Lurralde :inv. espac. N. 4 (1981) p. 41-46 ISSN 1697-3070

 

EL MACIZO DE ERNIO

 

© Luis-Pedro PEÑA SANTIAGO

 

 

 

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Podríamos decir que este macizo de Ernio se encuentra en el centro geográfico de Guipúzcoa. Es tradición, sólo tradición, puesto que no todos los autores se ponen de acuerdo, que la cresta principal de esta sierra, en una componente Sur-Este a Nor-Oeste, divide el Beterri del Gohierri guipuzcoano, quedando más al norte el área conocida por Kostaldea.

El macizo de Ernio, hacia el Norte, se estira hasta el mar a través de Pagoeta, llegando hasta Garatemendi, Ameztia, y las peñas de Mollari. En dirección Sur, encaja con el macizo Murumendi-Izaspi por los collados de Santa Agueda y de Mandubia. Al Oeste, lo talla el Urola. Hacia el Este, el río Oria.

Si exceptuamos las cotas más destacadas de esta montaña, como Ernio (1.072 mts.), Erniozabal (1.059 mts.) y Gazume (1.013 mts.), nos encontraríamos que habíamos hecho una delimitación muy simple de esta sierra. Así, en una componente Sur, debemos citar también, cuando menos, las cumbres de Intxur (765 mts.), la de Mendikute (803 mts.)y la de Urraki (867 mts.). Hacia el Oeste, las cimas de Araunza (583 mts.) y Sañu (609 mts.). Hacia el Norte, siguiendo la ruta del collado de Andazarrate, destacaremos Irumuño (521 mts.), Andatza (562 mts.), y Belkoain (488 mts.). En dirección Noroeste nos queda el ramal de Pagoeta (710 mts.), Indamendi (475 mts.), y Garatamendi (275 mts.). Finalmente nos quedaría, en esta visión general, la cuerda de Santa Engrazi con sus 505 mts., y el monte Ertxin (398 mts.).

Azpeitia, Regil, Bidegoyan (Bidania y Goyaz), Albistur (junto con su barriada de Santa Marina), Beizama, Tolosa (junto con su barriada de Urkizu), Erniálde, Anoeta, Al k iza, Larraul, Asteasu, Zizurkil, Aduna, Sorabilla (barriada de Andoain en la actualidad), Zubieta (barriada de San Sebastián), Usurbil (y su barrio de San Esteban de Urdayaga), Aya (con sus barrios de Santiago, San Pedro, Laurgain, Urdaneta, Alzola de Aya, y Elkano), Zarauz (con la barriada de Urteta), Guetaria (y su actual barrio de Askizu), Zumaya (con su barriada de San Miguel de Artadi), el barrio de Txiriboga (de Aizarnazabal), Cestona (con Aizarna y el barrio de Lasao, y la barriada de Erdoizta (de Régil), forman los núcleos que tienen pertenencias en este extenso macizo.

Entre los ríos de esta montaña a la que me refiero, y aparte de los más importantes ya citados de Urola y Deva, destacaremos algunos de sus afluentes. Ellos, cortos y profundos, corriendo en el macizo calizo, abren esos barrancos y cordales tan característicos de esa zona montañosa vasca, Narbasta-erreka (que

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se une en Ezken-portu, proximidades de Oikina). Alzolaras, también conocido por Granada-erreka, que arranca de los espolones de Gazume, Iturrioz, Indo, y Komisolatza, en este valle de Granada-erreka se encuentra la casa natal de «Basarri». Lasao-erreka, en el barrio del mismo nombre. Errexil-erreka, que nace en el collado mismo de Bidania y Urraki. Regata de Albiztur. Regata Maldabe, que faldea Al k iza. Regata de Asteasu. Abaloz-erreka, que parte de las laderas de Andatza. Xatioerreka, que se forma de la unión de Iruterreka y de Beko-erreka. Finalmente la regata de Artxodi, que se une al Oria en las cercanías de la cueva de Altxerri.

Los accesos a este macizo de Ernio son muy diversos y variados según la zona a la que deseémos dirigirnos.

