Término
municipal: Ordizia
Extensión: 523.598 m2
Accesos:
Desde la
carretera N-I, en las inmediaciones del túnel de Beasain (PK 420), se toma el
desvío que da acceso al Polígono Industrial de Ordizia. En la rotonda de
acceso al mismo, existe una pista que en escasos metros se bifurca,
dirigiéndonos bien hacia la Escuela profesional del Goierri (derecha) o bien
al propio parque (izquierda).
Transporte
público:
Ferrocarril. estación de ordizia
Autobuses: PESA, Transconor S.A.,
Aramburu Garmendia, Autocares Sarasola, La Burundesa Ochoa S.A. y la
Estellesa.
Servicios
y equipamientos:
Restaurante-Taberna
Oiangu (Oiangu Jatetxea).tel. 943 88 91 06. Escuela
Medioambiental (actualmente cerrada). Albergue:
Dispone de cuatro habitaciones, dos de ellas con 20 literas. (actualmente
cerrado).
Dispone de juegos infantiles. así
como de dos áreas de estancia,
dotadas con mesas y bancos (75), asadores (20) y fuentes (3). Asimismo,
cuenta con un espacio destinado a funciones indistintas de campo de fútbol y
cancha de baloncesto al aire libre.
Elementos
notables:
En el caserío Oiangu nació Fray
Andrés de Urdaneta (1508-1568), cosmógrafo y marino. Tiene dedicado un
monumento en el casco urbano de Ordizia, frente a la Casa-Palacio Zabala,
ubicada en la plaza Barren.
Cartografía: Hoja 89-3
del Mapa Topográfico nacional a escala 1:25.000. Hoja 89-41 de la Cartografía
a escala 1: 5.000 de la Excma. Diputación Foral de Guipúzcoa.
Prohibiciones
específicas:
acceso con todo tipo de vehículos, motocicletas, caballos, perros así como la
acampada en toda la extensión del parque. Asimismo, se prohiben la caza, la
música, los daños a las especies vegetales y hacer fuego fuera de los lugares
señalizados.
El parque
de Oiangu está localizado al SE. del término municipal de Ordizia,
municipio que, junto con Beasain y Lazkao y como consecuencia de sus
dimensiones, su potencial atractivo y su posición junto a la carretera N-I,
constituye uno de los ejes vertebradores del Área funcional
Beasain-Zumárraga. En pleno corazón de la comarca del Goierri, este parque
constituye una de las escasas zonas rurales en el municipio, dada su reducida
extensión superficial (5,7 Km2) y la elevada ocupación que los
usos urbano e industrial han supuesto para su territorio. Situado a una
altitud que oscila desde los 200 m en su zona de acceso hasta los 329 m en el
extremo SE. del mismo (cima de Otaso),
el paisaje que se domina desde el parque comprende al sur las cimas que
conforman los macizos de Aralar y
Aitzgorri y al norte el monte
Murumendi (862 m).
La adquisición de esta finca por parte del
Ayuntamiento de Ordizia estuvo motivada por la necesidad de ofrecer a la
población un lugar de asueto y expansión que, cercano al casco urbano,
compensara, al menos parcialmente, las desventajas de un entorno fuertemente
industrializado. El ámbito de Oiangu se adaptaba perfectamente a dicho
objetivo, por lo que fue adquirido por el Ayuntamiento de Ordizia.
La localización geográfica del parque de Oiangu
así como las características climáticas, orográficas, topográficas y
geológicas del área en la que se encuentra enclavado (zona de colinas del
territorio guipuzcoano) implican que las formaciones vegetales climácicas, es
decir, aquellas que existirían en ausencia de influencia humana, sean los
bosques templados caducifolios, siendo la especie característica de las
mismas el roble pedunculado (Quercus robur). El ámbito territorial
en el que se encuentra emplazado no ha escapado a la influencia del hombre,
de tal forma que dichas formaciones vegetales características han sido
significativamente alteradas por las actividades humanas (urbanas,
industriales y/o agropecuarias), encontrándonos en la actualidad con paisajes
en los que la vegetación natural que aún permanece inalterada es escasa,
constituyendo únicamente testimonio de su configuración de épocas pasadas. Un
enclave que representa dicho testimonio es precisamente el parque de Oiangu.
Se trata de un espacio de carácter eminentemente
rural, en el que las únicas edificaciones existentes son los caseríos Oiangu
(Oianguren) y Oiangu Txiki, correspondiendo este último a una típica
explotación agropecuaria en activo, cuyo régimen de tenencia es el
arrendamiento, dada su titularidad pública.
La estructura y configuración actuales del parque
permiten distinguir en su entorno físico y biológico una serie de ambientes
claramente diferenciables en base a los actuales usos del suelo, a los que sin
duda están ligadas diferentes formaciones vegetales, cada una de ellas
caracterizada a su vez por la presencia de una comunidad faunística
específica.
Podemos diferenciar: el robledal, el bosque mixto caducifolio,
el monte repoblado, los prados y cultivos atlánticos y la campiña, a la cual
están asociadas las áreas recreativas y de estancia, dotadas de los
correspondientes equipamientos, ambientes todos ellos de los que hablaremos a
continuación.
