Situación. Término
Municipal de Legazpi.
Accesos.
·
Desde la N-1 a su paso por el Término Municipal
Olaberria se coge a la altura del Hotel Castillo la GI-6.322 que pasa por Ormaiztegi
y continua hasta Zumárraga en donde se toma la comarcal GI-2.630 hasta
Legazpi.
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Después de abandonar la A-8 o la N-634 en las cercanías
de Azitain o Málzaga respectivamente, se toma la comarcal GI-6.213 para
llegar al cruce de San Prudentzio. En este lugar se coge la carretera
GI-2.630 en dirección a Oñati y que pasa por Legazpi.
Transporte
público:.
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Línea de cercanías (RENFE) con estaciones en Legazpi y
Brinkola.
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Línea de autobús, PESA, que comunica esta localidad con
Oñati y Zumárraga y tiene parada en la calle Nagusia (Mayor).
Servicios:
En Mirandaola: área recreativa (9
mesas, 6 asadores, juegos infantiles, fuente, frontón, servicios y el Centro
de Información (telf. 943 730428 y fax. 943 730676). Este Centro tiene un
horario de invierno de martes a viernes de 10 a 13 horas y de 15 a 17,30
horas; el sábado de 10 a 14 horas y de 15 a 18,30 horas por la tarde y el
domingo de 10 a 14,30 horas (el lunes está cerrado). En verano el horario
experimenta variaciones.
Albergue. En la carretera hacia
Brínkola (GI-3511) (telf. 943731634 y fax 943 731650), que acoge un mínimo de
diez personas y hasta un máximo de cuarenta CEIDA ), Centro de Educación e
Investigación Didáctico-Ambiental (telfs. 943 731697, 943 731614, 943
731617), situado frente al albergue.
Elementos
característicos:
Esta zona se caracteriza por estar
vinculada al laboreo del hierro desde tiempo inmemorial, conservando
testimonios relacionados con las diferentes fases de la metalurgia del
hierro, con restos que van desde las haizeolas,
ferrerías de aire, vestigios de la primera fase de la elaboración del hierro,
a las ferrerías de agua y la actual industria dedicada a la producción y
transformación del acero.
Cartografía:
Hojas 88-III y 88-IV a escala
1:25.000, del Instituto Geográfico Nacional. Hojas 88-36, 88-37, 88-44,
88-45, 88-52, 88-53, 88-60 y 88-61 a escala 1:5.000, de la Diputación Foral
de Guipúzcoa.
La antigüedad del núcleo de Legazpi, una de las
primeras villas del valle del Urola, se remonta a la Edad Media y
probablemente unida a la implantación de las ferrerías hidráulicas. Este tipo
de establecimientos proliferaron en el territorio guipuzcoano a partir del
siglo XIII y se localizaban en aquellas zonas con abundantes recursos
mineros, madereros e hídricos. En el caso que se analiza, y debido a los
numerosos yacimientos de hierro de este término municipal y de su entorno
(zona de Zerain y Mutiloa), puede llegar a hablarse de una explotación minera
en época prerromana y ligada a la existencia de los haizeolas (escorias de
Basagain y de Otaño).
A lo largo de los siglos XII y XIII, y tras la
incorporación del agua como fuerza motriz, se llegan a contabilizar un total
de una veintena de ferrerías en el valle de Legazpi, siendo en número de
siete las existentes en el siglo XVI. Los enfrentamientos entre ferrones y
agricultores fueron frecuentes, unos a favor de roturar las tierras para
aumentar la superficie cultivada y otros a favor de conservarlas, llevaron a
que en el año 1532 se amojonasen las propiedades de las ferrerías.
En el año 1338 el rey Alfonso XI les otorgó el
Fuero de Ferrerías por el que se reguló toda su actividad comercial y
productiva y por el que los ferrones debieron de satisfacer al rey el
impuesto derivado de la producción del hierro, también conocido por diezmo viejo del fierro. En 1384
Legazpi se incorporó a Segura hasta
que en el año 1608 obtuvo el título de villa, desanexión principalmente
motivada por las malas relaciones que existían entre los moradores de ambos
núcleos de población . A partir de este hecho se inicia la construcción de la
Casa Consistorial, las obras de reforma de la Parroquia y la venta de los
terrenos concejiles ante las numerosas deudas contraidas, de tal manera que
entre 1794 y 1840 desaparece gran parte del patrimonio municipal.
