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Bosquejo de las antigüedades,
gobierno, administración
y otras cosas notables de la villa de
Tolosa
Pablo
Gorosabel
CAPÍTULO XVII
DE LA PARTE
MATERIAL DE LA VILLA DE TOLOSA
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El viejo
tinglado, derruido en 1899
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§ I CUERPO DE LA POBLACIÓN.
Calles. Aunque en los documentos
que he examinado no se expresa cuál fue el ámbito que comprendía la primitiva
Tolosa, es de creer tuviese la misma extensión que la que ha tenido hasta
pocos años ha. Así lo da a entender la configuración de la localidad donde
está situada la villa; pues, según dije antes, ésta formaba una verdadera
isla, y es de suponer que se cogiese todo el terreno incluido en ella, para
fundar una población fuerte, cual sin duda se trató de hacer aquí. Consta también
de la acta de 29 de Noviembre de 1570 que en la época antigua tenía la villa
cinco puertas de entrada, que eran las de Lascoain, Navarra, Arramele,
Matadero y Rondilla, que corresponden al recinto antes indicado. Se ve por
consiguiente que este apenas ha tenido alteración hasta la época presente, si
bien se han ido construyendo fuera algunas casas sueltas hacia la parte de la
Misericordia, Belate, Rondilla y Santa Clara.
Esto supuesto, las calles
que desde lo antiguo ha habido en Tolosa son la del Correo, llamada en su
principio de Lascoain, la Mayor; la del Emperador; la de los Herreros, antes
de Miqueo; la de Arosteguieta, o sea Arposacale en
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vascuence, la de la Solana, conocida vulgarmente por Cercausia;
la de la Lechuga; la de Santa Maria o Elizaldea, antiguamente del Jesús.
Había también varias callejas traveseras, de las que la mayor parte se
conservan, pero han desaparecido algunos pasadizos estrechos que había, uno
desde la calle de la Lechuga hasta la plazuela de la Verdura, otro desde ésta
para la calle del Correo, otro desde el punto que en esta última calle ocupa
la casa numero 25 actual en dirección a la Solana o Lechuga. Además de las
ocho calles principales expresadas, que todavía se conservan, se ha formado
dentro del perímetro del primitivo pueblo la llamada del Portal como situada
cerca de la puerta de entrada de Castilla. y fuera de él se van formando las
siguientes. La de la Rondilla principiada a construir en 1826 en paraje de
este nombre; la de Beotibar en memoria de la batalla ganada en 1321 en los
campos de igual denominación; la del Convenio por el celebrado en Vergara en
1839 entre los jefes de los ejércitos de la Reina y del Pretendiente por el
que se restableció la paz tan deseada; la del Cuartel, como próxima a la
entrada al cuartel de la tropa por aquel lado, la de San Francisco trazada al
frente de la iglesia de este nombre; la de Andía en honor al ilustre hijo de
esta villa Domenjón González de Andía, la de Leyza en recuerdo de la conquista
de esta villa y de la de Areso hecha por los tolosanos en el siglo XV. Todas
estas denominaciones se adoptaron en sesiones de 16 de Diciembre de 1851 y 28
de Enero de 1852 yen su conformidad se pusieron los correspondientes
letreros.
Plazas y plazuelas. En lo antiguo no hubo más
plaza que la nombrada en el día vieja, y aun esta era más reducida que en el
estado actual, ni más plazuelas que la de Santa Maria y la de la Verdura. Las
fiestas y regocijos públicos se so-.
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lían hacer en dicha plaza,
y en ella también se celebraba el Mercado semanal. Para su ensanche en época
anterior cedieron algunos particulares a la villa los solares de tres o
cuatro casas que tenían en la misma y las derribaron con este objeto a
condición de que se hiciesen allí perpetuamente las expresdas funciones y
mercado, según resulta del contenido de la acta de 25 de Marzo de 1658. Por
la vez primera en sesión de 16 de Diciembre de 1703 se acordó hacer en la Plaza
nueva en lugar de la Vieja la corrida de toros dispuesta por el cumpleaños
del Rey, y así ha continuado desde entonces a excepción de las diversiones de
Carnaval, que se han solido hacer en dicha Plaza vieja hasta hace como media
docena de años en que también cesaron en ella. La Plaza nueva se construyó en
el año de 1690 y siguientes en el sitio llamado Iribaraceta, a cuyo efecto la
villa tuvo que ocupar las huertas, solares y fraguas que había en él,
indemnizando a sus propietarios, según se vé de las actas de 13 de Marzo y
otras del mismo año. Sin perjuicio de estas dos plazas se ha construido en el
centro del pueblo la denominada de la Verdura con arquería de piedra a
consecuencia de haberse demolido la alhóndiga que existía en el mismo sitio,
dando la villa a los constructores de casas de ambos costados la facultad de
edificar sobre los arcos que debían construir a sus expensas, quedando los
mismos soportales para el uso y servicio publico. Se está así bien edificando
en la actualidad en la nueva plaza de la Justicia, cuyo plano se halla
aprobado por el gobierno de la Reina, y se ha formado la plazuela de
Arramele, restaurando el nombre antiguo del sitio donde estaba el puente
viejo.
No he hallado noticias de
cuándo se numeraron por primera vez las casas de esta villa; pero me persuado
que procederá de época bastante moderna. La primitiva numeración
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era general o continuada
por todo el pueblo y no por calles; Así que, principiando desde donde estaba
dicho puente de Arramele, seguía por las calles del Emperador, Plaza vieja,
Mayor, Solana, otra vez Plaza vieja, Lechuga, otra vez Mayor, Correo,
Herreros, Arosteguieta, Plaza nueva y Santa María. Esta numeración concluía
con el número 288 correspondiente a la casa que en el día está marcada con el
6 de dicha calle de Santa Maria. De aquí resultaban dificultades para hallar
la casa que se deseaba, y para obviarlas el Ayuntamiento hizo en el año de
1822 una nueva numeración por calles, que existe al folio 468 y siguientes
del registro número 86 comprensivo de los documentos de actas de entonces.
Formadas ahora, según he dicho, nuevas calles y plazas, ha sido preciso hacer
en la numeración de algunas pocas casas la competente alteración; y para
evitar toda duda y confusión, he arreglado la correspondencia de la.
numeración actual con la primitiva y con la que ha regido desde 1822. Además
para mayor claridad indico los nombres de los que al parecer son en el día
los propietarios de las casas; cuyos trabajos por no abultar demasiado este
libro se dejarán de insertar en él y podrán quedar en la secretaria formando
un cuaderno suelto.