Tal vez podríamos considerar como via principal la carretera Orio -Aya Puerto de Andazarrate -Asteasu -Zizurkil -Villabona. De esta ruta parten los ramales a laurgain, de Andazarrate a la venta de Iturrioz, de Asteasu a larraul. También, entre Asteasu y Zizurkil, se encuentra el cruce hacia Al k iza.

Partiendo deAnoeta, existe una carretera que llega también a Al k iza. Desde Tolosa, hay carretera asfaltada hasta Ernialde, y desde las proximidades de Benta-aundi arranca la ruta hácia Urkizu. Ya en la carretera Benta-aundi, barrio de Landera de Azpeitia, existen los ramales a Albistur, a Santa Marina de Argisainya Beizama. Bidania y Goyaz nos marcan, respectivamente, la dirección de Régil y de Elosiaga. Desde la carretera de Régil a Azpeitia, a la derecha, parte también la ruta que asciende hasta Etumeta y la barriada de Erdoizta.

Desde Cestona existe una pequeña carretera que asciende hasta el valle de Akua. Hay también la carretera desde las cercanías de Iraeta a Aizarna y venta de Santa Engrazi. Desde el Alto de Meagas, se llega a Elkano de Aya. Y desde el mismo puerto, por Garatemendi, se desciende a Guetaria. Desde el cruce de Errota, cerca de Guetaria, parte la carretera hacia San Prudencio y barriada de Askizu. Desde la playa de Santiago de Zumaya, arranca la carretera a San Miguel de Artadi. Desde Zarauz, en distintos ramales, se asciende a Urdaneta y Urteta. Nos queda, de importancia, la carretera que desde Orio, por Santiago de Aya, y San Pedro de Aya, alcanza la plaza de Aya. Como final, cabría citar las carreteras de Usurbil a San Esteban de Urdayaga, la de Andoain a Soravilla, la carretera a Aduna, y la carretera de Lasao.

Entre las pistas hay que destacar la que parte del alto de Santa Engrazi hasta unirse a la carretera que va a Erdoizta, cruzando antes ante el caserío Arritxueta. También es digna de mención la pista que desde Aizarnazabal, aguas arriba de Alzolaras, se situa algo más arriba de la CasaTorre «Palazio». Para finalizar esta relación de pistas válidas, cabría citar la que desde cerca de Andazarrate lleva hasta el caserío Bulanos, y la que desde Zizurkil sigue hasta el collado de Zárate. Podríamos decir que sólo Alzola de Aya carece de acceso alguno, sólo dispone de malos caminos. 

En este macizo, como en casi la totalidad de la montaña guipuzcoana, ha pasado a dominar la plantación de pino Insignis, así como las plantaciones de alerces. El problema del abandono del caserío común también a casi todo nuestro territorio, ha afectado fuertemente a esta sierra de Ernio, y en especial a los caseríos situados en zonas altas, un tanto abruptas, y alejadas de algún núcleo de población un tanto importante. No olvidemos que hoy en día, y en general, es raro el habitante de caserío que no trabaja en alguna fábrica, y ello condiciona el residir en los caseríos.

 

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Todavía, especialmente en las laderas Norte de Ernio, se encuentran bosques de hayas, quedando pocos robles y castaños. El abedúl surge también de forma muy esporádica, y lo vemos más marcando lindes. Las zonas de pastoreo, al menos algunas de ellas, aun se mantienen, pero, en casos, muchos belardis han cedido su lugar a las plantaciones de coníferas. El pastoreo viene a ser local, es decir, domina el pastor que habita en algún pueblo del mismo macizo de Ernio, aunque Ernio, y en especial su collado de Zelatun, es todavía encrucijada importante en el paso de los rebaños trashumantes de Aralar, y también de Urbasa, hacia los pastos de invierno de la costa, en concreto del área comprendida entre Orio y Arrona.

El macizo de Ernio ha sido habitado desde hace milenios. Como testimonio de ello bastarán algunas citas. La cueva de Altxerri, cuyas pinturas y grabados rupestres se descubrieron el 1962, y donde se encontraron representadas figuras de bisontes, caballos, renos, peces, etc.