El paso del Camino Real a Castilla, cuyo trazado
fue modificado a mediados del siglo XVIII tras abrirse el paso de Descarga,
le alejó de las vías principales de comunicación, hasta que a mediados del
siglo XIX se abrió la carretera hasta Oñati, tras la incorporación de este
condado al Territorio Histórico de Guipúzcoa.
A finales del siglo XIX hay que mencionar tres
aspectos significativos como la práctica desaparición de las ferrerías
hidráulicas, al no poder competir ante la producción de los Altos Hornos; la
llegada del ferrocarril Madrid-Irún aunque la estación no se crearía hasta
1932; y la implantación del pequeño taller de fabricación de herramienta
manual, fundamentalmente de labranza, de Patricio Echeverría en 1907, cerca
de la ferrería de Olaetxe y cuyos terrenos acabó por absorber. Con la
implantación de este establecimiento fabril se estaba dando el paso al
moderno proceso de industrialización y en los años treinta se inicia la
fundición de acero y la laminación que permitió la diversificación de la
producción de P. Echeverría (a los aperos de labranza se añaden las limas o
diferentes piezas para el automóvil).
A partir de principios del siglo XX la historia de
esta villa guipuzcoana va a estar ligada al establecimiento fabril de
Patricio Echeverría S.A. De los doce obreros que integraban la plantilla
inicial se paso en 1930 a más de quinientos y a ser uno de los centros manufactureros
de aceros especiales más importantes de Guipúzcoa.
A mediados del siglo XX el 85% de la población
activa ocupada en este municipio trabajaba en esta factoría. De 1.274
habitantes censados en el año 1900 se pasó a 10.558 en 1981. Las viviendas de
los barrios de San Juan (año 1959) y de San Ignacio (1945) fueron creadas por
esta empresa al igual que el conjunto de edificios de los colegios de El Buen
Pastor (1942) y Santa Teresa (1969) o el Asilo Hospital, conocido como Hogar
de la Santa Cruz (año 1936) y que completan esta colonia industrial. Este
conjunto fabril, localizado en el barrio de Elbarrena, cerca de la iglesia y
la casa consistorial, será el núcleo más importante de este municipio que
hasta este momento se caracterizaba por un poblamiento disperso dividido en
dos zonas claramente diferenciadas por la casa y ferrería de Mirandaola:
barrio de Abajo o Elbarrena y barrio de Arriba o Ergoene.
La crisis económica de finales de los setenta,
crisis principalmente industrial y que afectó seriamente a la industria
básica siderometalúrgica, afectó a esta gran fábrica de fundición que se
extendía a lo largo de más de dos kilómetros, en una franja paralela a la
GI-2.630 y al río Urola. La pérdida de puestos de trabajo en este sector ha
sido importante y el municipio está potenciando el desarrollo endógeno como
salida a esta situación crítica. Entre las actuaciones llevadas a cabo hay
que mencionar el proyecto Lenbur, cuyas características se describirán más
adelante, y la implantación de una Escuela Taller de Forja Artesanal,
financiado por el Fondo Social Europeo, que se puso en marcha el curso
académico 1995-96 en un pabellón de Corporación Patricio Echeverria.
Centrándonos en el itinerario propuesto a realizar
cabe indicar que si se llega al T.M. de Legazpi desde la GI-2.630, es decir,
por la zona más septentrional, se pueden apreciar diferentes edificaciones de
interés, antes de llegar al casco histórico propiamente dicho y
principalmente en la margen izquierda del río y de la carretera, la Cruz de
Mendiaraz, datada de la segunda mitad del siglo XVI y de estilo plateresco;
la Casa Galdos, construcción elegante y cuidada; y los caseríos Agirrebengoa,
Lekuona y Kuskurrutxo. A unos cuatrocientos metros de la última edificación,
en frente de la factoría de Corporación Patricio Echeverría (PESA), se
encuentra el caserío Olaetxe. Este edificio es un casa torre remodelada
recientemente pero que conserva de interés, entre otros aspectos, unas
ventanas geminadas y una entrada principal con tres arcos. Al mismo tiempo,
en el lado izquierdo de la carretera, se ven las diferentes unidades
constructivas pertenecientes a Corporación Patricio Echeverría.
