Lurralde :inv. espac. N. 3 (1980) p. 1-7 ISSN 1697-3070

 

LA ESFERA GEOGRAFICA

 

© Javier Gómez Piñeiro

Estudios Universitarios y Técnicos de Guipúzcoa

(Actual Universidad de Deusto, campus de Donostia)

 

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Los paisajes naturales surgen y se desarrollan en la esfera geográfica o esfera del paisaje, que incluye la litosfera, la hidrosfera, la atmósfera y la biosfera. La actividad social y económica permite hablar de la sociosfera, estudiando así el medio sociogeográfico, que tiene un carácter complejo, y en el que se acumulan los medios del desarrollo social y es al mismo tiempo el resultado de la acción social sobre la naturaleza.

La esfera del paisaje debe ser estudiada como complicada combinación de sistemas en desarrollo, cada uno de los cuales contiene determinados atributos de sistemas menos avanzados que les precedieron. Este hecho afirma la unidad de esa envoltura geográfica, que se desarrolla y hace nacer nuevos componentes, pero con un sentido de unidad y no como una mera suma de elementos. Así pues, vínculos estrechos entre la geografía física y la humana y económica. (Anuchin, 1965.)

Tenemos que estudiar el sistema que existe formando la esfera geográfica de la Tierra, como medio ambiente para el desarrollo, real o potencial, de la sociedad humana, juntamente con los aspectos del desarrollo social que se expresan en sus complejos regionales dentro del mundo geográfico.

Aquí el concepto de medio geográfico es restringido, ya que sólo abarca aquellas partes de la esfera geográfica que han llegado a estar directamente relacionadas con la vida de la sociedad humana (Anuchin, 1965) y (Gómez Piñeiro, 1976, 1978 y 1979).

El enfoque espacial es la base metodológica de cualquier estudio geográfico, pero sin olvidar que la lógica geográfica abarca los dos aspectos de la existencia de la materia: el tiempo y el espacio. Para este estudio deberán complementarse entre sí, los métodos cualitativos y los cuantitativos.

La esfera geográfica es un sistema que se autodesarrolla y se halla en móvil equilibrio relativo. Su proceso de evolución o la acción humana pueden producir cambios en un proceso determinado, dando lugar a relaciones críticas, que a su vez desarrollen y aceleren otros procesos, conduciendo a cambios cualitativos del paisaje.

Las zonas y regiones que diferenciamos en la esfera geográfica tienen relación con una serie de causas: la masa de la Tierra; la posición de la Tierra en

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el Sistema Solar; la existencia de la Luna, y la forma esférica de la Tierra, con su inclinación y movimientos.

La energía radiante del Sol, las fuerzas tectónicas y la actividad humana, son los principales factores del dinamismo de la esfera geográfica. Esta debe ser estudiada en su conjunto y por los complejos territoriales naturales que realmente existen y han surgido en el proceso de su desarrollo.

Los paisajes actuales dependen de determinadas combinaciones de hechos físicos y de la acción humana. Su percepción y comprensión nos permitirá acceder al nivel abstracto superior, que nos permitirá las generalizaciones, el espacio geográfico.

La diversidad de paisajes está estrechamente relacionada con la historia del desarrollo de la esfera geográfica en su conjunto y de sus distintas partes y componentes. .

Antes hemos hablado de la energía solar como uno de los factores del dinamismo de la esfera geográfica. Como es bien sabido, sólo la mitad de toda la radiación solar llega a la superficie terrestre. De esta cantidad, el 43% es absorbido por esta última, sirviendo de base energética del paisaje, y el 7% restante vuelve a reflejarse.

Por supuesto que estos son valores medios, ya que el poder reflector varía considerablemente según los medios y los paisajes. Las tierras nos dan un valor del 25%, las aguas de los océanos del 9%, y la media de la superficie terrestre es del 14%. Los valores de los paisajes húmedos son más bajos que los de los secos, con diferencias que oscilan entre un 6% y un 20%, según las distintas características (Strahler, 1977).

