi,
dejando sin efecto la escritura de arriendo otorgada anteriormente por tiempo de
quince años, a razón de 9.000 reales al año. Pero este optimismo perduró poco
tiempo, puesto que en Juntas de Oñate de 186, se acordó la supresión de la
Granja de Tolosa. En el dictamen que precedió al acuerdo, se decía que en los
once años que llevaba de existencia, eran innegables los beneficios que había
recibido la ganadería del país con la Casa-Modelo, generalizando en bastante
escala el cruzamiento de las reses vacunas y de cerda, reconocidas como de mejor
calidad en el extranjero, pero que por las desventajas que ofrecían los terrenos
de la Granja, como por la subdivisión de la propiedad y el esmero con que se
cultivaban las tierras en Guipúzcoa, en lo concerniente a sus principales
cosechas, no era el establecimiento montado por la Provincia, susceptible de
proporcionar a la labranza en esta parte las mejoras que no hubiese podido
reportarle en los once años que venía rigiendo. Añadía también que el sacrificio
que había costado a la Provincia: su sostenimiento, ascendía a pesetas
180.316,23, y que si había de existir en el país una Casa-Modelo de agricultura
con todas las condiciones de tal, así en cuanto se refiere al cultivo de
cereales, como a la selvicultura, horticultura, /442/ jardinería,
ganadería e industrias agrícolas, era de todo punto indispensable renunciar al
establecimiento existente y plantear otro nuevo, con todas las condiciones
propias de los de su clase, en donde se diese la debida instrucción a las
personas que lo deseasen y se dedicasen a los diversos raros de la agricultura.
Finca Yurreamendi, de Tolosa, en donde estuvo la
Casa-Modelo
de Agricultura desde 1857á 1867
Así quedó cerrado este establecimiento agrícola, que funcionó el corto tiempo
apuntado, bajo la dirección del exestudiante de Grignon don Jorge de Sagastume,
cuyas dos Memorias, publicadas en 1858 y I859.tenemos a la vista. Según se
colige de éstas, las tierras de la Granja se hallaban divididas en seis lotes o
porciones de experimentación de a 370 posturas, y en ellas se sembraban, por lo
que se ve, remolacha, zanahoria, patata, trébol rojo, sorgho azucarado, vezas,
alholva, alfalfa, nabo, cebada de Australia, avena negra, trigo y maíz.
En la parte que se ocupa de la ganadería, se ve que disponían de seis toros,
dos de raza suiza, dos del país, un normando y uno de la raza Durham, pero los
que merecían la predilección del director. eran los ejemplares suizos, que
estimaba los más convenientes para este país, porque de ellos se podían obtener
vacas que dieran mucha leche y sirvieran para el trabajo, que era lo fue por
entonces se quería por nuestra clase labradora. Así bien, poseían seis vacas
suizas, que durante todo el año, por día, y uno con otro, producían /443/
seis y medio litros; dos vacas normandas, de las cuales una daba seis azumbres
de leche al día y la otra cuatro; una novil1a de la raza Durham.
Además del ganado vacuno, disponían en la granja de un caballo semental
percherón; verracos y cerdas Hamsehire; lanares merinas; gallos y gallinas
Dorhing, Hudan, Crevecoerir, Guinea Cochinchina, etc.
Los resultados obtenidos en el establecimiento agrícola de la Provincia no
correspondieron a los beneficios que esperaba el país, y se estimó que había
gran desproporción entre el provecho que se obtenía y lo que importaba su
conservación, a juzgar por lo que nos dicen los escritores de aquel tiempo, sin
tener en cuenta que no es tan esencial el que el dinero de la Diputación
produzca mucho interés, como el que contribuya al progreso material del país. Se
alegaba que ningún labrador guipuzcoano podía tomar por modelo una casa que no
podía sostenerse por sí misma, sin necesidad de auxilio ajeno, mayormente si se
tenía en cuenta que aquel había de pagar la renta anual, mantener, vestir y
educar a la familia y procurar todavía algunos ahorros para acomodo de sus hijos
y para otras atenciones; que nada de esto podría hacerse, si arreglaba sus
trabajos agrícolas a los métodos adoptados en dicha casa-modelo, de donde
inferían que no podían ser aplicados, a lo menos de una manera general, a la
labranza de los caseríos de la Provincia. Añadían también que el cultivo del
trigo, del maíz y demás cereales, que era el fondo de nuestra agricultura, cesó
en aquel establecimiento, sin haber podido adelantar respecto del método usado
hasta entonces en el país a pesar de los ensayos hechos al efecto, y que su
misión quedaba reducida, por tanto, a la mejora y propagación del ganado vacuno
y de cerda y a la fabricación de quesos, sin que el cultivo de las yerbas
forrajeras bastase para la manutención del ganado extranjero que existía en la
granja.
A pesar de todas estas consideraciones y otras que les sugerían los
resultados de la casa- modelo a los hombres de aquel tiempo, somos de parecer
que la actuación de Sagastume no fue infructuosa a los progresos agrícolas de
nuestros labradores; no sólo porque dio a conocer la utilidad de varias plantas
forrajeras, como la remolacha, alfalfa, etc., que tanto y con tanto provecho se
han generalizado después, sino porque sacando al agricultor de los estrechos
límites del cultivo del trigo, maíz y nabo, a que estaban sujetos en esta
región, trajo nuevas ideas y nuevos métodos, que si no dieron provecho
inmediato, se han ido infiltrando poco a poco en el ánimo de todos y constituyen
hoy una riqueza muy importante.
En confirmación de este parecer nuestro, copiaremos algunos párrafos de la
Memoria de Sagastume, que hacen al caso. Decía el director de la casa-modelo:
«El agrónomo que haya permanecido algún tiempo en el territorio guipuzcoano, no
habrá dejado de conocer pronto que vivimos en un país eminentemente forrajero;
en un país en que, sin más humedad que la que viene directamente del cielo y la
temperatura suave que reina por doquiera, /444/ se ven vegetar con
espontaneidad toda clase de plantas útiles a la alimentación de los animales
domésticos. ¿No sería por tanto sensible que sus labradores no supiesen
aprovechar de las favorables circunstancias con que la naturaleza brinda, dando
más importancia y latitud que hasta el presente al cultivo de prados
artificiales y naturales, base de la parte pecuaria, que debe ser la principal
riqueza de nuestra Provincia?»
«Desde el momento en que la Península y el vecino imperio se pongan en
comunicación con nuestra Provincia por medio de las vías férreas, se verán
obligados los labradores del país a cambiar su sistema de cultivo, disminuyendo
en proporción notable la extensión que hoy destinan a los cereales, y dando más
incremento a la producción forrajera».
Y refiriéndose al ganado vacuno decía: «Pero aunque hoy el objeto principal
de los labradores de Guipúzcoa, se reduce a utilizar las vacas en el trabajo al
propio tiempo que sacan de ellas toda la leche posible, destinando al matadero a
los novillos que no han de padrear y a las madres que, por vejez, esterilidad u
otra causa, no les reporta el beneficio apetecido, hay que tener también
presente que puede llegar un tiempo y que acaso no esté lejos, en que el trabajo
de las vacas se considere como una parte muy secundaria, en cuyo caso
necesitaremos que nos dé bueyes y novillos de fácil engorde, y vacas, que
produciendo bastante leche en su primera edad, puedan destinarse después al
matadero, sin que su ceba presente grandes gastos».
Estos pronósticos de Sagastume se han cumplido exactamente, y las opiniones
vertidas por aquél hace 60 años, hoy están en el ánimo de todos los que se
ocupan algo de la agricultura guipuzcoana, y son las ideas reinantes que se van
poniendo en práctica en gran escala.
Consecuencia de la generalización y divulgación de estas nuevas corrientes,
es el aumento de cultivo de las plantas forrajeras y el interés vivísimo que
existe en el país por el fomento de la ganadería, que tanta importancia va
tomando por momentos y que tan considerables beneficios rinde a Guipúzcoa. Claro
está que no podemos atribuir a la exclusiva iniciativa de Sagastume todo el
progreso pecuario que hoy estamos palpando en la Provincia, porque después de él
se han practicado trabajos meritísimos en el mismo sentido y han actuado nuevos
elementos desconocidos entonces, pero no se puede negar que las teorías emitidas
por aquél en sus memorias abrieron camino entre sus contemporáneos y han
contribuido eficazmente a que los particulares y autoridades hayan venido
ocupándose de este interesante ramo de la agricultura, que en los tiempos
presentes va adquiriendo un desarrollo consolador.
Tampoco debemos atribuir a la Granja provincial de Tolosa la introducción en
el país de las plantas forrajeras que se ensayaron en las parcelas de
Yurreamendi. porque sabemos que en 1833 se hacía uso de la alfalfa y del trébol
y de otras plantas de prados, especialmente en la parte de Fuenterrabía, /445/ y
que también se cultivaban, para alimento del ganado vacuno, la zanahoria,
remolacha y raíz de la abundancia, cuyas hojas se aprovechaban dándoles los
oportunos cortes. Se decía que las hojas de zanahoria admitían doble número de
cortes que las de la remolacha y que el ganado comía con más apetito aquéllas
que éstas; en cambio, prefería la raíz de la remolacha a la de la zanahoria. .
Pero si bien es verdad que estas plantas forrajeras no deben su primera
introducción en la Provincia a la Casa-Modelo de Tolosa y sí probablemente a la
Sociedad Económica de Amigos del País, era tan escaso su cultivo que apenas eran
conocidas y utilizadas, y a los ensayos de la Granja se debe su difusión,
mostrando a los agricultores las ventajas de estos forrajes, que paulatinamente
han ido extendiendo su campo de acción.
Cuando se instaló la Casa-Modelo, la alimentación del ganado vacuno en
Guipúzcoa era tan deficiente que no debe extrañarnos que preponderara en
nuestras montañas una raza pobre y raquítica. Aparte del nabo y alguna hierba
que recogían en terrenos eriales y ribazos, en el rigor del invierno, mantenían
el ganado con árgoma, que también se llama aliaga, y se conoce en
el país con el nombre de Otea (Ulex Europeus L.) Dicha planta se mantiene
verde todo el año, pero su parte tierna se reduce solo a espinas muy
puntiagudas. Las vacas tienen una boca muy delicada, y aunque el hambre les
hacía morder algunos ramos, tallos o retoños de la expresada planta, era con tal
incomodidad y trabajo que materialmente se les veía sufrir. ,También se recogía
con mucha fatiga, por el que cuidaba del ganado, un haz de la parte más tierna
de las mismas árgomas, la traían a casa y en un pesebre de madera, que
llaman Otaska, desmenuzábanlo a golpes con una cuchilla puesta en sentido
vertical en un extremo de un palo recio, a cuya herramienta llaman Ota-Jakia.
Otras veces en una gran piedra, que nunca falta al lado de la puerta,
machacaban las árgomas con una maza para quebrantar las espinas y
ponerlas en estado de que las pobres vacas pudieran comerlas sin tanta molestia.
En todo lo cual se ve un trabajo ímprobo para proporcionar un alimento tan
escaso y tan difícil de adquirir y preparar .
Esto no obsta para que el alimento que proporciona esta planta tenga
excelentes condiciones nutritivas, tan sobresalientes, que hay quien dice (195)
que puede emplearse como el mejor de los alimentos.
También echaban mano de la ortiga nuestros agricultores, de esta planta que
solo el contacto de sus hojas basta para causar un dolor momentáneo muy intenso.
Se cultivaba en Suecia como forraje y se creía que la leche de las vacas que se
alimentaban con ella era más rica en crema.
Como resultado de este movimiento iniciado en 1850, se celebraron varias
/446/ exposiciones de ganados hasta el año 1870, de las que podemos señalar
las siguientes:
Fechas |
Pueblos |
Premios - pesetas |
3 junio 1850 |
Lazcano (196) |
1.764,50 |
19 mayo 1851 |
Lazcano |
5.293,50 |
17 mayo 1852 |
Vergara |
7.977,75 |
21 mayo 1860 |
Lazcano |
6.011,50 |
19 mayo 1862 |
Vergara |
6.206,50 |
18 mayo 1864 |
Azpeitia |
6.604,50 |
28 mayo 1866 |
Hernani |
5.111,50 |
7 septiembre 1868 |
Lazcano |
7.282,25 |
19 septiembre 1870 |
Vergara (197) |
6.868,00 |
En 1860 abonaba la Provincia por 20 paradas subvencionadas con 25 pesetas
cada una, conforme al acuerdo de las Juntas de Deva de 1857 ; 500 pesetas. Por
el sostenimiento de seis toros provinciales, 2,100. Próximamente estas mismas
cantidades fue abonando anualmente por iguales conceptos, hasta que la guerra
civil vino a interrumpir la marcha progresiva de ramo tan importante.
En 1863 S. M. la Reina, queriendo coadyuvar al movimiento iniciado aquí,
regaló a la Provincia seis vacas y un toro, procedentes de la real ganadería, y
al mismo tiempo adquiría la Diputación ocho toros suizos y una vaca. En 1865
trajo tres más de los primeros yen 1866 otros ocho, que fueron colocados en
varios pueblos.
Cada vez que el Director de la Granja salía para Suiza a comprar ganado, la
Provincia anunciaba su salida por medio de circulares a los Ayuntamientos y
ofrecía los servicios de aquél para adquirir el ganado que deseaban los
ganaderos particulares, previo el depósito del importe aproximado de la compra
que solicitaban. .