En el valle de Alzolaras, destacan las últimas excavaciones realizadas en las cuevas de Erraila y Amalda, en estos últimos años. En cuanto a monumentos megalíticos, además del dolmen que recientemente, al parecer, ha sido localizado en las proximidades de la cumbre de Belkoain, es obligado citar el dolmen de Zerain-go-ordeka (660 mts.), situado en la majada del mismo nombre en la ladera de Gazume. No lejos de este, al paso del camino de Iturrioz a Altzu-Zelai, en el paraje de Otagain (627 mts.) se ven también los restos de un dolmen con su túmulo y cámara.

En el cordal de Zárate-Andatza, hay también localizados varios dólmenes. Así los conocidos por Andatza I y II, ambos de túmulo y restos de cámara, emplazados a una altura de 475 metros, y el dolmen de Zárate, en las proximidades de la que fuera famosa venta.

Hacia el valle del Oria, en la cumbre de Intxur, quedan los restos de lo que parece ser fue un recinto defensivo, un refugio de los habitantes de la zona en momentos de peligro. Su origen se sitúa en el siglo IV a. J.C. Más próximo al cresterío principal del macizo de Ernio se encuentra la pequeña fortaleza de Mendikute. Esta fortaleza, junto con su cueva, es centro de numerosas leyendas. Son aquellas que van desde que la cueva fue habitada por los Gentiles (los gigantes de la mitología vasca), hasta que ese castillete sirvió de lugar de defensa de los vascos contra los romanos. No olvidemos toda esa literatura, y la tradición popular, que coloca el Emperador Augusto peleando con los vascos en Beizama, Régil, Ernio, y collado de Zelatun, lo mismo que las leyendas en torno al hallazgo de numerosos cadáveres en cuevas de esta sierra.

La misma leyenda de los Gentiles la encontramos localizada en esta montaña en Elkano. José Antonio Manterola, de 89 años, que vivió en el caserío «Elkano-bitarte», solía contar que la parroquia de Elkano la levantaron tres «Gentiles» en una sola noche, lanzando piedras desde el monte Gárate hasta el lugar de Arbastañaundi, y de aquí a Elkano. Sin duda con esta leyenda «se justificaba la piedra arenisca con que la iglesia a la que me refiero fue construída.

Si en el macizo de Ernio hay que destacar alguna tradición, la que mayor fuerza tiene, sin duda alguna, es aquella de la romería a su cumbre el día de San Juan Txiki, y durante todos los domingos del mes de Septiembre. La romería, antaño, se celebraba el 29 de Agosto festividad de la Degollación de San Juan Bautista. Era el día principal. Luego, como ya he indicado, seguían los domingos, hasta finalizar Septiembre. Es una romería a la que acuden gentes de todos los

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pueblos del Beterri y de Kostaldea. En muchos casos, las rutas de las peregrinaciones coincidían con las rutas de la trashumancia. Si existen monumentos en este macizo que atestiguan la antigüedad de sus iglesias y Torres, tampoco olvidemos que existen en esa misma sierra pueblos, villas, y universidades, algunas como Aya (Elkano de Aya), Régil, y Goyaz, que son citados ya en el siglo XI. Otros, como Asteasu, datan, al parecer, del siglo XIII. El resto, como Al k iza, Anoeta, Ernialde,'Zizurkil, Albistur, y Aduna, con citados en su incorporación a Tolosa en el siglo XIV.

El culto a los antepasados debe ser la tradición más importante que subyace en estas romerías. Luego, con el paso del tiempo, esa costumbre fue quedando difuminada entre creencias de las propiedades curativas de los aros que pendían de las cruces. La misma creencia se extendió luego a las cintas que se venden en la romería. La ofrenda de los rollos de cera (eskubildua, argizarie, y bildumena) ardiendo al pie de las cruces de la cumbre de la peña, aún se mantiene, quedando allí encendidas hasta consumirse. En mi opinión, y en esas fechas, se conjugan en Ernio tres prácticas completamente diferentes. La primera, el culto a los antepasados. La segunda, y en relación con el agua de la fuente de la ermita de San Juan de Iturrioz, por sus propiedades en curar, según tradición, de la sarna. Finalmente los aros y las cintas, también casos la cera, para curar del reuma.