Una vez de regresar a la carretera comarcal se
continúa hasta llegar a las cercanías del caserío Zaldu, donde se puede hacer
otra parada, y a unos 600 metros, en la calle Urola, se coge la carretera a
la derecha que termina en la calle Santa Kutz. Desde este vial se accede, a
la derecha, a la colonia industrial y tras pasar por los barrios de San Juan
y Laubiede se llega al de Urtatza. Aquí merece la pena visitar los caseríos
Urtatza Zahar y Beoki y, unos metros más adelante, Urtatza Azpikoa, Eguskitza
y Urtatza Garaikoa, este último es una importante casa solar que mantiene
todavía el escudo familiar. Si se sigue adelante por la pista de la derecha
se alcanza la presa de Urtatza, presa construida y propiedad de P. Echeverria
y que se encuentra entre los montes Gorostiaga y Arrolamendi. En esta zona
predomina la vegetación de repoblación, principalmente de pino insigne, Pinus radiata, y alerce, Larix kaempferi, llegándose a observar
numerosas parcelas con jóvenes especies de coníferas. La vegetación de
caducifolias, alisedas, se localizan a lo largo de la regata de Urtatza.
Cerca del núcleo de Urtatza y en la vega de esta regata existen abundantes
huertas.
Desde esta zona también se puede acceder al
conjunto de monumentos megalíticos pertenecientes a la estación megalítica de
Satui-Arrolamendi, en el extremo noroeste del T.M. de Legazpi, en el límite
con los términos municipales de Antzuola y Oñati, una vez de haber remontado
el afluente que pasa por Urtatza y de alcanzar el collado de Arrolamendi. Por
una pista que se desvía de la principal a mano derecha se llega al túmulo
Arrolamendi II (T.M. de Antzuola). A unos 200 metros al oeste del anterior se
encuentra el túmulo de Arrolamendi III (T.M. de Antzuola), cerca de los
mojones de la divisoria Legazpi-Antzuola. A aproximadamente 1,3 Km de éste,
se halla el túmulo de Arrolamendi I, en el centro del collado y situado al NW
del monte del mismo nombre, en mal estado de conservación. A unos 1.800
metros del anterior, tomando la pista más occidental desde Arrolamendi I, en
el alto del monte conocido como Jentiletxe, primera cota al noroeste de
Satui, se encuentra el túmulo de Jentiletxe.
Para llegar al casco histórico de legazpi se
desciende por una pista hasta el barrio de San Martín y, desde aquí, hasta el
centro de la villa, donde se puede visitar la Iglesia Parroquial de Nuestra
Señora de la Asunción, templo que se conoce desde el siglo XIV ya que fue el
lugar donde se reunieron los vecinos del actual municipio para acordar su
anexión a Segura en 1384. Durante siglos este templo estuvo sujeto al
patronazgo de los señores de Lazcano hasta que, a principios del siglo XVIII,
la Diócesis decidió reformar el edificio, dado el mal estado en que se
encontraba, de la mano de Lucas de Longo y de Pedro y Martín Carrera. Del
anterior edificio se conserva la capilla de Santa Cruz, del año 1653, la
torre con campana del siglo XV y varios retablos. El actual edificio tiene
tres naves con bóveda de crucería y pórtico perimetral.
Junto al anterior está la Casa Consistorial,
construcción del año 1730 que sustituyó al que se había erigido un siglo antes.