De esta manera, celebrando exposiciones en los pueblos, subvencionando las
paradas de toros sementales, trayendo ganado extranjero para los servicios
provinciales y facilitando su adquisición a los particulares por medio del
Director de la Granja, realizó nuestra Corporación provincial una meritísima
campaña que dejó huellas beneficiosas en el país, dando a conocer razas de
ganado muy superiores a las que teníamos en la Provincia y poniendo de
manifiesto la alta conveniencia de seguir este movimiento evolutivo, que tanto
había de fomentar nuestra riqueza pecuaria,
Con los anuncios de la guerra civil, quedaron suprimidas las exposiciones en
1870, y al tomar incremento la lucha fratricida, se vio la Diputación, en 1873,
obligada a suspender los demás servicios inherentes a este ramo, que quedaron
relegados a último término para cuidar de otras atenciones más perentorias, no
solamente en el tiempo que duró la guerra, sino varios años más que tardó en
normalizarse la vida administrativa de Guipúzcoa.
/447/ Y no es que la Corporación provincial desatendiera completamente cuanto
incumbía a nuestra agricultura, sino que, a pesar de su buen deseo, se halló con
graves atenciones inaplazables y exhausta de medios que la imposibilitaban para
pensar en un proyecto serio de regeneración agrícola. Buena prueba de estos dos
extremos apuntados tenemos en los acuerdos de la misma Diputación,
correspondientes a los años inmediatos a la guerra.
Vemos, en efecto, que en las sesiones de 1880 se da lectura al reglamento
para la implantación de la enseñanza agrícola; en las de 1881 se trata de
establecer las medidas conducentes a la extinción de la filoxera; en las de 1882
se recomienda el libro de don Severo Aguirre Miramón, sobre fabricación de
sidras en estas provincias; en las de 1883 se acuerda imprimir la Memoria de don
Adolfo Comba, referente a la ganadería de la Provincia, y se dispone, así bien,
que se nombren comisiones en todos los pueblos para visitar los caseríos y
suministrar a la Diputación los datos que se pedían en el cuestionario,
repartido al efecto, acerca de su situación y reformas de que eran susceptibles;
en 1884 se compran varios ejemplares de un folleto titulado Agricultura
eusquerazcoa.
Hasta aquí, como se ve, tienen escasa importancia las decisiones de la
Diputación en apoyo de nuestra agricultura, aunque se atisba el anhelo de hacer
algo provechoso en acuerdos Como el de la reforma de los caseríos, que por
entonces no pasó de proyecto. Pero a medida que nos apartamos de la época
infausta de la guerra y, limitados los trastornos ocasionados por ella, la
administración se encauza de nuevo por sus caminos naturales, surge otra vez en
el palacio de Guipúzcoa la enseña de las reformas agro-pecuarias y con paso
firme y seguro se la conduce en marcha triunfal de victoria en victoria.
Así resulta que en 1893 se crea un premio de 100 pesetas al cultivo de
remolacha forrajera, sin perjuicio de ampliarlo más tarde a otros productos si
da resultado el sistema. En las mismas sesiones de la Diputación se aprueba la
importantísima proposición de )a Comisión provincial para la celebración de las
fiestas euskaras y exposición agrícola, de que nos ocuparemos después más
detenidamente, con una consignación de 10.000 pesetas para premios. Asimismo se
acordó que, para Abril del año siguiente, se presentara un programa completo de
fiestas después de oír el parecer de los pueblos.
En las de 1895 y 1896 se acuerda arrendar la finca Fraisoro para establecer
en ella la enseñanza agrícola; levantar el plano taquimétrico de los
pertenecidos de la finca; encargar al Arquitecto provincial el proyecto de los
edificios que han de levantarse; se nombra el Jefe de la casería modelo y, en
Septiembre de este último año, se anuncia la subasta de las obras de la Granja
Fraisoro por la cantidad de 83.329 pesetas.
En 1897 se invierten 25.000 pesetas en la adquisición de ganado reproductor
Schwitz, para mejora de la raza del país.
En 1900 se pasa una circular a los pueblos recomendando la asociación de
agricultores y ganaderos, como medio de hacer frente a las contingencias de sus
respectivas industrias; que se monte en Fraisoro un laboratorio de análisis,
además de los campos de experimentación que posee; que se trate de formar
centros de fiscalización de semillas y forma de esterilizar; que se propaguen
las conveniencias de extender las medidas de asociación; que se recomiende a los
Ayuntamientos el cuidado de elegir sus veterinarios para que ayuden en la labor
de mejora del ganado; que se cree el servicio forestal, como lo tiene ya
Navarra; que se forme la plantilla de Fraisoro y su reglamento; que se abra
concurso entre los Arquitectos del país vasco-navarro para presentar planos y
proyectos de una casería modelo, señalando 5.000 pesetas como premio. El mismo
año se pasan circulares a los Ayuntamientos con instrucciones impresas para
combatir la glosopeda, y en 1901 se adquieren 125 ejemplares de Instrucciones
sanitarias contra la glosopeda para repartirlos en los Ayuntamientos; se
aprueba la proposición y el reglamento para la Sociedad Provincial de Seguros de
Ganados.
En 1902 se publica una circular haciendo ver los beneficios que se reportarán
con la creación de Juntas locales de Agricultura y recomendando su formación; se
modifican algunos artículos del reglamento de la Sociedad Provincial de Seguros
de Ganados.
En 1903 se anuncia a los Ayuntamientos que la Diputación va a adquirir abonos
químicos y remite instrucciones sobre el uso de dichos abonos y una hoja de
pedido para que cada municipio formule el suyo en nombre de sus vecinos. Se
anuncia que ha llegado el pedido y que pueden disponer de él. Se acuerda
publicar, a título de ensayo, una revista bilingüe para propaganda de asuntos
agrícolas, implantar campos de experimentación en varios pueblos, dar
conferencias agrícolas en ellos, etc. , y se proyecta establecer una escuela
ambulante de agricultura. Se adjudica el premio de 5.000 pesetas al proyecto de
caserío modelo, presentado bajo el lema Osasuna, que significa Salud,
y se acuerda adoptar las medidas que el proyecto premiado indica, y que se
publique y difunda, en concepto de modelo, para la construcción de caseríos del
país. Se acuerda el establecimiento de cajas rurales en los pueblos y que se
impriman y repartan los estatutos escritos en castellano y vascuence. Se nombra
Perito, encargado de las conferencias ambulantes, a don Ignacio Camarero Núñez,
que dio principio a su cometido en Lezo el 30 de Agosto de 1903, exponiendo en
la lengua del país, a los agricultores allí reunidos, diferentes observaciones y
consejos acerca de los métodos agrícolas a seguir, simientes, herramientas, etc.
Se establece una subvención para la higienización de caseríos, se estudia un
reglamento y se presupuestan 25.000 pesetas para atender a este servicio.
En 1904 ofrece la Diputación superfosfato y nitrato de sosa de su depósito de
Fraisoro.
/449/ En 1905 se aprueba el Reglamento de paradas de toros.
En 1906 se dispone que se coleccionen los artículos publicados en la revista
de la Provincia Gipuzkoako Nekazaritza y se publiquen en un folleto y se
repartan como medio instructivo. Se recomienda el uso de abonos químicos en el
cultivo del maíz.
En 1907 se recomienda a las autoridades locales la formación de Sindicatos y
se señala la subvención que puede darse a estas entidades agrícolas; que se
transforme la Sociedad Provincial de Seguros en una Caja de Reaseguros,
creándose sociedades locales, y se aprueban los estatutos de la Caja de
Reaseguros Provincial.
En 1908 se acuerda asistir al Congreso de Madrid y se dispone, así bien, que
vaya el Director de la Granja al Congreso pomológico de Saint Brieux, quien
presenta una Memoria como resultado de su comisión. Se acepta el ofrecimiento
del Director general de la Escuela Oficial de Agricultura de Arenys de Mar de
una plaza gratuita y se acuerda enviar a ella un alumno de Fraisoro. Que se
adquieran 100 ejemplares de la Guía práctica para el empleo de abonos y
que se consignen 1.500 pesetas para campos de experiencia, como complemento de
la labor de Fraisoro.
En 1911 se dispone que Guipúzcoa tome parte en el Congreso vitícola de
Navarra, y en atención a la importancia que en lo antiguo tuvo el cultivo de la
vid, se estudien las especies de vides y sus cultivos más adecuados al clima de
Guipúzcoa. Se acuerda imprimir un trabajo de don Luís Saiz, titulado Indice
agro-pecuario-forestal de la Provincia de Guipúzcoa, que tenemos a la vista
al redactar estas líneas. Se acuerda también que la Diputación subvencione los
pequeños centros teórico-prácticos de agricultura y ganadería que se establezcan
en los pueblos, facilitando abonos minerales y haciendo que el Ayudante del
servicio forestal visite varias veces al año los indicados centros.
En 1913 se acuerda adquirir 30 ejemplares del libro Inspección Bromológica,
de don Luís Saiz, y recomendar su adquisición a los Ayuntamientos.
En 1914 se acuerda conceder subvención a los Ayuntamientos de Zumarraga e
lrún para el concurso local de ganadería que tratan de celebrar en dichas
localidades.
Como se ve por esta relación sucinta de los acuerdos extractados que hacen
referencia al fomento de la agricultura provincial, resulta inmensa la labor
llevada a cabo por nuestra Diputación, y merecedora de todo género de alabanzas
la cooperación entusiasta que ha prestado a este importante ramo de la riqueza
pública. No es posible dedicar ni tan siquiera unas pocas líneas a cada uno de
los particulares que abarcan los acuerdos señalados, entre los cuales no
figuran, sin embargo, los referentes al servicio forestal, del que nos
ocuparemos aparte aunque sea muy brevemente, ni otros asuntos menos importantes,
por la extensión que tornaría esta parte de nuestro trabajo, pero /450/
no podemos prescindir de dar a conocer a nuestros lectores algunos de los
servicios que, para el fomento agro-pecuario, se hallan instituidos en Guipúzcoa
y que constituyen uno de los mejores 'ornamentos de la administración
provincial, por el cual tantas felicitaciones lleva recibidas la Diputación de
personas técnicas y otras constituidas en autoridad, que han presenciado
nuestros concursos y han tenido ocasión de estudiar la marcha establecida para
el régimen de estos organismos y enterarse de las mejoras obtenidas.
Fiestas euskaras. Anualmente se celebran en alguno de los pueblos
de Guipúzcoa varios actos de carácter heterogéneo, aunque inspirados todos ellos
en ambiente vasco, que se conocen con el gráfico y evocador dictado de
Fiestas euskaras. Son, en efecto, las fiestas de la literatura, de la
música, de las costumbres de los vascos, pero especialmente la fiesta del
trabajo agrícola, principal objeto de la actividad de los laboriosos pobladores
de nuestras montañas.
Muchas veces se han celebrado, desde antiguos tiempos, números sueltos de
éstos que hoy integran las conocidísimas Fiestas euskaras, y el acuerdo
de aunar los esfuerzos aislados y de prestarles calor de cooperación, se deriva
del año 1894, en el que la Excelentísima Diputación guipuzcoana decidió sumar
esfuerzos y ponerse ella misma al frente del laudable movimiento.
Al efecto, el día 14 de Noviembre del año citado acordó distribuir, por todos
los pueblos de Guipúzcoa, una circular en la que se daba cuenta de la idea y se
exponían las bases conforme a las cuales debía ser llevada a cabo.
En esas bases se establecía que, bajo el patronato de la Diputación; se
celebrarían concursos anuales de agricultura, ganadería é industrias domésticas
relacionadas con la ganadería y agricultura, y que, para la ejecución del
proyecto, quedaba, desde luego, abierta una información pública, «en la
que serán oídos por escrito los agricultores y ganaderos y cuantas personas, en
general, quieran exponer sus opiniones acerca de los productos agrícolas y
semovientes en que han de recaer los premios, número y cuantía de éstos, regla
que debe presidir en su concesión, atendida la Naturaleza del suelo guipuzcoano
y utilidad que a la riqueza del país ofrecen dichos productos y semovientes,
exposiciones teóricas de sistemas de cultivo y cría de semovientes, composición
de los Jurados y cuanto estimen conducente al fomento de la riqueza agrícola y
pecuaria de Guipúzcoa».
A la vez, se celebrarían también concursos de literatura y música vasca y,
como complemento de todo ello, tendrían lugar diversas fiestas privativas del
país.
La Diputación costearía, desde luego, los gastos de los concursos agrícolas y
de los certámenes literarios y otros varios, y los pueblos en que las fiestas se
celebrasen deberían contribuir a la organización de otros festejos que
completarían el programa.
Bien estudiado el asunto, la Diputación se dispuso a dar comienzo al /451/
ciclo de concursos de agricultura y fiestas euskaras. Para ello eligieron diez y
ocho pueblos, en los que esas fiestas deberían celebrarse, y por sorteo se
decidió el orden en que tendrían lugar los concursos.
El primero se celebró en Mondragón el año 1896 y, desde entonces hasta 1913,
han seguido sin interrupción en los pueblos y fechas siguientes:
Fechas |
Pueblos |
Julio |
1896 |
Mondragón |
Julio |
1897 |
Oyarzun |
Septiembre |
1898 |
Cestona |
Septiembre |
1899 |
Zumarraga |
Septiembre |
1900 |
Zumaya |
Septiembre |
1901 |
Azpeitia |
Septiembre |
1902 |
Oñate |
Septiembre |
1903 |
Irún |
Septiembre |
1904 |
Villafranca |
Septiembre |
1905 |
Vergara |
Julio |
1906 |
San Sebastián |
Julio |
1907 |
Elgoibar |
Septiembre |
1908 |
Eibar |
Septiembre |
1909 |
Hernani |
Septiembre |
1910 |
Azcoitia |
Septiembre |
1911 |
Segura |
Septiembre |
1912 |
Zarauz |
Julio |
1913 |
Tolosa |
Terminado este ciclo señalado, se le aumentó con otro lugar, la ciudad de
Fuenterrabía, y se hallaba ya todo dispuesto para continuar la serie de 1914,
cuando hubo que suspender las fiestas a causa del anormal estado que había
creado el comienzo de la guerra europea; por la misma razón se suspendieron en
1915 y se ha decidido que tampoco se celebren este año de 1916, pero tendrán
lugar en cuanto la paz vuelva a reinar en Europa.
