Lurralde :inv. espac. N. 7 (1984) p. 23-81 ISSN 1697-3070

RASGOS GENERALES DEL PERIGLACIARISMO DE

LA PENINSULA IBERICA Y AREAS INSULARES

[El dominio Atlántico]

 

J. A. GONZALEZ MARTIN

Departamento de Geografía Física

Universidad Autónoma de Madrid

INTRODUCCION

DOMINIO ATLANTICO

1º Procesos fríos y periglaciares en el País Vasco

2º Región Cántabro-Astúrica, Galicia y Portugal

A) Región Cantabro-Astúrica

a1) Sector costero

a2) Sector interior

B) Galicia y Portugal

b1) Franja litoral

b2) Zonas del interior

3º Bibliografía

INTRODUCCION

En este trabajo se pretende realizar una síntesis sobre las manifestaciones periglaciares que se han localizado en la Península Ibérica, a partir de un examen exhaustivo de la bibliografía existente hasta el año 1981. El fin propuesto es el de ofrecer una amplia visión de conjunto sobre la tipología. localización, altura, edad, etc. de las distintas formas y acumulaciones generadas en ambientes climáticos fríos durante el Cuaternario. Igualmente, se incluye una serie de consideraciones morfológicas con respecto a los testigos fríos y periglaciares ubicados en el contexto del País Vasco.

Por su peculiaridad y extensión dentro del panorama morfológico peninsular, el tema de las manifestaciones periglaciares ofrece un gran interés. Sin embargo. a pesar de ello. podemos afirmar sin mucho riesgo de equivocarnos que. dado el número de trabajos exclusivamente dedicados a este dominio geomorfológico, el periglaciarismo se encuentra todavía por hacer, en una amplia parte del territorio de nuestro país.

Este estudio ha sido orientado. en el mismo sentido con que se ha hecho en otros países (NANGERONI en Italia; DIONNE en Canada y RAYNAL en Francia). y con la creencia de que es imposible trabajar en un dominio determinado de la morfología sin saber exactamente lo que se ha hecho. Por ello. presentamos este trabajo, como decíamos antes. como un instrumento de síntesis para las posteriores investigaciones. acompañado de una cartografía en donde se incluye la representación y localización de los fenómenos periglaciares actuales y pretéritos.

Muchos son los inconvenientes que ofrece un trabajo de este tipo. El principal ha consistido .en la labor de recolección y lectura de los artículos dedicados al periglaciarismo español (1). En algunos casos, el grado de inaccesibilidad de algunas revistas y publicaciones nos ha imposibilitado su comentario. Además, hay que añadir, que por un lado, el estado actual de mis conocimientos y por otro, el número limitado de mis observaciones personales a escala de todo este amplio país, no me autorizan desde mi punto de vista, a pronunciarme sobre la interpretación y calidad de los estudios realizados por mis colegas. Por ello, en esta bibliografía me limitaré a comentar el fondo formal de cada artículo o trabajo, sugiriendo tan sólo alguna referencia, error o enfoque del problema.

Otra dificultad radica en la anárquica terminología, que sobre todo utilizamos los investigadores españoles, empleando vocablos y términos con bastante ligereza y que suelen tener en la mayoría de los casos sentidos genéticos bien distintos. Buena parte de la culpa de esta situación puede ser debida a que en esta bibliografía periglaciar convergen trabajos realizados bajo ópticas muy distintas. Efectivamente, geógrafos, geólogos, edafólogos, sedimentólogos, paleontólogos e incluso espeleólogos concurren a ella, con sus distintas aportaciones metodológicas y algunos, introduciendo su propio vocabulario particular; este último hecho, dificulta todavía más, si cabe, la interpretación genética de las formas y de las acumulaciones que se describen.

Otro tercer problema a salvar en este trabajo, ha sido la desigual catalogación que los distintos investigadores hacen del «sistema morfogenético periglaciar», Por norma general, los autores extranjeros procedentes de países donde el glaciarismo y periglaciarismo han sido dominios muy extensos, al llegar a nuestra península y observar lo atenuado de nuestros procesos, suelen clasificar a éstos como fenómenos indicadores de períodos fríos, aunque no periglaciares. Por el contrario, es frecuente que los investigadores nacionales consideren la existencia de un pretérito «sistema periglaciar» en una determinada región ante las primeras evidencias de una simple y moderada gelifracción .

Por mi parte, creo que los distintos morfólogos españoles deben hacer un uso más restringido del «sistema periglaciar», reservando éste para aquellos dominios peninsulares que indudablemente ofrezcan una variada tipología de formas y acumulaciones, testigos de fríos muy intensos y rigurosos. También, el criterio muy extendido entre los investigadores españoles, de utilizar un solo testimonio -forma de acumulación (aunque sea generalizado) para identificar la presencia de un clima periglaciar antiguo en una zona, es una hipótesis algo arriesgada. Es difícil imaginar, sobre todo para los últimos episodios fríos del Cuaternario, que una región sólo haya sido capaz de generar un único tipo de forma o de depósito periglaciar; en estos casos, es probable, que aquella exclusiva atestación sea un hecho de convergencia, generado en ambientes climáticos que pueden ser muy distintos a los periglaciares. Un ejemplo de este tipo de interpretación, lo tenemos en los aluviones fluviales

del valle del Ebro, donde se han localizado algunas presuntas cuñas de hielo y crioturbaciones," de edad más o menos reciente y que se encuentran instaladas en un amplio contexto morfológico que no ofrece ningún otro testigo de tan intensas acciones p.eriglaciares.

Por ello, se ha abierto en la parte superior de cada una de las fichas bibliográficas que se relacionan a continuación, un apartado dedicado a la catalogación (fría o periglaciar), que cada uno de los distintos autores aplica a los fenómenos por él considerados y estudiados. Igualmente, en esta parte de la ficha se señalan otros datos de interés, como son la localización geográfica, cronología y ubicación altitudinal de las distintas manifestaciones.

La repartición de los fenómenos fríos y periglaciares se ha efectuado en nuestro territorio peninsular, bajo la influencia de condicionantes representados por el factor altitudinal, por la exposición, por la estructura tectónica y litológica de los afloramientos rocosos (una fuerte tectonización, con elévado grado de fisuración y diaclasamiento de los materiales, así como una litología susceptible a las acciones crioclásticas pueden favorecer una abundante liberación de material, etc.), pero fundamentalmente por el clima.

De una manera muy general se puede decir que cuatro grandes dominios climáticos operan sobre suelo español:

-el dominio templado húmedo del norte y oeste de la península Ibérica.

-el dominio continental de las tierras del interior

-el dominio mediterráneo

-el dominio subtropical cálido del archipiélago canario

En cada uno de ellos, los fenómenos morfogenéticos fríos y periglaciares han revestido, durante el Cuaternario, unas modalidades muy particulares derivadas de los factores anteriormente señalados, pero sobre todo, de las pretéritas condiciones climáticas. Ello ha motivado que el examen seguido en esta bibliografía se realice siguiendo una distribución por ámbitos geográficos.

Así, en el apartado I, dirigido al dominio templado-húmedo se revisarán las citas dedicadas a manifestaciones periglaciares insertas dentro de las actuales influencias atlánticas; de esta manera se examinarán los testigos sitos en Galicia y Asturias; especial atención se concederá también, a pesar de los escasos estudios, a las huellas de ambientes fríos del País Vasco; por Último, se atenderá a los fenómenos advertidos en las regiones portuguesas, incluyéndose sus relieves montañosos (sierra de la Estrella, etc.) con indudables caracteres climáticos de tipo atlántico.

En el apartado II se estudiarán las numerosas manifestaciones periglaciares instaladas en las zonas del interior, tanto en lo que concierne al mundo de la montaña, como en las áreas de menor altitud. El dominio mediterráneo ocupará nuestra atención en el apartado III.

Por último, los apartados IV y V se consagrarán al dominio pirenaico (con un periglaciarismo en íntima relación con los aspectos altimétricos de esta cordillera) y al dominio subtropical cálido del archipiélago canario, respectivamente.

También se va a incluir en esta introducción una serie de trabajos y artículos dedicados a los aspectos generales ya otros temas variados relacionados con la problemática periglaciar en España. Así, se integrarán aquí un conjunto de síntesis, tanto teóricas sobre nociones de periglaciarismo (FLORISTAN, 1953; MARTINEZ ALVAREZ, 1958), como morfológicas (BUTZER and FRANZLE, 1959; HAMELIN, 1957 y 1958; ROSSELLO VERGER,1977; SOLE SABARIS, 1956; TRICART, 1966). Igualmente, se añaden algunos trabajos metodológicos que incorporan técnicas de medidas de orientación en los materiales gruesos de las formaciones coluviales de las zonas mediterráneas (HEMPEL,1976).

Por último, se han adjuntado unos artículos que analizan formaciones finas, a las que se han denominado, inadecuadamente, "loessicas», ya que genéticamente no se relacionan ni con etapas con climas fríos, ni periglaciares (GARCIA Sainz, 1944 y 1957); no obstante, se ha decidido introducir estas aportaciones a esta bibliografía periglaciar, debido fundamentalmente a la presencia del término "loess», en la titulación de los trabajos.

1° BIBLIOGRAFIA GENERAL

BROSCHE, K. U.

Beobachtungen an recenten periglazialers-cheinungen in einigen Hochgebirgen der Iberischen Halbinsel (Sierra Segura, Sierra de Gredos, Sierra da Estrela, Sierra del Moncayo).

Die Erde, 1971, no 1, pp. 34-35, Berlin

Región: Varias

Localización de las observaciones: Sierras de Segura, Gredos, Estrella, Moncayo.

Altitud: variable

Edad: reciente

Procesos de tipo: periglaciar

Manifestaciones señaladas: solifluxión, suelos poligonales, derrubios crioclásticos, etc.

Comentario: Se han desarrollado formas periglaciares recientes en varios

grupos montañosos de la Península Ibérica.

En la sierra de Segura se cita un circo nival con exposición SE. y con unas dimensiones aproximadas de 500 por 300 m. Igualmente se citan procesos dinámicos de hielo en la sierra de Sagra (1750 m.). Hasta los 2.300 m. se localizan abundantes «Erdknospen» (montículos de tierra con diámetro 2-3 cm.).

En el sector de Gredos se menciona la existencia de ríos de bloques hasta altitudes próximas 1.900-2.000 m. en las laderas N y W. Por encima de los 2.000 m. existe una mayor variedad de formas periglaciares con microrelieves solifluidales, etc.

En lo que concierne a la Sierra de la Estrella, se establece el límite de nieves perpetuas en 1.650 m. aproximadamente. Junto con suelos de estructura poligonal se citan también fenómenos de solifluxión y formaciones vegetales con relaciones próximas al sistema morfogenético periglaciar .

En el Moncayo, Brosche considera que este lugar ofreció muy favorables condiciones estructurales para incrementar los fenómenos de solifluxión. Efectivamente, la existencia de material pizarroso y arcillas parece haber auxiliado el desarrollo de este tipo de formaciones coluviales. Por encima del límite del bosque, y con exposición N. fueron observados bloques gravitatorios con nichos de emigración junto a un relieve solifluidad. En vertientes con exposición E. fueron detectados ríos y lenguas de cascotes que dan la impresión de ser recientes (2.000 m.). Junto a estas manifestaciones y en partes de escasa pendiente aparecen rosetones de piedras típicas de suelos helados.

Por último, se considera el límite inferior de la solifluxión en el entorno del Moncayo hacia los 2.000-2.100 m. El límite de las nieves en la época periglaciar estuvo ubicado a 1.800-1.900 m.

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BROSCHE, K. U .

