NOTICIA DE LAS COSAS MEMORABLES DE GUIPUZCOA / PABLO GOROSABEL LIBRO VII DE LAS COSAS CONCERNIENTES A LA RELIGIÓN - CAPITULO III DEL EJERCICIO DE LA AUTORIDAD EPISCOPAL - SECCIÓN IV De los conventos de monjas
/251/ En el territorio de esta provincia existen también diferentes conventos de monjas de distintas religiones y reglas dedicadas a la vida contemplativa, menos uno, cuyo instituto es la enseñanza. Ya se sabe que estas casas de retiro y oración fueron suprimidas el año de 1836 por disposición del Gobierno de la Reina, así como sucedió con los de los frailes; pero la disolución de las comunidades no llegó a tener efecto, por causa del estado de la guerra civil que no lo permitió. Hecha la paz en 1839, el gobierno respetó o toleró la existencia de estos conventos, si bien sus bienes se declararon pertenecientes a la nación, con la carga de pagar a las monjas sus respectivas asignaciones. Consiguientemente, a pesar de la extinción legal de los conventos, continuaron las monjas en la posesión de sus propiedades, y en tal estado de cosas se celebró el año de 1851 el concordato entre la Reina y el Papa. Según uno de sus artículos, como no ignorará el lector, deben conservarse las casas de religiosas que a la vida contemplativa reúnan la educación y enseñanza de las niñas u otras obras de caridad. Con respecto a las demás órdenes, establece otro que los prelados propongan, atendidas todas las circunstancias de las respectivas diócesis, las casas de religiosas en que convenga la admisión y profesión de novicias. Esto no obstante, los Obispos han dado una interpretación muy lata a estas disposiciones legales; tal, cuyo resultado ha sido que todos los antiguos conventos de monjas de la provincia se han conservado. Sea, pues, cual fuere el título de su existencia, paso a dar una idea de sus fundaciones. /252/ Astigarraga. En esta villa hay un convento de monjas canónigas de la Orden de San Agustín, las mismas que ocuparon el de San Bartolomé de la ciudad de San Sebastián, de cuya fundación se hablará en su correspondiente lugar. Destruido este último durante la guerra civil, se establecieron con la competente autorización en esta villa y su antigua casa de postas el día 13 de Noviembre de 1849 bajo la misma regla anterior. Azcoitia. Tiene dos conventos de monjas situados extramuros del cuerpo de la población. Uno de ellos de franciscanas, de la advocación de Santa Clara, fue fundado por D. Francisco de Zuazola e Idiáquez en testamento que otorgó a 2 de Octubre de 1589, cuyo patrono es el duque de Granada de Ega. El otro es de brígidas recoletas de Santa Cruz, el cual fue instituido en 1691 por Dª María Ignacia Hurtado de Mendoza, de las ilustres familias de sus dos apellidos. Hay que advertir, no obstante, que Dª María Josefa de Larramendi ocupó antes como serora la ermita de Santa Cruz, y contribuyó con sus bienes y las limosnas a que se ejecutasen las obras del monasterio proyectado. Concluidas éstas, las monjas fundadoras vinieron del de igual clase de la población de Lasarte. Instalaronse estas con solemnidad el día 30 de Marzo del citado año, donde la primera que tomó el velo fue la misma Dª María Ignacia, la cual fue su priora en muchos años. Apenas hubo número suficiente de monjas profesas en este convento de Azcoitia, las de Lasarte volvieron al suyo. Azpeitia. Extramuros de esta villa hay un convento de monjas, con la advocación de la Purísima Concepción, de cuya fundación no hay noticias positivas; pero, según unos apuntes que se conservan en él, procede desde el año de 1497, sin que se exprese quién fuese su fundador, ni bajo qué patronato. Eibar. Tiene dos conventos de monjas: el uno de /253/ agustinas recoletas, con la advocación de la Concepción, San Cosme y San Damián, el otro de franciscanos, de la Purísima Concepción, de Isasi. El primero fue mandado fundar por D. Francisco de Elizalde y su mujer Dª María de Ma1lea a 23 de Noviembre de 1595; fundación que se realizó por su hijo D. Juan Bautista en virtud de escritura de concordia otorgada con el provincial de agustinos en 18 de Septiembre de 1602. Las monjas fundadoras de este convento tomaron posesión de él en 