La celebración de estas fiestas se inició con relativa modestia, pero de tal
modo encajaron en el país y tan grandes son los beneficios que de ellas se
obtienen, que hoy se celebran hasta con esplendidez en lo que a los concursos de
Agricultura y Ganadería se refiere.
Esta exhibición de la riqueza pecuaria y agrícola es la base de las
Fiestas euskaras, y a ella dedicaremos principalmente nuestra atención,
aunque citemos, como de pasada, otros actos que le sirven de complemento.
Estas fiestas duran casi siempre tres días y a ellas acude enorme gentío de
toda la Provincia, parte, la mayor, por contemplar la riqueza extraordinaria de
ganado que se reúne, parte por acudir a las ceremonias religiosas, que suelen
revestir solemnidad desusada, y el resto atraído por los certámenes de
literatura y de música o por las fiestas de carácter popular .
Las Fiestas euskaras se inician con la Salve, cantada en la
parroquia la noche del día en que aquéllas dan comienzo, que suele ser sábado.
Al día siguiente, a las nueve y media, se verifica por las calles del pueblo la
procesión a la antigua usanza foral, en la que figuran las imágenes de
San Ignacio de Loyola y de la Purísima Concepción, propiedad de la Diputación
guipuzcoana. Terminada la procesión, se celebra la Misa Mayor en la parroquia.
Estas funciones religiosas revisten gran solemnidad. A ellas acuden la
Diputación, las autoridades del pueblo, comisiones invitadas, etc., y muchas
veces es el Prelado de la Diócesis quien celebra la Misa. En ella predican en
lengua vasca los mejores oradores sagrados, y la parte artística raya a altura
elevadísima, en ocasiones increíble en lugares de tan poco vecindario.
/452/ La organización de los certámenes de literatura y música vasca
está encomendada, desde hace años, al Consejo Directivo de la revista
Euskalerriaren alde, que se publica bajo el patrocinio de la misma
Diputación. Antes de la fecha señalada para la celebración de las fiestas, la
revista abre un Certamen de literatura y música, señalando temas y ofreciendo
premios, cuya cuantía gira alrededor de 1.500 pesetas. Jurados previamente
designados señalan qué trabajos han de ser los premiados, y a sus autores se les
entregan los premios en una gran fiesta pública que se celebra en el lugar donde
las Fiestas euskaras se desarrollan. En este acto se distribuyen también
sus premios a los niños de ambos sexos que los ganen en exámenes de lectura y
escritura euskéricas previamente celebrados, a las bandas de tamborileros que
mejor hayan ejecutado los ejercicios señalados por el Jurado en oposiciones que
preceden al acto, y a cuantos hayan obtenido algún galardón en estos torneos de
la inteligencia, organizados por Euskalerriaren a'de.
En esta fiesta pública, que atrae concurrencia enorme, los números literarios
son exclusivamente euskéricos y los musicales de ambiente totalmente vasco. A su
esplendor contribuye la sociedad Euskal-Esnalea, formada exclusivamente
para la defensa y propaganda del idioma vasco, acudiendo la Junta Directiva y
señalando oradores que inciten al pueblo a mantener viva la lengua que heredaron
de sus padres.
El Municipio, por su parte, organiza bailes de ezpata-dantzaris, aurreskus,
torneos diversos de carácter popular y otros festejos que entretienen
agradablemente a la muchedumbre en los intervalos libres del programa oficial.
Pero, como hemos dicho, la parte dedicada a la ganadería y agricultura es la
principal de estas fiestas, la que merece predilección de la Diputación
guipuzcoana y la que más interés despierta en la mayor porción del público que a
ellas acude y se comprende que así sea. La población guipuzcoana es
eminentemente agrícola; su casa, sus animales domésticos y sus tierras son el
objeto primordial de sus atenciones, y estas fiestas, que son la exhibición
brillante del fruto de aquel cariño, le fascinan y atraen con la fuerza del
honor conseguido o de la esperanza cercana.
Estos concursos han servido de magnífico complemento a la hermosa labor que
en pro de la agricultura y ganadería guipuzcoana realiza sin descanso la
Diputación, y ante un certamen de éstos anuales se maravillan los forasteros
inteligentes que tienen ocasión de contemplarlo. De tal modo abundan los
magníficos ejemplares de todas clases, que los Jurados se ven perplejos para
otorgar los premios y la Diputación no tiene otro remedio que aumentar de año en
año la cantidad que dedica a recompensas y dividir y subdividir las secciones
para dar cabida a mayor número de ejemplares; aún así, quedan sin galardón
animales que harían magnífico papel en concursos de importancia.
/453/ Para organizar estos concursos, la Diputación tiene personal
peritísimo, y todos los detalles están admirablemente estudiados y prevenidas
todas las contingencias.
A los certámenes pueden concurrir: todos los agricultores y ganaderos de
Guipúzcoa; los constructores y almacenistas de máquinas, herramientas y
utensilios agrícolas de toda la región vasco-navarra; los preparadores de
residuos propios para la alimentación del ganado: los agricultores, ganaderos,
corporaciones y particulares que hayan practicado trabajos de repoblación
forestal en la Provincia; los agricultores que cultiven un prado natural o
artificial y se hallen en las mejores condiciones de producción; los labradores
que tengan los establos con ganado más uniforme de las razas Schwitz o
Pirenaica y en mejores condiciones de instalación, ventilación, higiene, etc.,
y los sindicatos agrícolas, federaciones y sociedades de carácter análogo que
quieran hacer instalaciones colectivas de productos.
Tanto los ganados .como los productos agrícolas y utensilios deben ser
previamente presentados a los Jurados para que los examinen, inscriban y
distribuyan en secciones.
El ganado que opte a premio debe estar en poder de su dueño de!;de seis meses
antes del Concurso, y los animales reproductores que alcancen premio deberán
conservarse, para la reproducción en la Provincia, durante los doce meses
siguientes: al del Concurso.
Si un mismo expositor presenta varios animales en la misma categoría, podrá
obtener varios premios, pero no recibirá más cantidad en metálico que la
correspondiente al premio más elevado; porcada uno de los otros se le da un
diploma. Además, los animales premiados en anteriores concursos, en los
sucesivos solo podrán optar a un premio en metálico, superior al que hayan
obtenido anteriormente, si figuran en la misma sección.
A fin de que todos estos requisitos sean cumplidos, los Jurados toman
atinadas precauciones: se exigen certificados de los Alcaldes, y a los animales
de la especie vacuna, que resultan premiados, se les marca a fuego en los cuernos
y a los de las especies caballar y asnal se les registra bajo la inspección del
Veterinario oficial de la Provincia. Además, de los premios que cada animal
obtenga, el año en que el Concurso se celebra solo se entrega al dueño la mitad
y la otra mitad se le da en el Concurso del año siguiente si ha cumplido las
condiciones exigidas.
Respecto de la amplitud de estos Concursos anuales y de la importancia que se
da a cada sección de los mismos, así como de otros extremos prácticos
relacionados con aquéllos, podría hablarse extensamente, pero nos limitaremos a
dar un resumen, lo más compendiado posible, del último Concurso anunciado. Ese
resumen nos ahorra de toda clase de consideraciones, que cada lector se las hará
en vista de los datos que pondremos ante sus ojos.
La sección más importante del Concurso de Ganadería y Agricultura /454/ es la dedicada al ganado vacuno y comprende nueve categorías divididas en varias
secciones.
La primera categoría es la titulada Raza Pirenaica o del país, sin
pigmentación, y en ella se conceden los premios siguientes:
Novillos y toros |
De 1 a 2 años (sin dientes permanentes) |
1er premio |
250 |
2º premio |
200 |
3er premio |
150 |
De 2 años en adelantes (con dos o más dientes
permanentes) |
1er premio |
250 |
2º premio |
200 |
3er premio |
150 |
Novillas y vacas |
De 1 a 2 años (sin dientes permanentes) |
1er premio |
125 |
2º premio |
100 |
3er premio |
75 |
De 2 a 3 años, en estado de lactancia o con
signos evidentes de preñez (más de dos dientes permanentes) |
1er premio |
150 |
2º premio |
125 |
3er premio |
100 |
De tres años en adelante, en estado de
lactancia o con signos evidentes de preñez (más de dos dientes
permanentes) |
1er premio |
200 |
2º premio |
150 |
3er premio |
125 |
En la segunda categoría está comprendida la misma raza de la primera, pero con
pigmentos en las mucosas y partes depiladas. Hay en esta categoría las mismas
secciones y subsecciones que en la anterior y se conceden exactamente los mismos
premios;
La tercera categoría es la de la Raza Schwitz-guipuzcoana y los
premios son los siguientes:
Novillos y toros |
De 1 a 2 años (sin dientes permanentes) |
1er premio |
250 pesetas |
2º premio |
200 |
3er premio |
150 |
4º premio |
100 |
De 2 años en adelantes (con dos o más dientes
permanentes) |
1er premio |
250 |
2º premio |
200 |
3er premio |
150 |
4º premio |
100 |
Novillas y vacas |
De 1 a 2 años (sin dientes permanentes) |
1er premio |
125 |
2º premio |
100 |
3er premio |
75 |
De 2 a 3 años, en estado de lactancia o con
signos evidentes de preñez (más de dos dientes permanentes) |
1er premio |
150 |
2º premio |
125 |
3er premio |
100 |
De tres años en adelante, en estado de
lactancia o con signos evidentes de preñez (más de dos dientes
permanentes) |
1er premio |
200 |
2º premio |
150 |
3er premio |
125 |
La cuarta categoría comprende los ejemplares de raza pura Schwitz
importada, y se anuncian tos premios siguientes:
Novillos y toros |
De 1 año en adelante |
1er premio |
250 pesetas |
2º premio |
175 |
Novillas y vacas |
De 2 a 3 años, en estado de lactancia o con
signos evidentes de preñez (más de dos dientes permanentes) |
1er premio |
75 |
2º premio |
50 |
De tres años en adelante, en estado de
lactancia o con signos evidentes de preñez (más de dos dientes
permanentes) |
1er premio |
125 |
2º premio |
75 |
En la quinta categoría van comprendidos los animales mestizos
Schwitz pirenaicos, y se ofrecen estos premios:
Novillas y vacas |
Sección 1ª De 1 a 2 años (sin dientes
permanentes) |
1er premio |
150 pesetas |
2º premio |
100 |
3er premio |
75 |
4º premio |
50 |
Sección 2ª De 2 a 3 años, en estado de
lactancia o con signos evidentes de preñez (más de dos dientes
permanentes) |
1er premio |
200 |
2º premio |
150 |
3er premio |
100 |
4º premio |
50 |
Sección 3ª De tres años en adelante, en estado
de lactancia o con signos evidentes de preñez (más de dos dientes
permanentes) |
1er premio |
200 |
2º premio |
150 |
3er premio |
125 |
4º premio |
100 |
En la sexta categoría entran los lotes de vacas lecheras en estado de
Jactancia, y los que opten a premio han de componerse, por lo menos, de tres
vacas que no concurran a ninguna otra categoría del mismo Concurso . Se conceden
tres premios: uno de 200 pesetas, otro de 175 y de 150 el tercero.
En esta categoría se conceden también un premio de 5° pesetas y otro de 25,
en cada una de las razas Schwitz y Pirenaica, para las vacas que, con una
producción diaria de 14 litros de leche como mínimum y con relación al peso vivo
y a la época del último parto, den leche más rica en materia grasa.
Hay también una sección especial para premiar los terneros de las razas
Schwitz y Pirenaica, criados con leche hasta los ocho meses d-e edad. Los
premios son: uno de 75 pesetas, otro de 5° y dos de 3°.
En la séptima categoría se conceden un diploma de honor y 750 pesetas al
mejor lote de ganado vacuno de raza del país, compuesto, por lo menos, de
un toro de más de un año, una novilla de uno a tres años y dos vacas de más de tres años .
En la octava categoría hay un diploma de honor para el mejor lote de raza
Schwitz, en las mismas condiciones que el anterior.
y por último, en la novena categoría, se ofrece un diploma de honor al mejor
lote de ganado vacuno procedente de cruzamiento de vaca del país, con toro
Schwitz.
Además, estos lotes de las categorías 7, 8 y 9. son los únicos que pueden
aspirar al premio especial, consistente en un hermoso collar con campana y el
escudo de Guipúzcoa, que se adjudica al lote que tenga mayor mérito por su
presentación, conjunto y condiciones peculiares a su raza.
Hay asimismo, para cada una de las razas Pirenaica y Schwitz, un campeonato
de toros, en el que se otorgan premios de 250 pesetas y magníficos collares con
campana y escudo de Guipúzcoa.
La sección de ganado caballar comprende los ejemplares nacidos en el
país y dedicados a la reproducción, y abarca estas categorías:
Ganado de pastoreo |
Potros y caballos de 2 años en adelante |
1er premio |
100 pesetas |
2º |
75 |
3º |
50 |
4º |
25 |
Potrancas y yeguas |
1er premio |
100 pesetas |
2º |
75 |
3º |
50 |
4º |
25 |
Ganado de cuadra o establo |
Potros y caballos de 2 años en adelante |
1er premio |
100 pesetas |
2º |
75 |
3º |
50 |
Potrancas y yeguas de 2 años en adelante |
1er premio |
100 pesetas |
2º |
75 |
3º |
50 |
Crías del semental provincial |
1er premio |
100 pesetas |
2º |
75 |
3º |
50 |
En la sección de ganado asnal hay premios de 100, 75, 50 y 25 pesetas
para los burros de uno a cinco años y otros iguales para las burras.
En la de ganado de cerda se conceden premios de 100, 75 ,50, 25 y 15
pesetas para los verracos de más de ocho meses de edad y otros idénticos para
las cerdas con crías o en estado de preñez.
En la de ganado lanar (raza del país) se ofrecen premios de 50, 40, 30
y 20 pesetas a los carneros y otros iguales a las ovejas.