Policía urbana. Con respecto a la
construcción de las casas del pueblo hay noticia de algunas disposiciones y
reglas adoptadas al intento. Consta que los Reyes Católicos expidieron en
Madrid una provisión en fecha 18 de Marzo de 1499, mandando que todas las
casas de esta villa se construyesen a cal y canto en el termino de quince
años. Sábese también que la Reina Doña Juana expidió en Madrid a 23 de
Febrero y 26 de Abril de 1510 dos provisiones al Corregidor de la provincia
sobre la misma construcción de casas disponiendo en
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la última que la altura de
éstas no excediese de 24 codos, como se indica en la acta de 15 de Mayo de
1765. Siendo las murallas que circundaban a la villa, como construidas por la
misma para su defensa, de propiedad del común, parece que se concedió a Don
Alonso de Idiáquez, dueño del palacio de este nombre, y también a otras
personas particulares, permiso para construir casas sobre ellas. A su virtud
Lope de Idiáquez, sucesor de Don Alonso, demandó a la villa al tiempo en que
ésta trataba de construir la bóveda o edificio sobre el molino de arriba, y
seguido el pleito obtuvo la misma sentencia favorable y la consiguiente
ejecutoria en 21 de Julio de 1563, según se indica en las actas de 11 de Mayo
de 1570 y 19 de Septiembre de 1769. En igual conformidad se concedió en la
misma sesión al Marques de Santa Cruz licencia para elevar sobre la muralla
su casa de junto al horno y portal del Matadero con varias condiciones
referentes a la construcción del tejado, forma de las ventanas y su
elevación. Así bien en la acta de 28 de Septiembre de 1750 se indica que en
el año de 1537 la villa concedió licencia al dueño de la casa de Idiáquez
para construir el portal y puente llamado de la bóveda con escaleras para
servirse de ellas.
Por lo que hace a la
policía de las mismas calles diré que debieron indudablemente empedrarse en
muy remota época, y tal de que no se encuentran noticias. Las hay de las
diferentes renovaciones y reparaciones que en tiempos más recientes se han
hecho en los empedrados; pero no considero del objeto de este libro su
narración. Solo diré que la cañería de la calle del Correo se construyó para
su mejor limpieza en el año de 1782, la cual y su nuevo empedrado costaron
15285 reales: que la de la Rondilla se ejecutó en el año de 1814. Aparece
asimismo que el alumbrado de las calles se estable-
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ció en el año de 1775, pues
que en sesión de 14 de Diciembre del anterior se acordó poner doce faroles
obteniendo para el efecto la autorización del Consejo de Castilla, desde cuya
época subsisten con mucho aumento, según la mayor extensión y necesidades de
la población. Hállase también que desde tiempos antiguos había en esta villa
encargados de su guarda, seguridad y reposo, llamados en el día serenos; pues
se habla de ellos en las actas de 20 Diciembre de 1569, 3 de noviembre de
1573, 21 de Octubre de 1611 y 30 de Septiembre de 1625. Cuatro eran estos
vigilantes, cuyo salario consistía en a cada cuatro ducados en un principio y
seis más adelante, pero sin duda cesaron después de la época citada
últimamente, o a lo menos no se encuentran vestigios de su existencia. Su
establecimiento más en forma ha tenido lugar en el año de 1845 bajo el competente
reglamento de sus obligaciones. Consta igualmente que en el año de 1786 se
trajo a esta villa una bomba de apagar incendios, que costó 84.000 reales,
previa autorización del Consejo de Castilla de 29 de Octubre del anterior,
como se ve de varias actas de aquella época. Desaparecida después dicha
bomba, se trajo de Londres una nueva en el año de 1842, cuyo coste ascendió a
15901 reales. Resulta de todo esto que la policía urbana de Tolosa, atendidos
los tiempos antiguos, ha sido por lo general bastante regular y esmerada.
Deseoso el Ayuntamiento de
regularizar la edificación del pueblo se ha ocupado en varias épocas de
establecer las reglas conducentes a este objeto, así como también la mayor
solidez y comodidades de las casas. Hállase en efecto que en sesión de 14 de
Abril de 1807 se nombró una comisión que propusiese una ordenanza de policía
sobre la seguridad de los edificios de esta villa, el aseo y limpieza. de sus
calles, pla-
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zas y otros varios objetos;
pero no tuvo resultado, sin duda por causa de la guerra que sobrevino. En la
de 21 de Mayo de 1815 se dio igual encargo al arquitecto Don Pedro Manuel de
Ugartemendia, pero tampoco se encuentra haberlo evacuado. Así bien en la de
20 de Marzo de 1822 se comisionó al mismo Ugartemendia y también al
arquitecto Don Pedro de Telleria para la formación de un reglamento
edificativo y de policía urbana a que se sujetasen los que quisiesen edificar
en la población, lo que tampoco tuvo efecto. Consta igualmente que en el año
de 1827 se adoptó el plan de edificación de casas de la nueva calle de la
Rondilla, formado por el expresado Telleria, en cuya conformidad se
ejecutaron las tres primeras casas. Posteriormente en Ayuntamiento general de
vecinos concejantes de 13 de Abril de 1845 se acordó otro plan para la
edificación de las casas de esta villa y su mejora, cuyos planos fueron
levantados por el arquitecto Don José Eleuterio de Escoriaza, y aprobado por
Real orden de 26 de Mayo siguiente, es el que rige en la actualidad para el
interior del pueblo. Con respecto a la edificación en la parte extramural se
propusieron en 16 de Septiembre de 1847 105 correspondientes planos formados
por dicho Escoriaza y las oportunas reglas que debían regir en la materia,
cuyos trabajos merecieron la Real aprobación en 4 de Junio de 184.8. Pero
considerando el Ayuntamiento que el fondo determinado por este plan es
excesivo y no suficiente la anchura señalada a la calle: que además son
susceptibles de mejora las otras reglas adoptadas para la edificación, se
ocupa en proponer a la aprobación de la Reina varias disposiciones
modificatorias de él.
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§ II SITIOS DE USO PÚBLICO.
Fuentes. Probablemente la fuente
más antigua de esta villa será la llamada de Ollangongor, antes de
Ollarrungar, existente sobre la de Iturrichiqui en la Rondilla. Consta su
antigüedad, puesto que parece que en el año de 1540 siguió esta villa pleito
criminal contra Domingo de Aztina, vecino de la misma, sobre el camino que se
dirige a dicha fuente, por testimonio de Juan de Zorroviaga, lo que indica su
existencia anterior. Sea que se hubiese tratado da aumentar el caudal de agua
de esta fuente, o ya se hubiese perdido alguna parte de ella, es lo cierto
que en el año de 1675 se hicieron obras para su conducción a dicho manantial,
según se deduce de la acta de 27 de Septiembre. Desde que se hicieron las
otras fuentes los habitantes de la villa no hacen uso de la de que voy
hablando sino es para lavar las ropas, a causa de su distancia y cuesta que
hay para subir.
La fuente de Iturrichiqui,
existente al contacto de la calle de la Rondilla, data igualmente de tiempo
muy antiguo, por más que las obras de su habilitación fuesen en su principio
de poca consideración. En el año de 1649 se hizo una nueva fuente, y es
posible que se hubiese tratado de mejorar ésta, ya que no parece fuese la de
Ollangongor ni la de Uriñaga, que son las otras dos que había. Sea lo que
fuere de esto, es constante a lo menos que en sesión de 17 de Julio de 1752
decretó la villa la habilitación de esta fuente en la inmediación de la
huerta de Don José Manuel de Zamora, lo que se verificó el año siguiente,
según un libramiento expedido en 28 de Septiembre del mismo. Al folio 181
vuelto y siguien-
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tes del libro de actas de
1155 existe también inserto un informe del ingeniero Don Vicente Giner
haciendo algunas reflexiones con respecto a esta fuente para el caso de que
se extraviasen, o minorasen sus aguas, lo que acontece en muchos veranos.
