NOTICIA DE LAS COSAS MEMORABLES DE GUIPÚZCOA / PABLO GOROSABEL

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LIBRO I

DESCRIPCIÓN DE LA PROVINCIA

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CAPITULO V

DEL ESTADO GEOGRÁFICO ANTIGUO

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SECCION I

De la primitiva división del territorio

 

/190/El territorio que en la actualidad se llama Guipúzcoa, no formó en la alta antigüedad un mismo distrito civil o provincia. Por lo que mira a los tiempos que  precedieron al imperio de augusto, sus habitantes, así como los demás sus habitantes, así como los demás de la costa marítima hasta las Asturias, con el nombre genérico de cántabros, equivalente a montañeses, según diré más extensamente en el capítulo siguiente. Después estuvieron repartidos en las regiones de los vascones, várdulos y caristos, como resulta de las obras de los geógrafos Estrabón, Pomponio Mela, C.Plinio y Claudio Ptolomeo. Sin embargo, tal es la /191/ confusión en que nos han dejado estos escritores, únicos que podrían ilustrarnos en la materia; tal aún la contradicción que al parecer envuelven sus narraciones, que se hace muy difícil fijarse en ella con entera confianza del acierto.

Para convencerse de dicha oscuridad, basta tener presente que al paso que Ptolomeo hace mención de las tres indicadas regiones y gentes que las habitaban, no sucede así respecto de Plinio y Mela. En efecto, aquel cuenta entre los moradores de la costa del mar Océano a los Vascones con su ciudad Olearso, y más al Poniente a los várdulos; pero ninguna mención hace de los caristos, a menos que se quiera considerar por tales a los que llama caietes, lo cual es muy dudoso. Mela, por otra parte, aplica a los cántabros y várdulos toda la costa comprendida desde el río Salia de Asturias hasta Francia, dando a entender que en este trecho no había pueblos caristos ni vascones. Pero este silencio de Plinio,  respecto de los caristos y de Mela en cuanto a los mismos y a los vascones, no puede seguramente tener fuerza contra las tablas mapa y relato de Ptolomeo, el cual en su obra posterior habla de las expresadas tres regiones. Así que todo lo más que aquella omisión de Plinio y Mela, todo lo más que probará es que no conocieron bien estos países, o que el nombre de várdulos era común y general, los de caristos y vascones propios y particulares de cada distrito. La dificultad principal consiste, por consiguiente, en determinar con solidez qué parte del territorio actual de .Guipúzcoa perteneció a la Vasconia; Vardulia y Caristia. Procuraré allanarla en lo posible, fundado en los mismos historiadores geógrafos, así que en otras consideraciones que están a mi alcance.

/192/Según parece, la denominación de Vasconia no empezó a usarse hasta el tiempo del imperio de Augusto; después fue muy frecuente tal nombre. Aunque no pertenece propiamente al objeto de la presente obra investigar cuál era entonces su territorio general, se hace preciso consignar aquí algunas indicaciones acerca de la extensión y límites de dicha región, para comprender mejor el estado geográfico de este país. Lo más probable es, pues, que la Vasconia, principiando desde la costa del mar Océano próxima del promontorio de Olearso, corría al Mediodía por la cumbre del Pirineo hasta la Ciudad de Jaca inclusive. De aquí bajaba hacia el Occidente hasta las corrientes del río Ebro, pasando por Calahorra, el Moncayo y comarcas de Tarazona. Tal es al menos la extensión que comúnmente señalan los autores de la expresada región, salvo algunas pequeñas diferencias que no alteran el concepto general. En esta conformidad, pertenecía a la misma un corto trecho de la costa marítima extrema del mar Océano cantábrico, todo el antiguo reino de Navarra, una parte del de Aragón, y algo de la Rioja hasta el Ebro y sus corrientes. Bajo este dato, vamos a ver cuál era el expresado trecho de la actual Guipúzcoa, perteneciente a la antigua Vasconia, según se deduce de los escritores de aquel tiempo.

Ptolomeo, que describe la costa septentrional de España desde el cabo de Finisterre de Galicia hasta el territorio francés, después de los várdulos coloca a los Vascones, de quienes dice eran las bocas del río Menlasco, la ciudad Easo y el promontorio del Pirineo del mismo nombre Menlasci flumen ostia, Easo civitas, Easo promontoriun Pyrinei. Estrabón, que también habló dela dimensión de España de cabo a cabo por el Pirineo, dice que /193/ desde Tarragona hasta los últimos Vascones, que habitaban en la parte del Océano, cerca de Pamplona y la Ciudad de Idanusa, sita en el mismo mar hay camino de 2400 estadios, y termina en los límites de la Aquitania y España. Predictos montes, dice a Tarracone ad extremos ad Oceamum habitantes vascones, qui sunt circa Pompelonem et Idanusam urbem, ad ipsum sitam Oceanum, iter est stadiorum 2400, desinens in ipsos Aquitaniae et Hispaniae limites.Así mismo Plinio, describiendo la costa del mar Océano de Oriente a Poniente, dice que desde el Pirineo por el Océano esta el salto de Olarso o sea, la quebrada de este nombre: a Pyreneo per Oceanum Vasconum saltus Olarso. Mela, por fin, supone que el río Magrada bañaba a la Ciudad denominada Easo: deinde Iturisan et Easonem Magrada.