8 de Mayo de 1603, día de la Ascensión del Señor. El segundo fue instituido el año de 1618 por D. Martín López de Isasi y Dª Domenja de Orbea, su mujer, cuyo patrono es el marqués de Santa Cruz, como poseedor de la casa fuerte de Isasi, sita en la misma jurisdicción. Elgóibar. En esta villa existe un convento de monjas de la Orden de Santa Clara, fundado por D. Pedro González de Jausoro y Dª María Ramos de Zarazua, su mujer, el año de 1533, y no se tienen otras noticias. Escoriaza. Su convento de monjas pertenece a la Orden de mercenarias calzadas, de cuya .primera fundación no hay noticias, por haberse perdido sus papeles, según dicen, con motivo de las guerras ocurridas en la provincia. Hernani. Esta villa tiene un convento de monjas canónigas agustinas extramuros de la población, fundado el año de 1544, cuya iglesia parece fue la primitiva parroquia después de la formación de la villa en el orden de calles actual. No se tienen otras noticias. Lasarte. En la parte o jurisdicción de Hernani existe un convento de monjas brígidas, de la Orden de San Salvador. Fundáronlo el general D. Miguel de Oquendo y Dª Teresa de San Mi1Ián, su mujer, por medio de escritura otorgada con la abadesa de Santa María Magdalena de Vitoria el día 7 de Enero /254/ de 1671 Su patrono, según la misma fundación, es el sucesor de las casas de Oquendo y Lasarte, hoy marqués de San Millán. Mendaro. En la aldea de Garagarza de este valle, perteneciente a la jurisdicción de la villa de Deva, hay un convento de monjas canónigas agustinas. Fue fundado en 11 de Octubre de 1561 por D. Pedro Abad de Yartua, beneficiado de la iglesia de Elgóibar, Dª María San Juan de Yartua, Magdalena de Alzola y Arriaga, Domenja y Gracia de Andonaegui, por testimonio de Domingo de Arriola, escribano numeral de Elgoibar. Su primera institución fue para beaterio, y no consta cuándo se sometió a la regla de San Agustín. Consta que la primera profesión de beatas se hizo el día 18 de Marzo de 1565 por el doctor Alquiza, visitador general del Obispado de Pamplona, quedando nombrada priora la citada Dª Domenja de Andonaegui. El patrono de este convento es el Obispo de la Diócesis. Mondragón. En esta villa hay dos conventos de monjas: el uno de franciscanos isabelitas, con la advocación de la Purísima Concepción, el otro de agustinas calzadas. Fundóse el primero el año de 1511, como casa de beatas de la Orden de San Francisco, previa escritura de ventas de un cobertizo y de un manzanal hecha por la villa a María Bañez y Juan Ochoa de Olariaga, de cuyo hecho se deduce que su erección se verificó en los años inmediatos. Consta, en efecto, que su establecimiento, como verdadero convento con clausura de las religiosas, se verificó en virtud de licencia dada por el comisario provincial en 21 de Mayo de 1613. El otro convento fue instituido en la misma época con el nombre de beatas de Nuestra Señora de la Misericordia. Subsistió este título hasta el año de 1586, en que empezaron a usarse los nombres de priora y subpriora; hicieron voto de clausura en el de 1610, que es cuando quedó /255/ constituido como convento de la Orden de San Agustín. Fue Vicario suyo hasta 1618 el prior de Santa Catalina de Badaya, época en que comenzó a tener vicarios propios. Motrico. Extramuros de esta villa existe un convento de monjas agustinas de Santa Clara, el cual fue fundado por D. Pedro de Idiáquez el año de 1638, siendo tradición vulgar que anteriormente estuvo establecido en el caserío de Areicieta. Oñate. Tiene dos conventos de monjas: el uno de isabelas franciscanas, con la advocación de Santa Ana, el otro de franciscanas de Vidaurreta, con la de la Santísima Trinidad. El primero, cuya situación es en la parte meridional de la iglesia parroquial, fue fundado por D. Domingo de Verganzo, Dª María de Ocáriz, su mujer, D. Juan Bautista de Hemani y algunos otros bienhechores. Parece que en su origen no fue más que un beaterio, cuyo director espiritual fue San Francisco de Borja, establecido por los años de 1500, y reducido a clausura a principios del siglo XVII. Aunque bastante reducida su iglesia, es muy curiosa, bien decorada y de buenas formas de