El robledal
se caracteriza por la presencia, como especie dominante, del roble pedunculado (Quercus robur), árbol de gran talla
que puede vivir durante siglos, originando bosques caracterizados por su
estabilidad en el tiempo. Este es el caso del robledal localizado en la zona
sur del parque, cuya extensión en el conjunto ha de ser considerada como muy
significativa, y en el que además del roble podemos encontrar otras especies
arbóreas como fresnos, arces, olmos, y puntualmente algún haya,
acompañados de especies arbustivas tales como el acebo, el avellano,
el espino albar, el arraclán las cuales alternan con
otras especies de matorrales tales como el rusco, la argoma
además de un estrato herbáceo caracterizado por la presencia de todo un tapiz
discontinuo de gramíneas.
La adecuada cobertura arbórea y las condiciones de
aporte alimenticio (avellanas, moras, bayas y drupas de acebo, espino, etc.)
que ofrecen este tipo de formaciones vegetales han favorecido la presencia de
una fauna diversa, caracterizada tanto por la presencia de mamíferos (erizo común, musaraña de
Millet, topillo rojo, topillo pirenaico, ratón de campo, lirón gris,
comadreja, garduña, etc.) como por la de aves
(cárabo, cuco, pico picapinos, arrendajo, curruca capirotada, mosquitero
común, mirlo, carbonero común, trepador azul, pinzón común, etc.) y de reptiles (culebra de Esculapio,
lución) y anfibios (rana común,
tritón palmeado, sapo común, rana bermeja, etc.).
El bosque
mixto de caducifolias posee una representación mucho menor, aunque no por
ello deja de ser una formación vegetal autóctona de gran interés y
relevancia. En efecto, se trata en general de un tipo de bosque localizado y
asociado a pequeñas vaguadas situadas por lo general al borde de regatas o
pequeñas escorrentías, tal como ocurre en las inmediaciones del único curso
de agua que discurre por el territorio del parque, en la mitad septentrional
del mismo. En él y junto a especies arbóreas típicas de ambientes húmedos
como el aliso encontramos otras
como abedules, temblones, cerezos silvestres,
fresnos, acompañadas de especies introducidas por el hombre tales como la robinia y el roble americano y por especies arbustivas como las zarzas, los argomas, los saúcos y
los espinos. Este arbolado que se une
sin límites perfectamente definidos a la importante extensión del robledal
del parque comparte con él parte de su fauna, aunque en él y como especies
características encontramos además de las ya citadas otras correspondientes
tanto a mamíferos (musgaño
patiblanco, musaraña enana) como a aves
(curruca mosquitera, carbonero palustre) como a reptiles (culebra de collar) y anfibios (tritón jaspeado).
El monte repoblado ocupa una importante extensión en la mitad oriental del parque.
Se trata de un de árboles caducifolios como abedules, robles
pedunculados y robles americanos
así como especies de coníferas entre las cuales destaca el abeto de Douglas. Dichas
plantaciones permitieron además el desarrollo de un estrato arbustivo. Como
fauna característica asociada a este ecosistema, cabe destacarse la presencia
de mamíferos como el topo común y
el ratón de campo, de aves como el
bisbita arbóreo, el alcaudón dorsirrojo, el chochín, el acentor común, la
tarabilla común, el zarcero común y el escribano cerillo y de reptiles como el lagarto verde, la
lagartija roquera, la culebra lisa europea y la víbora de Seoane.
El área de
prados y cultivos atlánticos se localiza preferentemente en las
inmediaciones del caserío Oiangu-Txiki,. Existe también cierta superficie
destinada al cultivo de productos hortofrutícolas así como a frutales. Así,
entre la vegetación herbácea característica de esta formación vegetal
destacamos la presencia mayoritaria de gramíneas, mientras que entre la fauna
característica merecen destacarse entre los mamíferos el erizo común, el topo, la musaraña, el topillo
lusitánico y el mediterráneo, el ratón espiguero, la ratilla agreste, la rata
campestre, la rata común, el ratón casero y la comadreja. Entre las aves, numerosas, destaca la presencia
de la tórtola turca, la lechuza, el avión común, la golondrina, la lavandera
blanca, el chochín, el petirrojo, el verdecillo, el verderón común y le
jilguero. Como anfibios, están
presentes el sapo partero, el sapo común y el tritón palmeado y como reptiles, el lución y la lagartija
roquera.
Por último, incidiremos en las áreas recreativas corresponden a
campas situadas en las inmediaciones del caserío Oiangu. Dichas áreas, 1 y 2,
se reparten en dos zonas separadas por el camino de acceso al parque,
situándose la 1, de mayor superficie, en la zona derecha del citado camino y
la 2, de menor extensión, a la izquierda del mismo.
Nota: debido a recientes controversias con
relación al futuro del Parque de Oiango, ingeba se considera neutral en las
mismas y el presente escrito no puede ni debe ser esgrimido en apoyo de
ninguna de las posturas enfrentadas.
|