Desde el citado paraje al en que se halla en el día se trasladó esta fuente
en el año de 1822, situándola en punto más céntrico y cómodo, a cuyo efecto
se tuvo que ocupar una porción de la huerta de propiedad de Don Fernando de
Barrenechea. Se hicieron antes varias excavaciones y trabajos con el fin de
dar más elevación a la agua, como resulta de la acta de 18 de Junio; pero no
habiéndose conseguido, hubo que limitarse a su traslación y ornato con
aumento de un tercer caño, que se obtuvo recogiendo algunos manantiales que
se escapaban. Estas obras costaron 17372 reales, según la regulación pericial
que existe a los folios 472 vuelto del registro número 83 y a los 518 y
siguientes del número 86, correspondientes a las actas del año de 1823.
La fuente de Uriñaga,
paraje situado al pie de la casería de Berrano por la parte de los campos de
Lascoain, debe ser también bastante antigua; pero su primitiva construcción
no parece, aunque debió ser anterior a la fundación del convento de San
Francisco. En sesión de 12 de Septiembre de 1105 se acordó la conducción de
este manantial a la inmediación del portal de Lascoain o sea de Castilla, y
en la de 28 del mismo mes y año se expresa haberse otorgado la escritura de
convenio para la ejecución de la obra con su empresario. Se determinó también
en la de 9 de Mayo de 1706 pedir en permuta al Conde de la Vega de Sella una
porción de su huerta que tenía junto al portal de Lascoain, para colocar la
arca del manadero de dicha fuente. y de la de 8 :de Junio resulta que él se
había conformado en. ceder gratuitamente el expresado ter-
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reno. Establecida así esta
fuente en la inmediación del mencionado portal, a consecuencia de haberse
roto los arcaduces de ella, y de no manar la agua, la cual quedaba rebalsada,
decretó el Ayuntamiento a instancia de varios vecinos en 16 y 24 de Mayo de
1769 hacer los reparos necesarios para ponerla corriente. Así bien en sesión
de 6 de Marzo del año siguiente se acordó ejecutar otras obras de más
importancia, prescritas como necesarias por un perito, previa autorización de
quien correspondiese, la cual se obtuvo del Consejo de Castilla en 3 de
Diciembre del mismo. Por falta de fondos se determinó en 13 de Marzo de 1771
suspender la ejecución de las obras proyectadas; pero se llevaron a cabo en
1775, ascendiendo su coste a 17455 reales, según se ve de la acta de 19 de
Diciembre del propio año. En sesión de 29 de Octubre de 1806 se decretó
trasladar esta fuente al interior del pueblo bajo el diseño formado por el
arquitecto Don Pedro Manuel de Ugartemendia, lo que se verificó el siguiente
año. Su coste ascendió a 11625 reales. Al mismo tiempo se construyó la nueva
fuente llamada de las Damas en la Rondilla en la revuelta para el puente de
Arramele .que costó 5459 reales. Las tasaciones periciales de ambas fuentes
existen al folio 502 y siguientes del libro de actas de 1807. Con las aguas
recogidas en el manantial de dicho punto de Uriñaga se ha construido en el
año de 1846 otra nueva fuente en la arboleda que está a la entrada del pueblo
por la parte de Castilla, trasladando desde ésta el pilón o bebedero de
caballerías que antes existía. Se gastaron en esta obra 17890 reales.
Puentes. Habiendo indicado en el
Capítulo I cuáles eran los puentes que desde la antigüedad se han conocido en
esta villa, expresaré ahora lo que he hallado acerca de las nuevas
construcciones, reformas, reparaciones y obras más importantes
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que se han ejecutado en
ellos y en los de los barrios de la jurisdicción. Principiando por el de
Arramele, como el mejor de esta villa y aún acaso de la provincia, diré que
existía donde en el día la entrada de la casa posada de Mendia en dirección
al camino carretil que baja de la casería de Arrillaga, y por consiguiente
más arriba del actual en distancia de unas 36 varas. Esta localidad era
evidentemente incomoda, difícil y peligrosa, particularmente para el tránsito
de carruajes desde la calle del Correo o al revés, pues en ella era preciso
oblicuar repentinamente la dirección. En el año de 1776, con motivo de la
construcción del nuevo camino real de Salinas a Irún, trató la provincia de
reparar y ensanchar este puente, y con el deseo de obviar los inconvenientes
indicados, propuso la villa a la misma la ejecución de uno nuevo entre el que
existía y el Matadero, que era el sitio indicado por dos maestros peritos que
al efecto fueron consultados. Opusóse a este proyecto la provincia, y de aquí
resultaron entre ambas corporaciones graves desacuerdos y diferencias; puesto
que cada cual se empeñó en que se llevase adelante su intento; mirando en
ello la villa por la conveniencia pública, la provincia por el menor coste de
la obra. Como ésta insistía en su negativa, la villa recurrió al Rey en
solicitud de que se dignara aprobar su plan de demolición del puente viejo y
construcción de otro nuevo en el paraje que ya se deja indicado sobre lo que
el Consejo de Castilla tomó conocimiento.
Pendiente todavía la
resolución del negocio principiaron los empresarios de la obra contratada con
la provincia a reunir al pie de ella los materiales necesarios para la
reparación del puente viejo y aun a abrir los cimientos conducentes al
efecto. Al ver esto, habiendo denunciado la villa la nueva labor, el Alcalde
en su calidad de Juez ordinario decretó con acuer-.
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do de Asesor la suspensión
de ella. No tardó la Diputación en dirigirle un despacho requiriéndole se
inhibiera del conocimiento del asunto y mandase alzar la Suspensión
decretada; mas el alcalde, considerándose por Juez competente en la materia,
sostuvo su jurisdicción, y no estimó el alzamiento que se le pedía. Continuó
por consiguiente suspendida la obra.
Así las cosas., a
consecuencia sin duda de las gestiones hechas por la villa y por la
provincia, vino desde Madrid en el año de 1777 en comisión del Supremo
Consejo el arquitecto Don Francisco Pérez del Hoyo con el fin de hacer vista
ocular de los parajes e informar con conocimiento de causa sobre el fondo de
la cuestión pendiente. Hecho así, resultó haberse obtenido por la provincia
una Real provisión en la que se determinaba la forma en que debía ejecutarse
la composición y ensanche del puente viejo, desestimando por consiguiente la
pretensión de la villa en lo principal. que era el que se construyese uno
nuevo en distinto sitio. Notificada esta resolución a la villa en 1779, se
allanó ésta a ejecutar el nuevo puente con arreglo a la declaración y
regulación del citado Hoyo, lo cual preparó un avenimiento o transacción del
pleito pendiente en el Consejo de Castilla.
Las bases que en 25 de Mayo
propuso la villa con este intento consistían en que la provincia le diese 100000
reales y la piedra, cal y maderamen que tenía acopiados para la reparación
del puente viejo, con cuya ayuda construiría ella el nuevo deseado; cuyas
bases no fueron admitidas por de pronto. Hoyo había calculado en 87500 reales
la reforma del puente viejo, con inclusión de 12000 reales por desbaratar las
peñas de Osinluce y desmontar la casa de Anduaga, y en 231.466 reales la
construcción del nuevo, comprendido un trozo de camino real que desde éste
debla hacerse hasta Zupicar-
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ro, regulado en 10000 reales.
Bajo estos datos en escrito presentado por parte de la villa en 10 de Octubre
de 1780 en el pleito pendiente en el Consejo de Castilla, se ofreció ella a
ejecutar el nuevo puente y el indicado trozo de camino por 128883 reales,
pagables en varios plazos de a 15000 reales anuales; proposición en verdad
bien ventajosa a los intereses de la provincia, la que lograba hacer una obra
reclamada por la conveniencia pública con el ahorro cuando menos de 102583
reales.