Formas actuales y límites inferiores periglaciares en la Península Ibérica. Est. Geogr., 1978, no 151, pp. 131-162. Región: distintas regiones peninsulares

 

Localización de las observaciones: varias

Altitud:

Edad: actual

Procesos de tipo: periglaciar

Manifestaciones señaladas: solifluxión, guirnaldas de vegetación, terracillas, lenguas rocosas (stein und blockzungen), suelos poligonales y estriados, procesos de crioturbación, pipe-krake, etc.

Comentario: Diversos autores han señalado que las microformas y macroformas periglaciares se encuentran en buena parte condicionadas por la naturaleza litológica del roquedo de una determinada zona. Así, bajo una óptica orientada en este sentido, el autor relata el fruto de las investigaciones realizadas en sendas campañas de campo, entre 1970 y 1973, y se aborda el interesante tema de relacionar algunas formas actuales de tipo periglaciar con los distintos substratos,litológicos, analizando las causas de esta relación.

De esta manera, se pasa revista a una compleja serie de formas instaladas sobre los siguientes grupos litológicos y cuya síntesis es imposible de resumir, por mi parte, en el escaso espacio de esta ficha bibliográfica:

a) areniscas claras, finas y blandas del Devónico (Peña Agujas, al w. de Riaño y Cornón, al Sw. de Oviedo).

b) areniscas gruesas mezcladas con margas (Montes Cantábricos orientales).

c) conglomerados de cuarcita carboníferos (lugares montañosos al S. de Picos de Europa: Curavacas 2.520 m., Peña Prieta 2.531 m., etc.).

d) cuarcitas sin mezcla de pizarra y "poco trabajadas por la tectónica». e ) arcillas pizarrosas

f) rocas pizarrosas duras (grauwackas "POCO trabajadas por las fuerzas tectónicas», pizarras-grauwackas, pizarras arcillosas filitas, pizarras de mica, etc.).

g) calizas estratificadas mesozoicas y calizas de montaña del carbonífero.

h) granitos

Como conclusión a este apartado se puede decir que la variedad de formas y su frecuencia va a depender de las cualidades de descomposición mecánica y química del materiallitológico. Así, todas aquellas rocas que poseen la característica de descomponerse y fragmentarse rápidamente, liberando abundante matriz fina generarán, si las condiciones climáticas lo permiten, abundante tipología de manifestaciones periglaciares (rocas pizarrosas, arcillas pizarrosas, etc.). Por el contrario, a aquellos grupos litológicos 'que apenas suministran material fino (arcilloso o psamítico) durante su meteorización, se asocia una gran pobreza de formas periglaciares, incluso en pendientes favorables ( )-20°) (cuarcitas, conglomerados cuarcíticos del carbonífero, etc,).

También de gran interés resulta en este artículo, un apartado dedicado a los "límites inferiores de la solifluxión, de los suelos poligonales y formación de la zona periglaciar». En él, el autor, con gran acierto advierte que para poder fijar el límite inferior de la zona periglaciar hay que tener en cuenta que no se puede tomar en consideración las mismas formas para las zonas meridionales y septentrionales de la Península Ibérica; igualmente se adoptan una serie de precauciones metodológicas, a mi modo de ver, muy correctas, como es el tener en cuenta que no todos los sistemas montañosos (en un corte N. -S., desde los Picos de Europa hasta Sierra Nevada) presentan la misma litología y el de rechazar determinadas formas y manifestaciones de la «solifluxión libre», debido a la complejidad gen ética de las mismas, a lo mejor motivadas por otros mecanismos que no tienen por qué ser periglaciares.

Por último, destaca el hecho bastante frecuente en algunos autores extranjeros, de que en la copiosa bibliografía instalada al final del trabajo (53 obras y artículos), ninguna cita hace alusión a investigaciones realizadas por autores españoles.

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BUTZER, K. W. and FRANZLE, O.

Observations on Pre-Würm Glaciations ofthe Iberian Peninsula, Z. Geomorph., 1959, n° 3, pp. 85-97

Región: diversas

Localización de las observaciones: curso inferior del Miño, valle del Sil, alrerra Nevada, Cordillera Central, etc.

Altitud: variable

Edad:

Manifestaciones señaladas: solitluxión, crioplanación, geliturbaciones, etc.

Comentario: El objeto de este trabajo es concretar las posibles edades de hielo que han existido con anterioridad al Würm en las principales montañas españolas. De paso se citan numerosas manifestaciones de índole periglaciar que pueden pertenecer a varias fases del Cuaternario.

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FLORISTAN SAMANES, A.

El modelado periglaciar

Instituto de Geografía Juan Sebastián Elcano, C.S.I.C., 1953, Madrid, 26 pág.

Comentario: este trabajo es uno de los primeros intentos que realiza la Geografía española, con el fin de lograr una clarificación precisa sobre distintas formas y acumulaciones de las regiones periglaciares. Esta base se apoya sobre distintas publicaciones francesas y es posible que estos pioneros esfuerzos vayan, quizás, orientados con la finalidad de constatar la presencia de testigos periglaciares en la Península Ibérica; estos, apenas estaban insinuados bibliográficamente en el momento de aparecer esta aportación (año 1953).

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GARCIA SAINZ, L.

Las formaciones rojas loessico-tluviales del Norte de España: su origen y semejanza.

Est. Geogr., 1944, n° 15, pp. 247-347.

Región(es): Norte de España: Galicia, Valle del Ebro, Islas Baleares.

Localización de las observaciones: curso inferior del Miño, valle del Sil, alrededores de Limia, curso medio e inferior del río Ebro, valles del Aragón, Ara, Gállego, etc.

Altitud: variable

Edad:

Procesos de tipo: -ni fríos, ni periglaciares

Manifestaciones señaladas: loess

Comentario: se analizan en este trabajo las formaciones rojas loessico-fluviales de varias zonas del norte de la Península Ibérica y de las Islas Baleares. La interpretación del autor sobre la génesis de estas extensas formaciones difiere en función de la localización de cada una de las regiones: Sin embargo, el factor climático que ha intervenido en la formación de estos depósitos no está, ni mucho menos, caracterizado por las bajas temperaturas que predominan en los ambientes fríos y periglaciares.

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GARCIA SA~NZ, L.

Origen y paleoclimatología de los loess rojos cuaternarios ibérico-mediterráneos.

Actas V Congr. I.N.Q.U.A. 1957, C.S;I.C., pp. 237-241

Región: Norte peninsular, Islas Baleares

Localización de las observaciones: diversos parajes de estas regiones

Altitud: variable

Edad:

Procesos de tipo: no fríos

Manifestaciones señaladas: loess

Comentario: el autor utiliza la palabra «loess» para designar unas forinaciones rojizas, producto de la alteración química y generadas en un ambiente húmedo con temperaturas suaves. En otros materiales similares, producto de la descomposición se hace intervenir procesos de tipo hidromórfico. Además, se excluye la posibilidad de que estas formaciones hayan podido ser transportadas por la acción eólica.

A la vista de todas estas opiniones parece deducirse que el concepto de loess aplicado por el autor a estos materiales, difiere, ostensiblemente, del que se aplica para designar a las típicas formaciones loessicas de Centroeuropa.

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HAMELIN, L. E.

Regards sur le ve Congres International du Quaternaire (Espagne).

Rev. Canadienne de Geogr., 1957, vol. IX, n° 4, pp. 211-218. Montreal.

 

Región: distintas regiones de la Península Ibérica

Localización de las observaciones: varias

Altitud:

Edad:

Procesos de tipo: periglaciar

Manifestaciones señaladas: solifluxión periglaciar, eolizaciones, nivación, crioturbación, arroyada fluvio-periglaciar .

Comentario: en este resumen del V Congreso Internacional del I.N.Q.U.A. realizado en 1957, se recogen una serie de opiniones y reflexiones personales que el autor se plantea sobre el Cuaternario de la Península Ibérica, a la vista de las comunicaciones presentadas y de las excursiones realizadas en el marco de este Congreso español. Algunas de estas reflexiones están dedicadas a los fenómenos periglaciares; gelifracción, solifluxión periglaciar, nivación, arrollada fluvio-periglaciar, eolización y crioturbación parecen haber sido los procesos y las manifestaciones más extendidas en la Península Ibérica durante las épocas más frías del Cuaternario.

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HAMELIN, L.E.

Materiaux de geomorphologie periglaciaire dans 1 'Espagne du Nord. Rev. Geogr. Pyr. et SO., 1958, XXIX, pp. 241-256

Región: Castilla la Nueva y la Vieja, Aragón, Cataluña, Galicia, Asturias, País Vasco.

Localización de las observaciones: numerosos lugares de estas regiones.

Altitud: variable

Edad:

Procesos de tipo: periglaciar

Manifestaciones señaladas: nichos de nivación, depresiones cerradas de carácter nival, coladas de bloques y de solifluxión, vertientes regularizadas, valles disimétricos, «éboulis ordonnés», crioturbación, suelos estriados y poligonales, etc.

Comentario: el autor realiza una puesta a punto sobre los diversos fenómenos, que, de carácter periglaciar, han sido estudiados por una bibliografía anterior y en otra coetánea y presentada al V Congreso del I,.N.Q.U.A. del año 1957. La larga lista de manifestaciones periglaciares se ve enriquecida y aumentada por otra serie de observaciones personales del autor y de otros especialistas con motivo de las variadas excursiones realizadas con motivo de este congreso.

Todo esto permite al autor sintetizar la tipología de los fenómenos periglaciares del norte de la Península Ibérica en una clasificación en la que distingue:

1) un periglaciarismo de erosión localizado en los nichos y crestas de las elevadas zonas montañosas .

2) un periglaciarismo «uniformizante», en el que intervienen acumulaciones de ladera como las «grezes», las coladas, «éboulis», etc.

3) un periglaciarismo de acumulación y de irregularización topográfica compuesto fundamentalmente por «terrassettes», las guirnaldas, «buttes gazonnées», etc.

4) un periglaciarismo a nivel «sedimentológico», del que forman parte los paleosuelos fríos, las crioturbaciones.

S) un periglaciarismo de carácter eólico de deflacción, donde las formaciones de loess son protagonistas.

En cuanto a la cronología, ciertas formas parecen sugerir que ha habido al menos tres períodos de frío (I,P, III). El más antiguo (1= ¿rissiense?) parece ser el más importante. El período intermedio (II= ¿würmiense?)ha sido de menor intensidad que el precedente, y el último (III) de los períodos se concreta a los mecanismos crionivales refugiados, actualmente, en las altas montañas.

Un buen apéndice de las manifestaciones frías cartografiadas en un mapa del norte peninsular siven de colofón a este trabajo. Igualmente, de cierto interés resultan algunas opiniones recogidas de otros especialistas participantes del V Congreso. A este respecto, la que nos resulta de mayor interés sea quizás la opinión negativa de Dylik sobre la veracidad de las crioturbaciones de las terrazas del río Manzanares.

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HEMPEL, L.

El significado de las medidas de orientación en el dominio mediterráneo verificadas sobre formas superficiales convergentes.

Est. Geogr., 1976, n° 143, pp. 205-217.

Región: Castilla y Andalucía

Localización de las observaciones: Sierra del Guadarrama y Sierra Nevada.

Altitud:

Edad:

Procesos de tipo: periglaciar

Manifestaciones señaladas: solifluxión, derrubios de ladera.

Comentario: Se realiza en este trabajo, una serie de observaciones en las que se aplica el método propuesto por POSER y HOVERMANN, concerniente a las medidas de orientación de los materiales detríticos gruesos. Bajo est~ Óptica metodológica se analizan distintas formaciones sedimentarias (acumulaciones recientes en cauces secos, materiales glaciares, y derrubios periglaciares) sitas en el dominio mediterráneo (España y Grecia).