Para los animales de corral se halla establecida esta clasificación (
199):
Gallos y gallinas (raza del País) |
1er premio |
50 pesetas |
2º |
40 |
3º |
30 |
Gallos y gallinas (raza andaluza y similares) |
1er premio |
50 pesetas |
2º |
40 |
3º |
30 |
Gallos y gallinas (razas extranjeras) |
1er premio |
50 pesetas |
2º |
40 |
3º |
30 |
4º |
20 |
5º |
10 |
Gansos |
1er premio |
25 pesetas |
2º |
20 |
3º |
15 |
Patos |
1er premio |
20 pesetas |
2º |
15 |
3º |
10 |
4º |
5 |
Palomas |
1er premio |
15 pesetas |
2º |
10 |
3º |
6 |
4º |
5 |
Conejos |
1er premio |
20 pesetas |
2º |
15 |
3º |
10 |
4º |
5 |
Para premiar las mejores máquinas, herramientas y utensilios agrícolas,
hay cuatro medallas de plata y cuatro de bronce.
Los grupos de productos agrícolas que al Concurso acuden y los premios
que han de concederse, se ajustan a la clasificación siguiente:
Mantequilla fresca. |
1er premio |
20 pesetas |
2º |
15 |
3º |
10 |
4º |
5 |
Quesos de leche de oveja |
1er premio |
20 pesetas |
2º |
15 |
3º |
10 |
4º |
5 |
Quesos de leche de vaca |
1er premio |
20 pesetas |
2º |
15 |
3º |
10 |
4º |
5 |
Mieles y ceras |
1er premio |
20 pesetas |
2º |
10 |
3º |
5 |
Sidras |
1er premio |
Medalla de plata |
2º |
plata |
3º |
Medalla de bronce |
4º |
bronce |
Chacolíes |
1er premio |
Medalla de plata |
2º |
Bronce |
Cereales |
1er premio |
20 pesetas |
2º |
10 |
Leguminosas y otras |
1er premio |
20 pesetas |
2º |
10 |
Raíces y tubérculos |
1er premio |
30 pesetas |
2º |
20 |
Al agricultor que en mejores condiciones de producción
cultive un prado |
premio |
100 pesetas |
A los dueños de establos en mejores condiciones de instalación
e higiene |
1er premio |
200 pesetas |
2º |
100 |
La sección de horticultura es también completa en estos
Concursos. Abarca plantas verdes de cultivo y de adorno (de aire libre y de
invernadero),. plantas en flor (de aire libre y de invernadero), plantas
forzadas cultivadas para frutos (uvas en tiestos, fresales para frutos, ananás,
etc.), productos de los viveros (árboles de adorno, frutales y para
repoblaciones), flores cortadas para ramilletes, frutas frescas (uvas, manzanas
y peras de cuchillo, ídem de sidra, melocotones, pavías, ciruelas, fresas,
etc. , naranjas, limones...), frutas secas (almendras, nueces, avellanas),
frutas conservadas en desecación (pasas, ciruelas, albérchigos y albaricoques),
hortalizas de estación y legumbres secas. Casi todos los premios de esta sección
son medallas de plata y bronce; solo se premian en metálico las mejores
colecciones de doce piezas de manzanas de cuchillo y de sidra.
Hay también premios para el fomento de la apicultura. Se conceden
dos, uno de 50 y otro de 25 pesetas a los agricultores o particulares que
posean colmenas de mayor cantidad y mejor estado de producción.
/458/ Como ya veremos luego, la Excelentísima Diputación concede mucha importancia
a las repoblaciones forestales. Prueba palpable de ello son los premios
que en estos Concursos ofrece a los Ayuntamientos y particulares que secunden su
iniciativa.
A los Ayuntamientos concede diploma de honor y medalla de plata si durante los dos últimos años han repoblado, por lo menos, 30 hectáreas de
monte comunal; mención honorífica y medalla de plata si han repoblado 20
hectáreas, y mención y medalla de bronce si han repoblado 15 hectáreas.
Alos particulares se les otorgan premios de 200, 150, 100, 75 y 50 pesetas,
según sean doce, diez, ocho, seis o cuatro las hectáreas de monte que hayan
repoblado.
En estos Concursos pueden establecer exposiciones colectivas los
sindicatos agrícolas, Cajas rurales, Sociedades de seguros mutuos contra los
temporales, pedriscos, etc., y los Jurados pueden concederles varios premios de
300 y 200 pesetas.
Por último, en estos Concursos hay también premios en metálico para
material de enseñanza agrícola, colecciones, modelos, dibujos, herbarios,
etc.
Bien claramente se echa de ver, después de examinado este amplio cuadro al
que se ajustan los Concursos de Agricultura y de Ganadería que anualmente
organiza la Excelentísima Diputación, el interés con que la Provincia mira
cuanto se refiere a su riqueza pecuaria y agrícola.
Durante los días señalados para la celebración del conjunto de Fiestas
euskaras, suelen tener lugar varios actos relacionados con los Concursos.
Antes del comienzo de las fiestas se hace ardua labor de recepción, examen,
medición y clasificación de cuantos animales, utensilios, máquinas y productos
agrícolas llegan con destino al Concurso, y los Jurados de las diversas
secciones los califican y otorgan los premios.
El día de más afluencia, el principal de todas las fiestas, domingo, a las
nueve, se abre la Exposición de animales, objetos y productos presentados, que
se dispone en la más amplia vega de la villa. La Diputación tiene material
propio adecuado para preparar debidamente la Exposición y lo transporta cada año
al pueblo en que han de celebrarse los Concursos. El material es abundantísimo:
además del cierre general que abarca toda la enorme instalación, se montan
departamentos apropiados para cada sección y subsección de ganados, etc.,
jaulas enormes y bien distribuidas para los animales de .corral, magníficas
estanterías para la exhibición de los distintos productos .agrícolas, adecuados
tablados y escaparates para flores, plantas, frutas y hortalizas, varios
pabellones elegantísimos para exposición de cuadros estadísticos, gráficos,
datos comparativos, fotografías., dibujos, albums, memorias, etc., todo ello
redactado y dispuesto por el personal de la Diputación, que con este motivo
atrae hacia sí anualmente bien merecidos elogios de cuantos inteligentes
examinan esta sección. Se ponen también otros pabellones /459/ para oficinas y diversos
trabajos, y en toda la instalación, que es muy
pintoresca y de agradabilísimo aspecto, reinan la esplendidez y el buen gusto.
Al abrirse la Exposición, los diversos animales y objetos premiados ostentan
carteles con los premios merecidos, y el público desfila por los anchos paseos
abiertos entre las distintas instalaciones, contemplando aquel alarde de riqueza
guipuzcoana, signo del bienestar general de nuestro país. No hay lugar de
Guipúzcoa del que, aprovechando la festividad del día, no concurran muchísimos
baserritarras a extasiarse ante las magníficas vacas, cerdos y ovejas y
los frutos exuberantes de los manzanos y del maíz,
Al comenzar la tarde, en uno de los pabellones de la Exposición se entrega
la segunda mitad de su premio a los expositores premiados en el Concurso del año
anterior y que hayan cumplido las condiciones exigidas, y terminado este acto,
la Excelentísima Diputación, la Corporación municipal del lugar y los invitados
de calidad giran la visita oficial al Concurso y a continuación se entrega a
cada expositor laureado la primera mitad del importe de sus premios. A las cinco suele verificarse en la plaza pública de
la villa un soberbio desfile del ganado premiado ante otro amplio y bien
adornado pabellón que también se lleva a todos los pueblos y desde el que
presencian el deslizarse de la interminable fila de ejemplares premiados la
Excelentísima Diputación, el Ayuntamiento, las Corporaciones y particulares
invitados, los jurados y el personal que ha intervenido en la organización de
los Concursos.
En resumen: estos Certámenes de Agricultura y Ganadería revisten tal
importancia, están tan admirablemente organizados y se verifican con tal
desprendimiento, que no creemos que haya provincia que iguale en ello la
nuestra. Y de tal modo estos Concursos han servido, aparte de otras razones, de
acicate a nuestros caseros, que en pocos años la riqueza pecuaria de Guipúzcoa
ha mejorado en proporciones increíbles. y a medida que la riqueza aumenta, la
importancia de los Concursos tenía que crecer también y ha crecido, como puede
el lector ver en este cuadro, en el que figura, año por año, el número de
ejemplares que ha acudido a cada sección de los Certámenes o el de los premiados
en los mismos. Hacemos esta distinción porque no es posible recoger datos que
permitan expresar el número de presentados a los Certámenes, ya que en todos
ellos no se han llevado con la misma escrupulosidad los detalles. En el cuadro
que va a continuación figuran los ejemplares presentados a los Certámenes
en las casillas correspondientes a los años 1896, 1897, 1898, 1899 y 1900; tan
solo los ejemplares premiados, en los años 1901 a 1907, y todos los
presentados de 1908 en adelante. Además conviene hacer constar que en todos los
Certámenes se ha contado como un ejemplar a cada lote presentado, con opción a
premio del conjunto {200).
En este otro cuadro podrá ver el lector en qué proporción han ido aumentando
desde el año 1896, en que comenzó el ciclo de estos Concursos, las cantidades
gastadas en cada uno de ellos y las destinadas exclusivamente a premios, así
como también podrá examinar en qué proporción han ido creciendo los presupuestos
de Agricultura y Ganadería:
Certámenes de
agricultura y ganadería (1896-1913). Estadística
Granja provincial de Fraisoro. -Desde que se cerró en 1867 la Casa Modelo
de Yurreamendi, permanecía la Provincia sin un campo de experimentación en
donde se pudiera atender al fomento de la agricultura y ganadería, enseñando
prácticamente al labrador las ventajas de determinados /461/ cultivos y la superioridad de algunas razas de animales, al mismo tiempo que
se le instruía en los modernos procedimientos de las industrias rurales.
Comprendiendo la Diputación las ventajas que pudieran alcanzarse para la agricultura en general con el establecimiento de una granja dedicada a
estos fines y tan pronto como el erario provincial se halló en disposición de
atender con cierto desahogo a los gastos que podía ocasionar su implantación a la
altura que exigían las necesidades de entonces, puso el asunto a estudio a fines
del año 1895 para dar forma al pensamiento en la forma más práctica y viable. Al
comenzar el año 1896 se ponía en ejecución el proyecto, tomando en arriendo la
finca Fraisoro, situada en la jurisdicción de Cizurquil, muy cerca de la
estación de Villabona, con una renta de dos mil pesetas anuales por un plazo de
15 años, prorrogables por otros 15, con la facultad de compra, dentro del
plazo de arriendo, por parte de la Diputación, en la cantidad de 50.000
pesetas, como se realizó. Una vez en posesión de la finca, se dispuso la manera
de utilizar los frutos pendientes y se procedió a la labra, sembrado, abono y
modificaciones consiguientes, ordenándose al personal facultativo de la
Diputación el levantamiento de un plano taquimétrico detallado de la posesión,
con curvas de nivel de cinco en cinco metros, para su más fácil estudio y
comparación de mejoras en su día; y como el antiguo edificio no reunía
condiciones para el objeto, se consideró indispensable la inmediata construcción
de una cuadra aislada y bien acondicionada, y ya en Septiembre se anunciaba la
subasta de varias obras más, que en conjunto ascendían a 83.329 pesetas.
Se nombró Director de la Granja, practicáronse los trabajos de roturación, encalado y afemado de los terrenos, siendo una de las primeras labores
la preparación de la parcela Atariko-soroa, para la siembra de alfalfa.
Durante el invierno se procedió al derribo de árboles viejos, corte de
argomales, etc. , para la preparación de herbales, con el objeto de acopiar heno
para los inviernos sucesivos. En 1896 pudieron henificarse 200 arrobas de
hierba, y el aumento fue tan importante que en 1899 pasaron de dos mil las del
primer corte, sin contar el segundo y tercero, que se dejaron para su consumo en fresco.
En 1897 se trajeron de Suiza doce toros y diez vacas raza pura Schwitz, y quedando las vacas y dos toros en la Granja, se repartieron los otros diez
toros restantes a paradas convenientemente señaladas.
Una vez que estuvo la finca bien dispuesta, los trabajos de experimentación
dieron comienzo en 1901 en mayor escala. Dentro del plan entraba la propagación
de los abonos y cultivos forrajeros; introducción de máquinas útiles; estudio de
variedades nuevas y mejora del ganado; fomento de las sociedades agrícolas.
En 1903 se trajeron otros veinticinco toros Schwitz, que también fueron
distribuidos por los pueblos.
/462/Se han estudiado comparativamente en la Granja las razas pirenaica, normanda,
holandesa, Schwitz, Simenthal, Hereford y Jersey. La conclusión de estos
experimentos ha sido la obtención de la raza Schwitz, por cruzamiento continuo
de las vacas con toros de esta pura raza. Con este objeto en 1906 se importaron
otros treinta toros de esta raza con igual destino que los anteriores.
Para la mejora de la raza pirenaica, se importaron por aquella fecha catorce
toros de la misma raza del Pirineo francés.
A consecuencia de la invitación insistente que hicieron a la Provincia la
Asociación de Ganaderos y la Remonta en el Concurso de Ganados de Madrid de
1908, trajo la Diputación un hermoso ejemplar de pura raza árabe, estableciendo
así la primera parada Hípica-Provincial, que ha dado brillantes resultados.
Hay además en Fraisoro cochiqueras, en donde se han hecho pruebas de
selección del ganado cerdal y cruzamientos de las razas del país con la
Yorkshire y Craon, habiéndose llegado a la creación de un tipo especial de
aceptación creciente.
En los corrales de aves existen representaciones de las razas Faverolles,
Plimouth Rock, Langsham, andaluzas y del país entre las gallinas, y las de Rouen,
Pekín y Sueca entre los patos.
Hay un amplio conejar en la huerta.