arquitectura. Et otro de Vidaurreta, establecido fuera del cuerpo de la villa sobre el camino que va a Legazpia, es más grandioso, y su iglesia más capaz. Lo fundaron D. Juan López de Lazárraga, Contador de los Reyes Católicos, y Dª Juana de Gamboa, su mujer, habiendo obtenido para el efecto una bula del papa Julio II el año de 1509. No obstante la oposición que hicieron a su erección el conde de Oñate y el Cabildo eclesiástico de la iglesia parroquial, la bendición de la de Vidaurreta y de sus cementerios se verificó el día 26 de Mayo de 15 I I' por D. Pedro de Leizaola, Obispo de Trípoli, por comisión del de Calahorra. El fundador reservó para sí el patronato de este convento, y después de sus días para sus sucesores, prerrogativa que en el día pertenece al poseedor /256/ del palacio de Plaza, situado en la misma villa. Placencia. En esta villa hay un convento de monjas agustinas canónigas. Rentería. Tiene un convento de monjas agustinas, con la advocación de la Santísima Trinidad; su fundación se hizo por los años de 1543 por tres hermanas hijas de la misma villa, llamadas Catalina, Bárbara y María Juana de Asteasu, quienes después profesaron en él. Así se deduce de la acta del Ayuntamiento de la propia villa de 24 de Noviembre de 1569, en que el vicario de la iglesia parroquial expuso que hacía treinta años lo habían fundado las expresadas hermanas en virtud de un breve de Su Santidad dirigido al oficial principal del Tribunal eclesiástico de Pamplona. San Sebastián. Intramuros de esta ciudad hay un convento de monjas carmelitas descalzas, con la advocación de Santa Teresa. Fue fundado por la misma ciudad con los bienes que dejó Dª Simona Lajust, precedida autorización del Obispo de Pamplona D. Diego de Tejada, y licencia del Consejo dada por Real provisión de 1661. Al hacer la fundación, la ciudad reservó para sí el patronato, así que la provisión de dos sillas de gracia para sus naturales. Según advierte Fr. Anastasio de Santa Teresa, historiador general de la Orden de carmelitas descalzos, este convento es uno de los más arreglados que hay en ella al de Avila, que es el primero de la religión, por sus medidas y repartimientos, que fueron delineados por Fr. Pedro de Santo Tomás, tracista de la misma. La iglesia es una perfecta cruz latina. Fuera de los muros antiguos de ciudad, en una colina donde ahora está el nuevo cementerio, existió el monasterio de San Bartolomé, de religiosas canónigas de San Agustín, de fundación antiquísima é inmemorial. Este monasterio conservaba en su archivo una bula del papa Inocencio IV de fecha 28 /257/ de Octubre de 1250, por la cual le recibió bajo su protección, concediendo el derecho de sepultura para todos los que quisiesen ser enterrados en su iglesia, con otros varios privilegios. Bonifacio VIII, por otra expedida en 1298, confirmó las precedentes gracias pontificias. D. Sancho IV de Castilla, hallándose en San Sebastián, libró en 13 de Abril de 1290 una cédula tomando bajo su amparo a las monjas de este monasterio con todos sus bienes, y les concedió la limosna anual de mil maravedís de la moneda usual de a diez dineros cada uno, con la obligación de que rogasen a Dios por el alma de Su Majestad. El mismo, por otra de 19 de Abril de 1294, les hizo la gracia de que el Concejo de San Sebastián no les impidiese comprar los bastimentos necesarios para su sustento donde quiera que lo tuviesen por conveniente, sin precisarlas a proveerse de la villa. D. Alonso XI, por otra librada en Vitoria a 30 de Marzo de 1332, confirmó otro privilegio que les había dado en su menor edad, para que ni el Concejo de San Sebastián, ni ningún otro, les embargase, y bienes que necesitase para su montamiento. Parece que este monasterio volvió a edificarse por los años de 1280, según se deduce de un despacho librado por el Obispo de Pamplona D. Miguel Sánchez en 5 de Julio del mismo. Se ve, en efecto, que por él se concedieron algunas indu1gencias a los que hiciesen limosnas a su fábrica, añadiendo que los cuestores de este convento fuesen preferidos por todo el obispado a los demás, salvo los de 1a fábrica de la iglesia Catedral. De otro despacho del Obispo