Merced a este método, el autor encuentra en la ladera norte de Sierra Nevada, hechos que le llevan a pensar que las formaciones de solifluxión pleistocenas se hallan combinadas con intensas modificaciones superficiales holocenas. Estos fenómenos denudativos fueron ocasionados en los sitios más bajos (1.500 m. -1.800 m.) con preferencia por los aguaceros mediterráneos; hasta mayores altitudes (2.800 m.) por las aguas originadas por los deshielos.

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MARTINEZ ALVAREZ, J .A.

Nociones generales sobre «Periglaciarismo».

Speleon, 1958, T. IX, n° 3-4, pp. 105-128

Comentario: en este artículo se realiza una puesta a punto, desde posiciones enimentemente geológicas, a numerosos conceptos integrados en el denominado «sistema periglaciar» .

Con esta visión se concreta una definición para «país frío» y para «zona periglaciar» , así como sobre el término periglaciar, prescindiendo de su carga etimológica. En los diferentes apartados se examinan, entre otros, los mecanismos generales de erosión de la zona periglaciar; la relación existente entre erosión y materiales del substrato; extensión actual y en el Cuaternario del dominio periglaciar; formas y tipos de sedimentos de las áreas periglaciares, etc. En suma, un buen trabajo que ampliaba considerablemente las limitadas fronteras de la geomofología española, allá por los años cincuenta.

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ROSSELLO VERGER, V. M.

El modelado de las áreas glaciales y periglaciales.

Vº Coloquio de Geografía Granada 1977, pp. 2528

Región:

Localización de las observaciones:

Altitud: Edad: Procesos de tipo :

Manifestaciones señaladas:

Comentario: Este trabajo está diseñado como introducción a las sesiones dedicadas al modelado de las áreas glaciares y periglaciares, dentro del yo Coloquio de Geografía, celebrado en Granada en 1977 y cuyo ponente fue el profesor ROSSELLO YERGER. Se realiza una síntesis sobre los distintos problemas que afectan a las zonas frías de la Península Ibérica, a partir de las contribuciones presentadas por distintos autores al citado Coloquio y otros trabajos, cronológicamente anteriores. De esta manera se analiza el papel que han jugado ciertos condicionantes como son: la tipología litológica del material, la componente altitudinal, la orientación y otras.

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SOLE SABARlS, L.

Rapport bibliographique pour l'étude de l'evolution des versants sous le climat mediterranéen.

Premier Rapport de la Commission pour I'étude des versants, Congres Intern. Geogr. Rio de Janeiro 19.56, U.G.I., Amsterdam 1956, pp. 107-122

Región: diversas zonas de nuestra geografía peninsular

Localización de las observaciones: idem

Altitud:

Edad:

Procesos de tipo: periglaciar

Manifestaciones señaladas: varias

Comentario: En este avance bibliográfico se reunen numerosas citas sobre la influencia que las acciones de índole periglaciar han tenido en España y Portugal. En este último país, estas manifestaciones se encontraban por estas fechas apenas estudiadas, aunque las zonas ya analizadas del norte de este país (Ribeiro, 1939 y Feio, 1948) muestran que la actuación de los procesos periglaciares ha sido muy débil.

En cuanto a España, las observaciones son también escasas; se citan los glacis de erosión de tipo periglaciar estudiados por Barrere en las sierras 05censes, los fenómenos de gelivación y crioturbación analizados por Boye en el Macizo de Monte Perdido, así como las formas de crioturbación localizadas por Imperatori en las terrazas del Manzanares. También, Birot y Solé atribuyen un origen periglaciar a la disimetría que presentan algunos valles en la Cordillera Central.

Una completa bibliografía de los trabajos realizados sobre estos temas acompaña esta visión.

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TRICART, J.

Quelques aspects des phénomenes périglaciaires quaternaires dans la péninsule Ibérique.

Biult. Periglaj., 1966, 14, pp. 313-327

Región: Galicia, Andalucía, Levante, Cataluña

Localización de las observaciones: diversos lugares de estas regiones.

Altitud:

Edad:

Procesos de tipo: periglaciar

Manifestaciones señaladas: gelifluxión, coladas de «head» éboulis, etc.

Comentario: en este trabajo se recogen una serie de observaciones de campo, efectuadas en varias regiones españolas sobre la existencia de manifestaciones de índole fría y periglaciar. Casi todas las regiones analizadas ofrecen rasgos que evocan más o menos directamente las peculiaridades propias del Cuaternario del Norte de Africa. De una manera general, la morfogénesis cuaternaria en la Península Ibérica se caracteriza por una elevación hacia el sur del límite inferior de los fenómenos periglaciares típicos, más acentuada en su fachada occidental que en la oriental. Así, este límite se sitúa altitudinalmente al nivel del mar en La Coruña, a 500 m. en la cuenca del Tajo {Valencia de AIcántara) ya 800-1.000 m. en Sierra Nevada. Por contra, en la fachada oriental, en Cataluña, a la latitud de la Coruña, el límite se sitúa hacia 400-450 m.

Al analizar las regiones del sur de la península, el profesor Tricart opina que los fenómenos periglaciares se encuentran relegados a las zonas de altitud. Las zonas bajas se caracterizan por la frecuencia con la que los glacis aparecen en el paisaje de esta región. La superficie de estas formas está jalonada por abundantes materiales detríticos, a menudo consolidados, en forma de brecha o de conglomerado. También, el Cuaternario de las cuencas interiores de Granada, Baza y Murcia, así como el de las llanuras litorales localizadas al sur del cabo de la Nao, vuelve a evidenciar rasgos típicamente norteafricanos. Se precisa la existencia en este sector de dos tipos fundamentales de sistemas morfogenéticos, que han actuado alternativamente. .

-Durante los períodos fríos (regresión marina), los golpes de frío invernales, sin hielo prolongado, han permitido una microgelifracción, probablemente favorecida por un humedecimiento de las rocas por condensaciones más abundantes que en la actualidad. La inestabilidad del clima, probablemente acentuada por la proximidad del Mediterráneo a las zonas cubiertas por los hielos, se traducía por violentas precipitaciones que combinaban la acción de aguas de arrollada concentrada sobre las vertientes y de glacis de derrame en el interior de las depresiones. En los períodos interglaciares, la cobertera vegetal se beneficiaba de un régimen térmico más favorable. El régimen pluviométrico era ciertamente contrastado. En estas condiciones, un mayor grado de fitoestabilización favorecido por el clima influía sobre una acción edafogenética más acentuada y ésta a su vez incrementaba los procesos químicos.

Al estudiar los alrededores del delta del Ebro, el profesor Tricart analiza por un lado, los glacis detríticos del sector de Benicasim y por otro, los de San Carlos de la Rápita. Estos comportan dos tipos de acumulaciones que denotan la alternancia en el tiempo y en el espacio de modalidades de arrastre diferentes.

En la región de Barcelona, los fenómenos periglaciares se hacen más evidentes y frecuentes. Los éboulis fijados son abundantes sobre los flancos del macizo de Monserrat.

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TRICART, J.

Le modelé des régions periglaciaires S.E.D.E.S., 1967. París, 512 pág.

Región: Cataluña

Localización de las observaciones: inmediaciones de Barcelona.

Altitud: 300-400 m.

Edad: Würm Procesos de tipo: periglaciar

Manifestaciones señaladas: gelifracción

Comentario: Tricart, al definir los límites de las regiones de intensa gelifracción durante el würmiense, comenta la complejidad introducida por el papel de los climas locales. Entre varias zonas y altitudes en este dominio, cita los alrededores de Barcelona, situando en 300-400 m. el límite altitud in al de la intensa gelifracción en este área de la región catalana.

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VILLAR, L.

Algunos aspectos sobre solifluxión, crioturbación, flora y vegatación. Act.1I Reun. Nac. G.E.T.C. Jaca 1975, Madrid 1977, pp. 299-308.

Región: diversas regiones españolas

Localización de las observaciones:

Altitud:

Edad:

Procesos de tipo: periglaciar

Manifestaciones señaladas: solifluxión y crioturbación.

Comentario: en este trabajo se exponen algunas ideas sobre la relación existente entre fenómenos periglaciares y tipos de veg.etación.

El autor, en este caso biólogo, parte de un concepto algo anómalo sobre el periglaciarismo y sus procesos. Solo este erróneo punto de partida puede disculpar el contenido de algunos. párrafos de este artículo. Entre ellos destacamos:

-en el apartado titulado «Distribución de los fenómenos periglaciares en la Península Ibérica» (pág. 300), textualmente dice: «si bien es cierto que tales fenómenos son más intensos y visibles en la alta montaña supraforestal, también es verdad que la crioturbación se da a todas las altitudes» «a altitudes medias o bajas se da (parece referirse al momento actual) un período único de actuación periglaciar desde noviembre -marzo y abril».

-bajo el apartado dedicado a «Fenómenos periglaciares explotación y conservación de la naturaleza» se comienza diciendo: «En nuestras latitudes, los fenómenos periglaciares se empezaron a manifestar seguramente cuando el clima adquirió características semejantes a las actuales, esto es, antes de las glaciaciones cuaternar:ias. Tal antigüedad de hasta unos 10 millones de años nos permite comprender que durante tanto tiempo la selección natural haya operado como motor de la evolución, dando lugar a tipos resistentes a la crioturbación y solifluxión».

Con la lectura de este párrafo se trunca definitivamente nuestra ilusión volcada anteriormente ante la lectura de un título tan sugestivo como porta este artículo, sobre las relaciones entre solifluxión y crioturbación con flora y vegetación.

I) DOMINIO ATLANTICO

1º) Procesos fríos y periglaciares en el País Vasco

Los trabajos dedicados a este tipo de fenómenos en este dominio peninsular, no se caracterizan, precisamente, por su abundancia: estos no alcanzan, siquiera, la decena; son muy desiguales en su metodología y contenido y prestan una cierta atención a este rango y manifestaciones, considerándolas, en la mayoría de los casos, como un rasgo accidental; este aspecto conlleva a que no sean estudiadas muy profundamente.

Otro hecho interesante, es que buena parte de los fenómenos fríos citados en la presente bibliografía se alojan en el interior de cuevas, lo que puede permitir un contraste entre las formas y acumulaciones de superficie, con éstas que se encuentran alojadas en el interior de los conductos kársticos de la zona.

Entre las manifestaciones frías y periglaciares señaladas en el País Vasco, destacan: los criocanchales (GRUPO ESPELEOLOGICO VIZCAINO, 1971), las «grezes litées» (HAZERA, 1957 y 1964; SANTANA AGUILAR, 1966), las coladas de barro (HAZERA, 1964; SANTANA, 1966 y VIERS, 1956), la solifluxión (HAZERA, 1964; LLOPIS LLADO et Al, 1957; KOPP, 1965; SANTANA, 1966y VIERS, 1956), gelivación y derrubios crioclásticos (HAZERA, 1964; LLOPIS, 1957; KORNPROBIT y RAT, 1967; etc.), las vertientes regularizadas (HAZERA, 1964; SANTANA, 1966) y las crioturbaciones (LLOPIS LLADO, 1957).

Desde el punto de vista cronológico, las acciones frías parecen ser, dentro del Cuaternario, bastante recientes. Quizás, los vestigios más antiguos se remontan a una serie de huellas crioclásticas, agrupadas en dos etapas, y que se han observado en la cueva de Lezetxiki (alrededores de Mondragón) y que se sitúan en el Musteriense (II& Fase del lnterglaciar Riss-Würm y comienzos del Würm). Salvo esta excepción, se podrían distinguir, por un lado, un complejo de formas y acumulaciones originadas por los fríos más o menos intensos relacionados con la última glaciación al pina (Würm) y por otra, -una serie de retoques, de edad post-würmiense, de menos envergadura que las anteriores manifestaciones y que sobre el terreno se han traducido en una serie de efectos regularizadores sobre las vertientes.