También se han construido tres grandes silos para la conservación del forraje verde el invierno.
Para la producción de la fuerza motriz y suministro de fluido eléctrico para
alumbrado de la Granja y sus dependencias y de la Casa-Cuna, que se halla
enclavada en la parte alta de la finca, existe un motor hidráulico y su
correspondiente dinamo.
Aparte de lo expuesto, lo que más caracteriza a la Granja, por la
trascendental importancia que tiene para la mejora agro-pecuaria, es la Escuela
de Agricultura y Lechería, que se halla establecida en la misma.
Para la enseñanza práctica de la agricultura dispone de un dominio rural de
27 hectáreas, en el cual se efectúan todos los cultivos forrajeros con arreglo a
los procedimientos racionales de la agronomía moderna. Cereales, leguminosas,
raíces forrajeras y alimenticias, praderas naturales, artificiales y temporales
ocupan el suelo. Se han llevado a cabo numerosos ensayos a fin de mostrar la
influencia de las diversas operaciones de cultivo sobre los rendimientos, el
valor de las variedades y la acción de los abonos. Se ha instalado un
laboratorio químico con objeto de verificar investigaciones agrícolas, análisis
de tierras, de abonos y de productos agrícolas.
En la huerta, muy bien orientada, se cultivan toda clase de legumbres y
hortalizas, y se atiende a la arboricultura y floricultura.
La lechería, montada según los últimos adelantos, posee pasteurizadoras, /463/ refrigerantes, desnatadoras, centrífugas, mantequeras,
amasadoras,
prensas, etc. Todas estas máquinas están movidas por fuerza hidráulica, y el
promedio de la producción de mantequilla, estos últimos tiempos, ha sido de
20.000 kilogramos anuales.
Actualmente cuentan los establos de Fraisoro con 25 cabezas de vaca Schwitz y
Schwitz-pirenaicas y dos toros de la primera raza.
En 1910 se estableció en Fraisoro una estación pomológica y sidrería
experimental.
Constituyen los pertenecidos de la finca Fraisoro 27 hectáreas de terreno,
distribuidas en la siguiente forma:
Praderas naturales. 8,00 hectáreas.
Pastos 1,50 h.
Manzanales en prados. 2,00 h
Tierras de labor 6,50 .
Castañales 3,50.
Robledales 3,75.
Helechal y argomal 2,00 .
Total. 27,25 hectáreas (203).
Sociedades de seguros para accidentes de ganados. -..Desde tiempos
antiguos figuran en esta Provincia las Hermandades o Cofradías, sostenidas más
bien por la buena fe de los asociados que por la bondad de su organización. La
Diputación, queriendo acudir a organizarlas en beneficio de sus administrados,
creó con fecha 8 de Febrero de 1903, bajo su patrocinio, una sociedad de
carácter provincial, que alcanzó en 1905 la cifra de 1.500.000 pesetas
aseguradas, valor de las 3.800 cabezas de ganado inscriptas.
La extensión del campo de seguro y la falta de inspección hicieron que dicha
sociedad no pudiera atender a los gastos y se disolvió el 3° de Junio de 1901
con un importante déficit.
La misma Junta Directiva de aquella sociedad propuso a la Diputación la
reorganización de la sociedad en forma distinta, siendo aprobados el reglamento
general de Sociedades Locales de Seguros y el de la Caja de Reaseguros
Provincial con fecha 30 de Junio y 10 de Diciembre de 1907, respectivamente. Con
esta nueva organización funciona una sola sociedad en cada término municipal y
se rigen y administran por sí mismas, aunque sujetas a un reglamento único para
toda Guipúzcoa, con la intervención del Reaseguro, para conocer el número de
asociados, reses y capital, como también el número de siniestros, su origen,
etc.
La Caja de Reaseguros empezó a funcionar el 1º de Enero de 1908 y tiene el
doble carácter de compensar a las sociedades locales, haciéndose cargo del
exceso de mortalidad que ocurra en ellas desde el 2 y medio por 100 anual, y el
de tomar a su cargo el servicio de epizootias o enfermedades /464/ infecto-contagiosas, llegando, con sus auxilios y medidas profilácticas, a
los puntos donde aparecen esta clase de enfermedades. Constituye el fondo de
esta Caja una tributación impuesta por la Diputación sobre las reses que se
sacrifican para el consumo, y además el 3 por 100 del valor líquido de los
siniestros que hayan ocurrido en las sociedades afiliadas a la Caja, todas las
cuales funcionan con la denominación única de Anaitasuna.
Guipúzcoa en los Concursos de Ganados de Madrid. Este esfuerzo,
realizado por la Diputación Provincial de Guipúzcoa para el fomento de la
ganadería, secundado por muchos particulares, que han coadyuvado eficazmente a
tan magna obra, ha dado el resultado apetecido, mejorando las razas de ganado
del país en proporciones inesperadas, como lo prueban los éxitos
alcanzados en los diferentes certámenes en que toma parte. En el Concurso
celebrado en la Florida de Madrid del 22 al 28 de Mayo de 1908, Guipúzcoa estuvo
dignamente representada y constituyó la nota más saliente de la Exposición,
tanto por la cantidad y calidad del ganado presentado, como por la significación
de su asistencia, demostrativa de que, con su especial régimen administrativo,
atiende, con el mayor interés y entusiasmo, servicios de tan vital importancia,
para el porvenir de la Nación, como los que afectan a la Agricultura y
Ganadería.
Instalación de productos agrícolas
[Il. no disponible]
La instalación de esta Provincia se hallaba constituida por un Pabellón
Central de nueve metros de largo por cuatro y medio de ancho, en el que se
expusieron los cuadros y gráficos preparados para dar a conocer los métodos empleados para
el fomento agro-pecuario. A derecha é izquierda de este
pabellón Central había dispuestos dos pabellones laterales, en los que se
acomodó el ganado vacuno y cerdal que se inscribió en el Concurso. El conjunto
de la instalación tenía una longitud de 60 metros y se hallaba artística y
elegantemente decorado con escudos de los pueblos y banderas y gallardetes,
presentando un soberbio golpe de vista que destacaba notablemente del resto de
las instalaciones hechas en el recinto del Concurso. El Pabellón Central se
hallaba, además, adornado con macizos de plantas y flores.
Se hallaba el Pabellón de Guipúzcoa custodiado por un cabo y dos miqueletes y
asistieron, además, el presidente de la Diputación, dos diputados provinciales,
el director de la Granja Fraisoro, dos veterinarios provinciales y dos empleados
de la Diputación que daban explicaciones de los cuadros y gráficos presentados
al Concurso y expuestos en el Pabellón Central, que eran una demostración de
arte y de buen gusto, que llamaron la atención de los visitantes, pudiendo
citarse, entre las personas que honraron con su presencia la instalación, a S.
M. el Rey, la infanta Isabel, los infantes Don Carlos y Don Fernando con las
respectivas Infantas, el presidente del Consejo de Ministros señor Maura,
varios ministros, generales y muchísimas personalidades de la Corte y la mayor
parte de los guipuzcoanos residentes en ella, a todos los cuales se les ofrecía
leche ordeñada en el acto.
El ganado vacuno lo constituían ocho toros y doce vacas, divididos en cinco
lotes: de raza pirenaica degenerada; raza pirenaica, mejorada por selección;
raza Schwitz-guipuzcoana; raza pura Schwitz, y raza Simmenthal.
También presentó ganado cerdal. Obtuvo la Provincia en este Concurso cuatro
primeros premios, un suplementario, uno especial y tres segundos, dos medallas
de oro, dos menciones honoríficas y una mención especial, que importaron en
junto 3.500 pesetas en metálico, las cuales cedieron a favor de la Asociación de
Ganaderos, organizadora del Concurso, con el objeto de que se creasen en el
próximo una o dos recompensas en nombre de Guipúzcoa, que con este proceder
quiso contribuir a la generosa y patriótica labor comenzada por la Asociación
para fomentar la riqueza pecuaria de España.
Independientemente de estos premios, concedidos a la representación oficial
de Guipúzcoa, los ganaderos guipuzcoanos, que particularmente concurrieron al
Certamen, obtuvieron un primer premio de 600 pesetas, otro suplementario de 350,
un segundo de 300 y una mención honorífica y 150 pesetas.
El éxito alcanzado por la Provincia fue indiscutible y nadie puso en duda el
lugar preeminente que ocupó en aquel Concurso.
Animada por este triunfo y por el estado de prosperidad creciente en que
proseguía la riqueza pecuaria de Guipúzcoa, accediendo a invitaciones valiosas
que recibió en este sentido, se presentó de nuevo en el Concurso /466/ celebrado por la misma Asociación en
Mayo de 1913 en la Corte,
presentando nuevos ejemplares de ganado de todo género y aportando datos
interesantes relacionados con la riqueza pecuaria. Como resultado de la inmensa
labor realizada por la Provincia, se expusieron admirables gráficos que daban
idea exacta de los reglamentos, de la producción láctea y sus derivados,
mantequillas, quesos, gota de leche, etc.; de las plagas que azotaron nuestro
ganado vacuno; de sus enfermedades más comunes, estudiando el microbio al
microscopio, y en magníficas preparaciones al natural de partes enfermas; la
distribución en que por toda la Provincia se hallan repartidas las paradas de
sementales, marcando las zonas del ganado pirenaico y del suizo-guipuzcoano;
álbumes de los Concursos anuales de la Provincia, en los que de
día en día, y merced al gráfico fotográfico se iba notando la transformación
progresiva de nuestros bovinos.
Ejemplares de ganado vacuno que obtuvieron primeros premios.
Clisé de Seguí
En minuciosos y excelentes mapas se encontraba el estudio de nuestra
Provincia por el subsuelo y las rocas eruptivas, para deducir las condiciones de
su capa vegetal y proceder conforme a este método científico a nuestra
repoblación forestal, marcada año por año en su avance por árboles que de
invisibles se van haciendo corpulentos, a medida que la Provincia, venciendo mil
obstáculos, logra extender sus repoblaciones, dedicando cada vez mayores
cantidades a tan importante problema.
Inmenso compilador; precedido de meritísima portada, hecha a pluma, encerraba
todas las disposiciones emanadas de nuestra dirección forestal /467/ en el desarrollo de trabajo tan interesante, con las planas correspondientes
y las variedades de árboles plantadas.
Se exhibían, asimismo, colecciones completas de los maíces que se cultivan en
la Región y de sus enemigos, coleccionados, a su vez, en crisálidas, gusanos y
mariposas.
Un bonito muestrario de algunas de las variedades de las mejores manzanas de
sidra daba a conocer una de las principales ramas de nuestra riqueza.
Se expuso también una vista en relieve de la Granja de Fraisoro con su
casa-cuna, gallineros, conejeras, cochiqueras, molino y demás dependencias,
además de todos sus terrenos y variedades de cultivo, que constituía una
verdadera obra de arte.
Con todos estos elementos, el Pabellón de Guipúzcoa fue la admiración de
cuantos lo visitaron y constantemente se halló lleno de curiosos que
hormigueaban con afán, admirando el colosal esfuerzo llevado a cabo y tomando
notas, pidiendo datos é impresos, estudiando los gráficos y hojeando los álbumes.
Todas las mañanas, a la vista del público, se fabricaba, con la leche
ordeñada de la víspera, la famosa mantequilla conocida por « de Fraisoro » ,
siendo muchas las personas, algunas de gran relieve, que asistían a esta lección
práctica industrial con sus libros de notas y apuntes.
El resultado, obtenido no pudo ser más brillante, como puede verse por la
relación de los premios que le fueron concedidos en el acto de la
clausura, presidido por S. M. e. Rey, el 27 de Mayo del año indicado.
Raza pirenaica. En esta sección y en su capítulo de toros adjudicaban un
primer premio de 400 pesetas, dos segundos de 200 y menciones honoríficas, y habiendo Guipúzcoa presentado dos toros, se le concedió a uno de ellos el
primer premio, más una mención honorífica, y al otro el segundo.
En vacas presentó Guipúzcoa cuatro de puro tipo pirenaico, y dentro de este
tipo, dos de ellas como pareja de arrastre, y les fueron adjudicados el primer
premio de 300 pesetas y el segundo de 150, más una mención honorífica, habiendo
logrado además, la pareja de arrastre, el segundo premio de su sección
correspondiente.
Toros de raza Schwitz, nacidos en España. Se adjudicaban un primer premio de
400 pesetas, un segundo de 200 y menciones honoríficas. Se disputaron los
premios en esta sección, que fue de las más concurridas de la Exposición, la
friolera de 45 toros; Guipúzcoa presentó cuatro, habiendo obtenido el segundo
premio y dos menciones honoríficas.
En la sección de reses vacunas cebadas presentó un toro de nuestra raza
suizo-guipuzcoana y obtuvo el primer premio.
Cruzas de razas extranjeras con españolas. En esta sección Guipúzcoa presentó
un lote de diez vacas de su raza suizo-guipuzcoana, de mérito extraordinario.
La talla del último Concurso al actual, de 1 metro 34,38 centímetros, /468/ subió
a 1metro 40' 44 centímetros. Su producción, de 20 litros de
leche, ascendió a 24, respondiendo todo el conjunto a estas mejoras. Para
Guipúzcoa fue el primer premio de 300 pesetas de la sección, además de crearse
un diploma especial con medalla de bronce como distinción a labor tan benemérita y bien dirigida.
Con estas vacas de trabajo, en su sección correspondiente, en donde se
presentaron varias de regalo, obtuvo el primer premio de 125 pesetas, el
segundo de 100 y varias menciones honoríficas, y con esas mismas vacas se luchó
para obtener el premio de la riqueza en grasas de la leche, mereciendo el primero
de de 200 pesetas y mención honorífica.