Por otra parte, la acción humana en los paisajes naturales hace variar el valor de la reflexión. Unos hechos, como la aparición de cultivos, disminuyen entre un 6 y un 10% el efecto reflector; otros en cambio, como la acumulación de partículas contaminantes, o las capas de petróleo de los mares, aumentan en sumo grado el poder de reflexión.

También hemos de tener en cuenta que la tierra firme recibe más calor solar que el océano y despide también más hacia el espacio, debido a la menor nubosidad que se extiende sobre ella. El balance de radiación en la superficie del océano en total es mucho mayor que el de la tierra firme, consumiendo, no obstante, el océano casi tres veces más este calor en la evaporación que la tierra firme. Las corrientes marinas llevan parte del calor acumulado en la zona ecuatorial y tropical, hacia las áreas extratropicales.

La energía solar constituye el 99,98% en el balance total de energía térmica en la superficie terrestre, mientras que la del interior de la Tierra sólo es el 0,02%. Los procesos naturales tienen como fuente principal a la energía solar. A ésta le siguen la gravitacional, la térmica del interior de la Tierra, el calor tecnógeno (de la combustión de diversos combustibles y del empleo de la energía eléctrica) y la energía de los rayos cósmicos (A. M. Riabchikov, 1976).

La forma esférica de la Tierra condiciona una distribución irregular por su superficie de calor solar y la consiguiente formación de zonas térmicas. Las diferencias térmicas dan lugar al movimiento de la atmósfera y de las aguas de los océanos, con importantes trasvases e intercambios de energía de unas zonas a otras. Si además de esto tenemos en cuenta toda una serie de factores,

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como el relieve, llegaremos a la formación de sectores y de dominios climáticos dentro de las teóricas áreas zonales, siendo determinados los ritmos estacionales de calor y precipitaciones por el movimiento de traslación alrededor del Sol.

Estas diferencias en el balance de radiación de la Tierra dan lugar a la actividad de las masas y fuentes de aire, con grandes desplazamientos estacionales o permanentes de actuación.

Las corrientes marinas están relacionadas con la circulación atmosférica general, con la situación y configuración de los continentes. Estas corrientes, junto con las masas de aire dominantes en una región, ejercen gran influencia en las condiciones climáticas.

El carácter zonal de la distribución del calor solar por la superficie terrestrecondiciona la zonalidad de la circulación de la atmósfera, del régimen hidrotérmico, de los procesos morfoclimáticos (que al actuar largo tiempo, transformaron las geoestructuras en morfoestructuras), de los procesos geoquímicos en la corteza, de los procesos edafogenéticos (formación de suelos), y de las biocenosis (especialmente, la vegetación).

En la esfera geográfica de acuerdo con el régimen térmico y con la circulación de las masas de aire se diferencian las zonas geográficas (ecuatorial, subecuatoriales, tropicales, sub tropicales, templadas, subpolares y polares).

Dentro de ellas podemos establecer una división en sectores (generalmente, dos suboceánicos y uno continental), basándonos en las diferencias en la cantidad y el ritmo estacional de la humedad atmosférica, que dependen de las distintas masas de aire. Como unidades menores tendremos las regiones.

Para comprender la estructura y dinámica de la esfera geográfica además de los procesos zonales, relacionados y dependientes de la energía solar, tenemos que tener presente los endógenos o azonales. La interacción de ambos se manifiesta en los procesos exógenos, y por consiguiente en paisajes concretos.

El clima, el sistema morfogenético, la vegetación, los procesos edafogenéticos y la distribución de los seres vivos, son decisivos en la formación de los distintos tipos de paisajes.

Los rasgos zonales de los paisajes se repiten en los distintos continentes, permitiendo generalizaciones, existiendo también rasgos locales que son individuales.

Ahora bien, aunque los paisajes que se forman en distintos continentes, en condiciones iguales o similares de calor y humedad, tengan rasgos parecidos, a cada continente le es propio su plano de zonalidad geográfica.

El plano de zonalidad geográfica de cada continente depende del área de éste, de su configuración y situación, del relieve, de los centros permanentes y estacionales atmosféricos, del régimen dominante de los vientos, de las corrientes marinas, y de la distancia con respecto a otros continentes.