En lo que concierne a la situación altitudinal de estos fenómenos, hay que constatar el hecho de que las acciones periglaciares revisten -como se desprende del examen bibliográfico su acepción terminológica más exacta en el País Vasco; es decir, alrededor de las masas glaciares: así, el techo superior de los procesos periglaciares se situaría por debajo del límite inferior del dominio de las nieves perpetuas. Este dominio ha sido citado y estudiado en algunas ocasiones (KOPP, 1965; SANTANA AGUILAR, 1966 y más antiguamente por GOMEZ DE LLARENA, 1948). Según los distintos investigadores, los hielos cuaternarios han alcanzado cotas verdaderamente muy bajas y que desde mi punto de vista convendría volver a revisar. Así, se ha señalado la presencia de un circo glaciar en el Monte Autza, con sus correspondientes acumulaciones a tan sólo 1.000 m. (SANTANA, 1966) y en la Sierra de Aralar se han encontrado restos glaciares (GOMEZ DE LLARENA, 1948) y una morrena terminal, en un valle glaciar würmiense de 4-5 km de longitud y con cantos neta mente estriados a 825 m. (KOPP, 1965); e incluso, por encima de Azcárate, se han advertido restos de otra morrena terminal, esta vez de edad desconocida, que se ubica a tan sólo 460 m. , en la vertiente septentrional de la citada sierra (KOPP, 1965). En este mismo trabajo, se establece el límite de la nieve persistente durante el momento glaciar en unos 650 m., si bien se precisa que este valor medio podría verse afectado por factores locales, como la exposición, sequedad estival, orientación a los vientos, etc. Por otro lado, en Peña Gorbea, el límite de las nieves permanentes ha sido fijado a una altitud de 1.000 m., en la ladera NORTE y 1.150 m. en la vertiente meridional (SCHMIDT -THOME, 1973).

Por debajo de esta frontera aparecerían, pues, teóricamente las formaciones periglaciares que deberían alcanzar una tipología bastante rigurosa, a la vista de la proximidad a la que se encontraban los vestigios glaciares.

Esta hipótesis parece poder confirmarse, a la vista de algunos trabajos. Por ejemplo, las crioturbaciones que afectan a los depósitos aluviales acumulados en el interior de algunos conductos kársticos, como es el caso de la caverna de la Ermita del Salvador, en Zumaya y de las cuevas de los Osos y de Igitegi, en Oñate (LLOPIS LLADO, 1957) exigen fríos extraordinariamente intensos, para poder hacer descender la temperatura algunos grados por debajo de cero, en el interior de estos refugios climáticos; idéntico comentario merece el origen de los fenómenos crioclásticos que han tenido lugar en el interior de la cueva de Lezetxiki (KORNPROBIT y RAT, 1967). También apoyaría la hipótesis de estos fríos tan extremos la existencia de coluvios catalogados por los investigadores como periglaciares, en zonas próximas a la costa, como es el sector comprendido entre Bermeo y el cabo Machichaco (LLOPIS LLADO, 1957) y en el área de Castenalde (SANTANA, 1966).

Sin embargo, hay que señalar una clara disarmonía entre estos testigos de fríos tan acusados y el resto de las manifestaciones citadas, así como las analizadas en un propio trabajo reciente, en el que estudiamos las peculiaridades geomorfológicas de las cuencas del Aránzazu-Oñate (UGARTE ELORZA, GONZALEZ MARTIN y ALONSO OTERO, en prensa) (2).

Efectivamente, lo primero que llama la atención es que frente a esta tipo10gía de accionamientos tan intensos que han originado los procesos de gelifracción y crioturbación hipogeos, en superficie, sobre el paisaje del País Vasco, tales manifestaciones son propias de un clima frío poco riguroso, que ha generado, tan sólo, las siguientes facies: criocanchales, algunas grezes y fenóltlenos de solifluxión.

¿Por qué no existen sobre el terreno, testigos idénticos o más desarrollados (el frío tendría que ser intensísimo en superficie) a los que se han originado en el interior de las cavernas kársticas? .En un primer momento, y tras el examen morfológico y sedimentológico de las llanuras aluviales (actuales y antiguas) que efectuamos en el trabajo mencionado arriba, en la zona de Oñate, llegamos a la consideración siguiente: la inexistencia en superficie de tales formas crioturbadas podía estar debida a la destrucción efectuada por la violencia de los arrastres (los elementos que componen estas llanuras aluviales se caracterizan por una notable heterometría y un elevado grado de desgaste), más o menos ocasionales que removieron repetidamente los materiales detríticos de estas llanuras.

Idéntico comentario podría servir para explicar la ausencia de formas asociadas con gelisoles estacionales; estas formas podrían haberse generado con hielo en el suelo, durante el invierno, y ser destruidas, en primavera, por las intensas acciones fluvio-torrenciales originadas Como consecuencia de las crecidas por fusión de nieve y por la fuerte pendiente de estos organismos hidrográficos.

Sin embargo, esta hipótesis se transformó paulatina y sensiblemente, al analizar los derrubios de las vertientes de la zona, ya que si bien, el material que integra estos coluvios parece denunciar un origen crioclástico, en su liberación han contribuído con igual intensidad que el hielo, otros factores no climáticos, pero que hay que tener muy en cuenta.

Por ejemplo, las acumulaciones de grezes litées estudiadas por nosotros en loS cortes visibles de la carretera de acceso, desde Oñate al Santuario de. Nuestra Señora de Aránzazu y otros paisajes, ponen de manifiesto el fuerte control litológico que tienen estos depósitos crioclásticos. Efectivamente, las grezes litées, Como formaciones de facies fría SÓlo se originan en este sector vasco, a expensas de estratos de caliza «para-urganiana», cuya naturaleza margosa y deleznable ha favorecido su gran fragmentación y su aspecto de laja, ante loS efectos de una gelifracción que no ha tenido que ser demasiado intensa; se ha requerido, tan SÓlo, un frío moderado pero suficiente Como para esclarecer y enrarecer el dispoSitivo vegetal, y con una gran cantidad de ciclos de hielo-deshielo al año, que pudieran haber revestido el carácter nocturno-diurno.

Por el contrario, el pie de los afloramientos de caliza Compacta urgoniana, de facies arrecifal, no hemoS podido observar ninguna acumulación típica de grezes litées, hecho que, a nuestro parecer, sugiere la dependencia no climática, sino estructural de estas acumulaciones frías, en el País Vasco. Idéntica interpretación se desprende en lo que concierne a la exposición de estas acumulaciones: no existe ninguna exposición preferente en la localización de estOS estratificados, lo que nuevamente indica la influencia de la estructura, a nivel litológico.

Las acumulaciones de grezes litées son de los testimonios «más fríos» que hemos encontrado en la región. Quizás algo más rigurosas fueran las condiciones ambientales en las que se generaron unos peculiares gruesos coluvios, muy localizados, y que sirven de base a los lechos de alguna gréze y que ocupan los segmentos superiores de las vertientes; no obstante, dado lo raro de su localización hemos preferido no aventurar ningún tipo de génesis.

Junto a estas manifestaciones, existen otras, entre las que destacaríamos los conjuntos coluviales no estratificados. Estos tienen un origen en cuya génesis intervienen unas veces, claros y exclusivos síntomas de gelifracción y en otros, esta acción fragmentadora se ve casi exclusivamente enmascarada por otros factores.

Así, la evidente señal de una gelifracción activa se advierte en los cortes visibles en el dorso de la cuesta de Aloña, donde se observan una gran cantidad de materiales detríticos que han sido liberados por procesos de índole fría (en opinión de FELIX UGARTE, la potencia de estos derrubios podría sobrepasar los 50-60 m.). Sin embargo, otros derrubios de ladera son mucho más amoríos y su génesis ofrece algunos síntomas de crioclastia; pero en importancia, este proceso climático cede la primacía a factores estructurales, tanto a nivel tectónico, como a nivel petrográfico, así como a factores topográficos.

De esta manera, zonas fuertemente afectadas por la tectónica ofrecen sendas generaciones de derrubios, cuyo origen esencial está motivado por el alto grado de fisuración y diaclasamiento de los estratos. Esto es visible en el desfiladera de Acharte, en Vizcaya, donde llega a apreciarse un derrubio subactual y actual, a modo de pedrera -más o menos extensa no consolidada y que recubre a otros conjuntos coluviales anteriores y cementados; la génesis de este coluvio tan reciente está originada en buena parte por motivos tectónicos, dada la escasa entidad de las heladas en la zona, cuyo número se encuentra muy próximo a 22 al año y una altitud de 740 m. (UGARTE, 1981) (3).

Lo mismo acontece en zonas de litología cuya blanda naturaleza o favorable textura se presta a la abundante liberación de material detrítico. Este es el caso, por ejemplo, de las amplias áreas de Flysch. Por ello, y con relativa frecuencia, en las inmediaciones de la costa aparecen acumulaciones detríticas, originadas a partir de los estratos de flysch, a los que aplicar un origen periglaciar, o siquiera crioclástico, nos parece una verdadera exageración. Por último, en el desarrollo de las formaciones coluvionares, también ha ejercido un papel importante el factor topográfico. Efectivamente, al pie de cantiles o de vertientes abruptas, se han desarrollado, en tiempos pretéritos, abundantes acumulaciones donde el material liberado por gelifracción y otros mecanismos, ha caído por procesos de tipo gravitatorio. A veces, la localización de los derrubios de ladera se subordina, tan intimamente, a los parajes con fuertes pendientes y taludes, que pensamos que una etapa con procesos de gelifracción generalizados, habría dotado a las inmediaciones de estas áreas con topografía escarpada de un tapiz de derrubios crioclásticos, quizás menos extenso y potente, pero presente; cosa que no acontece en una gran cantidad de ejemplos en esta región. Nuevamente, y ante estas circunstancias, es lógico pensar que esta estrecha relación derrubios/taludes, está debida, más a condicionamientos del relieve que a mecanismos de liberación fríos, aunque éstos hayan podido actuar (aunque con una influencia moderada).

Otra manifestación registrada en el País Vasco es la solifluxión. A este respecto, la mayoría de los autores han insistido en la necesidad de distinguir dos tipos de solifluxión: por un lado, la solifluxión «fría», que se asocia cronológicamente a los momentos concomitantes con la glaciación Würm en los Alpes, y por otro, una solifluxión «templada», ni fría ni caliente desde el punto de vista térmico pero originada por las características húmedas del período post-glaciar .

Desde nuestra perspectiva, asumimos una parte de esta opinión, ya que efectivamente, en las vertientes vascas se aprecia una etapa de solifluxión, relativamente reciente y que fosiliza a otras más antiguas. Igualmente, se acepta, sin ningún género de dudas, el carácter «azonal», que bajo condiciones húmedas, preside el origen de los abundantes restos solifluidades de edad «post-glaciar». Sin embargo, lo que no parece tan claro, es que toda la solifluxión antigua haya sido generada bajo ambientes climáticos fríos. La diferencia gen ética entre una solifluxión «fría» y «no fría» resulta en muchos casos algo complicada, si no imposible por procedimientos sedimentológicos. Por esto, hay que actuar con una gran precaución con respecto a las coladas de solifluxión, a la hora de calificar este tipo de depósito como frío o periglaciar. Sobre todo, en una zona como la del País Vasco, donde son tan abundantes los materiales arcillosos, (unos provenientes de arcillas de decalficicación y otros, alimentados por la meteorización de los numerosos estratos argilíticos mesozoicos).