Convencido también de ello
el Consejo de Castilla, estimó la oferta de la villa, la que en consecuencia
obtuvo en 16 de Diciembre de 1780 ejecutoria favorable y facultad para hacer
la obra con arreglo a su propuesta y según los planos sacados por Hoyo, con
lo que quedaron terminadas estas ruidosas y desagradables diferencias.
Consiguientemente la villa contrató la construcción del nuevo puente con Juan
Antonio y Julián de Uzcudun y Manuel de Barriola, mediante escritura que se
otorgó en 6 de Junio de 1781 ante Agustín de Albisu. Concluida la obra, los
empresarios hicieron su primera entrega en 24 de Diciembre de 1784 y la
ultima o sea definitiva en 1781. En este mismo año con motivo de la riada se
acordó aumentar a este puente un nuevo arco, previa Real facultad; la que
obtenida se ejecutó la obra en 1791, según se indica en la acta de 25 de
Enero del mismo año.
El puente que hay a la
salida para Navarra debe ser de construcción muy antigua, y acaso coetánea a
la misma fundación del pueblo, si bien no consta la verdadera época en que
ella hubiese tenido lugar. No tenía más que cuatro arcos, por lo que las
aguas carecían del debido desahogo y libertad en tiempos de crecidas,
resultando de aquí los retrocesos que tanto perjudicaban. Así sucedió en la
que hubo en 1781 por lo
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que en sesión. de 14 de
Octubre del mismo año se acordó, entre otras obras de precaución, aumentar un
arco a este puente, así como al de Arramele, lo que se ejecutó en 1791, según
se deduce de la acta de 25 de Enero. Ya se había conocido para entonces la conveniencia
y aun necesidad de ensancharlo, y con esta previsión se dio al nuevo arco
alguna mayor anchura respecto de los demás existentes a la sazón. Por fin el
ensanche de estos y la construcción de antepechos o pretiles nuevos de piedra
labrada por ambos lados se ejecutó en el año 1844, bajo la dirección del
arquitecto Don Pedro Nolasco de Telleria, costeándose la obra entre la
provincia y la villa. Su presupuesto consistía en 76432 reales, y quedó
rematada por el can tero Martín de Iriarte en 72432 reales; pero hecha la
medición pericial, ascendió su coste a 110770 reales, como resulta de la que
está unida a la acta de 31 de Diciembre de 1845. En vista de una diferencia
tan notable hubo varias cuestiones con el citado rematante, siendo el
resultado haberse satisfecho éste con solos 104000 reales, para los cuales
contribuyó, la provincia con 39018 reales y la villa con los restantes 64982.
También debe tener bastante
antigüedad la construcción del primitivo puente del paseo de Iguerondo entre
el molino de este nombre y la anterior casa de Azaldegui, hoy fábrica de
papel en jurisdicción de Ibarra. El que existía en 1750 se demolió, y ejecutó
en el mismo año otro nuevo de piedra, según acuerdo de 21 de Agosto,
contribuyendo para la obra el lugar de Ibarra con 18 .carros de cal, la
provincia con 45000 maravedíes, conforme se indica en la de 8 de Marzo de
1751. Socavado de los cimientos, cayó este puente el día 6 de Agosto de 1846,
y en el propio año se construyó de nueva planta el actual. cuya obra costó
22217 reales, según resulta de las actas de 20 y 27 de Octubre, 29 de
Diciembre y otras del mismo.
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Por el mal estado en que se
hallaba el puente llamado de Elduarayen, situado un poco más arriba que el de
Iguerondo, se decretó en sesión de 18 de Septiembre de 1750 su reparación,
dando conocimiento de ello al lugar de Ibarra para que contribuyese con la
mitad del coste, puesto que es común, según resulta de la de 28 siguiente. En
la misma proporción se reparó por ambos pueblos el estribo de este puente en
1783, según se descubre de la acta de 7 de Octubre del mismo año, y otro
tanto ha sucedido en 1842 para la reparación del arco que estaba desmoronado,
no sin haberse resistido Ibarra a su abono, fundada en que la rotura estaba
por el lado de Tolosa.
Acerca de los demás puentes
de la jurisdicción de esta villa se encuentran en las actas las noticias
siguientes. El de madera llamado Zubiberria, existente junto a la casa
Armería, se ejecutó en el año de 1672, según un libramiento que para pago de
su coste se expidió a favor del constructor. en 28 de Septiembre del mismo.
De las actas de 24 de Abril y 16 de Julio de 1750 resulta que este puente a
la sazón era de piedra, puesto que en el mismo año se hicieron en él algunas
obras de cantería, como un arco nuevo y los antepechos. En 30 de Marzo de
1791 se acordó la reparación del puente de Zupicarro o Quisuaga, cuya obra
,debió ejecutarse en el mismo año, según el libramiento expedido en 2 de
Mayo. También se dispuso en sesión de 6 de Octubre de 1795 la reparación del
de Amaroz, que sin duda debe ser el que está cerca de la casería de
Irunzibia, puesto que en 28 del mismo mes se mandó sacar a remate las obras
de edificación de este último en el barrio de San Blas. Se compuso este
puente en el año de 1816, costeando las obras los mismos habitantes del
barrio, para las que dio la villa la ayuda de costa de sesenta
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ducados en dinero y el
material necesario para las cimbrias, según resulta de las actas de 17 de
Septiembre y 15 de Octubre del propio año. Igualmente se ve de la de 17 de
Mayo de 1801 que el puente que existe en frente de la ferrería de Amaroz fue
demolido por los franceses en el año de 1794, cuya reparación solicitaron los
habitantes del barrio. El cálculo pericial de su coste que ascendía a 1875
reales se presentó en sesión de 4 de Agosto, en 13 que se acordó tratar sobre
el particular con los que habían solicitado la ejecución de la obra; y hecho
así, el resultado fue haber contribuido la villa para este gasto con sesenta
ducados, según se ve de la acta de 9 de Diciembre del mismo año. Así bien
ejecutó la villa en el de 1806 el desmoronado puente del barrio de Santa Lucía
en la regata de Quisuaga, cuya obra se remató por 1900 reales, como se deduce
de la de 4 de Julio siguiente. Finalmente en el puente de Berasibia, común de
esta villa de Tolosa y de la de Icazteguieta, cuya primitiva construcción no
consta, se han hecho en diferentes épocas obras y reparos de alguna
consideración, como se descubre de las actas de 12 de Abril de 1576 y 27 de Junio
y 3 de Septiembre de 1769.
Calzadas. Antiguamente, cuando no
había caminos reales o de coches, las calzadas eran las únicas vías públicas
generales y vecinales que se conocían, vías que se procuraba conservar en
este país en el mejor estado posible, como lo requería su lluviosidad.