de Pamplona D. Miguel Pérez de Legaria, de 17 de Mayo de 1302, resulta que este monasterio tomó la observancia y regla de San Agustín. Así es que en 16 de Marzo de 1304 se otorgó en la enfermería del mismo una escritura entre su comunidad y los canónigos de la iglesia Catedral de Pamplona, por la cual aquel monasterio /258/quedó sujeto al Obispo y Cabildo de la misma ciudad, según lo estaba el de San Pedro de Ribas. En reconocimiento de esta sumisión, el de San Bartolomé convino en presentar al Obispo el día de Navidad seis libras de cera, y dicho Cabildo confirmó a las monjas en la posesión de los bienes y haciendas que les había dado en Navarra y Guipúzcoa para la reedificación del monasterio, a pesar de haber tomado las religiosas de este la regla de San Agustín, parece que no se sujetaron por entonces y en mucho tiempo después a la clausura. En esta conformidad se halla que en Ayuntamiento celebrado por el Concejo de San Sebastián en 16 de Octubre de 1418 se presentaron personalmente Dª Mencía del Puerto y Dª María Juana de Lana, priora y Tesorera del mismo monasterio. Consiguientemente, es de creer que su clausura se verificó en virtud de lo decretado por el Concilio Tridentino. También se ve que este monasterio cedió en 1436 las rentas que tenía en Navarra a favor de Mosen Diego de Unzue, hospitalero de la Catedral de Pamplona, como lo hizo éste al del mismo monasterio las que su dignidad tenía en Guipúzcoa. Se obligó, además, a pagar él y sus sucesores veinte gruesas que daban estas monjas para la pitacería de la Catedral. Este monasterio padeció muchos daños y quebrantos en los asedios de los años de 1476 y 1512, de que le resarcieron los Reyes Católicos y Carlos V, aplicándole algunas cantidades sobre las penas de Cámara. Por último, destruido completamente durante la guerra civil ocurrida de 1833 a 1839, se trasladó a la villa de Astigarraga a fines del año de 1849. Al contacto de la iglesia parroquial de San Sebastián el antiguo, extramuros de la ciudad, hubo también un convento de religiosas dominicas, del cual sólo, se sabe que fue fundado el año de 1546 por D. Alonso de ldiáquez, habiendo sido anteriormente /259/ un beaterio. Los dos extremos se deducen de una información que ante la justicia ordinaria de la villa de Hernani dieron en 1559 los parroquianos de dicha antigua iglesia. Por una parte dijeron los testigos examinados que las monjas, o sea, beatas, se habían puesto allí por primera vez hacía como cuarenta años. Añadieron por la otra que desde unos doce, poco más o menos, a la fuerza y contra la voluntad de dichos feligreses se habían metido y encerrado en aquella iglesia ciertas monjas de la Orden de Santo Domingo, diciendo que se había de construir monasterio. Su resultado fue que se apoderaron de la iglesia, cerraron con paredes y tabiques los dos coros, el cementerio o cubiertos de su rededor, el campanario, etc. He aquí el origen de las desavenencias y pleitos entre aquellos naturales y las monjas; lo que dio lugar a la recepción de dicha información; en fin, lo que les obligó a recurrir en queja de semejantes intrusiones al capítulo general celebrado por los dominicos en Segovia. No se ve, sin embargo, que los parroquianos del Antiguo hubiesen alcanzado cosa alguna respecto de sus quejas, y solo, sí, que la edificación del monasterio se llevó adelante hasta su terminación. Arruinado completamente durante la última guerra civil, sus monjas se establecieron después en el punto de Uba, jurisdicción de la misma ciudad. Próximo a él en el barrio de Loyola se fundó en 185... una casa llamada Refugio, sin clausura rigurosa, velo, ni hábito de religiosa, cuya fundadora fue Dª Teresa de Burgué, vecina de la propia ciudad. Este establecimiento subsistió hasta el año de 186... en que se disolvió por causa de... Después en 1866 la célebre Sor María Dolores del Patrocinio y Quiroga, Superiora del Convento de San Pascual de Madrid, estableció en el mismo local con Real facultad un convento de religiosas concepcionistas descalzas, cuya creación autorizaron las Juntas /260/ generales celebradas en la villa de Azcoitia el mismo año, declarando que dicha Señora