Unicamente pueden ser identificados como proceso ligado al ciclo hielo-deshielo cuando la masa solifuidal comporte algunas peculiaridades que permitan establecer su génesis. El criterio, a mi juicio, más apropiado es el de concretar el espesor de la antigua capa solifluidal; ésta sólo debe comportar una potencia aproximada a la profundidad que alcanzó el hielo en el suelo; con ocasión del deshielo, al sobrepasarse el umbral de plasticidad, toda la masa puede deslizarse vertiente abajo. Por ello, en el País Vasco, cada colada con posible origen frío no debe superar algunos centímetros de espesor. Sin embargo, existen en diversos puntos del término municipal de Oñate y alrededores, materiales antiguos con áspecto solifuidal cuya excesiva potencia, a nuestro juicio, nos ha obligado a dudar, automáticamente, del carácter periglaciar de estas acumulaciones.

Todo esto, no supone que por nuestra parte dudemos absolutamente del origen más o menos frío de todas estas solifluxiones antiguas, sino que con ello se pretende matizar un hecho; y es que no conviene generalizar algunas cuestiones: entre esos materiales que se han atribuido como solifluidales, y además a un momento frío, existen acumulaciones cuyo espesor hacedescartar esta génesis climática y ponerla en relación con procesos azonales, como son los movimientos en masa, que han podido afectar a depósitos coluviales de origen variado. Concluyendo esta consideración diremos que el aspecto de aquellos materiales solifluidales» es, en numerosos casos, muy similar al que ofrecen los deslizamientos actuales, que bajo condiciones nada periglaciares, ni frías, afectan a algunas vertientes del País Vasco.

En resumen, la geomorfología de este dominio peninsular necesita una serie de estudios muy detallados y sistemáticos, con el fin de aumentar las observaciones de HAZERA, SANT ANA AGUILAR y otros, y así, poder clasificar de una manera incuestionable, las numerosas formas y formaciones que han sido dadas como frías y periglaciares de una manera, en algunos casos, exagerada y sin atender a muchos detalles. Igualmente, es necesario dotar a esta zona de una cronología cuaternaria que supere esas tres etapas morfogenéticas, que se han hecho clásicas en casi todos los estudios morfológicos del país: los tiempos preglaciares o villafranquienses, la crisis climática (Günz Würm) y los momentos post-glaciares.

Junto a estas necesidades previas, a la vista de la bibliografía actual sobre esta temática climática, hay que señalar, que si bien los distintos autores que han analizado variados sectores vascos. han hecho hincapié en la existencia de un sistema morfogenético periglaciar, durante algunas etapas del Cuaternario, la realidad es que, caso de existir éste, sus restos han sido los propios de un frío moderado. Este no ha sido capaz de generar más que un corto número de formas (vertientes regularizadas) y una escasa variedad de acumulaciones (grezes, derrubios solifluidales. canchales). Destaca la extraña presencia de formas crioturbadas -propias de suelos helados- en el interior de algunas cuevas del país; sin embargo, estos climas que deberían ser altamente rigurosos (para poder actuar dentro de los sistemas de conducción kárstica de la zona) no han dejado ninguna evidencia de su extremado frío en la superficie.

Ante esta confusa situación, es cuestión previa realizar una profunda revisión de las supuestas huellas glaciares, localizadas en Aralar y Monte Autza, a cotas altitudinales realmente demasiado bajas; igualmente sería de cierto interés extender esta revisión hacia confines más occidentales, concretamente hasta la zona del macizo de Valnera, donde LOTZE ha situado restos glaciares, también a una altitud baja.

El nuevo examen y el estudio sistemático de estas manifestaciones glaciares permitirá fijar el alcance altitudinal de las mismas y de alguna manera, perimitirá localizar altitudinalmente el campo de las posibles acciones periglaciares. Además, hay que determinar la validez de las antiguas observaciones de 110PIS 11ADO en el interior de las cavernas, para poder realmente saber qué tipo de intensidad alcanzaron los fríos en el País Vasco durante el Cuaternario, caso de ser ciertas sus crioturbaciones, o desechar, caso de que no lo sean, definitivamente estas rigurosas acciones periglaciares.

No obstante, y hasta la confirmación definitiva de estos hechos, pienso que las manifestaciones hipogeas no tienen muchos visos de ser reales, como se desprende del gráfico extraído del trabajo de 110PIS (Gráfico 1°), donde el único síntoma de crioturbación que se advierte es la disposición, un tanto anárquica, del eje de mayor longitud de los cantos (1), prevaleciendo los de disposición vertical; no obstante, esta colocación anormal no se encuentra asociada a una forma clara ondulada (festón) o a una cuña. Es posible, que esta anómala disposición esté motivada por algún otro hecho. Además, otro argumento del que dispongo para dudar del origen frío de estas crioturbaciones, es lo que se ha mencionado más arriba: la inexistencia de manifestaciones similares o de igual rango en los depósitos superficiales.

[Leyenda de la figura]

1 : aluvión de cantos de flysch y matriz arenosa potencia visible: 5 m.

1c: mismo aluvión crioturbado (Würm I)

2 : corteza estalagmítica : 0,1 m. potencia

3 : arcillas con lechos delgados de calcita blanca: 1,3 m. 3' : lentejon aluvial

4 : corteza estalagmítica : 0,4 m.

GRAFICO 1º: Corte estratigráfico efectuado en la sala Central de la Cueva de IGITEGI (OÑATE), proximidades del Santuario de Aránzazu (LLOPIS LLADO,1957).

[Figura no incluida en la versión electrónica]

 

Hecha esta aclaración, y en función de un trabajo que ya hemos citado varias veces y que hemos realizado en el sector de Oñate (UGARTE, GONZALEZ MARTIN, ALONSO OTERO, en prensa), nos parece que los fríos que han actuado en el País Vasco no han sido muy acusados y que tan sólo, a lo mejor y excepcionalmente, han revestido un carácter algo acusado, durante una corta secuencia temporal. Esto es lo que se desprende a la vista de la corta variedad de manifestaciones y de los roles tan decisivos y que ya han sido comentados, que juegan la tectónica, la litología y el factor relieve. Las relaciones de los coluvios de ladera con estos condicionamientos estructurales son muy íntimos y ya hemos señalado, como la localización de alguna facies -como es el caso de las grezes litées- está siempre subordinada a la existencia de determinados afloramientos calizos (calizo-margosos). Además, sus lechos nunca se advierten crioturbados, a pesar de la alta susceptibilidad de los mismos a los mecanismos de hielo en el suelo, lo que corrobora el moderado frío que se ha registrado en esta zona peninsular .

Otros depósitos, como las coladas de solifluxión, derrubios supuestamente gelifractos, a partir de afloramientos de flysch, etc. no sirven, en el País Vasco, (como ocurre en tantas otras regiones), para precisar la existencia de un dominio periglaciar, en tanto no se analicen estas formaciones con un gran detalle y de una forma muy minuciosa.

2° Región Cántabro-Astúrica, Galicia y Portugal

A modo de breve resumen podemos comentar que las distintas manifestaciones catalogadas, como frías o periglaciares se remontan como máximo a una edad rissiense. No obstante, en sil mayor parte, los testigos climáticos fríos pertenecen al último período glaciar (Würm).

Otro hecho a señalar es el límite altitudinal tan extraordinariamente bajo que el sistema periglaciar ha alcanzado en este amplio dominio peninsular . Efectivamente, en las inmediaciones de la costa y sobre la rasa cantábrica de Asturias y Galicia se han ubicado numerosos testigos del Würm y en menos proporción del. Riss, cuya presencia denuncia condiciones frías, extremadamente rigurosas, con suelos más o menos permanentemente helados (cuñas de hielo, crioturbaciones etc.). Este límite altitudinal del periglaciarismo en sectores litorales del territorio portugués se mantiene de una manera muy similar; así, la acción pretérita del hielo se ha dejado sentir aquí; no obstante, los ambientes climáticos que evidencian los testigos fríos de las inmediaciones del litoral portugués son bastante más atenuados y no requieren genéticamente, aquellas condiciones tan rudas de la costa asturiano-gallega (depÓsitos crioclásticos, solifluxión, valles suspendidos cubiertos de material gelivado). Sin embargo, a partir de los 300 m. de altitud, comienzan a estar presentes típicas formaciones periglaciares, como es el caso de las grezes litées sobre litología caliza: a la vista de la cartografía que se presenta en este trabajo, sólo la región del Algarve parece haber escapado, por su posición tan meridional, a la acción de los procesos hielo-deshielo.

En el sector interior, y en altitudes moderadas, la ubicación de los fenómenos periglaciares, en Galicia, es bastante menos frecuente y con facies gen éticas también menos rigurosas que en el litoral. Así, las manifestaciones más generalizadas son acumulaciones crioclásticas de fondo de valle, transportadas, fundamentalmente por solifluxión periglaciar, y también de una manera muy esporádica, alguna cuña de hielo o crioturbación.

Esta sorprendente representación de las formas periglaciares en el marco interior, en comparación con el costero, ha sido interpretado para Galicia por NONN, como consecuencia de la acción conjunta de factores litológicos, clim áticos y de otra índole, en un ambiente poco soleado y constantemente húmedo. Esta hipótesis explicaría la eficacia diferencial de un período periglaciar reciente entre las zonas del interior (COQ manifestaciones de escasa entidad debido a un ambiente más soleado y caldeado) y del litoral donde esa variedad de formaciones y formas topográficas estarían condicionadas por los aspectos climáticos comentados por NONN .

En el sector interior de Portugal, ya alturas realmente muy bajas se encuentra el límite de las grezes litées en litología granítica (no comprendemos el uso de esta terminología aplicada a elementos detríticos graníticos, una vez formulada, hace algún tiempo, la definición de grezes litées por GUlLLIEN, donde se especificaba la necesidad de una litología caliza para los fragmentos que integren este tipo de formación coluvial) a unos 400-450 m. A una altitud muy similar (450 m.) se establece por TRICART, el límite inferior de la gelifluxión generalizada, en rocas favorables en el área fronteriza de Valencia de Alcántara.

Otro tipo de manifestaciones frías se ubican, al igual que en el País Vasco, en el interior de las cavernas y cuevas de este dominio. La estratigrafía de sedimentos levantada en diversas cavidades parece evidenciar la existencia de algunos niveles con trazas de paleoclimas con fríos muy rigurosos. Huellas de crioturbación en horizontes rissienses (1 y II) se han mencionado en la Cueva del Castillo, en la provincia de Santander .

Por último, en altitudes propias de montaña, los fenómenos periglaciares pretéritos son muy frecuentes: en las montañas esquistosas de altitud media, las vertientes ofrecen un aspecto reglado. Su perfil actual está motivado, parcialmente, por la acción de un hielo ejercido durante un reciente episodio frío, probablemente con algunas características secas. El origen climático de todas estas acumulaciones sitas sobre litologías favorables a la meteorización, aparece muchas veces como dudoso, ya que las formaciones detríticas con fragmentos esquistosos son poco indicadoras de ambientes climáticos; sin embargo, las trazas de crioturbación, que en ocasiones se advierten en sus lechos, puede caso de ser ciertas, reforzar la hipótesis climática en la génesis de estos coluvios de ladera.