Un carnero que obtuvo primer premio. [Ilustración no
disponible]
Ganado caballar. En el Concurso último, viendo el extraordinario progreso
pecuario de la Provincia, la Asociación de Ganaderos y la Remonta invitaron con
insistencia a los Diputados a que se determinaran á. poner mano en la
regeneración del ganado caballar, problema arduo y de difícil solución. La
Excelentísima Diputación tomó buena nota del consejo y se decidió a acometer la
empresa. Adquirió un ejemplar de pura raza árabe, abrió y reglamentó las
épocas y formas del servicio y ya en el Concurso a que venimos haciendo
referencia pudo exponer sus productos, y tal fue la admiración producida por os resultados, que tanto S. M. el Rey como los Infantes Don Carlos y
Don Fernando y los criadores más afamados y los más inteligentes caballistas y
veterinarios, no cesaron de prodigar sus elogios y aplausos a la Diputación. Tan
notables eran los ejemplares presentados, que baste decir que el lote de
potrancos se llevó el primer premio de su sección, 250 pesetas, y el lote de las tres potrancas el
primero de la suya, 300
pesetas, /469/ habiéndosele concedido al semental Sidi, árabe de pura sangre y tal vez el
caballo que más llamó la atención del Concurso, un diploma de honor, mereciendo
la Diputación Provincial, del Jurado, una mención especial por el acierto de
Guipúzcoa en los procedimientos seguidos para transformar su ganado caballar.
Burra
premiada en el concurso. [Ilustración no disponible]
Ganado de cerda. En esta sección presentó Guipúzcoa dos lotes: uno de raza
del país, compuesto de un verraco y dos cerdas de cría con once cochinillos cada
una. Los ejemplares eran tan estupendos y los marranillos tan selectos que
obtuvieron los dos primeros premios de sus secciones, el uno de 300 pesetas y el otro de 350, vendiéndose durante el Concurso todos los
cochinillos.
Operación de marcar a fuego a las reses premiadas
Ganado lanar. Fue la Provincia con dos lotes a disputar los premios
especiales a la raza lacha y a la raza pirenaica. Cada lote lo formaban dos
moruecos y seis ovejas y ambos lotes merecieron los dos primeros premios: el uno
de 250 pesetas, ofrecido por la Asociación General de Ganaderos, y el otro de
200, ofrecido por el Ministerio de Fomento.
Exposición de productos lácteos. En esta sección, en la que más que el valor
absoluto y relativo de los productos presentados se apreciaba la labor social de
la entidad expositora, juzgándola por su finalidad, su intensidad y los
resultados obtenidos con relación al tiempo, según Memoria detallada de la
totalidad de la obra realizada, se adjudicó a Guipúzcoa el diploma de honor por
la exposición de sus mantecas y quesos.
/470/ Procedimientos de elaboración expuestos al público fabricando algún producto
lácteo. Asimismo en este grupo le fue concedida a la Provincia el diploma de
honor por la fabricación diaria de la mantequilla dentro de su Pabellón y a la
vista del público.
Por último Guipúzcoa se hizo acreedora al gran premio, diploma de honor y
2.000 pesetas, designado para la corporación o entidad que, presentando ganado en
el Concurso, tuviera entonces, en vigor y desarrollo, organizados mejores y más
prácticos servicios de fomento pecuario para su respectiva Provincia o Región.
También fueron premiados con una mención honorífica los alumnos de Fraisoro
que acudieron al Concurso, por su cooperación en los trabajos de designaciones
zoométricas .
Así bien mereció un premio de 250 pesetas la Memoria relacionada con la
ganadería de Guipúzcoa, presentada por don Luís Saiz, inspector de la Caja de
Reaseguros Provincial.
Aparte de estos premios, los ganaderos guipuzcoanos que particularmente
concurrieron fueron galardonados con un primer premio y dos segundos, medalla y
diploma de plata.
Se presentaron también dos incubadoras artificiales, que fueron agraciadas
con mención honorífica.
De modo que los premios obtenidos por la Provincia en el Concurso de Madrid,
son: Gran premio, 2.000 pesetas y diploma de honor por el conjunto de la
instalación.
Sección de ganado vacuno. Se le otorgan seis primeros premios, tres segundos
y un octavo; cuatro menciones honoríficas, un diploma y una medalla de bronce.
Ganado caballar. Dos primeros premios, un diploma de honor y una mención
especial.
Ganado de cerda y lanar. Cuatro primeros premios. El Jurado hace en su
veredicto gran elogio de la granja de Fraisoro y le concede diploma de honor.
Por las mantequillas y quesos se le concede otro diploma de honor .
En resumen: resulta que la provincia de Guipúzcoa mereció el gran premio,
doce primeros premios, tres segundos y un octavo; cinco diplomas de honor, un
diploma, cuatro menciones honoríficas, una mención especial y una medalla de
bronce .
Estos brillantes resultados, obtenidos en los dos Concursos de la Corte de
España, en noble lid con los magníficos ejemplares presentados por los ganaderos
de más nombradía de la Nación, demuestran mejor que los elogios que pudiera
dedicarle nuestra pluma, la labor inmensa llevada a cabo por Guipúzcoa para el
fomento de su riqueza pecuaria y el éxito resonante con que ha visto coronados
sus laudables esfuerzos, aumentando la riqueza /471/ imponible de sus pueblos en proporciones extraordinarias, que bien compensan
los sacrificios realizados.
Merced a este constante y bien encaminado esfuerzo, se ha conseguido que la
provincia de Guipúzcoa sea, de todas las de España, la que ocupa el primer lugar
en el censo pecuario con relación a su superficie. Cuenta, en efecto, con 31,3 cabezas por kilómetro cuadrado.
Bien quisiéramos establecer términos de comparación entre las producciones
agrícolas de los tiempos pasados y los actuales y deducir los aumentos graduales
que ha experimentado nuestra riqueza territorial, pero son tan escasos los datos
que hay antiguos y nos merecen tan escasa confianza, que no nos atrevemos a
basar sobre ellos cálculo alguno serio. Sin embargo, aportaremos los pocos que
existen para conocimiento de nuestros lectores.
Resumen de la riqueza territorial de Guipúzcoa, según el censo de I799
Producciones |
Unidad, peso o medida |
Cantidades |
Precio (reales) |
Trigo |
Fanegas |
289.020 |
40 |
Centeno |
Id. |
5.372 |
27 |
Maíz |
Id. |
270.908 |
24 |
Avena |
Id. |
2.149 |
15 |
Habas |
Id. |
2.366 |
32 |
Habichuelas |
Id. |
442 |
38 |
Castañas |
Id. |
9.770 |
15 |
Lino |
Arrobas |
2.261 |
75 |
Cáñamo |
Id. |
232 |
50 |
Vino |
Id. |
6,361 |
12 |
Sidra |
Id. |
131.490 |
6 |
Estadística de cereales y
leguminosas en Guipúzcoa
|
Años |
Producciones |
1908 |
1909 |
1910 |
1911 |
1912 |
1912 |
|
|
|
|
|
|
Superf. sembrada |
|
Quint. m. |
Quint. m. |
Quint. m. |
Quint. m. |
Quint. m. |
Hectáreas |
Trigo |
86.850 |
118.025 |
130.501 |
110.500 |
130.180 |
10.000 |
Maíz |
158.010 |
176.910 |
126.005 |
128.195 |
238.144 |
12.530 |
Cebada |
- |
- |
- |
- |
- |
- |
Avena |
- |
- |
- |
- |
- |
- |
Centeno |
- |
- |
- |
- |
- |
- |
Habas |
- |
- |
- |
- |
16.543 |
7.620 |
Guisantes |
- |
- |
- |
- |
1.035 |
86 |
Judías |
- |
- |
- |
- |
27.134 |
4.520 |
Si calculamos que la fanega de trigo en esta Provincia pesa 42 kilogramos,
que es el mínimum de su peso, resulta que las 289.020 fanegas, que se
recolectaban en 1799, equivalían a 121,388 quintales métricos, que comparados
con los 130.180 recogidos en 1912, nos dan un pequeño superávit de 8.792
quintales, que equivale a una baja proporcional considerable en el cultivo de
este grano, teniendo presente la gran cantidad de tierras que se han roturado en
ese intermedio para labrarlas.
/472/ En cambio si hacemos el mismo estudio comparativo con respecto al maíz, cuyo
peso medio calculamos en 38,64 kilogramos fanega, nos da por resultado que a
fines del siglo XVIII se cogían 104.678 quintales métricos, contra 218.144 que
se recolectaron en 1912, o sea que hoy tenemos una producción más que duplicada
de este articulo.
El centeno y la avena, que antes se sembraban en pequeñas cantidades, han
desaparecido completamente, y si bien se siembra alguna porción pequeña de
cebada, es en tan reducida escala, que no merece la pena de que se la tome en
consideración.
Si del examen comparativo de los precedentes productos agrícolas pasamos al
de la ganadería, los resultados que nos dan los datos que se hallan a nuestro
alcance son los siguientes:
Estado de los bueyes,
vacas y caballos que había en Guipúzcoa el año 1812
/473/ Como se ve, el número de bueyes casi equipara al de vacas, proporción que hoy
no existe, porque el número de éstas es infinitamente mayor en nuestras caserías que el de los bueyes, y esto no solo ocurría a principios del siglo pasado,
a que se contrae el estado que copiamos, sino que en tiempos anteriores ocurría
lo mismo, a juzgar por el gran número de bueyes que figuran en .diversos
transportes. Así resulta el año 1523 que, para llevar las barcas y puente que
por mandato de S. M. hicieron en San Sebastián para el ejército que entró en
Francia, aportó Guipúzcoa 500 yuntas de bueyes de los pueblos de la comarca.
De igual modo vemos con frecuencia que se trasladan a los pueblos de la costa
cientos de yuntas de bueyes para arrastrar al agua los barcos construidos en los
astilleros, como ocurrió con el buque Santa María, de 400 toneladas,
fabricado en 1593 en Zarauz, para cuyo arrastre al mar hubo necesidad de reunir
200 yuntas de bueyes, y para el de San Juan Bautista, de 600 toneladas,
el año 1620, en la misma villa, 300 yuntas.
Esta abundancia de bueyes se debía, indudablemente, a que las vacas eran de
tan escasa corpulencia y fuerza que apenas servían para arrastrar: los
instrumentos aratorios, y para haber conocido este estado de raquitismo de
nuestro ganado vacuno no hay necesidad de remontarse a tiempos tan lejanos, pues
que la generación actual recuerda todavía aquellos ejemplares enclenques y
degenerados, inútiles para el trabajo, por lo cual se veían obligados nuestros
labradores a tener bueyes para toda faena ruda.
El estado precedente de 1812, por estar hecho por el ramo de guerra para
atender al servicio de bagajes, no nos detalla más que el número de bueyes,
vacas y caballos de cada pueblo, dándonos un total de 9.053 de los primeros y
10.085 de los segundos, que hacen en junto 19.138.
En cambio el estado de 1799, a que antes hemos hecho referencia, nos señala
el número de becerros con que contaba, a la sazón, Guipúzcoa, que sería, con
corta diferencia, el mismo de 1812, el cual asciende a 2.107; y aun-o que
queramos añadir a esta última cifra otra igual de terneras, nos dará un total de cabezas de ganado vacuno de 23.352.
Si comparamos estos datos con otros posteriores, veremos que en 1882 había en Guipúzcoa 53.895 cabezas de
ganado vacuno y 148 paradas de toros sementales con 151 toros, sin contar las
paradas particulares,
Del aumento experimentado en tiempos posteriores, nos dará idea el estado
que sigue:
Años |
1908 |
1909 |
1910 |
1911 |
1912 |
58.829 |
61.300 |
79.198 |
51.380 |
78.492 |
Así bien, el estado oficial de 1799 nos dice que había en aquella fecha
14.402 corderos, 584 cabritos, 1.227 cerdos y 9.807 arrobas de lana.
A esto objeta Iztueta (204), muy enterado de la vida pastoril, que cada
oveja, por término medio, da tres libras de lana y que en esa proporción las
9.800 arrobas suponen 81.666 ovejas, y que donde había este número de ovejas nacerían, cuando menos, 65.286 corderos.
También debemos observar que el número de cabritos que se hace figurar en la
Provincia es muy exiguo, si tenemos en cuenta una denuncia presentada por el Comandante de
Marina con motivo del daño que causaban en el
arbolado, diciendo que solo en Oyarzun había más de 5,000 cabras.
Pabellón del Fomento Agro-Pecuario en la Exposición de Madrid
En otros estados de 1842 nos dicen que, en tiempos normales, en los montes
de la Provincia pastaban 6.000 ovejas y 3.000 yeguas y potros y que en la fecha
indicada se había reducido este número a la mitad con motivo de la guerra civil,
a lo que contesta Iztueta en su obra, escrita en 1847, que solo en Zaldivia, su
pueblo, había más de 10.000 ovejas y que, con las de Ataun, Amezqueta e Idiazabal, pasarían de 25,000.
Con razón hemos dicho que los -estados antiguos nos merecían poca fe, porque
nuestros mayores carecían de medios para una investigación verdad /475/ y andaban tanto o más sobrados de desconfianza que sus descendientes. A pesar
de eso hemos querido publicarlos para rebatirlos y evitar el que continuasen
circulando como noticias verídicas.
En el censo de 1880 figura Guipúzcoa con 97.908 cabezas de ganado lanar, que
representa un aumento muy considerable.
En el estado que sigue encontraremos datos recientes, y sin duda más
aproximados a la verdad, del ganado lanar, asnal, caballar y cerdal de la
Provincia:
Ganadería y principales
granjas
Siguiendo los impulsos de la Diputación, las clases cultas de la Provincia han
establecido diferentes casas agrícolas, montadas con sujeción a los gustos
modernos. Especialmente en los servicios é higiene de las cuadras, se han
adoptado todos los adelantos conocidos, para la mejor instalación de magníficos
ejemplares de distintas razas de vacas, dedicadas principalmente a la producción de la leche.