había cumplido con las prescripción es del fuero. Segura. Extramuros de esta villa hay un convento de monjas con la advocación de la Purísima Concepción. Fue fundado como beaterio junto a la iglesia parroquial en virtud de breve del Papa León X, dado en 31 de Mayo de 1519, bajo la regla de la tercera Orden de San Francisco; pero habiéndose quemado enteramente el día 2 de Septiembre de 1638, se erigió de nuevo en los años inmediatos donde hoy existe. Obtuvieron para el efecto la ayuda de los bienhechores y las limosnas de las personas devotas. Tolosa. Fuera del cuerpo de esta villa, al otro lado del puente de Navarra, hay igualmente un convento de monjas de la advocación de Santa Clara. Lo fundaron bajo el patronato perpetuo de la villa el licenciado D. Miguel Pérez de Mendiola y Dª Magdalena de Huaene, su mujer, por medio de escritura otorgada en 2 de Septiembre de 16 12 ante Joanes de Lizardi, escribano de número de la. misma villa. Para este efecto los fundadores habían obtenido la aprobación del general de la Orden de San Francisco, que dio en el convento de San Juan de los reyes de Toledo a 18 de Enero de 1610, así que del provincial y definitorio de la provincia de Cantabria, en Medina de Pomar a 27 de Junio siguiente. Llenadas estas circunstancias, solicitaron la licencia del Consejo de Castilla; y aunque a consecuencia de la oposición que hizo el Cabildo eclesiástico de la iglesia parroquial fue denegada en un principio, después fue otorgada mediante Real provisión librada el 16 de Mayo de 1612. El ordinario eclesiástico de Pamplona concedió igualmente su autorización en 26 del mismo mes y año. La primera fundación se verificó dentro de la villa en la casa torre denominada Iturriza, sita /261/ en la calle del Correo, y marcada antes con el número 37 y hoy con el... que la cedieron los fundadores, quienes, además, ofrecieron dotar al convento con diez mil ducados con la renta de quinientos. Varias fueron las condiciones que impusieron los fundadores de este convento, aceptadas por el provincial, guardián de San Francisco, las monjas que debían venir y el Ayuntamiento, concurrentes al otorgamiento de la escritura de la fundación. Omitiendo las concernientes al servicio interior de la comunidad y culto religioso, expresaré, como más notables, algunas otras, que son las siguientes. Con respecto a la admisión de monjas se estableció que hubiese perpetuamente una parentela de los fundadores, la cual entrase sin dote alguna con solos sus vestidos y ajuar. Se dijo que las hijas de vecinos de la villa llevasen de dote quinientos ducados, el vestuario y una cama, pagando además el gasto del año del noviciado; que con las de fuera de la villa se hicieron los oportunos conciertos convencionales. También se consiguió que este convento no pudiese poseer en esta villa y su término más bienes raíces que una huerta para la hortaliza necesaria y un manzanal para hacer sidra para su uso propio. Consiguiente a esta prohibición, se acordó que si el convento adquiriese, por cualquier título que fuese, herencia, manda, legado, donación, compra u otro, algunos bienes raíces, tuviese que venderlos dentro de un año, y en caso de no hacerlo, lo verificase el Ayuntamiento en pública almoneda, entregándole su producto. Del mismo modo se estableció que el Ayuntamiento de esta villa, como patrona del convento, pudiese saber e inquirir cuando quisiese la manera y modo en que gastase sus rentas, haciendo en su razón las diligencias y averiguaciones convenientes. Las monjas de este convento, como establecido dentro de una población apiñada, y sobre una calle de mucho tránsito, experimentaron desde /262/ luego la falta de desahogo necesario para su método de vida. Así es que se ve que el P. Fr. Diego de Echaburu, lector jubilado y custodio habitual de la provincia de Cantabria, con autorización del provincial, representó a la villa estos inconvenientes en sesión de 29 de Mayo de 1655, como resulta de su acta. Convencido de ellos el Ayuntamiento, se convino en la traslación del convento fuera de la población al punto en que ahora se halla establecido, y principiaron luego las obras desde la huerta de