En zonas de alta montaña, cuyas partes culminantes han sido cubiertas por aparatos glaciares, existen dos momentos cronológicos con procesos periglaciares: uno, concomitan1;~ al glaciarismo e instalado por debajo de la frontera altitudinal de las nieves persistentes y otro, de fase inmediatamente posterior, que ha ido ascendiendo en altitud, conforme retrocedían las masas glaciares. Esta última fase, ha dejado una gran variedad de acumulaciones, que por ejemplo en la Sierra de la Estrella fosilizan depósitos de tipo morrénico (1.430-1.550 m.) y en otras zonas, como en los Picos de Europa, se apoyan sobre las formas glaciares. Casi todas estas manifestaciones están integradas por formaciones coluviales más o menos heterométricas. En alguna ocasión, también se cita una morrena periglaciar (en Peña Vieja) y formas poligonales a unos 2.000 m. en las montañas asturianas (proximidades de los puertos de montaña de San Isidro, Vergarada y Pajares).

En lo concerniente a los procesos periglaciares actuales, hay que decir , que éstos son muy escasos y siempre relegados a zonas de mucha altitud: para las zonas gallego-leonesas este límite se ha establecido entre 1.650-1.700 m. A alturas similares (1.750 m.) se sitúa la actual rotura de bloques por el hielo en la Sierra de la Estrella.

A) Región Cantabro-Astúrica

Esta extensa zona ha sido objeto, desde hace ya bastantes años, de una serie de observaciones morfológicas, donde las evidencias periglaciares no pasaron desapercibidas. Basta recordar en este sentido, que antes de la celebración del Congreso Internacional del I.N.Q.U.A. en España (año 1957), manifestaciones periglaciares y de índole fría habían sido expuestas en algunos trabajos españoles (LLOPIS LLADO, 1955; MENENDEZ AMOR, 1950) y extranjeros (GUILCHER, 1955). De indudable valor hay que calificar el traba

jo sintetizado en el Libro-Guía dedicado a esta zona peninsular, con motivo de la excursión realizada a la región cántabro-astúrica (LLOPIS LLADO, 1957); en esta obra se sistematiza por primera vez una serie de formas y acumulaciones periglaciares en este dominio, a la vez que va a servir de impulso para que otros investigadores se lancen a analizar la problemática periglaciar en este sector (HERNANDEZ PACHECO, 1959; MARTINEZ ALVAREZ, 1959, etc.). Posteriormente, los trabajos han sido bastante numerosos ya modo de síntesis vamos a concretar, por un lado, las manifestaciones periglaciares ubicadas en los dominios litorales y por otro, los que se sitúan en las zonas interiores y de montaña.

A1) El sector costero

Todo el sector litoral presenta gran cantidad de testigos periglaciares, desde Castro-Urdiales, en la zona oriental de la provincia de Santander hasta los confines occidentales de la provincia de Oviedo, en Tapia de Casariego.

Las primeras alusiones «periglaciares» encontradas en la bibliografía geomorfológica de la costa cantábrica, aparecen aplicadas a ciertos depósitos muy aristados que se localizan sobre la rasa cantábrica asturiana, entre el Cabo Busto y el cabo Video (LLOPIS LLADO, 1955); igual catalogación recibieron unos conjuntos solifluidales sitos en la playa de La Franca, que se apoyaban sobre sedimentos marinos; aquellas acumulaciones de origen coluvial fueron relacionadas con las coladas de solifluxión existentes en la costa de Corwall y del macizo Armoricano, generadas bajo ambientes periglaciares (GUILCHER, 1955).

Posteriormente, se han puesto en evidencia nuevas manifestaciones periglaciares; las más frecuentes corresponden, en este sector costero, a depósitos crioclásticos, algunos de aspecto estratificado ( «éboulis ordonnés) y otros con elementos caóticos; igualmente abundan los fenómenos y coladas de solifluxión.

Desde una perspectiva cronológica, estas manifestaciones parecen ser , en su mayoría, recientes; de aquí que una edad würmiense aparezca como datación predominante en los trabajos consultados. No obstante, no faltan investigadores que remontan sus observaciones a tiempos más antiguos, concretamente al Riss (MARY, 1972; LLOPIS LLADO, 1955). También existen algunos autores que datan los testigos periglaciares por ellos encontrados, como muy recientes, probablemente en el Tardiglaciar (MARY, 1974) y en el Preboreal (MENENDEZ AMOR, 1950). Así pues, a modo de resumen a la vista de la bibliografía existente, podría considerarse sobre la costa cantábrica tres épocas periglaciares: una antigua o rissiense, otra de edad würmiense y una última, post glaciar .

En cuanto al valor que pudieran tener estas acumulaciones crioclásticas, (desde un punto de vista metodológico para decidir si han existido verdaderamente uno o varios sistemas morfogenéticos periglaciares durante el Cuaternario o si estos depósitos son, solamente, la consecuencia de simples procesos de gelifracción enmarcados en ambientes, mas o menos fríos, pero sin englobarse en un sistema de tal rango), hay que decir, que este valor aludido es muy variable. Una gran cantidad de acumulaciones catalogadas por los distintos autores como periglaciares, parecen haberse liberado a partir de afloramientos esquistosos; su naturaleza litológica no es precisamente una de las más adecuadas para decidir este tipo de cuestiones. No obstante, existen citados depósitos crioclásticos a partir de otros conjuntos petrográficos más aconsejables, como es el caso de cuarcitas, calizas (MARTINEZ ALVAREZ, 1961, etc.); sin embargo, también hay que señalar, que ninguno de los investigadores analiza el posible control estructural, a nivel tectónico, que los citados afloramientos puedan presentar e influir sobre los mecanismos climáticos de fragmentación.

Un testimonio mucho mejor para denunciar las posibles condiciones periglaciares que han reinado en este sector litoral, lo constituye la crioturbación. Este tipo de manifestaciones, típicamente periglaciares, no faltal en la zona y así, han sido localizadas en la zona comprendida entre los cabos Busto y Video (LLOPIS LLADO, 1955) y en las inmediaciones de Castro-Urdiales (GUILCHER, 1972). Su presencia en depósitos cuaternarios, ubicados altimétricamente a pocos metros con respecto al nivel del mar actual, parecen denunciar fríos bastante rigurosos e intensos y confirmar el origen periglaciar de los otros depósitos crioclásticos o solifluidales. No obstante, y sin que yo dude de su génesis climática, la verdad es que estas crioturbaciones están siempre muy vagamente descritas; en ningún caso se precisa la forma y el tamaño de estas crioturbaciones; igualmente, se echa de menos un estudio sedimentológico de las características granulométricas de las fases más finas de los depósitos que contienen formas de crioturbación; por último, ni siquiera, al menos, se describe ante la ausencia de este tipo de estudio sedimentológico, el tipo de matriz fina que envuelve a los fragmentos crioclásticos; tampoco existe la menor alusión a la profundidad a la que se localizan las crioturbaciones y la posición de éstas en una sucesión estratigráfica. Por todo ello y repetimos sin ánimo de duda, no nos queda más remedio que admitir de buena fe, la verosimilitud de tales manifestaciones, que conllevan a la afirmación de paleoclimas verdaderamente fríos en estas zonas bajas de la Península Ibérica.

Una vez señalados estos puntos, podemos pasar a examinar la situación y el tipo de manifestaciones que se han advertido en este sector costero y que desde sus áreas orientales hacia las occidentales son:

-Tramo de costa entre Castro-Urdiales y San Vicente de la Barquera: el litoral de la provincia de Santander presenta, en las inmediaciones de Castro-Urdiales, materiales detríticos crioclásticos que fosilizan retazos marinos atribuídos al «Ouljien» (Riss-Würm); se trata de brechas muy angulosas y homométricas que en buena lógica deben adjudicarse al Würm; en estos testigos se han evidenciado señales de crioturbación (GUILCHER, 1972). En esta misma zona, y a alturas un poco más elevadas (100-400 m.), se han localizado una serie de formas y de acumulaciones que han sido catalogadas como frías, y que incluyen vertientes regularizadas, formaciones de «éboulis» y fenómenos de solifluxión de edad pretérita (HAZERA, 1980).

-Tramo de costa entre San Vicente de la Barquera y el cabo de Peñas: en este tramo hay que mencionar que sobre algunos acantilados de la costa, en las inmediaciones de la localidad de Llanes, se han encontrado y estudiado sendos lechos de turba, en los que se habían interestratificado acumulaciones coetáneas con climas fríos; se trata de coladas de solifluxión, «éboulis» y cuya edad debe ser würmiense (MARY, MEDUS et DELIBRIAS, 1972). Igualmente, sobre los depósitos que se observan en la superficie de la rasa cantábrica de Plana de la Borbolla, ya una altitud de 60-260 m., la utilización de técnicas palinológicas ha revelado una serie de climas fríos y húmedos, cuya datación se remonta a unos 10.000-15.000 años (MENENDEZ AMOR, 1950). También, en el área comprendida entre Ribadesella y Unquera abundan los coluvios con fragmentos muy aristados y de claro origen periglaciar; a estos materiales no se les aplica ninguna cronología, no obstante se les cataloga como más o menos antiguos, en función del grado de cementación que consolida los derrubios (MARTINEZ AL V AREZ, 1961). Por último, el modelado kárstico de este sector de costa asturiana presenta una serie de retoques periglaciares, más o menos intensos; en algunos casos, parece que el desarrollo de algún karst ha coincidido con momentos en los que actuaban intensas condiciones periglaciares (MARTINEZ ALVAREZ, 1965).

-Tramo de costa entre el cabo de Peñas y Tapia de Casariego: las manifestaciones periglaciares son bastante numerosas y así, de nuevo sobre la rasa cantábrica existente entre los cabos de Busto y Video (a la que se aplica una edad Tirreniense), se localizan formaciones solifluidales pertenecientes al Riss y claramente crioturbadas (LLOPIS LLADO, 1955).

Otro tanto presenta la zona litoral situada al W. del río Nalón, donde la rasa se encuentra incidida por una serie de arroyos, en cuyo fondo se han identificado depósitos estratificados ( «éboulis ordonnés» ); estas acumulaciones estarían unidas a un clima periglaciar, relativamente árido, cuya edad sería würmiense y más concretamente tardiglaciar (MARY, 1974) .

Igualmente, en los alrededores de Luarca (cabo Esbarroido) se han analizado formaciones de «head» y coladas de lodo y barro, asociadas a «momentos fríos» del Riss (MARY, 1972). Por último, en la zona más occidental de la costa asturiana, nuevos testigos periglaciares han sido puestos en evidencia y estudiados morfológica y sedimentológicamente; entre estas manifestaciones destacan las acumulaciones periglaciares de fondo de valle, las coladas de solifluxión, heads periglaciares, escombros gravitatorios, valles asimétricos, etc. (ASENSIO AMOR, 1971; ASENSIO AMOR, 1974; ASENSIO AMOR, 1975).

A2) El sector interior

A pesar de la entidad que los fenómenos crioclásticos y otros mecanismos fríos han alcanzado, durante el Cuaternario y los tiempos actuales, en el dominio de la montaña Cantabro-astúrica, la verdad es que hasta el presente, este tipo de manifestaciones no ha sido estudiado de una manera sistematizada: Es por ello, que las observaciones efectuadas hasta el presente revisten un carácter muy fragmentario e imposibilitan la realización de una buena síntesis. Sirva como ejemplo a este respecto, el hecho de que todo el periglaciarismo del área de los Picos de Europa, muy extenso y complejo a simple vista, se resume en una publicación donde solamente se destaca la existencia de unas morrenas periglaciares (HERNANDEZ PACHECO, 1959) y en las observaciones, que con intención kárstica, se han efectuado más recientemente (MIOTKE, 1968). Afortunadamente, en los momentos actuales y aplicando el caso de los Picos de Europa, contamos hoy con una tesis, en vías de finalización, realizada por mi amigo y compañero Manuel Frochoso, donde se espera, que entre otras cosas, pueda resolver la problemática que alcanzan las manifestaciones periglaciares en esta zona montañosa.

Hecha esta pequeña introducción, pasemos a comentar esos fragmentarios datos, a los que hemos aludido anteriormente.