Para que se tenga idea aproximada de la importancia y número de las granjas
particulares a que venimos haciendo referencia, señalamos a continuación algunas de las
más principales:
Ganadería y principales
granjas
Además de éstas hay otras varias; no menos importantes algunas de ellas, que
sentimos no conocer en sus detalles. Tales son las de los señores Olasagasti, en
Igueldo; Beiner, en Oyarzun; Hurtado de Mendoza, en Azcoitia; Baronesa de
Satrustegui, en Pasajes; don José Elosegui, en Bedayo (Tolosa); .Alustiza, en Bedayo (Tolosa); Mendizábal, en Andoain; don Juan
Bautista Larreta, en Andoain (Sorabilla);
don Ignacio de Lardizabal, en Aya, y algunas más que se escapan a nuestra
investigación.
/476/ Don Matías Arteaga y Ursularre, natural de Legazpia y vecino de San
Sebastián, falleció el 15 de Noviembre de 19,07, consignando en su testamento
la fundación de una institución benéfica particular de carácter permanente, con
domicilio en San Sebastián, y que habrá de denominarse «Fundación Arteaga», en
memoria del generoso bienhechor que legó la cantidad de 400.000 pesetas para
costear los gastos de instalación y sostenimiento de una Granja Agrícola
destinada a dar instrucción a jóvenes guipuzcoanos. Los ejecutores de la última
voluntad del señor Arteaga adquirieron en él barrio dé Loyola 18
hectáreas para dicha Granja, y una vez terminada la instalación, se procedió a
su bendición e inauguración el 2 de Agosto de 1910. Existe allí un magnífico
edificio de tres pisos, con instalaciones de sifones, lavabos de piedra y otros servicios
exigidos por la higiene. Cuenta con biblioteca, sala de reuniones,
habitaciones para alumnos y para el Ingeniero-Director, montado todo a la
moderna.
Esta institución tiene por objeto principal poner a los jóvenes que disfruten los beneficios de la misma en condiciones de que puedan dirigir
cualquiera explotación agrícola de !esta Provincia, y para eso se da
gratuitamente asistencia y enseñanza agrícola a jóvenes acogidos del sexo masculino que tengan de
15 a 23 años de edad.
ARBORICULTURA
Desde los tiempos más remotos se han ocupado las autoridades de este solar de la conservación y
fomento del arbolado, único ramo de la
agricultura que merecía la atención de nuestros mayores, y al efecto pudiéramos citar
diversas disposiciones que contiene el libro de los Fueros en su título XXXVIII
y siguientes sobre plantación y corte de árboles, prohibición de dejar las yeguas y cabras en el monte por et daño que ocasionaban en el arbolado, etc.,
a cuyas disposiciones de carácter provincial se podían añadir otras consignadas por los
municipios en sus ordenanzas, tal como el prohibir a los
pastores, en determinado número de años, llevar su ganado a terrenos
incendiados, por considerar causantes de las quemas con el indicado fin a los
encargados de los rebaños.
La Corporación Provincial llegó al extremo de obligar a los pueblos a que
presentasen anualmente testimonios, levantados ante escribano, de los árboles
plantados en sus respectivas jurisdicciones, para castigar con multa de 50 ducados a
los que no hubiesen puesto el mínimum de las plantas señaladas, y conceder el premio
estipulado por cada planta a los que hubiesen
llenado las condiciones acordadas.
A su vez el Estado, por medio del Ministerio de Marina, nombraba
comisionados para el cuidado de los plantíos en los términos de esta Provincia,
especialmente en los terrenos situados a dos leguas del mar y ríos navegables,
/477/ para que fuera más fácil la conducción de dichos materiales de roble
a los astilleros, en donde se construían las naves reales.
Tenía mucha importancia la arboricultura en Guipúzcoa, porque hacían falta
grandes cantidades de carbón y leña para la fundición del hierro en las muchas
ferrerías que había en su jurisdicción, que constituía la industria más
importante del país, al mismo tiempo que le eran necesarios también los árboles
bravos para la fabricación de naves en los muchos astilleros que poseía en la costa, y
para la construcción de edificios.
Como dato que podrá guiarnos a conocer la abundancia de leña que había
en nuestros montes en tiempos pasados, anotaremos que, en 1792, se vendieron en el monte Aralar 900.000 cargas de carbón a una peseta las
16 cargas.
Un hayedo, en Arregui-Enea. Clisé de Nicolás
Lasarte [Ilustración no disponible].
Entre los árboles frutales merece que hagamos mención especial del manzano, de cuyo cultivo en la Provincia hay noticias que alcanzan al siglo
XI. En el diario del viaje que hizo por España en 1524 Micer Andrés Navajero, embajador de
Venecia, se consigna, respecto de la plantación de
este árbol, lo siguiente: «En esta tierra no hay vino" y el trigo que se cría es poco,
pero todo esto lo traen por el mar, de las demás partes de España, donde lo hay
en abundancia; en lugar de viñas se siembran manzanos, de que primero
/478/ hacen almácijas, y cuando ya son grandes los trasplantan con orden, como
nosotros las viñas, y aún más espesos, que se ponen en los jardines, lo cual
hace muy agradable vista y semejan bosques; con las manzanas hacen un vino que
llaman sidra, que es lo que bebe la gente común, y es claro, bueno, blanco, con
un dejo agrio; es saludable a quien a él se acostumbra; para los que no, es
difícil de digerir, daña al estómago y despierta gran sed.
»Hacen esta bebida
con grandes prensas, como nosotros el vino; pero son necesarios más peso y
mayor fuerza». El cultivo de esta planta va adquiriendo en Guipúzcoa intensidad
creciente, y aumenta también en progresión relativa el consumo de la sidra que
se fabrica con el zumo de la manzana.
El país está repleto de manzanales
esmeradamente cuidados, que rinden grandes beneficios al labrador, aunque no dan
fruto mas que de dos en dos años. A veces, en amplias praderas o espaciosas
laderas de suaves montañas, se colocan millares de plantas en líneas bien
ordenadas; tal sucede, por ejemplo, en el manzanal que en Bedayo posee el señor
Elosegui, de Tolosa, considerado como el mayor de Guipúzcoa, y en el que crecen,
lozanos, 5.000 árboles importados de Normandía e injertos con excelentes
variedades del país. Si los estrechos, límites del terreno no consienten
extensas plantaciones, se subdivide el cultivo cuanto sea necesario, y pasando
por manzanales de todas dimensiones intermedias, se llega hasta la plantación
individual, y aquí y allá, donde quiera que haya un palmo libre de terreno, a la
orilla del riachuelo, en la margen del camino, entre dos rocas, se cultiva una
planta que, en tiempo oportuno, ha de producir sabrosas manzanas de mesa o de
las clases que se destinan a ser maceradas en las prensas para extraerles el
zumo dorado de sus entrañas.
Al llegar la primavera, los manzanos se cubren de
preciosas flores rojiblancas, y la Provincia entera parece un inmenso jardín
delicadamente aromatizado y en el que los ojos hallan delicia apacible. Poco a
poco cae la flor de las copas, y la belleza que resaltaba sobre el azul del
cielo luce en el fondo verde de nuestros campos, y durante el verano, en las
ramas que ostentaron la hermosura de las florecillas, crecen sabrosas manzanas
rojas y amarillas, como apoteosis de este ciclo de transformaciones que tantas
fases de belleza pone ante nuestros ojos.
El castaño es otro de los árboles
frutales que abunda en el país, aunque ha desaparecido en grandes cantidades a
causa de la enfermedad de que se ve atacado hace algunos años. Su fruta es de
las de mayor utilidad para la generalidad de los habitantes rurales de la
Provincia, especialmente en su parte alta, que es donde mayor uso se hace.
También debemos enumerar, entre los árboles frutales del país, el nogal,
avellano, peral, higuera, cerezo, guindo, melocotonero, albérchigo, ciruelo,
níspero, membrillo, y en las huertas de la costa algún que otro naranjo y
/479/ limonero, También abunda bastante el madroño en los terrenos cercanos al mar,
pero no se utiliza su fruto, que es muy escaso y soso.
Sin embargo, existe la costumbre en Fuenterrabía, de que los muchachos,
reunidos en grupo numeroso, vayan recorriendo la tarde del día de Todos los
Santos, 1º de Noviembre, las casas de los propietarios, gritando desde la
calle, kaudan, kaudan, duenak ez duenari eman, que quiere decir,
«madroño, madroño, que dé el que tiene al que no tiene». Esto indica que,
antiguamente, los propietarios repartían esta fruta entre los chicos, pero
después, por la escasez sin duda, les echaban desde la ventana castañas y
nueces, y ahora, aunque gritan, nadie les da nada.
En su vista perderán los muchachos el hábito de pedir, y habrá desaparecido
una vieja costumbre que no sabemos desde cuando data.
No podemos menos de señalar también la influencia de las guerras en el
fomento de la arboricultura en nuestra Provincia; pues si bien este azote de la
humanidad ha sido en muchas ocasiones motivo de grandes talas y de destrucción
de montes, no ha dejado de ser alguna vez causa de fomento y desarrollo de la
arboricultura. Sobre todo en la parte fronteriza de Francia, en aquellos tiempos
de continuas guerras con nuestros vecinos, se tenía especial cuidado en que los
montes permanecieran siempre bien poblados de árboles y maleza, a fin de que el
enemigo no pudiera penetrar por sorpresa en nuestro territorio, viéndose por el
contrario obligado a seguir los escasos caminos franqueables, continuamente
custodiados por guardas y escuchas, prontos a dar la voz de alarma que
denunciase su entrada en jurisdicción española, y aun los propios caminos, a
pesar de su poca holgura, solían estar defendidos con dos hileras de árboles
colocados en ambas orillas, con el objeto de derribarlos en caso de invasión
sobre el único paso disponible, y dificultar la marcha de las tropas enemigas,
que se veían de este modo obligadas a detenerse para quitar los obstáculos
acumulados en su tránsito, mientras los nuestros, apostados en sitios
convenientes, hacían fuego sobre el soldado francés.
Aparte de la fabricación de bajeles, de que ya se ha hablado, se dictaron
también diversas disposiciones, que se extendían a la fabricación de las armas de
guerra, como se ve en las Juntas celebradas en Elgoibar en 1606, en las cuales
se da lectura a una R. C.~ fechada el 17 de Marzo, en que se dice que hay gran
escasez de maderas de nogal y fresno para cajas de arcabuces y mosquetes en la
fábrica de Placencia, y se manda que se planten dichas especies de árboles en
cinco o seis leguas a la redonda del indicado pueblo, y la Junta de Guipúzcoa
acordó que las plantaciones de estas especies arbóreas se extendieran a las
jurisdicciones de Elgueta, Mondragón y Eibar, donde así bien se fabricaban armas.
El fresno, por la dureza y consistencia de su madera, no sólo se utilizaba
para la fabricación de las armas de fuego, sino que era cultivado también
/480/ para la manufactura de las armas blancas, a cuyo uso se destinaban las
plantas jóvenes, cuidadas con el mayor esmero, como puede verse eh las
siguientes líneas que tomamos del diario del embajador Navajero, antes citado:
Encino de Garagarza, en Mondragón, al que se
atribuyen de tres a cuatro siglos de existencia
|
«En Toloseta (Tolosa) se hacen muy buenas espadas y se crían las hermosas
astas de lanzas, que se llevan de aquí alguna vez a Italia, y que son de fresno, para lo cual en toda Guipúzcoa y Bizcaya
plantan los fresnos en los huertos y los trasplantan dos o tres veces,
quitándoles todas las hojas y ramas menos las del copete, y así crecen derechos
y hermosos y se hacen las buenas lanzas de jineta y las picas, como antes he
dicho: todo el país está lleno de estos árboles, y es muy agradable ver aquellos
bosquecitos de árboles tan derechos y bien cuidados»
Treinta y siete años más tarde, osea en las Juntas celebradas en Deva en
Noviembre de 1561 , vemos que la Provincia informa, a petición del Gobierno
/481/ central, acerca de la plantación de esta especie arbórea, destinada no ya
sólo a la fabricación dé lanzas, sino también a la de las picas.
Además, había en el país otras especies de árboles que también se destinaban
a la fabricación de pertrechos para la guerra. El año 1592 y siguientes, la
Provincia trabajaba para que un Juan Andrea Rodri, extranjero, viniera a
Guipúzcoa con objeto de construir piezas de artillería de hierro colado, balas y
pólvora.
También se acordó gestionar que se trasladara a esta Provincia la fábrica de
artillería de Navarra y la de coseletes, balas de hierro y pólvora, porque
además del gran coste que resultaba de llevar de Guipúzcoa, como se hacía, el
metal necesario para dicha fabricación a Navarra, existía la circunstancia
favorable de que aquí abundaban los materiales necesarios para la confección de
la pólvora.
Hay que tener presente que para la fabricación de este explosivo se empleaban
el salitre, azufre y carbón, y que el mejor carbón para este caso era, como dice
don Diego de Álava (205), el que se hacía de palo dulce que tuviera corazón,
como son los avellanos, sauce, nogal, vides blancas, saúco y adelfa, y de estas
plantas, con predilección, las ramas más tiernas y nuevas.
Atendiendo al empeño con que en tiempos pasados se miraba a las cosas de la
guerra en esta frontera, por la necesidad en que se veían sus naturales de vivir
siempre dispuestos a la lucha, parece indudable que si no se introdujeron nuevas
especies arbóreas que fueran aptas para emplearlas en la fabricación de armas y
utensilios de guerra, al menos se fomentarían con dicho motivo algunas de las
clases que en el país subsistían.
En otros conceptos no podemos menos de lamentar los efectos de las guerras
que asolaron a este país los siglos XVIII y XIX, originando grandes talas en las
proximidades de los caminos que habían de recorrer las tropas, así como en las
cercanías de las plazas guarnecidas, que se procuraba tenerlas despejadas para
evitar sorpresas, y en las montañas que podían servir de abrigo al enemigo.