Mahalaechea. Ejecutadas estas, la comunidad se trasladó al nuevo convento el día 30 de Septiembre de 1666, según se ve de las actas del Ayuntamiento y demás antecedentes. Vergara. Tiene dos conventos de monjas; el uno de franciscanas de la Santísima Trinidad, el otro de la Enseñanza, con la ad vocación de la Madre de Dios. Del primero solo se sabe que fue fundado a fines del siglo XV o principios del XVI por D. Andrés Martínez de Undarza. El segundo fue instituido el año de 1797 para la educación de los jóvenes, previa la correspondiente Real licencia; y habiéndose dado cuenta de ello en las Juntas del mismo año, se autorizó a la Diputación para que diese uso a la Real provisión, cuando se presentase. Considerose, en efecto, por aquel congreso que semejante fundación "era muy del agrado de Dios, de conocida utilidad y beneficio común de esta provincia y todos sus habitantes". El tiempo que ha transcurrido desde entonces no ha desmentido sin duda este primer concepto formado acerca de dicho convento. Las religiosas fundadoras vinieron de la ciudad de Tudela, que lo fueron la M. María Concepción Sáenz de Tejada y otras tres compañeras, cuya clausura se verificó con las formalidades acostumbradas el día 11 de Abril de 1799. Parece que el edificio de este convento se ejecutó con los diseños dispuestos por el arquitecto /263/ D. Juan Antonio Cuervo, bajo la dirección de Fr. Domingo de Santa María Magdalena. A efecto de conseguir su más pronta conclusión, su dicha priora dirigió en 1804 a los vascongados residentes en Ultramar un impreso en que hizo ver las ventajas que producía el establecimiento y excitando su amor al país para que por medio de donativos concurriesen a tan santa obra. La Diputación, cuya cooperación solicitó para este intento, en sesión de 24 de Mayo del mismo año se prestó a ello eficazmente. Dijo en ella "que no podía menos de tomar esta causa como propia suya, y apoyar con el más vivo interés la solicitud de unas religiosas, que desde su establecimiento en este país se han sacrificado en la mas exacta observancia de su imponderable instituto, con muy notables ventajas de la religión y sana moral". El edificio que por estos medios se consiguió levantar por entonces fue, no obstante, en bastante corta escala; pero con posterioridad se ha aumentado y mejorado mucho, según el número de educandas se ha ido aumentando sucesivamente. Su iglesia, aunque algo reducida, se halla bien adornada y es muy curiosa. Zarauz. En esta villa hay un convento de religiosas franciscanas con la advocación de Santa Clara. Fundose con Real licencia por Dª María Ana de Zarauz y Gamboa, viuda de D. Francisco Bouquer de Warthou y sus dos hijas Dª María y Dª Clara de Zarauz, mediante escritura otorgada a 1º de Mayo de 1611. Las fundadoras dotaron en ella a este convento con catorce mil ducados de capital, que producían setecientos anuales de renta; siendo condición expresa que su patronato radicase en D. Francisco Warthou, hijo de Dª María Ana, yen falta suya pasase a los sucesores de la casa y mayorazgo de Zarauz. Este convento en su principio se estableció en este mismo palacio hasta la construcción de las obras /264/ del nuevo, y ejecutadas éstas, se trasladaron a este las religiosas el año de 1621. Dos antes, o sea, en 20 de Julio de 1619, la villa con su cabildo eclesiástico, en atención a la erección de este convento, hizo voto de guardar perpetuamente fiesta el día de Santa Clara, de su advocación, voto que fue confirmado por el ordinario eclesiástico. Hubo en esta villa otro convento de beatas descalzas de ]a Santísima Trinidad, fundado el año de 1619 por D. Pedro de Zarauz y Gamboa; y aunque se conserva su iglesia, que es la ermita de aquella denominación, no así la comunidad de monjas, la cual desapareció hace muchos años. Zumaya. Tiene un convento de monjas carmelitas descalzas de la ad vocación de San José. Fue instituido por Dª Francisca Labayen Hernández de la Torre en 19 de Octubre de 1609, previa licencia del Obispo de Pamplona, a la que siguió la Real facultad dada por el Consejo de Castilla el año de 1613. La comunidad se estableció en la propia casa de la fundadora. |