Encontramos regiones y subregiones (desiertos, tundras, taiga, bosque- mixto, estepas, sabanas, bosque monzónico, praderas, etc.) con una serle de tipos de zonalidad determinada por la altitud, que variarán en los distintos

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continentes, según lo anteriormente indicado. La altura, Ja pendiente, la orientación, etc" determinan importantes alteraciones.

En este estudio de la zonalidad, de las regiones y subregiones de la esfera geográfiCE, en los distintos continentes, debemos tener presente las diferencias entre el hemisferio boreal y el austral, por lo que se refiere a su carácter marítimo y continental. Es bien conocida la continentalidad del boreal y el carácter marítimo del austral. Este hecho ha sido determinante en los ciclos de desarrollo de la esfera geográfica y de aquí se deriva la asimetría de la zonalidad geográfica.

Además de estos hechos físicos de la estructura y del desarrollo de la esfera geográfica, hemos de tener en cuenta el grado de modificación de los paisajes por el hombre. Los cambios que en ellos se producen están relacionados con el número de personas, la base energética de las fuerzas productivas encaminadas a asimilar y utilizar un territorio, así como con la duración del empleo del mismo. El uso racional del medio natural no reduce ni empeora su potencial natural, pero desgraciadamente no se ha realizado ese aprovechamiento correcto y racional del medio ambiente natural.

En pocos años hemos provocado cambios locales del paisaje, que conducen a una alteración planetaria el ciclo de desarrollo de la esfera geográfica.

Por otra parte. una serie de hechos como el crecimiento demográfico. el consumo, la alimentación. la pobreza. la cultura, la higiene. etc.. son constantemente manipulados, por unos y otros, dificultándose aún más las soluciones, que se postergan en favor de planteamientos ideológicos, políticos, y de hechos de intereses y de poder.

Los problemas de los recursos energéticos y de las reservas de todo tipo, deben ser afrontados desde una óptica que contemple el equilibrio hombre-naturaleza. dentro del ciclo de desarrollo de la esfera geográfica. ofreciendo soluciones para todos. tanto a nivel individual como colectivo.

Actualmente el hombre no ha logrado transformar totalmente la esfera geográfica. Hay algunos datos significativos de cómo se distribuyen los grupos humanos en la Tierra: el 80% vive en las llanuras o en áreas por debajo de los 500 m. de altura. Más de la mitad de la población mundial se concentra en la cuarta parte del territorio ocupado por el hombre. y una cuarta parte de la población se halla en la mitad de ese territorio. Una quinta parte de la superficie terrestre se ha visto profundamente modificada por la acción humana.

Hay que tener en cuenta que para modificar un paisaje, no es necesario cambiar todos sus elementos. sino que basta con variar considerablemente uno de ellos para que se altere todo el sistema de correlación. !Cuántas veces se olvida este sencillo hecho, y así son las consecuencias!

El uso de las tierras por continentes queda reflejado en el siguiente cuadro, que a continuación comentaremos:

 

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  Tierras para uso urbano e industrial Area Agrícola Pastizales y praderas naturales Bosques Tierras no cultivables
Europa 5 32 19 26 18
Asia 2 21 15 21 41
Africa 1 11 23 26 39
America Central y del Norte 3 12 18 33 34
America del Sur 1 8 19 47 25
Australia y Oceanía 1 5 51 8 35
Antártida 0 0 0 0 100
Toda tierra firme 2 13 19 27 39
Fuente: Riabchikov (1976).

Si consideramos los datos de este cuadro y analizamos el proceso de los últimos cincuenta años, veremos que el paisaje urbano va cercando al paisaje rural, en un intenso proceso de "rurbanización". Se reduce el área de los bosques. Se agotan las reservas de tierras cultivables, aumentando los eriales y tierras inservibles o de difícil recuperación, al tiempo que aumentan los procesos contaminantes de los distintos componentes de la esfera geográfica.

Según el grado de modificación de la estructura de los paisajes naturales mediante la actividad humana, se puede hablar de paisajes naturales no modificados, poco modificados, alterados, muy alterados, transformados, y paisajes artificiales.