La fuente de Iturrioz es la más famosa de todo el macizo. El mismo Lope de Isasti, en 1625, dice de ella: «Sale de dentro de la Iglesia... es saludable para todas las enfermedades y para quitar la sarna». Y el mismo Larramendi, cita esta propiedad contra la sarna de la fuente de San Juan.

Las ermitas en este macizo de Ernio son numerosas, y sus advocaciones, además de indicar una devoción determinada en relación con la protección de la casa, los campos y los ganados, apuntan muy concretamente a antiguas rutas de viajeros.

Dentro de la sierra a la que me refiero, citaré la iglesia de Santiago, en Zubieta. San Esteban de Urdayaga, en Usurbil. Santiago, y San Pedro, en Aya. San Miguel, en Laurgain. San Pedro, en Elkano. San Sebastián, en Urteta. San Martín de Tours, en Azkizu. San Miguel, en Artadi. San Cristobal, en Aizarnazabal. Santa Cruz, en Elkano. San Román, en Alzola de Aya. San Ignacio, en Palacio Alzolaras. San Pelayo, San Juan, Santa Engracia, Calvario, y Santutxo, en Aizarna. San Juan, en Cestona. San Isidoro, en Erdoizt~. Santo Crucifijo, San Esteban, San Miguel Goikua, San Miguel Bekoa, en Régil. Santa Lucia, en Elosiaga. Santa Marina de Argisain. En la Venta de Santa Agueda, de Beizama, éxistió una ermita de la misma advocación. En la venta de Santutxo, se venera a Santa Ana. Ermita de San Gregorio, de Albiztur. San Miguel, en Aldaba. Nuestra Señora de la Soledad y San Lorenzo, en Beizama. San Pedro, de Urkizu, San Cipriano (ó San Xipiti), en Urkizu. San Sebastián, en Al k iza. San Juan, en Anoeta, San Miguel y Santa Cruz, en Cizurkil. Santa Cruz, y Santa Marina, en Asteasu. Si a ello añadimos las advocaciones de las iglesias parroquiales de las villas, muchas de ellas dedicadas a Santa María, a San Millán, a San Martín, a San Salvador, a San Pedro, ya San Miguel, por citar algunas advocaciones, nos encontraremos con que lo apuntado respecto a su importancia como lugares de paso de antiguos.caminos, cobra suficiente fuerza, y más si pensamos que las montañas son pasos, y no murallas insalvables, al igual que los ríos se vadean por puentes de arco apuntado, antiguos de siglos, teniendo su origen en lo más remoto de la Edad Media (al menos muchos de ellos, como el de Zubi-muso, de

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Cestona. El puente gótico de Oikina. El de Aizarnazabal. El puente de Amube, en Azpeitia. El de Arramele y Navarra, en Tolosa. El de Villabona. El puente de Usurbil. El puente de Zubieta. El puente de Sorabilla. El puente de Iraeta. El puente de Lasao, y tantos y tantos pequeños puentes más, de arco solitario, que ayudaban a salvar nuestras estrechas errekas, pero que demostraban la importancia de esos caminos, al tiempo que confirman la ignorancia de tantos autores que siempre han pretendido ver nuestra montaña como un lugar salvaje, deshabitado en gran parte, y, por tanto, con pocas razones para pretender la existencia de una raíz de siglos y milenios. Lo siento, las montañas y los ríos no separan más que a los ignorantes, ya aquellos que no desean, y se aferran, a teorías superadas o caducas de la Historia.

También de esos caminos nos han quedado testimonios de sus ventas. Entre las más importantes, destacaré la venta de Zárate (que todavía conserva su reloj de sol tallado en la esquinera). La venta de Etumeta y la venta de Santa Engrazi. Nos queda la venta de San Juan de Iturrioz. Esta venta, sin duda, es la más famosa de todas ellas, no sólo porque se encontraba situada en una estratégica encrucijada de caminos, sino también porque en ella pasó una noche San Ignacio, en su camino, sólo ya caballo, de París a Azpeitia. En efecto, por su posición geográfica, debió tener ese lugar de Iturrioz cierta importancia hasta finales del siglo XVIII. No olvidemos que aparece destacada en un mapa editado en Amberes en 1584. y tampoco olvidemos que hasta principios del siglo XVIII, el día de la Ascensión, se celebraba en ese lugar y paraje de Iturrioz una Feria General. Esta Feria fue suprimida por acuerdo de las Juntas de Villafranca en 1728, por celebrarse en despoblado, siendo trasladada a Aya. El mismo Humbodt, en su «Diario del Viaje vasco», cita su paso por la venta de Iturrioz, camino de Azpeitia a la frontera francesa.