A estas causas hay que sumar otras no menos importantes que produjeron la des
población de nuestros montes. Las más importantes son, sin duda alguna, las
leyes de desamortización y las ventas de sus propiedades, que los ayuntamientos
se vieron en la precisión de verificar para atender a los gastos de la guerra de
la Independencia, que si bien motivaron grandemente el fomento de otros ramos de
agricultura al pasar los montes comunales a manos de particulares, que rozaron
muchas tierras y levantaron nuevas caserías, pudiendo anotarse como ejemplo el
caso de Oyarzun, en donde se erigieron, en el período de tiempo comprendido
entre los años de 1809 a 1825, más de 50 caserías, en cambio sufrieron grandes
daños los productos /482/ forestales, porque los montes fueron esquilmados, ya por el temor de
los pueblos de quedarse sin ellos, extremando sus aprovechamientos, ya porque
los adquirentes quisieron pagar con sus vuelos el precio de la venta.
Las enfermedades que de algún tiempo a esta parte infestan nuestras montañas,
atacando principalmente al castaño y al roble, han hecho desaparecer montes
enteros, como sucedió en Oyarzun, donde se calcula que pasan de 100.000 los
castaños perdidos por enfermedad.
El gran número de traviesas que se han colocado en los ferrocarriles y
tranvías, las sierras mecánicas montadas en varios pueblos, las roturaciones de
terrenos para dedicarlos a pastos, el abandono de los propietarios, que no
cuidan del colono, poco afecto al árbol, porque le trae más cuenta
aprovechar el terreno para helechos o yerbas; etc., etc., han sido los motivos
más dignos de tomar en consideración para la crisis forestal que palpamos en
nuestros días, que ha venido a privar a Guipúzcoa de una fuente de riqueza que
ha sido la base de su vida desde los tiempos más remotos hasta nuestros días, y
que debía constituir uno de sus ingresos más saneados en el porvenir, por sus
condiciones climatológicas, que la favorecen con lluvias templadas y
abundantes, y nos están demostrando con su vegetación espontánea el porqué de
esta vegetación tan grandemente foliácea.
Antes de tratar de las disposiciones dictadas por la Diputación para el
fomento de las explotaciones forestales, vamos a hacernos cargo del número de
árboles y clases de los mismos que había en Guipúzcoa a fines del siglo XVIII,
recogiendo al efecto las noticias que nos suministra una estadística que se
hizo en virtud de una R. O. de Febrero de 1784:
Robles trasmochos y bravos
|
5.322.665 |
Hayas trasmochas y bravas
|
4.771.502 |
Castaños trasmochos y bravos
|
894.693 |
Nogales
|
22.710 |
Fresnos
|
51.6994 |
Encinas
|
23.874 |
Álamos
|
298 |
Olmos
|
700 |
Alisos y chopos
|
199 |
Total
|
11.088.335 |
No es fácil poner reparos a las cantidades con que figuran las especies de
árboles que aparecen en las primeras líneas, pero respecto de los olmos, álamos,
chopos y alisos es tan exiguo el número que se les señala, que al hacerse cargo
Iztueta en su libro (206) de este estado, dice que hay cientos de caseríos en
Guipúzcoa que cuentan por sí solos con mayor número de estas especies arbóreas
del que se consigna para toda la Provincia en aquel trabajo. En el estado
precedente no figuran tampoco el acebo, laurel, abedul, tejo, temblón y otras
variedades que de antiguo existen en el país.
/483/ Entre los arbustos más conocidos podemos citar el saúco, espino, enebro y el
boj, que fuera de las huertas no hemos visto más que en los montes de Irún,
hacia Endarlaza. Tampoco figuran la acacia, el pino y otras especies que, si no
eran de uso común, tampoco eran desconocidas en el país. Tal sucedía con el
pinabete, del cual, en las providencias aprobadas por Guipúzcoa en 1738, se
decía lo siguiente: «Siendo los pinabetes únicos y precisos para árboles de
navíos, no hay en todo el distrito de V. S. sino alguno tal cual de este género,
y enseñando la experiencia que trayéndose semilla de los Pirineos, donde tanto
abundan, y sembrándola en hoyadas sombrías se crían muy bien, mandará V. S. .se
tenga gran cuidado de sembrar y guiar este género de árboles, especialmente en
esta ciudad de San Sebastián, Usurbil, Lezo y otros parajes semejantes en que
vendrá mejor y serán más útiles que en los más distantes». En las notas que
enviaron desde Pasajes al Diccionario Geográfico de la Academia, pu blicado en
clisé de Nicolás Lasarte 1802, se decía que aquel
año plantaron pinabetes en el monte Jaizkibel, por noticias que tenían de que antiguamente hubo grandes
pinares. Sin embargo no tomó gran incremento esta especie en nuestros montes.
Respecto de la acacia, tenemos noticias que alcanzan al año 1766, en cuya
fecha decía la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, que su hoja era un
alimento muy apreciable para el ganado, nada inferior al trébol, la alfalfa y la
mielga, siendo muy buena para hacer abundar la leche en las vacas. Añade que en Guipúzcoa viene muy bien, según una noticia que pocos años antes
dio al
público don Juan Bautista de Echegaray, médico titular de San Sebastián, en un
papel impreso con el título de Aviso importante para la agricultura, y
que sería un árbol muy útil si, además del forraje para el ganado, diese con sus
ramas carbón para los ferrones. A pesar de esta nota /484/ favorable, no se generalizó este árbol hasta la apertura de la vía férrea del
Norte, en cuyos terraplenes se plantaron para afianzar las tierras en cantidad
respetable.
Un robledal en Arregui-Enea.
[Ilustración no disponible]
Aparte de la riqueza que representa por sí misma la arboricultura en
Guipúzcoa, mayormente ahora cuando el consumo mundial de madera crece
rápidamente, hay que tener presente que esta Provincia es eminentemente
industrial y que es de la mayor importancia la repoblación forestal de todas las
cuencas de los ríos y muy especialmente sus cabeceras, pues utilizando los
saltos de agua de sus ríos y arroyos para las numerosas industrias, si esas
cuencas están suficientemente pobladas, la corriente de los ríos será normal y
su caudal más igual, mientras que, encontrándose desprovistas de arbolado, los
estiajes serán mayores y ocasiona más pérdida de trabajo.
Del conocimiento de estas circunstancias nació la idea de la implantación del
servicio forestal en Guipúzcoa. La Diputación, en 14 de Mayo de 1902, encargó a
un ingeniero de montes informase acerca del estado de los montes y medidas para
su conservación y repoblación, quien presentó, el 10 de Septiembre de 1902, el
Bosquejo forestal y proyecto de organización del servicio forestal de
Guipúzcoa. Y la Diputación acordó, en 18 de Diciembre de 1902, implantar el
servicio forestal, a cuyo cargo quedaría todo lo concerniente a la conservación
y mejora de los montes comunales de los pueblos, así como el estudio de los
procedimientos más adecuados para el fomento de la repoblación en los montes
de propiedad particular. Encargóse este servicio al personal que se ocupaba de
los servicios agrícolas, y a fines de 1905 nombró un ingeniero de montes para
que le diese mayor incremento. Se nombraron tres celadores de montes, que hoy
son ocho. A este efecto está dividida la provincia en cuatro comarcas, y en cada
una de ellas hay un celador de primera clase y otro de segunda, más los
miqueletes, que, entre otros cuidados, tienen el de la vigilancia de los montes.
Se dictaron reglas para su mejoramiento y aumento; se estimuló a los
particulares propietarios de montes para que procediesen a su repoblación,
dándoles facilidades y auxilio para ello, suministrándoles semillas y
plantas de los viveros provinciales, pudiendo valerse del personal del servicio
forestal; se repartió una cartilla forestal de dos distinguidos ingenieros de
montes; se daban conferencias agrícolas. por los pueblos, intercalando temas
referentes a la conservación y mejora de los montes, y en los concursos
agrícolas anuales se consignan premios a tas repoblaciones forestales,
concediéndoles medallas y diplomas a los ayuntamientos y particulares y
premios en metálico e éstos, no dándoseles de igual modo a los ayuntamientos por
razón de que la Diputación les ayuda en estos trabajos.
Todos los años se reparte un buen número de plantas de los viveros
provinciales a los ayuntamientos y particulares que las solicitan, gratuitamente
a los primeros y mediante una pequeña retribución a los particulares, y cuando
no hay suficientes plantas o falta alguna especie en el vivero, si así /485/ lo desean los peticionarios, se adquieren las clases que se piden,
facilitándoselas a precio de coste, y lo mismo se hace con las semillas, cuya
adquisición se solicita del servicio forestal.
Las cantidades que ha consignado la Diputación a este objeto, son:
Cantidades consignadas y reparto de plantas
Desde los primeros tiempos se dispusieron tres viveros, que a fines de 1915
se convierten en veintinueve, con una cabida de 12' 4498 hectáreas, Además se
han establecido una porción de semilleros volantes en los montes para reponer
las faltas de las mis.mas repoblaciones.
Tres son los conceptos en que podemos examinar el reparto de las plantas que
hace el servicio forestal de la Diputación: el reparto a los particulares, las
plantaciones de las carreteras y las concesiones que se hacen a los ayuntamientos para repoblar los montes comunales.
Aunque los dos primeros conceptos son muy importantes, los beneficios que han
de obtenerse inmediatamente han de ser de la repoblación de los montes
comunales, teniendo en cuenta que la mayor parte están situados en las cuencas
de los ríos :v en sus cabeceras, pues hay que tener presente que si bien un
repoblado puede tardar bastantes años en dar rendimientos maderabIes o leñosos,
sin embargo, desde el momento en que la planta cubre la tierra ya está prestando
grandes beneficios.
El siguiente estado nos dará idea del reparto de plantas que se ha hecho por
el servicio forestal de la Provincia desde sp establecimiento hasta el día:
Cantidades consignadas y reparto de plantas
Dada la costumbre del país de que el ganado ande suelto por los montes, era
condición indispensable el cerramiento con alambre de espino artificial /486/ de todos los terrenos en que se han verificado repoblaciones forestales. La
Diputación facilita el alambre para el cerramiento., así como cuantas plantas
y semillas fuesen precisas. Los pueblos facilitan las estacas necesarias para el
cerramiento, como también los operarios que fuesen necesarios para esta
operación y para las siembras o plantaciones, quedando después de cuenta de los
ayuntamientos el ejecutar las limpias de maleza que son indispensables, bajo la
dirección del servicio forestal.
Las principales especies empleadas en Ias repoblaciones, son: el Pinus
sylvestris, pinus Laricio Atlstriaca, Pinus Laricio Córsica, Pinits Laricio
Calabrica, Pinus insignis, Pinus excelsa, Pinus Strobus, Larix Europea, Larix
Leptolepis, Abies excelsa, Abies Pectinata, Quercus Rubra, y en pequeña
cantidad para estudio y ensayo Abies Balsamea, Abies Orientalis, Abies
Doulglasi, Abies Meciezii y algunas otras.
El pino marítimo Pinus Pinaster y el roble Quercus Pedunculata,
eran dos especies que parecían muy indicadas en este suelo, porque el
segundo se encuentra secular en abundancia y en magníficas condiciones de
vegetación, y al primero se le veía desarrollar perfectamente en muchos sitios,
por de que en los primeros años se les dio la preferencia, pero ya el tercer año
se apercibieron de que al Pinus Pinaster le atacaba una enfermedad que
hizo estragos, desapareciendo completamente, victimas del Pirrodes Notatus,
hasta el punto de que apenas quedó planta, después de tres o cuatro años, y
hubo que arrancar y quemar todos los árboles de esta especie, sustituyéndolos
con otras clases. Afortunadamente desapareció la enfermedad y hoy responde
bien.
Análogamente ocurrió con el roble Quercus Pedunculata, presentándose
el oidium del roble, que está haciendo estragos y hubo que sustituir con el roble
americano Quercus Rubra.
Tampoco se atreve el servicio forestal a plantar castaños porque los destruye
la enfermedad, todavía latente, a pesar de los años transcurridos desde que hizo
su aparición.
También hay en los viveros plantas de acacias, de olmos, álamos, chopos,
fresnos, etc.
NOTAS
(191) Corografía de
Guipúzcoa.
(192) Para redactar esta parte de nuestro trabajo hemos tenido presente la
excelente Memoria publicada por el ingeniero agrónomo don Adolfo Comba, acerca
de El Labrador Guipuzcoano.
(193) 23 de Abril.
(194) 25 de Julio.
{195) El Conde de San Bernardo, en el Progreso Agrícola y
Pecuario
(año 1899).
(196) Primera exposición celebrada en la Provincia, (197) Ultima de esta
serie.
(198) La Excelentísima Diputación tiene un magnífico ejemplar de caballo de
pura raza árabe, traído exprofesamente para mejorar el ganado caballar de
Guipúzcoa.
(199) Los gallos y gallinas deben presentarse en lotes de un macho y dos
hembras por lo menos; los demás animales de corral, en lotes de un macho y una
hembra.
(200) No figuran los años 1914 y 1915 porque en estos años, a causa de la
guerra europea, no se han celebrado fiestas euskaras.
(201) En este presupuesto están consignadas 50.000 pesetas para pago del
caserío Fraisoro e incluidas en la cantidad total indicada.
(202) Desde este año en adelante en el presupuesto de gastos de Agricultura y
Ganadería figuran incluidas 25.000 pesetas, correspondientes a la Caja de
Reaseguros Provincial.
(203) En el tomo General de esta obra pueden verse más pormenores de
esta granja y otras noticias de la agricultura en Guipúzcoa, escritos por don
Vicente de Laffite, con la competencia por todos reconocida.
(204) Guipuzcoaco Condaira, pág. 175.
(205) El perfecto capitán instruido en la disciplina militar (Madrid,
1590).
(206) Guipuzaco Condaira, obra escrita en 1841.
|