De los precedentes testimonios combinados resulta, a mi entender, con bastante claridad cuáles eran los puntos o territorios que ocupaban los vascones en lo que hoy es Guipúzcoa. Se reducían a los ríos Menlasco y Magrada, la ciudad llamada alternativamente Easo, Ocaso, Olearso, Idanusa y de Odeanusa, y el promontorio del mismo nombre, de cuyas correspondencias se tratara en la sección III. Consiguientemente se puede concluir, que la antigua Vasconia solo comprendía en Guipúzcoa el trecho que hay desde el río Vidasoa hasta el canal de Pasajes, o sea, los territorios de Fuenterrabía; Irún, Oyarzun, Rentería, Lezo y el Pasaje de la banda oriental. A este resultado concurre la circunstancia de que precisamente estos seis pueblos pertenecían en lo antiguo al Obispado de Bayona; indicando así un origen y estado diferentes respecto de los demás de Guipúzcoa, asunto de que me ocuparé más detenidamente en la sección IV./194/ Paso, pues, adelante con la indicación que queda hecha.

Es también indudable que una parte de esta provincia correspondió en lo muy antiguo a la región llamada entonces Vardulia, o sea, comarca habitada por Várdulos. Consta esta verdad del o que manifiestan los citados Ptolomeo, Plinio, Mela y Estrabón; por más que no estén de acuerdo entre sí respecto de la extensión del territorio que comprendía semejante región. De aquellos, el primero se reduce al trecho que había desde el distrito de los vascones hasta el que ocupaban los caristos, o sea, hasta el río Deva, diciendo, his etiam magis orientales sunt varduli. Quiere decir que, según aquel geógrafo, los várdulos ocupaban un territorio oriental respecto de los caristos. A esta región parece pertenecieron también las hermandades de Axparrena, San Millán, Salvatierra, Ubarrundia e Iruraiz de Alava, contiguas a Guipúzcoa, de que se vislumbra alguna antigua connexión. El segundo, o sea, Plinio, considera que pertenecía a la Vardulia todo el territorio intermedio desde la Vasconia hasta la parte más oriental de la legítima Cantabria; y por consiguiente, todo lo que hay de Guipúzcoa desde el canal de Pasajes, el territorio de Vizcaya cuando menos, hasta el río Nervión y una parte de Castilla. Según el mismo, los várdulos llevaban catorce pueblos al convento jurídico de Clunia, de los que solo los albanenses se podían nombrar. In conventum duniensem, dice el texto, Varduli ducunt cuatuordecim populos, ex quibus albanenses tantum nominare licet. El mismo manifiesta en otra parte que las ciudades de los várdulos eran Morosgi, Menosca, Vesperies, el puerto de los Amanos, donde estaba Flaviobriga, colonia, cuyo texto es así: /195/

 Vardulorum oppida Morosgi, Menosca, Vesperies, Amanum portus, ubi nunc Flaviobriga colonia. También Mela, describiendo la costa desde el río Salia, límite de Asturias hasta Francia, dice que este trecho ocupaban los cántabros y várdulos: tractum cantabri et varduli tenent. Añade más adelante que los várdulos eran una gente perteneciente desde, allí al promontorio de la cumbre, de1 Pirineo, que cerraba las Españas: Varduli, una gens, hinc ad Pyrinei promontiorum pertinens,  pandit Hispanias. Por último, Estrabón, describiendo las gentes que habitaban en España, después de hablar de los berones, o sea, riojanos, dice que contiguos a éstos se hallaban los bardiatos, a quienes entonces llamaban bardialos: Contigui sun bardiati, quos nuc bardialos vocant.