Torres como la de Laurgain, como la de Manterola, Torre de Aya, como la de San Millán de Zizurkil, como la de Urdayaga de Usurbil, Palacio de Alzolaras, y tantas más que podríamos citar, hablan ya del valor de aquellos pasos de la montaña y de los vados en los ríos, como ya he apuntado. Si a ello añadimos las ferrerías que todavía podemos ver en tantas errekas de ese macizo (Alzolaras, Xatio Erreka, Manterola-erreka, Abaloz, etc.), tendremos una ligera idea de la intensidad de la vida en esa montaña desde hace siglos.

Como ya citaba antes, el pastoreo se mantiene aun con cierta fuerza en este macizo, pese a los problemas planteados por los nuevos bosques plantados. De todas formas es la zona de Ernio-Gazume la que más rebaños recoge, pudiendo localizarse también en Erdoizta, Saskarate, Akua, zona Eriyo, Komisolatza, Indamendi, y Pagoeta, principalmente. En la más importante, la primera, entre otros, están los rebaños del caserío Berriki (Régil), caserío Arpide (Al k iza), Venta de Iturrioz, caserío Benta-Berri (Asteasu), caserío Umantxo (Régil), caserío Saasti (Asteasu), caserío Kaixeta (Régil), «Eldu» (que tiene el rebaño al pie de Zelatun), Irola (Régil), y Leizeta (Aizarna). Este último entre los cordales de Indo y Komisolatza. El caserío Somorrostro (Régil), también tiene el rebaño en las proximidades de Komisolatza. los del caserío Leola (Aya), y caserío Irutaerrota (Aya), van en trashumancia, a primeros de mayo, a los pastos de las sierras de Aralar.

Para quienes arrancan de Andazarrate, el paso hacia Zelatun suelen hacerlo por el camino que marcha por Aranburu-berriko-barruti-gaña, y cruza luego entre Mañeka y Arrasate, para dirigirse por Zezen-arri hacia el gran collado de Ernio y Gazume. En Abril de 1979, acompañe desde Iraeta hasta San-

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tutxo de Albiztur, a través de todo el macizo de Ernio, a un rebaño trashumante. Caminamos toda la noche. Empleamos en el recorrido ocho horas.

Entre las majadas más conocidas se encuentran Uzarza-zelxi-zabal, la de Elkamen-txiki, la de Elkamen, la llamada Ezurza, las de Zelatun, la de Zerain-goordeka y la de Gazume-azpi. Como belardi destacado, por poner un ejemplo, citaré el de Txintxaleku, entre Iturrioz y Altzu-zelai, pues llama más la atención por sus magníficas paredes de piedra.

Finalmente nos queda una cita a los valles de cuenca cerrada que encontramos en esta montaña. Vale destacar el valle donde se encuentran los pueblos de Bidania y Goyaz. En sus cercanías, no lo olvidemos, existen las más importantes dolinas de la zona de Santutxo. El valle de Aizarna, es, igualmente, un valle de cuenca cerrada. Finalmente nos queda el valle de Akua, cerrado, entre Aizarna y Cestona, y dominado por los collados del Galbayo y de Potzueta-ko-gaña. Dentro de este valle se encuentran los caserfos Zubigoena, Txapei, Lopene, Zelaip, Goiko-etxe, Arretxe, Aurreko-etxe, Motzanekua, y Aldekua. Por algunos detallares arquitectónicos, en especial en portadas, denotan gran antigüedad. En el mismo valle, en ladera, se encuentra la ermita de la Concepción. Akua, a 160 mts., Aizarna, a 229 metros. Bidania-Goyaz, a 500 metros.

© LUIS-PEDRO PEÑA SANTIAGO, 1981

Nota del editor: belardi = pastizal; erreka = arroyo.