Unos metros adelante, a lo largo de la calle Aizkorri y en dirección a Oñati,
está el Palacio de Bikuña, que es una casa solar de la familia del mismo
nombre y ligada a un importante linaje de ferrones y propietarios de
ferrerías, que consta de una zona más antigua, la casa-torre, y la parte más
moderna, de estilo palacial, del siglo XVI. El restaurado palacio solariego
se contempla, en breve plazo de tiempo, como Centro de Interpretación del
Hierro acogiendo, según proyecto, la sede de la asociación de amigos del
hierro Burdinola, la sala de
reuniones de la futura Fundación Lenbur, además de otras dependencias
dedicadas a archivo, sala de consulta, catalogación, sala de proyección y
charlas, etc. Ligado a esta iniciativa está también el deseo de ubicar el
Museo del Hierro en un pabellón de la Corporación Patricio Echeverría.
El recorrido continúa por la GI-2630 y, después de
pasar por delante del campo de fútbol y del polideportivo, a unos 750-800 m,
y siempre paralelo al trazado del ferrocarril de vía ancha (RENFE) y al río
Urola, se llega al barrio de Ergoena, también conocido por barrio de Arriba.
Este zona, integrada por los conjuntos de San Miguel y Mirandaola junto a los
núcleos de Telleriarte y Brínkola, es una de las más representativas de este
municipio por emplazarse el Parque de Mirandaola, el denominado espacio
cultural del hierro, eje de la Ruta del
Hierro, en torno principalmente a la ferrería y ermita del mismo nombre.
La otra posibilidad, para llegar también a la misma zona, es coger un pequeño
camino que se coge a la izquierda, al final de la calle Aizkorri y del
comienzo Almirante Bikuña, y que pasa por las cercanías de Divas Txikia. Por
este camino se puede ver el canal de la ferrería de Bikuña, reconstruido en
el siglo XVIII y considerado como un modelo dentro de este tipo de
infraestructuras; la presa de arco de Osiñe, que alimentaba a la ferrería de
Bikuña; y la ferrería de Olaberri, que funcionó entre los siglos XV y XIX y
conserva perfectamente la estructura de la antigua ferrería bajo una
edificación totalmente moderna. Después de ver esto se llega a Motxorro y,
tras cruzar el puente sobre el río Urola, los conjuntos de San Miguel y
Mirandaola.
Después de pasar por las cercanías de Motxorro nos
encontramos, a mano derecha, con el grupo de San Miguel cuyas construcciones
se distribuyen en torno a un camino empedrado y que, según algunas fuentes,
parece corresponder a un antiguo Camino Real. Aquí destacan la ermita de San
Miguel, templo sencillo que destaca por el empedrado del suelo que dibuja
unas figuras geométricas, y el humilladero que guarda en su interior una
talla renacentista de San Miguel. Después de observar estas edificaciones se
llega, a escasos metros, a mano izquierda, al conjunto de Mirandaola.
La iniciativa de creación del Parque de Mirandaola
se puso en marcha en 1992 con el proyecto Lenbur (Legazpi, Natura eta
Burdina). Este proyecto está promovido por el Ayuntamiento, dentro de una
política de desarrollo local, y trata de recuperar la cultura histórica y
patrimonial del hierro, como alternativa de desarrollo, y convertir a Legazpi
en un centro histórico-cultural atractivo para penetrar en los circuitos
culturales. La primera fase de este proyecto se ha puesto en marcha en
septiembre de 1996, con el Parque Natural-Artesanal de Mirandaola.
El complejo de Mirandaola está constituido por un
buen elemento de arqueología industrial como es la ferrería, de la que se
tiene noticias desde el año 1400. Según una leyenda referida a esta ferrería
el 3 de mayo de 1580, siendo propietario el ferrón mayor Miguel de Plazaola,
se emprendió el trabajo sin atender a lo establecido por la costumbre que
prohibía trabajar en domingo. De forma casual el fuego consumió mucho carbón
y apareció en el fondo un residuo de metal en forma de cruz griega. Desde
entonces se le llamó a esta cruz de metal la Esta ferrería, que dejó de funcionar en 1840, fue
restaurada en 1952 por encargo de Patricio Echeverría y Teresa Aguirre para
conmemorar el suceso descrito anteriormente y guardar la mencionada cruz en
la ermita contigua que se construyó en este mismo año, al igual que el
pequeño claustro. Este acontecimiento originó que el domingo siguiente al 3
de mayo, festividad patronal de Santa Cruz, se pusiese en marcha la ferrería,
con los métodos y medios de siglos precedentes, al tiempo que se traía en
procesión la cruz de hierro que estaba en la iglesia parroquial para
devolverla a su lugar al finalizar el día. Este acto continúa desarrollándose
en la actualidad y la tendencia es a que la puesta en funcionamiento de la
ferrería se realice cada vez con mayor frecuencia.