Indicaré pues aquí ligeramente las noticias que he hallado de las calzadas
que se han construido en jurisdicción de esta villa, no siendo fácil
comprender las renovaciones o reparaciones que de ellas han tenido lugar. La más
antigua que he podido descubrir es la referente a la calzada del camino de
Yurre verificada en 1576, según acuerdo de 3 de Mayo del mismo año! en el
cual. se mandó se hiciese su exa-
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men y medición; y aunque no
consta cuál fue esta calzada, puede creerse que se alude a la del camino de
Apate, próximo al término de Nuestra Señora de Yurre. De las actas de esta
corporación municipal resulta también haberse ejecutado en el año de 1610 la
calzada que desde esta villa se dirigía a la de Alegría, así como también en
Olarrain al principiar la cuesta del camino que pasaba para Albistur. Aparece
igualmente de ellas haberse construido en el año de 1615 calzada desde la
ermita de San Esteban hasta las canteras de Arribaquieta. Asimismo que en el
año de 1623 se ejecutó a medias con el lugar de Ibarra la del termino de
Apate. En la propia forma que en el año de 1701 se construyó la calzada del
camino de Anoeta hasta la casería de Zuloaga azpicoa, o sea termino de la
jurisdicción de Tolosa. Finalmente se ve que en el de 1751 se ejecutó la
calzada de sobre Olarrain, adquiriendo al efecto una porción de terreno de
propiedad particular. De las demás calzadas construidas con anterioridad a
las épocas que he citado no he hallado razón alguna.
Caminos reales. Aunque el camino real de
coches que desde Salinas se dirige a Irún fue ejecutado por disposición y a
cuenta de esta provincia de Guipúzcoa, no considero inoportuno dar una ligera
noticia de este asunto. Se proyectó por la provincia en el año de 1752 bajo
los planos dispuestos por el maestro Don Francisco de Ibero, en el sentido
sin duda de que cada pueblo hubiese de construir a su costa el trozo de
camino de su respectiva jurisdicción, pero pasóse más adelante, y en 1757
deseosa la provincia de que se ejecutase la obra, adoptó las disposiciones
convenientes al efecto. El presupuesto del coste formado por Ibero solo
ascendía a la suma de 377382 rea]es, bajo cuyo concepto se acordó por la
Junta del año de 1758 tomar a censo contra esta provincia
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320
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con la competente Real
facultad, igual montamiento de capitales. Se acordó también en 1760 que cada
pueblo indemnizase a los dueños de terrenos que se ocupasen para el nuevo
camino, pagándoles su valor en dinero o dándoles tierras equivalentes. Bajo
estas bases se dio principio en esta época a los trabajos; pero se conoció bien
pronto cuán errados eran los cálculos formados por el perito Ibero sobre el
coste que había de tener, y que por consiguiente no era dado a los pueblos
hacer la obra a dicho respecto. En su vista la Junta general celebrada por
la. provincia en la villa de Azcoitia en el año de 1764 decretó construir por
sí este camino, tomando para el efecto a censo las cantidades necesarias,
previa Real autorización, la que se solicitó hasta en 50000 pesos fuertes; y
que para pago de sus réditos contribuyesen, a saber, la misma provincia con
el 20 por 100 de sus rentas, los pueblos de la carretera con el 10 por 100
del producto de sus propios, y los de fuera de la carretera con el 5 por 100
de los mismos. Obtenida el. 23 de Marzo de 1765 la Real facultad solicitada,
para la imposición de estos capitales censales, tomados éstos a un interés
muy moderado; y rematadas las obras, debieron terminarse éstas en los años
inmediatos.
Según las actas de 12 de
Julio de 1774 y 24 de Enero, 21 de Noviembre y 12 de Diciembre de 1775, el
trozo de camino existente entre el portal de Castilla y el extremo superior
de la huerta del convento de San Francisco se ejecutó por cuenta de la villa
entre los mismos dos años: el resto por empresarios particulares. Sin embargo
de las actas de 26 de Abril y 13 de Mayo de 1787 aparece que el comisionado
de la provincia había invitado a la villa y que ésta se había conformado en
tomar a su cargo las obras que se consideraron necesarias para la perfecta
conclusión del camino real desde
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321
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el portal de San Francisco
hasta los respectivos confines de Alegría e Icazteguieta, cuyas obras se concluyeron
el año siguiente, según acuerdo de 9 de Noviembre del mismo. La nota de las
tierras que se quitaron a particulares para la construcción de este camino
desde Alliri a Arribaquieta. y desde el puente de Arramele a Irura existe
desde el folio 51 al 59 del libro de actas del año de 1765 .correspondiente a
la sesión de 19 de Noviembre. en cuyo día se acordó pedir licencia al
Corregidor para dar en permuta terrenos concejiles. Consta que conseguida ésta,
se dieron en estos términos los ,que se expresan en las actas de 29 y 31 de
Diciembre de 1787, 9 de Enero, 13 y 26 de Marzo, 19 de Agosto y 7 de Octubre
de 1788. conforme a la liquidación que obra al folio 594 del registro numero
36. De la acta de 12 de Diciembre de 1795 se deduce también que el contingente
que ,correspondía pagar a Tolosa por el 10 por 100 de caminos era 3328 reales
anuales, y en efecto de las cuentas posteriores esto mismo resulta.
Acerca del trozo del camino
de coches que hay desde esta villa hasta el punto denominado de Illarrazu
confín de Navarra se encuentran las noticias que voy a expresar. A
consecuencia de un oficio pasado por el Virrey de Navarra, Conde de Gages, a
esta provincia de Guipúzcoa en el año de 1752 sobre la conveniencia de que se
compusiesen los caminos que conducían de una provincia a otra, se siguió
correspondencia entre ambas autoridades; pero por obstáculos que parecieron
de difícil vencimiento, no se realizó el proyecto. Tratóse nuevamente de este
asunto hacia el año de 1784, pues en la acta de 27 de Febrero aparece que las
villas de Berastegui y Elduayen solicitaron el apoyo de Tolosa para que el
nuevo camino pasase por las jurisdicciones de aquélla, y. aunque ésta
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322
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se adhirió al principio a
este plan, se retiró luego de él, conviniendo en que se hiciese por Lizarza
con tal que empalmase con el de Castilla junto a la ermita de San Esteban.
Sin embargo no se hizo así, puesto que las Juntas generales de la provincia
del año de 1785 decretaron su construcción por Lizarza, conforme a los planos
formados por los maestros Don José Antonio de Arzadun y Don Manuel Martín de
Carrera o según los cuales debía entrar en el puente de Navarra. Se nombró en
las mismas Juntas una comisión que corriese con la solicitud y consecución de
los arbitrios y gracias que se indican en el acuerdo. Consiguiente a él debió
hacerse este ramal de camino hacia el año de 1790 puesto que en acta de 9 de
Junio de 1789 se nombró por esta villa el perito que debía medir y tasar los
terrenos que debían ocuparse para este efecto.
El camino de coches que
existe desde el punto del molino de Osarain jurisdicción de esta villa o
hasta la de Elgoibar pasando por las poblaciones de Vidania o Goyaz, Azpeitia
y Azcoitia, fue construido en el año de 1831. A este efecto formaron
asociación éstos y los demás pueblos por cuyos territorios pasa dicho camino
o incluso Tolosa, ofreciéndose cada cual a imponer los arbitrios en que se
convino para pago de intereses de los capitales que se tomaron para la
ejecución de la obra y su luición. Tanto para la apertura del camino o como
para la exacción de los mencionados arbitrios se obtuvo Real autorización, en
cuya virtud el recargo que se impuso a esta villa de Tolosa consistió en 4
maravedíes por cada azumbre de vino que se consumiese en su territorio
jurisdiccional. Su exacción ha tenido lugar hasta el año de 1851 en que quedó
suprimida mediante la iguala de caminos acordada por las Juntas generales
celebradas por la provincia en Vergara
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323
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en el anterior,
estableciéndose en lugar de los arbitrios locales existentes para esta
carretera el recargo de un real en arroba de vino a los impuestos
provinciales.
