Lurralde :inv. espac. N. 3 (1980) p. 103-107 ISSN 1697-3070

 

LA LLUVIA EN LA COSTA NORTE DE LA PENINSULA IBERICA

 

© Anton URIARTE

 

 

 

La costa norte de la Península Ibérica es una de las áreas más húmedas de Europa. La lluvia media anual rebasa los 1.000 mm. en muchas estaciones coste ras y es superior a los 1.500 mm. en la costa vasca, al este (figura 1 ).

En este artículo se explica el por qué la lluvia en la costa vasca es tan fuerte y el por qué existe un régimen estacional tan diferente en los extremos oeste y este de la región, es decir, en la costa gallega y en la costa vasca.

Algunos marcados factores pueden ser reconocidos y tenidos en cuenta.

a) La influencia del anticiclón de las Azores es muy diferente en la costa gallega y en la vasca.

La zona de estudio, al borde del área subtropical mediterránea, es afectada por las corrientes más meridionales de los vientos del oeste que soplan en las latitudes medias.

La región más occidental, la costa gallega, tiene un régimen estacional de lluvias que estadísticamente presenta algunas características de tipo mediterráneo. Así, la lluvia del verano en Vigo sólo representa e18% de la media anual. El coeficiente de variabilidad anual es muy alto, 0.26, lo que es más típico de un régimen sub tropical que de uno templado.

La lluvia en Galicia depende directamente de la posición y fuerza del anticiclón de las Azores. La marcada escasez de lluvia estival (en julio Vigo tiene una media de 21 mm. y La Coruña de 23 mm.) es debida fundamental- mente a la extensión nororiental de la alta subtropical de las Azores, y el máximo invernal (198 mm. en enero en Vigo) a su retirada hacia el sur, cuando deja un más libre acceso al flujo atlántico ya los frentes del oeste que arriban a la costa gallega y producen fuerte lluvia.

Por contraste, el régimen estacional de lluvia en la mitad oriental de la costa norte de la Península Ibérica, particularmente en la costa vasca, depende mucho menos de la posición media del anticiclón de las Azores. Las lluvias más fuertes ocurren con flujo del norte y dependen menos de las perturbaciones del oeste que llegan a la Península Ibérica y cuya frecuencia estacional está ligada

 

al movimiento estacional del anticiclón de las Azores. Por eso, en la costa vasca no existe la fuerte variación estacional de lluvias que existe en Galicia.

b) El factor orográfico, conjuntado con el poder de succión de la cuenca del Mediterráneo Occidental.

El factor orográfico explica no solamente la fuerte cantidad de lluvia de toda el área de estudio sino también las importantes diferencias de precipita- ción que se registran a lo largo de la costa.

Únicamente la franja atlántica costera del sur de la Península Escandinava, centrada en Bergen, puede ser considerada tan montañosa como las cadenas costeras del norte de España. Aun así, no existe en Noruega un equivalente del relieve de la Cordillera Cantábrica en su parte central, con impresionantes cimas que sobrepasan los 2.500 metros a menos de 40 kilómetros de la costa (por ejemplo, Peña Cerrada: 2.648 m. a 32 km. del mar).

Las sierras producen un acusado efecto fohn sobre la costa cuando un flujo sureño afecta el área. Este déficit de lluvias es compensado por el incremento orográfico que se produce en las situaciones sin ópticas del norte. Sin embargo, este incremento no es el mismo en las partes occidental, central y oriental de la costa. Se esperaría que la lluvia fuera más fuerte en la parte central, en donde la Cordillera Cantábrica alcanza sus pendientes máximas, pero no es este el caso. En San Sebastián, en la costa vasca, la lluvia media anual es de 1.524 mm., bastante superior a los 980 mm. de Gijón, en la costa asturiana (período 1946-1975).

La orientación zonal de las sieras y la existencia de un paso en el País Vasco, entre la Cordillera Cantábrica y los Pirineos, aunque con alturas aún superiores a los 1.500 metros, unido al efecto de succión producido por la región ciclogenética del Mediterráneo Occidental, es causa frecuente de que el flujo general del oeste se tuerza hacia la cuenca mediterránea a través del paso vasco, después de haber resbalado paralelo al relieve cantábrico a lo largo del resto de la costa. Los vientos, especialmente en los bajos niveles, adquieren una dirección más del norte en la costa vasca y las masas de aire saltan las montañas en su camino hacia el valle del Ebro y luego hacia el Mediterráneo. Recientes estudios sobre la nubosidad de la región realizados por medio de fotografías de satélites tienden a probar este punto (figura 2).