De todo lo precedentemente expresado se ve cuán difícil es conciliar los dichos de los autores citados, y fijar en su conformidad el verdadero territorio de la región de la Vardulia. Lo es tanto más, cuanto que aún se ignora la situación de los pueblos mencionados por Plinio como pertenecientes a la misma, o a lo menos, se disputa sobre ello. En tal conflicto se hace preciso aventurar una opinión en la materia, diciendo que esta discrepancia procede principalmente de no haberse conocido bien por los escritores antiguos las diversas gentes que habitaban estas comarcas. Así lo confiesa el mismo Estrabón en su citado tratado de Geografía, en el hecho de poder acertar los nombres de las ciudades que tenían. Consiguiente a esto se ha visto que Pomponio Mela, escritor del tiempo del emperador Claudio, supone que la costa del mar Océano, desde el límite de la Cantabria particular hasta Francia, era habitada por los várdulos; Háse también indicado que Plinio, que vivió /196/ en tiempo de Vespasiano, cuenta en ella a los vascones y várdulos. Se ha expresado igualmente que Ptolomeo, autor del siglo segundo, y por consiguiente, posterior a los dos anteriores la aplica a los autrigones, caristos várdulos y vascones. Esto, da a entender que el nombre de várdulos era genérico, el más principal y comúnmente conocido; el de vascones y caristos, propio y particular de ciertos territorios. Dedúcese así bien que el de los últimamente citados era poco conocido de los extranjeros, como lo eran aquellos geógrafos, menos Mela, y aún este, andaluz. Pero a medida que pasaba el tiempo, y ellos iban conociendo mejor estos países por medio del trato y comunicación más frecuente, los escritores fueron distinguiendo los diferentes de sus habitantes. En esta conformidad, particularizaron las regiones que ocupaban, y describieron con más exactitud las situaciones de sus ciudades, de sus ríos, montes, etc. Ya que, pues, la Vardulia de Ptolomeo no es la misma que la de Plinio y Mela, ni la de estos dos últimos es igual entre sí, cuando estos escritores la mencionan, hay que considerarla según la extensión que cada uno de ellos asigna a su respectivo territorio. Sin embargo, nada tiene de extraño que aún en tiempos posteriores algunos escritores hayan dado la denominación de Vardulia a solo Guipúzcoa, al paso que otros exclusivamente a las partes de Castilla la Vieja. De la primera manera procedió Antonio Nebrija en sus obras; de la segunda, D. Sebastián, Obispo de Salamanca, en la Crónica de los reyes godos; también en esta forma la Crónica general de España, mandada recopilar por el rey D. Alonso el Sabio. En el capítulo IV, libro III, dice en efecto ésta, que D. Alonso III ganó de los moros la Vardulia; en cuya enunciación no podía referirse a Guipúzcoa, donde no penetraron aquellos enemigos, sino solamente a la Bureba. Pero estas inexactitudes de escritores tan distantes de la época de que se trata, no pueden seguramente perjudicar a lo que dejo expresado. Así que, siempre será constante que el nombre de Vardulia para ciertos escritores de la antigüedad fue común y general a diferentes territorios; como también lo es que otros le aplicaron al de Guipúzcoa tan solamente, expresándose en ello en sentido más propio y particular.

/197/Aunque Plinio y Mela, según he manifestado antes, no hicieron mención de los caristos, no se puede dudar de la existencia de estos pueblos, ocupando una parte de esta nuestra provincia. El testimonio explícito) que Ptolomeo da de ellos bastaría, sin otra prueba, para producir un pleno convencimiento de esta verdad. Dice, en efecto, este escritor que los caristos estaban situados entre el río Ebro y parte del Pirineo; más al Oriente de los autrigones, cuyo territorio bañaba el mismo. Añade que las ciudades mediterráneas de aquellas gentes eran Suisacio, Túlica y Velia. Inter Iberum flumen, dice, et Pyriney partem autrigonibus, quos medios interfluit fluvius, adyacent versus solis Ortum caristi. Conforme a este texto, se puede creer que esta región ocupaba la parte oriental de Vizcaya, la occidental de Guipúzcoa, la llanada y territorio principal de Alava, donde al parecer existían las mencionadas tres ciudades, por más que su situación no conste con toda la claridad deseada. Por lo que hace a Guipúzcoa, suponen el Diccionario geográfico histórico publicado por la Real Academia, como D. Juan Antonio Llorente en. las Noticias históricas de las tres Provincias Vascongadas que las villas de Deva, Motrico, Legazpia, Segura y Cegama, entre otras que citan, pertenecieron a /198/ la región de los caristos. Esto, en mi concepto, es una equivocación y cuando menos una cosa muy dudosa, para lo cual me fundo en tres consideraciones importantes, y son las que voy a expresar. 

La primera es que no consta de ningún documento antiguo, al menos que yo conozca, tanta extensión de los caristos por el territorio guipuzcoano. Es la segunda que las villas de Legazpia, Segura y Cegama se hallan bastante separadas del río Deva, que es al parecer el límite que les asigna Ptolomeo, al decir que la boca del río Deva era de los caristos: caristorum Deve fluminis ostia. Tercera, que dichas cinco villas han pertenecido constantemente al Obispado de Pamplona, siendo así que las demás citadas por el expresado Diccionario, a cuya opinión se adhiere Llorente, eran del de Calahorra, como los pueblos de Alava. Parece muy probable que cuando por primera vez se hizo la división de Obispados se aplicasen a ellos por completo los pueblos de cada distrito civil entonces conocido, sin separar los del uno aplicándolos al otro. .Si a la sazón las regiones no conservaban sus primitivos nombres y constitución, es de creer también que respetando su estado antiguo, las relaciones entabladas entre sí, en fin, sus costumbres y tradiciones,.se procuraría .adjudicar íntegramente los pueblos de cada región. Así  la división de Guipúzcoa en tres comarcas civiles y otras tantas eclesiásticas, presta motivo fundado para hacer una conjetura general. Consiste esta en creer que pertenecieron a la Vasconia , los pueblos de esta provincia, que fueron del obispado de Bayona, a la Vardulia los que proceden del antiguo de Pamplona, y a la región de los caristos los que fueron del de Calahorra, con la boca del río Deva.