Caminos vecinales. Indiqué poco ha la época
en que últimamente se hizo la calzada que desde el barrio de Belate se dirigía
a Anoeta. A pesar de ser ésta una obra bastante moderna, hallándose muy
destrozada en el año de 1788, propuso Tolosa a dicha villa de Anoeta y a
Hernialde el repararla a costa común hasta la casería de Zuloaga de abajo,
situada en el límite de las jurisdicciones. No tuvo efecto el proyecto por
falta de conformidad de estos dos últimos pueblos a contribuir a su coste.
Por tanto, poniéndose cada vez peor este camino, se hacia intransitable en la
época de 1850, particularmente en la estación de invierno. La villa de
Hernialde. a quien más interesaba su composición, la reclamó con insistencia,
acudiendo en queja a la autoridad provincial; y por resultado de las
conferencias habidas a su consecuencia, se convino sobre el particular, otorgándose
entre las dos villas la competente escritura en 10 de Agosto del mismo año
ante Don Juan Fermín de Furundarena. Por ella se obligó Tolosa a ejecutar un
nuevo camino vecinal de 14 pies de anchura hasta la jurisdicción de
Hernialde, la que debía abonar para el efecto 8000 reales en la proporción
del coste calculado; pero habiendo ascendido su montamiento, en la medición
practicada después de concluida la obra, a 53087 reales, al respecto
convenido correspondieron a Tolosa 44006 reales y a Hernialde los restantes
9081.
También he dicho antes que
por el paraje denominado la Rondilla pasaba una parte del río Oria, la cual
volvía a incorporarse con éste junto a la casa Matadero; y ya se han visto
los inconvenientes que esto producía para los casos de
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324
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riadas. Para evitarlos se
trató en sesión de 14 de Septiembre de 1784 de cerrar el boquete de junto al
Tinglado por donde entraba dicho brazo de agua, y de hacer un camino nuevo
desde el convento de San Francisco hasta la entrada: y camino del puente de
Arramele, cuya obra se calculó en 46000 reales. Para ejecutarla se acordó en
8 de Octubre siguiente pedir Real facultad, la que fue otorgada en 29 de
Octubre de 1785 a calidad de que su coste no excediese de la tasación, según
se ve de la acta de 17 de Diciembre del propio año. No obstante esta
autorización, no parece que se hubiese quitado al río este curso hasta el año
de 1801, ni se ejecutó la obra del camino de la Rondilla, puesto que ya se ha
indicado haberse rellenado este paraje desde el año de 1815 en adelante.
Navegación del Oria. Después de haber hablado
de los caminos no debo pasar en silencio el gran proyecto que desde tiempos
antiguos existe de hacer navegable el río Oria desde esta villa de Tolosa,
sea hasta la misma barra del puerto de Orio, sea uniendo este río en el
Urumea por medio de una sangría que se hiciese desde Andoain a Hernani.
Mientras Felipe II se ocupaba en construir el monasterio del Escorial, la
provincia de Guipuzcoa trataba de proteger al comercio de una manera positiva,
facilitando los transportes de géneros por el medio que se deja indicado;
obra sin duda algo más útil que aquélla. Consta en efecto que las Juntas de
la provincia habían comunicado al Rey ya citado este proyecto de navegación
.y que su Majestad tomándolo en consideración expidió en Lisboa a 20 de Junio
de 1582 una provisión dirigida al Corregidor de la misma provincia, para que
informase sobre el particular. Sábese también que el Corregidor Licenciado
Gómez de la Puerta vino desde Azcoitia a esta
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325
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villa el día 3 de Agosto
del mismo año y que habiendo reconocido todo el largo del río desde el puente
de Arramele basta Orio, acompañado de cuatro maestros peritos, se conceptuó
por muy fácil la realización del proyecto, cuyo coste regularon en 12000
ducados. Los autos originales de estas diligencias existían en el archivo de
esta villa, los que seguramente se quemaron en el incendio que hubo en la
iglesia de Santa María en el ano de 1781. No obstante haber sido tan
favorable el informe del Corregidor respecto del proyecto mencionado, no
llegó a realizarse este, no consta por qué motivo. La villa recordó este
asunto a las Juntas generales celebradas en Hernani en el año de 1772 por
medio de una exposición de fecha 29 de Junio; en cuya vista se acordó en
ellas que constara por registro hasta otra ocasión más oportuna en que la
provincia pudiese deliberar sobre el particular. Así quedó por entonces este
negocio, y no se ha adelantado después en él.
A pesar de eso, como son
evidentes y de ancha importancia las utilidades que reportaría a la villa en
particular y en general al comercio la navegación o canalización del Oria,
sea a Orio o a San Sebastián, no se ha olvidado aquélla de este proyecto. Así
es que se promovió este asunto en sesión de 17 de Enero de 1850, a cuya
consecuencia se encargó su estudio al ingeniero de caminos, canales y puertos
de esta provincia Don Manuel Peironcely, no precisamente con el objeto de
ejecutarlo, sino más bien para tener un conocimiento más formal y exacto de
él para cualquiera oportunidad que con el tiempo pudiera presentarse. El
expresado ingeniero en cumplimiento de su encargo ha presentado en el
corriente año los planos del canal de que se trata, y al mismo tiempo los de
un camino de hierro desde esta villa de
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326
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Tolosa a San Sebastián, con
una luminosa memoria explicatoria de sus trabajos, presupuestos, ventajas e
inconvenientes de cada una de las vías proyectadas. Cree en ella dicho
ingeniero que no hay más medio de navegación posible entre Tolosa y San
Sebastián, sea por la vía de Lasarte o por la de Hernani que el de un canal,
el cual opina también que debería construirse con preferencia por la última
de las dos direcciones citadas. Calcula su coste total en 26119764. reales, y
aprovechándose para la navegación cierta parte del río Urumea solo 24650898
reales. Por lo que hace al camino de hierro, opina el autor de la memoria que
su trazado debe ir con cortas diferencias por los mismos puntos que el canal,
y regula su coste en 21045888 reales. Comparando en seguida las ventajas e
inconvenientes del canal y camino de hierro trazados, cuya explicación se
detiene en hacer por lo respectivo a cada una de las dos vías, concluye
manifestando su preferencia u opinión favorable por la segunda, esto es, por
el camino de hierro. Así ha quedado hasta ahora este importante negocio. Sin
duda el pensamiento es demasiado colosal para que la villa de Tolosa y los
demás pueblos por donde debe atravesar, ya sea el canal, ora el camino de
hierro, puedan tratar de su ejecución sin más auxilios que sus fondos
propios; ¿pero quién sabe lo que podrá suceder todavía en esta época en que
tanto se ocupa de caminos de hierro y aún de canales? De todos modos el
pequeño sacrificio que ha hecho la villa en costear el gasto de este estudio,
nunca será cosa perdida, pues al fin es útil y ventajoso reunir tales datos
para cualquier evento. Los mencionados planos, presupuestos y memoria
explicatoria, cuya buena conservación es de recomendarse a nuestros
sucesores, quedan archivados en la secretaría.
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§ III. SITIOS DE RECREO
PÚBLICO.