La explotación de los yacimientos minerales, las obras de mejoramiento de los terrenos, las labores agrarias, la explotación forestal, el pastoreo y las obras de construcción, son formas de la actividad productiva que contribuyen, de modo local, a la formación de nuevos paisajes, en los que la acción humana es decisiva partiendo de un paisaje natural inicial.

El geógrafo debe contribuir con su trabajo a un uso racional del medio geográfico, a conocer el potencial natural, y el proceso de transformación de los paisajes actuales. Para ello son necesarios estudios teoréticos y nomotéticos, de carácter general, que permitan fortalecer el proceso de generalizaciones y el pensamiento abstracto para llegar a sintetizar las distintas observaciones y estudios. La teoría tiene que ir más allá de las observaciones directas, de los trabajos prácticos.

El sistema interactivo que forman los distintos componentes de la esfera geográfica, es materia propia de la geografía.

La esfera geográfica "es un complejo de sistemas que se desarrolla a través de las influencias mutuas de diferentes clases de fenómenos (físicos, químicos, biológicos y sociales), y en el que las aceleradas interacciones del hombre y el resto de la naturaleza ha llevado a su "humanización" y a su transformación en un medio o entorno apto para el desarrollo social" (Anuchin, 1965).

Ya hemos indicado antes los posibles grados de modificación de los paisajes. Atendiendo ahora a la totalidad de la esfera geográfica, podemos

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distinguir en ella: 1) aquellas partes que quedan al margen de la actividad social, sometidas sólo a leyes físicas, químicas y biológicas; 2) aquellas partes cuyos complejos regionales experimentan influencias sociales indirectas y carecen de población estable; 3) aquellas partes cuyos complejos regionales experimentan a la vez influencias sociales directas e indirectas, perteneciendo ya al medio sociogeográfico; y 4) aquellas partes cuyos complejos regionales se han visto directamente implicados en la producción, con una interacción entre leyes sociales, biológicas y físico-químicas (Anuchin, 1965).

En el medio sociogeográfico, que es una parte de la esfera geográfica, es donde tiene lugar el desarrollo de la sociedad humana en interrelación directa con el medio natural. La actividad humana se transforma, lo modifica, y es la que determina su ritmo de evolución. Desgraciadamente dicho proceso de evolución no está siendo desarrollado de forma correcta, acentuándose cada vez más los desequilibrios.

Los medios materiales y la acción humana confluyen en el medio sociogeográfíco, dando lugar a una naturaleza cada vez más modificada por el hombre. Tenemos una compleja combinación de hechos naturales y sociales. El desarrollo de la sociedad en la naturaleza da lugar al medio sociogeográfico.

El método geográfíco deberá ocuparse del desarrollo de todos estos sistemas complicados que se dan en distintas partes de la esfera geográfica. Todo ello se expresa espacial mente sobre la superficie terrestre. El tiempo y el espacio interesan al geógrafo, y deben ser tenidos en cuenta en nuestra metodología.

Todos los nuevos métodos deben ayudar a consolidar el carácter teorético y las posibilidades de generalización de la ciencia geográfíca. Hay que tratar de llegar al conocimiento de lo particular a través de 10 general. Son necesarios análisis cuantitativos y cualitativos, para una comprensión general y global de los fenómenos geográfícos.

La geografía contemporánea se muestra incapaz de resolver el cúmulo de problemas planteados a la sociedad actual, por no ser capaz de desarrollar estudios sintéticos y generales, que permitan luego deducir consecuencias prácticas para la utilización racional del medio geográfico.

El equilibrio entre el hombre y la naturaleza, los sistemas que se desarrollan en compleja combinación en la esfera geográfica, la conexión entre las ciencias de la naturaleza y las ciencias sociales, y las directrices de la planificación, basados en los postulados anteriores, deben ser el trabajo cotidiano de los geógrafos, para una sociedad cada vez más necesitada de este tipo de estudios que le ayuden a lograr el equilibrio necesario para su subsistencia, eligiendo las mejores alternativas posibles. Difícil reto el que tenemos ante nosotros todos los que queremos que la Geografía tenga esta finalidad en el estudio de la esfera geográfica.

© FCO. JAVIER GOMEZ PIÑEIRO

 

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