En el Parque se pueden encontrar, además de la
ferrería y la ermita, un área recreativa con mesas y bancos, asadores, un
estanque con una barandilla hecha por la Escuela de Forja, un área de juegos,
un frontón y el Centro de Información en donde se explica la historia del
hierro mediante diaporamas. El parque ha integrado los elementos descritos
anteriormente con zonas verdes y la regata del Urola con sus correspondientes
puentes junto a distintas piezas utilizadas en el trabajo del hierro como son
una carretilla, una cuchara de colada, un rodamiento, una machina y un
esmeril convertido en fuente con agua potable, todos ellos traídos de
Corporación P. Echeverría y tratados especialmente para conseguir el efecto
oxidante. El recurso del hierro como materia prima va más allá al utilizarlo
también en las mesas, bancos, asadores, puentes (hierro fundido) y frontón
(totalmente de hierro realizado en 1996). Cerca de este Parque se hallan
otras edificaciones entre las que destaca el Palacio de Mirandaola
,restaurado en 1946, y los caseríos Markastegi y Santurumea.
Después de visitar esta zona se sale de nuevo a la
carretera GI-2.630, tras cruzar el río Urola, y a unos 500 m se coge una
carretera que hay a mano izquierda, camino tradicional a Brínkola antes de
abrirse la carretera hasta Udana, y a escasos 200 metros se llega al núcleo
central de Telleriarte. Este recorrido también se podrá hacer en un futuro
por una pista peatonal que está prevista por detrás del conjunto de
Mirandaola y de los caseríos de Aitzgorri, Bastagingoa, Urbitarte y Elorregi
donde se cruza por el puente al otro lado del río
En Telleriarte destacan los caseríos de estilo
gótico de Ubitarte y Araiztegi y el Palacio de Elorregi. Esta última
construcción, de grandes dimensiones y vinculada a la familia de ferrones de
los Lazarraga, es de origen medieval aunque el aspecto que tiene en la
actualidad lo adquirió a principios de la Edad Moderna. Tiene tres arcos
apuntados con claves decoradas a base de motivos geométricos. En frente de
Elorregi, al otro lado del río, se halla la ermita de San Juan y delante de
este edificio el molino de Elorregi.
A unos 350-400 m de este lugar, tomando el camino
que pasa detrás de la ermita, se llega al Alberge y al CEIDA, aunque si se
quiere llegar en coche habría que salir a la GI-2.630 y a unos 900 m y tomar
la carretera GI-3511, y al cabo de aproximadamente a un kilómetro estaríamos
en estos centros. Desde aquí se tiene una bonita panorámica de esta parte del
valle del Urola, del trazado del ferrocarril y del núcleo de Telleriarte. El
paisaje se caracteriza por los prados y pastizales, incluso se llegan a ver
ovejas pastando, con algunas parcelas dedicadas a huertas. Es una zona en
donde predomina el caserío como explotación agropecuaria. De hecho, cerca del
Albergue y del CEIDA se encuentra el caserío Erraizabal, edificio anterior al
siglo XVI y centro artesanal del queso, que nos acerca al conocimiento en la
elaboración del queso de Idiazabal.
Si se continúa el recorrido por la estrecha
carretera que lleva a Brínkola, se observa que las edificaciones de este
casco se agrupan en torno a las inmediaciones de la estación del ferrocarril.