Espolones. El espolón más antiguo de
esta villa es el que hay en los campos de Lascoain, construido por primera
vez al parecer en el año de 1760, puesto que en acta de 14 de Diciembre de
1759 se indica hallarse contratada su ejecución y la del cerco de paredes del
mismo punto. Según las indicaciones de la citada acta y otras, este espolón
sólo se extendía desde la huerta del convento de San Francisco hasta el
parejo de la ermita de San Esteban; lo que se confirma por el acuerdo de 12
de Octubre de 1773, para que se adquiriese por la parte superior del camino
real el terreno necesario a fin de continuar el espolón desde dicha ermita
hasta la estrada de Illibia. Sin embargo, esta prolongación no se realizó
hasta el año de 1802. El expresado espolón principal, o sea desde la huerta
de San Francisco hasta San Esteban, se volvió a hacer de nuevo en 1797, a
consecuencia de la construcción del camino real, contribuyendo la provincia
con la tercera parte del coste, como resulta de las actas de 28 de Abril y 16
de Mayo del mismo año. En éste se construyó también por la villa el trozo que
hay desde el portal de Castilla hasta la esquina de la huerta del citado
convento, como se ve de las de 27 de Septiembre y 29 de Diciembre siguientes.
La parte de este espolón situada al frente del atrio del mismo convento se
ejecutó también por la villa en el año de-1775, para lo que, si bien los
frailes pusieron al principio alguna dificultad, se allanaron después, según
consta de la acta de 17 de Julio del mismo.
El espolón de la parte de
Arribaquieta se proyectó por el
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Ayuntamiento en sesión de
24 de Julio de 1787 con el deseo de evitar las desgracias de las personas que
andaban sobre la pared .de hacia el río a causa del mucho barro que se
formaba en aquel punto en tiempos lluviosos. La villa quiso que se hiciese la
obra por el lado del monte; pero habiendo informado en sentido contrario el
maestro a quien consultó la provincia, fundándose principalmente en el mayor
coste que tendría así, se verificó por el otro costado. Este espolón, que en
su principio sólo tenía 580 pies de extensión, se prolongó después por el
propietario de la fábrica de cobre de Olarrain, tanto por la parte del medio
día hasta la regata de Oasca, como por el norte hasta más abajo de la
cantera, que es hasta donde llega actualmente.
El espolón que existe desde
el principio de la alameda do Santa Clara hasta el puente del río que baja de
Ibarra fue construido en el año de 1820. De la acta de 2 de Agosto del mismo
resulta en efecto que uno de los Alcaldes expuso habérsele ofrecido una
persona de carácter a costear la mitad de este espolón en la extensión de
dicho paseo, en cuya vista, admitida la oferta por la corporación municipal,
se acordó proceder a la medición y regulación del coste de la obra. Este cálculo
pericial se presentó en la sesión de 4 del mismo mes y año, y sacada la obra
a remate con arreglo a él, quedó causado en 4040 reales, según se ve de la
acta de 22 del propio Agosto. En sesión de 25 se adoptó de acuerdo con el
rematante la nueva propuesta hecha por el arquitecto director Don Pedro
Manuel de Ugartemendia para la construcción de este espolón.
El existente desde el
puente de Elduarayen hasta la jurisdicción de la villa de Belaunza por la
orilla del río se hizo por los pueblos de Tolosa e Ibarra en el tiempo y
manera
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329
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siguientes. El primer trozo,
o sea el que hay desde la esquina del citado puente hasta la plaza de Ibarra
se ejecutó en el año de 1845, previo el competente convenio celebrado entre
las dos villas, cuyas jurisdicciones atraviesa, a 20 de Septiembre de 1814
ante Don Juan Agustín de Azpiroz, escribano numeral de Lizarza. Por él
obligaron, a saber: Tolosa a hacer la obra hasta el punto intermedio entre la
presa del molino y la bajada que entonces había para el castañal de junto a
la fuente; Ibarra a ejecutar el resto hasta la plaza, con obligación de
conservar cada pueblo en buen estado su respectivo trozo, haciendo las
reparaciones necesarias y echando las capas de cascajo y arena que se exijan
para que no queden hoyos. Concluido así el espolón, se conoció la
conveniencia de prolongarlo; y en 21 de; Junio de 1849 se otorgó entre dichas
dos villas por testimonio de Don Juan Fermín de Furundarena otra escritura de
convenio .mediante la cual se obligaron a continuarlo hasta la jurisdicción
de Belaunza, contribuyendo a medias a su coste, como se verificó el mismo
año, El trozo correspondiente a Tolosa construido en el año de 1845 costó a
jornal 9393 reales, según la cuenta arrimada a la acta de 28 de Septiembre
del mismo. y la mitad del ejecutado en 1849 ascendió a 5339 reales, como se
ve de la acta de 30 de Octubre. Finalmente el espolón que existe desde el
extremo del puente de Arramele hasta la fabrica de papel continuo denominada
de la Esperanza fue construido así bien por esta villa de Tolosa en el año de
1850, Llegó a costar esta obra 11717 reales,
Alamedas, Las alamedas principales
que tiene esta villa son las arboledas de Iguerondo .Santa Clara, San
Francisco, de junto al portal de Castilla y la de Belate. Hay también otros
sitios poblados de árboles, así como también algunos cubier-
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330
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tos de paseo. La arboleda
de Iguerondo, que es el paseo principal de verano, es sin duda antiquísima, por
más que no se descubra la época en que primero se arregló. La noticia escrita
más antigua de ella que he hallado está en la acta de 9 de Diciembre de 1618,
en que se dispuso, que en el término de Iguerondo, que es del concejo de esta
villa, se trasmochasen y quitasen los nogales que había y en su lugar se
pusiesen para su adorno algunos álamos y fresnos. De la acta de 13 de Febrero
de 1619 resulta que, en efecto, se habían cortado algunos nogales y plantado
unos 36 olmos traídos de Leiza y Areso, y por cuanto éstos fueron arrancados
por algunos malintencionados, el Alcalde hizo cortar todos los nogales que
habían quedado. Se ve así bien en la de 14 de Marzo del mismo año que se
habían plantado en el citado paraje 50 olmos. Finalmente de la de 11 de
Febrero de 1620, folio 250 vuelto, aparece que los olmos que en el año
anterior se plantaron en la plaza de Iguerondo junto a la ferrería se había[n]
secado; por lo que se dispuso poner en su lugar árboles que luciesen y
conviniesen más. En 29 de Diciembre de 1622 se acordó nuevamente plantar de
álamos y arboleda este prado allanando un montón o cerro que había enfrente
de la huerta de Don Baltasar de Iriarte, y otro tanto resulta de la acta de
21 de Septiembre de 1672 y 20 de Enero de 1782. Probablemente algunos olmos
que todavía existen procederán de las plantaciones de que acabo de hablar,
pero los demás árboles datan de épocas más recientes en que se han repuesto
sucesivamente las faltas, según se han ido secando o cortando. Esto tuvo lugar particularmente
después de la guerra de la independencia, durante la cual padeció bastante
este paseo con la caballería del ejercito francés que se colocó en él cuyos
caballos descortezaron con los dientes la mayor
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331
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parte de los árboles que
había. En el año de 1826 se hizo algún desmonte y rellenándolo con la misma
tierra y piedra así obtenida, se aumentó y ensanchó este paseo. En el de 1845
se prolongó la arboleda hasta el puente de Elduarayen. En el de 1846 se hizo
el murallón que hay desde la casa de Urbieta hasta la presa del molino y fábrica,
se terraplenó e igualó la entrada de este lado, plantando nuevos árboles
olmos en lugar de los robles que existían y en la misma época se formó el
paseo que hay entre la citada casa y la de Videbieta. Costaron estas obras
10004 reales.