En la provincia de Santander, solamente en la comarca de la Liébana aparecen, sin describirse ni precisarse su altitud, manifestaciones tales como «éboulis», «grezes consolidadas» y «pied de vaches» (BERTRAND, 1964). Formas crioturbadas sobre podsoles han sido identificadas por edafólogos, en algunas zonas de altitud de esta provincia, tales como en el Monte Ibio y zonas inmediatas del puerto de Lunada (GUITIAN OJEDA et al., 1968).

En la zona de Peña Vieja, en los Picos de Europa, se han señalado hacia 1.800 m., numerosas acumulaciones morrénicas, que al situarse al pie de neveros permanentes, recibieron la catalogación de «periglaciares» (HERNANDEZ PACHECO, 1959); en este trabajo se precisa que, desde un punto de vista cronológico, estas morrenas periglaciares pertenecen a un período muy reciente, utilizando el autor la expresión de «francamente histórico».

Otras zonas de montaña, como los alrededores de los puertos de San Isidro, Vergarada, Tarna, Pajares, etc. presentan una gran cantidad de formas y acumulaciones periglaciares; éstas se apoyan en muchos casos sobre una topografía glaciar, lo que sugiere una edad bastante reciente para estas manifestaciones. Los depósitos más antiguos corresponden a conjuntos coluviales con lechos estratificados «éboulis ordonnés», «grezes litées»); éstos se apoyan directamente sobre las formas glaciares de edad würmiense (MARTINEZ ALV AREZ, 1959). A una generación mucho más reciente se vinculan otros fenómenos, tales como las crioturbaciones, que afectan a algunos suelos de la zona, así como ciertas formas poligonaloides, que modifican o se apoyan directamente sobre la topografía actual o subactual (MARTINEZ AL V AREZ, 1959).

Posteriormente, se complementó este trabajo anterior, incorporando nuevas observaciones sobre las manifestaciones periglaciares del sector montañoso más occidental de Asturias (proximidades de las localidades de Boal, Grandas de Salime, Oballo, Pesoz, Doiras, etc.). Esta zona presentaba los mismos tipos de formas y acumulaciones, si bien, al analizarse las acumulaciones estratificadas se matiza un hecho de valor cronológico: un distinto grado de antigüedad (sin concretarse ninguna edad) para aquellas acumulaciones estratificadas notablemente alteradas o sin señales de alteración (MARTINEZ-ALVAREZ,1965).

También, constatar, en los límites occidentales de la provincia de Oviedo y concretamente en el valle de Porcia, la existencia de depósitos estratificados de vertiente, solifluxión, valles disimétricos, etc. (ASENSIO AMOR y GOMEZ MIRANDA, 1979).

Por último, y al igual que en otras zonas peninsulares, han sido detectadas huellas de crioturbación en los sedimentos hipogeos de las cavernascantabro-astúricas. De esta manera, fenómenos de crioturbación han sido al parecer constatados en los niveles Riss I y Riss II de la Cueva del Castillo, en los Alrededores de Puente Viesgo en la provincia de S'antander (FERNANDEZ GUTIERREZ, 1969). Igualmente, la Cueva del Pindal parece presentar idéntico tipo de manifestaciones (LLOPIS LLADO, 1957), lo que sugiere la existencia de rigurosísimos fríos en el exterior .

B) Galicia y Portugal

En el territorio gallego y portugués se han citado y estudiado numerosos testimonios de índole periglaciar; el hecho quizás más interesante a comentar, sería la gran variedad existente de formas y acumulaciones. Así, en la Galicia litoral e interior, y por citar un ejemplo, se han reconocido cuñas de hielo, crioturbaciones, fenómenos de solifluxión, acumulaciones periglaciares de fondo de valle, depósitos de tipo «head periglaciar», «block-stream», «grezes litées», así como, valles disimétricos, vertientes rectilíneas, valles suspendidos rellenos de materiales gelifluidales, etc.

Otro hecho interesante, se advierte a nivel de cronología. Salvo alguna que otra excepción, que cataloga sus observaciones como datables del Cuaternario medio (BIROT et SOLE SABARIS, 1954) o del Riss (FERREIRA, 1971), casi todos los investigadores insisten y coinciden en una datación de edad würmiense para los testigos periglaciares por ellos estudiados; incluso alguno señala que sobre el territorio portugués, no ha existido más que una sola época fría, de edad muy reciente (würmiense), si bien ésta ha podido revestir varias fases (DA VEAU, 1977).

Al igual que se ha hecho en la zona Cantabro-astúricil, se van a examinar , por un lado, las manifestaciones en el dominio de la costa gallega y portuguesa, y por otro, en las zonas del interior y de montaña.

B1) La franja litoral

Toda la zona costera está salpicada de abundantes testigos fríos y periglaciares, a excepción del litoral de la zona portuguesa del Algarve, donde no hay ninguna cita relacionada con ambientes gen éticos fríos. Así pues, estas manifestaciones jalonan la franja litoral y en algunos sectores gallegos, como es el caso de la costa lucense, han sido muy bien analizados y estudiados (ASENSIO AMOR y NONN, 1964), (ASENSIO AMOR, 1971, 1974 y 1975). Otra área bien trabajada fué la que sirvió de objeto para una tesis de la Universidad de Estrasburgo (NONN, 1966). Los testimonios periglaciares tampoco faltan en la costa portuguesa, siendo los más meridionales, los que se sitúan en los alrededores de Lisboa (GUILCHER, 1949).

En la costa de este dominio peninsular destaca la rigurosidad que han debido alcanzar los fríos cuaternarios. Esta es la opinión que se desprende a la vista de la localización de testigos tan rigurosos, como son las cuñas de hielo. Efectivamente, éstas han sido señaladas sobre los depósitos sitos sobre la rasa cantábrica de la provincia de Lugo y relacionadas con el Würm (ASENSIO AMOR, 1971); idéntica forma se ha advertido en la zona de Burela, donde acumulaciones instaladas en el mismo emplazamiento morfológico (la rasa) ofrecen trazas de crioturbación y también cuñas de hielo; la edad de estas manifestaciones sería Würm 1I1 (DELIBRIAS, NONN et V AN CAMPO, 1964).

Acompañan a estas formas, propias de fríos muy intensos, una serie de acumulaciones crioclásticas, genéticamente relacionadas con la solifluxión würmiense y recubren en ocasiones formaciones marinas, como acontece en los alrededores de Ribadeo (BIROT et SOlE SABARIS, 1954); también existen otros depósitos, de similar origen y edad, que se asocian a vertientes convexo-cóncavas, a valles disimétricos o a zonas de fondo de valle (ASENSIO AMOR, 1971 y 1975 y NONN, 1960).

En el litoral portugués, y salvo en la región del Algarve como ya hemos comentado, son observables huellas de gelifracción pretéritas hasta el mismo borde del mar (DAVEAU, 1973). Sin embargo, las manifestaciones parecen ser mucho más atenuadas que en la zona gallega: no se ha señalado ninguna forma de crioturbación en ambientes litorales de Portugal. Los testigos de climas fríos se reducen a unas formaciones compuestas por derrubios gelifractos würmienses interestratificados en el interior de un conjunto de arenas eólicas, sitas en el cabo Mondego (SOARES DE CARV ALBO, 1964) ya la presencia de unos valles suspendidos 30-35 m. sobre el mar, recubiertos por coladas de solifluxión periglaciar (GUILCBER, 1949). Estos valles, a la vista de su descripción, son muy semejantes a los ubicados en el litoral de la Bretaña francesa y. análogos a las vallonadas abiertas por pequeños arroyos sobre la rasa cantábrica de la provincia de Lugo, rellenas por abundantes coladas de solifluxión y estudiados hace unos años (ASENSIO AMOR, 1974).

B2) Las zonas del interior

En las zonas más elevadas del territorio gallego y portugués se ha instalado durante el Würm una importante masa de hielo que ha originado sendas formas y acumulaciones glaciares. Concomitantemente, y por debajo del límite altitudinal de las nieves persistentes, se ha desarrollado una morfogénesis periglaciar que ha motivado la aparición de extensas acumulaciones de tipo crioclástico que han regularizado las vertientes en el mundo de la montaña (DAVEAU , 1977). No obstante, parece existir otra fase, algo más reciente como se constata por el hecho de que en la Sierra de la Estrella acumulaciones de tipo morrénico han sido a su vez cubiertas por depósitos de ladera con elementos gelifractos (DAVEAU, 1973).

En otras áreas montañosas donde faltan los vestigios glaciares, es muy difícil determinar si la edad de las acumulaciones crioclásticas coincide con el momento de máximo glaciar o con momentos posteriores. Lo lógico sería pensar que en las zonas bajas, los atenuados mecanismos crioclásticos puestos en evidencia en la costa portuguesa, por ejemplo, deberían estar en relación con los momentos más rigurosos del máximo glaciar. No obstante, esta opinión I!1ía no es compartida por algunas observaciones realizadas (DAVEAU , 1977), en las que se llega a afirmar, que los testigos gelifractos del litoral portugués corresponden a un episodio frío y seco, cronológicamente de edad más reciente que el máximo glaciar. A esta consideración se impone una pregunta ¿Por qué los fríos intensos del máximo glaciar no han generado, en la costa portuguesa, ningún tipo de evidencia paleoclimática más rigurosa, que la atenuada crioclástia a la que aludíamos antes? .Sea cual sea la respuesta, lo claro es que en esta síntesis, nos va a ser imposible identificar esas dos generaciones würmienses, y por ello vamos a destacar:

-En la zona montañosa gallega de Cabeza de Manzaneda (Sierras de Queixa, San Mamade, Das Corzas, etc.), los mecanismos periglaciares würmienses han actuado. diferencialmente, en función del roquedo, del grado de exposición, de la topografía, etc. (PEREZ ALBERTI, 1979). Así, en algunas zonas favorables de este sector, depósitos coluviales asociados a vertientes rectilíneas son visibles hasta una altura de 400 m. (PEREZ ALBERTI, 1979). Igualmente, en el conjunto de Cabeza de Manzaneda se han señalado fenómenos de crioturbación en algunos perfiles edáficos (GUITIAN OJEDA y CARBALLAS, 1968). También en el área montañosa de la Sierra de Jures ya alturas comprendidas entre 1.500700 m. se han señalado formaciones de «blockstream» en litología granítica y brechas estratificadas; su edad sería würmiense (SCHIMDT-THOME, 1978).

-En zonas gallegas más bajas, hay que constatar primero, que en el interior de algunos valles, como es el caso del Sil, un estudio palinológico ha denunciado condiciones climáticas frías durante el Cuaternario medio (BIROT et SOlE SABARIS, 1954); igual comentario para el valle del río Masma (lugo) donde se ha señalado la existencia de acumulaciones periglaciares de fondo de valle (600-400 m. de altitud), pero vinculadas a una etapa würmiense (ASENSIO AMOR, 1971). En segundo lugar, constatar en estas zonas no montañosas, la presencia de numerosas crioturbaciones, como las citadas en Abadin (lugo), Puentes de García Rodríguez (la Coruña) (GUITIAN OJEDA y CARBAllAS, 1968), o los festones de crioturbación sitos a 500 m. y visibles en un cono de edad pre-rissiense, en las inmediaciones del km. 555 de la carretera Madrid-la Coruña (NONN et TRICART, 1960).