Además, con flujos de aire de componente norte o nordeste sobre Europa Occidental la costa vasca se ve también muy afectada. El flujo meridiano hacia la cuenca mediterránea es acelerado a través del paso vasco y la orografía actúa a la manera de una rampa, produciendo rápidas ascendencias, resultantes en fuerte lluvia (figura 3).

La precipitación en estas situaciones del norte y del nordeste pueden relacionarse con la importante variación de la lluvia a todo lo largo de la costa norte de la Península Ibérica al principio de la primavera. En abril la media mensual experimenta un incremento en las estaciones coste ras orientales (por ejemplo, San Sebastián: 107 mm. en marzo y 130 mm. en abril) pero decrece netamente en la costa oeste (por ejemplo, Vigo: 164 mm. en marzo y 99 mm. en abril). En la costa vasca, también la duración y el número mensual de días de precipitación alcanza valores altos. En Biarritz abril presenta una media de 17.3 días de lluvia, máxima mensual del año.

 

La lluvia en primavera disminuye en Galicia debido al debilitamiento de la zonalidad en la circulación general de las latitudes medias, cuando las situaciones de bloqueo en el Atlántico Oriental son muy frecuentes. Por contraste, la lluvia al principio de la primavera en la costa vasca aumenta, debido principalmente a la mayor frecuencia de flujos del norte y del nordeste, cuando masas de aire de procedencia polar y continental afectan al sudoeste de Europa. Además, estas masas de aire tienen tendencia a estancarse en la cuenca mediterránea y así la situación puede volverse bastante persistente.

c) La temperatura superficial del mar en el Golfo de Vizcaya.

La gran diferencia en lluvia veraniega entre Galicia (116 mm. en Vigo) y la costa vasca (281 mm. en San Sebastián) es en parte inducida por el fuerte gradiente durante esta estación de las temperaturas superficiales del mar en el Golfo de Vizcaya (figura 4).

La relativa frialdad de las aguas costeras gallegas es causada por un efecto de "upwelling", producido por los persistentes vientos norteños de verano que soplan en la parte oriental del anticiclón de las Azores. Por el contrario, en la costa vasca existe una anomalía positiva en la temperatura superficial del agua del mar durante el verano causada por su estancamiento en el vértice del Golfo (figura 5).

Ocurre también que se origina un mecanismo de "feedback" consistente en que el anticiclón de las Azores se refuerza en sus niveles bajos sobre la costa gallega debido a la fría temperatura del mar, mientras que la presión se debilita relativamente sobre la cálida costa vasca. Aquí se forma una masa de aire muy húmeda e inestable y ligeros vientos del norte son suficientes para provocar fuerte lluvia. La baja presión térmica veraniega sobre la Península Ibérica atrae tierra adentro la húmeda masa de aire y la ascendencia orográfica actúa de disparador de la inestabilidad atmosférica. Incursiones frías en los niveles altos pueden reforzar la perturbación. Esta situación sin óptica explica por qué agosto en San Sebastián ha sido en tres ocasiones el mes más lluvioso del año durante el período de treinta años 1946-1975.

CONCLUSIÓN

Aunque toda la costa norte de la Península Ibérica puede ser considerada como una región muy húmeda, existen importantes diferencias, tanto en el total anual como en el régimen mensual de lluvia entre sus partes occidental, central y oriental.

La influencia directa del anticiclón de las Azores sobre la zona más occidental, Galicia, está en la base de algunas características mediterráneas de su régimen de lluvias. Sin embargo, no existe tan marcada variación estacional en la zona más oriental, la costa vasca. Aquí la lluvia de verano puede alcanzar un total muy grande debido a situaciones de tiempo análogas hasta cierto punto a un pequeño efecto monzónico: una masa de aire húmedo sobre aguas coste ras cálidas es atraída por una baja presión veraniega sobre la Península Ibérica y es levantada por la orografía costera, provocando fuerte lluvia.

Finalmente, la orientación zonal de la Cordillera Cantábrica y de los Pirineos con el paso del País Vasco, unido a la influencia de la región ciclogenética mediterránea, explican la mayor cuantía de precipitación en la costa vasca.

 

Fig. n. 1

Fig. 2 a 5