La alameda de Santa Clara
es posterior a la época de 1789, hacia la cual adquirió la villa este
terreno, que entonces estaba reducido a huertas de particulares, con el
objeto de ensanchar el suelo del río. En el año de 1801 se plantaron por
primera vez en este sitio árboles de paseo; los que destruidos durante la
guerra de la independencia, se volvieron a poner en 1814 los plátanos,
acacias y algunos otros que en el día subsisten, como se ve de las actas de
28 de Noviembre y 13 de Diciembre del mismo año.
Las tres hileras de árboles
chopos piramidales, que existen en frente del suprimido convento de San
Francisco, en terreno donde antes estaba la huerta de éste, se plantaron en
el año de 1847, y los castaños de Indias puestos interpolados en el de 1851.
Su pavimento se va rellenando, igualando y arreglando en el presente año. En
el mismo de 1847 se formó también la arboleda de junto al portal de Castilla,
y en 1843 y 1844 la de la parte de Belate, la cual se ha prolongado en el
presente rellenando el pavimento con la tierra traída de fuera. Finalmente
para noticia ulterior se advierte que la hilera de plátanos que existe en
frente de la huerta de Don Manuel de Otadui se plantó en el año de 1840,
arreglando
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al propio tiempo su paseito;
que los chopos piramidales de frente la fábrica de papel de Iguerondo se
pusieron en 1847, y en 1850 las dos hileras también de chopos
existentes entre el camino de coches de Navarra y el molino.
Tinglado. El Tinglado, o sea paseo
cubierto existente en la calle de la Solana, se ejecutó de la manera que voy
a expresar. La construcción de la parte baja se decretó por el Ayuntamiento
en sesión de 29 de Marzo de 1785, en la cual se acordó pedir licencia para el
efecto al Corregidor de la provincia, destinándose esta tejavana
exclusivamente para la gente forastera que venia a los mercados semanales de
los Martes, Jueves y Sábados, con prohibición de poner tienda alguna. No se
tardó en obtener esta autorización, puesto que en 7 de Febrero de 1786 se
dispuso colocar en el nuevo Tinglado: una piedra con la inscripción del año
de su construcción y del Corregidor que se hallaba a la sazón, y de la acta
de 8 de Marzo siguiente resulta haberse acabado ya la obra. Según la de 29 de
Enero de 1788 costó esta 13755 reales.
Así subsistió esta tejavana
hasta el año de 1803 en que varios particulares de la villa proyectaron hacer
sobre ella un paseo o galería cubierta en un piso alto con vistas al campo, a
cuyo efecto abrieron una suscripción, la cual produjo la suma de 5000 reales,
que sirviese para ayuda de costa de la obra. En sesión de 1º de Marzo del
mismo año se presentó al Ayuntamiento un memorial dirigido a este intento con
el ofrecimiento de la cantidad indicada, y aunque algunos vocales de la
corporación se opusieron al proyecto, la mayoría de ella acordó en acta de 15
de Marzo siguiente franquear el material necesario para la obra, como también
que se hiciesen las gestiones necesarias para alcanzar la competente licencia
del Consejo Supremo. Los capitulares que disentían
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de la ejecución de esta
obra recurrieron a la Diputación de la provincia y aún al Comandante militar
de marina quejándose del corte de árboles que se había principiado a hacer en
los montes concejiles para la construcción de la obra indicada, sobre lo que
demandaron formalmente a la villa ante el Diputado general como Juez
conservador de montes. El Ayuntamiento se opuso a esta pretensión, y el
resultado del negocio fue haberse concedido a la villa por el Diputado
general su autorización para que pudiese hacer uso de los árboles cortados
para la construcción del Tinglado, como resulta de la acta de 23 de Junio del
propio año 1803. Desvanecido así este medio de oposición al proyecto de que
hablo, el nuevo Ayuntamiento hizo en 12 de Enero de 1804 al Corregidor una
representación pidiéndole permiso para continuar las obras del Tinglado a
jornal hasta en cantidad de 20000 reales, que lo concedió según aparece de la
acta de 17 del propio mes, cuya resolución se aprobó también por el Supremo
Consejo en 11 de Agosto, como resulta de la de 31 siguiente.
Consiguientemente se prosiguieron las obras principiadas, las cuales, según
las cuentas que existen al folio 464 del registro de actas de 1804 y al 662 de
1805, costaron 50378 reales.
No obstante todo esto, se
ve que todavía se seguía ante el Diputado general entre los opositores y la
villa el pleito sobre el corte de árboles para la ejecución de la obra del
Tinglado, según resulta de las actas de 29 de Octubre de 1806 y 1º de Octubre
de 1807; cuyo asunto debió sin duda quedar paralizado a consecuencia de los
importantes sucesos de la guerra de la independencia, que hicieron olvidar
aun cosas de más consideración que la ejecución o no ejecución de un paseo.
Subsistió éste en tal estado hasta el año de 1844 en que se hizo el cielo
raso y nueva escalera cuya obra costó 12831 reales.
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334
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Juegos de pelota. Los sitios destinados en
esta villa para los juegos de pelota son la Plaza nueva y los trinquetes. Después
que se arregló aquélla, según se dijo antes, ocurrió sin duda la idea de
hacer en la misma un juego de pelota, para lo cual hubo que retrasar hacia el
año de 1716 la casa concejil que se había ya construido. Hecho así, sirvió
esta plaza para el objeto para el que se le destinaba. En el año de 1759 surgió
otra vez el proyecto de prolongar este juego a ejemplo de alguno que otro
pueblo de la provincia donde seguramente los había mayores; pero se tropezaba
con la dificultad de la casa de los Toriles, que para el efecto era preciso
demoler. Prescindiendo de este sacrificio, las opiniones de los concejales
estaban muy discordes sobre la conveniencia o no conveniencia de hacer en
dicha plaza un juego formal de pelota para partidos aplazados. Los unos creían
que de este modo se atraería un gran concurso de gentes forasteras que dejarían
en el pueblo mucha ganancia; otros calculaban la pérdida de jornales que iba
a resultar a los artesanos y otros inconvenientes que producen en las
familias estos juegos. Los promovedores de este proyecto parece eran los
propietarios y habitantes de las mismas casas de la plaza, que lo
consideraban por muy útil en general y en particular; cuyo empeño al fin
prevaleció disponiéndose el aumento del juego con la demolición de los
Toriles, como se ejecutó. Desde entonces ha sido esta plaza el sitio
principal donde se han jugado los partidos más afamados de pala y guante, así
entre los mismos naturales del país, como aún éstos con navarros y franceses
vascos. Sin embargo hay pendiente un proyecto de hacer un nuevo juego de
pelota fuera del pueblo al contacto del suprimido convento de San Francisco,
El primer trinquete, esto
es, juego cubierto de pelota
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335
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que hubo en esta villa, fue
en el primer piso de la mencionada casa de los Toriles después de su
reedificación hacia el año de 1760. Indudablemente este juego era muy corto y
no de bastante extensión, por lo que algunos particulares han ido
construyendo trinquetes más capaces y más formales. Tres son en el día los de
esta clase: el uno existe al contacto del puente de Arramele por la parte de
la casa de la misericordia, los otros dos en el barrio de Santa Clara.
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