En este espacio conviven los usos ferroviarios con los agropecuarios y
residenciales cuando en un pasado eran las labores del campo, la explotación
forestal y la fabricación del hierro. En el propio núcleo se hallan, a mano
derecha, los bonitos caseríos con porche de Agirreburualde e Igeralde Goikoa
y en frente, a la izquierda de la carretera, el molino de Igeralde que es el
único de Legazpi que permanece en la actualidad en uso. Esta construcción, de
carácter privado, se encuentra dentro dentro del Proyecto Lenbur con el fin
de ofrecer a los visitantes la posibilidad de ver moler el trigo y, con
posterioridad, ver cómo se hace el pan en el caserío de Igeralde Goikoa.
Cerca de estas construcciones también se
encuentran la iglesia de San Agustín de Brínkola, de estilo neoclásico y
construida hacia finales del siglo XIX, con una imagen que se trajo de
Azpeitia donde se le veneraba como San Nicolás de Bari, y unos metros más
adelante el almacén de carbón de Brínkola. A la altura de la confluencia de
los ríos Barrendiola y Urola se puede observar las ruinas de la ferrería de
Olazar, que estuvo en activo desde el siglo XV hasta el siglo XIX, y que con
posterioridad se aprovechó como salto de agua para obtener electricidad. Se
sigue derecho, unos 250-300 metros, acercándonos a la cabecera del río Urola
y en donde la vega del mismo se amplía. Aquí se encuentra otro pequeño núcleo
de caseríos entre los que destaca Guriditegi, casa solar con arco en la
entrada y escudo en la fachada, y Etxe Haundi, con testimonios medievales.
Para continuar con la ruta del hierro hay que
regresar hasta el caserío Olazar y tomar la carretera que sale a la derecha
para visitar, en primer lugar, el caserío Mintegi y, con posterioridad, la
presa de Barrendiola, a unos 750-800 metros del cruce. Desde aquí se coge, por
la derecha, la pista perimetral de la presa para iniciar el paseo que nos
llevará al coto de Katabera, tras pasar por Trikutxeta y Jarondo, unos 2,9 Km
desde Barrendiola.
El mineral que se calcinaba en los hornos de Udana
se traía del coto de Katabera, en las faldas de Aizkorri (Oñati) y propiedad
desde el siglo XIX de la Real Compañía Asturiana de Minas, principalmente
calamina y blenda con objeto de beneficiar zinc y, en menor medida, de plomo.
Este mineral en bruto se transportaba por cable aéreo hasta los hornos del
Alto de Udana y el material calcinado que se obtenía se transportaba en
carros hasta la estación de Brínkola para ser embarcado en vagones del
ferrocarril del Norte con destino al puerto de Pasaia.
Después de visitar este coto se toma el mismo
camino de ida hasta Jarondo en donde se continúa derecho. En un paseo
senderil de unos 3,2 Kms, siguiendo un camino medieval utilizado para evitar
el paso de San Adrián y que pasa por Zalduziar, Erdoketa, Otsaima y Jarondo,
se llega a la GI-2.630 y al Alto de Udana (574 m.) y, a pocos metros en
dirección a Legazpi, se ven los hornos de Udana.
Son dos hornos, rehabilitados en 1996, de perfil
troncopiramidal externo y sección ovoidea en el interior. Están realizados en
mampuesto con esquinazos de sillería y recerco de cuatro bocas abocinadas de
descarga y en la parte superior tienen ladrillo. Forman parte de un complejo
en el que se incluían la casa del ingeniero, la casa del capataz, el
polvorín, la plataforma de giro y último machón del tranvía aéreo, la rampa
de escogido del mineral (que ha perdido su revestimiento) y la plataforma de
carga. La zona más alejada, formada por los hornos, la rampa y la plataforma,
se cubría con un ligero tejado a una sóla vertiente que alcanzaba la
carretera.
Además del itinerario descrito no hay que perder
de vista las amplias opciones que ofrece este territorio, emplazado en las
estribaciones del macizo del Aizkorri, para efectuar diversos recorridos de
senderismo o paseos de montaña como el acceder desde Katabera a Biozkornia y
desde aquí realizar el recorrido descrito para la zona de Arántzazu.
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