-En Portugal, la zona mejor caracterizada por la presencia de materiales periglaciares es, sin duda, la Sierra de la Estrella. En este bloque montañoso, el límite de las riieves perpetuas durante el Würm se fijó hacia los 1.600 m. (BROSCHE, 1971). Esta fase de frío reciente ha generado las huellas glaciares impresas en el roquedo de la Sierra de la Estrella. Concomitantemente al desarrollo de estas formas glaciares se formaron numerosas acumulaciones coluviales de origen crioclástico, que siguieron actuando durante los momentos postglaciares, como lo demuestra el hecho de que formaciones de bloques periglaciares fosilicen conjuntos morrénicos de la zona (DAVEAU, 1973). Igualmente, se han señalado en este área suelos de estructura poligonal de «edad reciente» (BROSCHE, 1971).

Esta morfología periglaciar aparece en otros sectores del Sistema Central portugués y así, las vertientes de las montañas esquistosas ofrecen un aspecto muy regularizado y generado por acciones crioclásticas que han sido muy activas hasta 800 m. (DAVEAU, 1977). Este modelado se ha ejercido durante los fríos würmienses, y es probable que también hayan intervenido ambientes de carácter seco. la mayor parte de estos conjuntos detríticos corresponden a acumulaciones de tipo «éboulis», y muestran lechos en los que alternan materiales finos y menos finos; la existencia de trazas de crioturbación en algunos de estos lechos refuerza la hipótesis climática de estos coluvios (DA VEA U , 1973).

Fuera del dominio de la montaña portuguesa, en zonas bajas constituídas por otras litólogías, se han identificado grezes en altitudes realmente muy bajas (320 m. en los alrededores de la localidad de Aldea de Molianos). Igualmente, se ha constatado la existencia de unas extrañas grezes, formadas por elementos crioclásticos graníticos, a alturas próximas a 400-450 m.

Por último, ya pesar de las opiniones de la profesora DAVEAU con respecto a la existencia de una sola fase fría y de edad würmiense, se ha señalado en el reborde occidental de la Meseta de Longroiva (FERREIRA, 1971), la presencia de acumulaciones asociadas a períodos fríos; unas, de tipo gelifluidal, son identificadas como rissienses y otras, de tipo brechoide, son asociadas al Würm. Finalmente, en la frontera portuguesa-española, concretamente en la zona de Valencia de Alcántara, ya unos 450 m., se ha establecido ellímite inferior de la gelifluxión generalizada en rocas favorables (TRICART , 1966).

3°) BIBLIOGRAFIA

ASENSIO AMOR, I. y NONH, H.

Materiales sedimentarios de terrazas fluviales.

 

Est. Geogr., 1964, no 96, pp. 319-341

 

Región: Galicia y Asturias

Localización de las observaciones: valles de los ríos Eo, Masma, yOro.

Procesos de tipo: periglaciar

Edad:

Manifestaciones señaladas: acumulaciones periglaciares de fondo de valle.

Comentario: Un estudio sedimentológico realizado en las terrazas de los ríos Eo, Masma y Oro ha puesto en evidencia la acción de fenómenos periglaciares que han contribuído en el suministro de materiales a las acumulaciones fluviales de estos tres ríos.

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ASENSIO AMOR, I.

Fenómenos periglaciares en la zona litoral Galaico-Astúrica

Est. Geogr., 1971, T. XXXII, n° 122, pp. 113-118

Región: Galicia y Asturias

Localización de las observaciones: NE. provincia de Lugo y NW. provincia Asturias.

Altitud: próxima al nivel del mar

Edad: Würm

Procesos de tipo: periglaciar

Manifestaciones señaladas: solifluxión, grietas en forma de cuña, escombros gravitatorios, formaciones eólicas, vertientes convexo-cóncavas, valles asimétricos, rotura de cantos, etc.

Comentario: el autor realiza un breve repaso a los diversos fenómenos que de índole periglaciar han sido señalados por la bibliografía anterior a 1971 para esta zona del Norte de España. A estas manifestaciones se añaden sus nuevas observaciones personales.

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ASENSIO AMOR, I.

Contribución al estudio morfodinámico de la cuenca del Masma.

Est. Geol., 1971, XXVII, pp. 475-485

Región: Galicia

Localización de las observaciones: prov. de Lugo, cuenca del río Masma.

Altitud: 600-400 m.

Edad: Würm

Procesos de tipo: periglaciar

Manifestaciones señaladas: acumulaciones periglaciares de fondo de valle.

Comentario: la carga aluvial de los sectores finales de los tributarios que comprenden la cuenca del río Masma tiene por característica general una composición granulométrica bastante homogénea. No obstante, en el tramo de cabecera (Balilia, Estelo, Cabanas) tal composición pasa a ser más heterométrica. Este hecho viene motivado por la entrada en el cauce de arrastres procedentes de derrubios de ladera formados por bloques de granito. Estas formaciones sugieren un carácter periglaciar y su edad debe estar en relación con los últimos períodos fríos del Würm.

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ASENSIO AMOR, I.

Contribución al estudio de acciones periglaciares en el límite Galaico-Astur

Bol. Inst. Est. Asturianos, 1974, n° 83, pp. 805-809

Región: Galicia -Asturias

Localización de las observaciones: sector NE de la provincia de Lugo y NW de la de Asturias.

Altitud: próxima al nivel mar

Edad: Würm

Procesos de tipo: periglaciar

Manifestaciones señaladas: gelivación, coladas de solifluxión, etc.

Comentario: El contenido de esta comunicación aborda el análisis de diversos fenómenos de origen periglaciar, así como de las modificaciones que han sufrido algunas acumulaciones periglaciares, posteriormente.

Sobre la morfología de la rasa cantábrica se localizan abundantes coladas de solifluxión en las vallonadas abiertas por los pequeños arroyos que descienden de los relieves próximos a la costa. El arrastre de estos materiales ha sido motivado por la solifluxión. Cronológicamente, estafase fría, caracterizada por estos fenómenos de gelivación y de solifluxión, se sitúa en el Würm.

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ASENSIO AMOR, I.

Morfología del frente costero en el límite galaico-astur .

Bol. Inst. Est. Asturianos, 1975. n° 84-85, pp. 347-357.

Región: Galicia -Asturias

Localización de las observaciones: proximidades de Ribadeo y Castropol.

Altitud: próxima nivel mar

Edad: Würm

Procesos de tipo: periglaciar

Manifestaciones señaladas: gelivación, solifluxión, «head periglaciar" .

Comentario: La morfología de la costa, así como la de los relieves próximos a ella denotan la acción paleoclimática de fenómenos propios de frío intenso (periglaciares), donde la gelifracción y la solifluxión conjuntamente han generado numerosos depósitos detríticos.

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ASENSIO AMOR, I. y GOMEZ MIRANDA, M.j.

Acumulaciones detríticas periglaciares del occidente asturiano.

II Coloquio Ibérico de Geografía. Lisboa 1980. Centro de Estudios Geográficos, (en prensa).

 

Región: Asturias

Localización de las observaciones: valle del Porcia y del Suarón.

Altitud:

Edad:

Procesos de tipo: periglaciares

Manifestaciones señaladas: solifluxión, suelo helado, «grezes litées", «groizes", gelifluxión, macrogelifracción

Comentario: La cuenca vertiente del Porcia presenta en sus sectores culminantes una serie de manifestaciones periglaciares. Entre estas se advierten conjuntos estratificados de vertiente, a los que se aplica el término de «grezes litées", a pesar de la naturaleza esquistosa de los fragmentos. Asociados a esta variedad de acumulaciones de ladera existen otros vestigios que hacen suponer la existencia de manifestaciones generadas por ambientes climáticos con fríos rigurosos e intensos.

Así, los procesos de hielo-deshielo han liberado una gran cantidad de materiales de los afloramientos rocosos; estos han sido arrastrados por procesos de arrollada difusa y solifluxión, hacia las partes bajas de las vertientes; como consecuencia de estos hechos se han generado glacis de erosión y de tipo mixto, así como acumulaciones coluviales amorfas que han col matado el fondo de los valles.

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BERTRAND,G.

Esquisse biogéographique de la Liébana (Massif Cantabrique, Espagne). La dynamique actuelle des paysages.

Rev. Geogr, Pyr. et S.O., 1964, t. XXXV, pp. 225-262

Región: Sistema Cantábrico

Localización de las observaciones: Provincia de Santander, La Liébana, valle del Deva.

Altitud:

Edad:

Procesos de tipo:

Manifestaciones señaladas: «pieds de vaches», éboulis actifs, couloirs d'avalanches actifs, grezes cimentées.

Comentario: En este trabajo se abordan contenidos de carácter biogeográfico sobre los diferentes aspectos que presenta el paisaje vegetal de este sector de la Cordillera Cantábrica. Sin embargo, su inclusión dentro de esta bibliografía está motivada por la presencia de algunas formas y acumulaciones (tradicionalmente generadas por los procesos periglaciares) que se encuentran representados en la Cartografía final, así como en la Figura 7 en la que se refleja un esbozo sobre la erosión actual de la zona.

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BIROT, P. et SOLE SABARIS, L.

Recherches morphologiques dans le NW. de la Peninsule Iberique.

Memoires et Documents, C.N.R.S., 1954, T. IV, pp. 9-61

Región: NW. de la Península

Localización de las observaciones: diversos sectores de este área peninsular.

Altitud: variable

Edad: Cuaternario reciente y medio

Procesos de tipo: frío

Manifestaciones señaladas: éboulis y solifluxión.

Comentario: en este amplio trabajo geológico y geomorfológico se sitúan algunos fenónemos de índole fría y repetidamente tachados de periglaciares (por ejemplo pág. 44).

En el valle del Miño se establece una fase fría perteneciente al cuaternario medio donde el análisis polínico ha dado como resultado la existencia de una vegetación arbórea de Pinus Sylvestris, Castanea y Betula.

Por otra parte, en los alrededores de Ribadeo, al sur de Rinlo, se menciona una formación marina cubierta por elementos angulosos no estratificados, a los que se interpreta genéticamente ligados a procesos de solifluxión con motivo de la última fase glaciar .

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DAVEAU, S.

Quelques exemples d'evolution quaternaire des versants au Portugal.

Finisterra, 1973, t. VIII, n° 15, pp. 5-47.

Región: Portugal

Localización de las observaciones: diversos lugares y parajes de las zonas del interior y marítima del país.

Altitud: variable

Edad: reciente

Procesos de tipo: periglaciar y frío

Manifestaciones señaladas: gelifracción, «grezes granitiques», «grezes litées», «manteau de blocs», etc.

Comentario: a la vista de este amplio y minucioso trabajo, parece evidente que el hielo ha jugado un papel altamente efectivo en la evolución morfológica de casi todo el territorio portugués; sólo parece haber escapado de su acción la zona del Algarve, en el sur del país. Sus testimonios están compuestos por una amplia variedad de acumulaciones, algunas de claro origen periglaciar. Estas manifestaciones muestran una edad muy reciente, dado que mantienen buena parte de sus originales posiciones sobre las vertientes y no han sufrido más que una escasa o nula alteración edáfica.

Entre las zonas mejor analizadas, destacan:

1) La Sierra de la Estrella: sobre sus vertientes es indudable la acción de los procesos periglaciares. Se citan varios lugares (1.430 m. y 1.550 m.) donde se observa que los depósitos de origen morrénico han sido a su vez cubiertos por acumulaciones de ladera, compuestas por arenas y bloques de granito dispuestos paralelamente a la vertiente. No obstante, la gelifracción würmiense se ha ejercido en zonas del sector por debajo de los 500 m. , citándose varias formaciones de «grezes» en granito, con fragmentos de 1-2 cm. observados en parajes situados entre 450 y 400 m.

2) La montañas de esquistos de la Cordillera Central: las grandes vertientes de este sector, litológicamente representada por esquistos paleozoicos, ofrecen un aspecto reglado. Su perfil actual está motivado, esencialmente a la acción del hielo ejercida durante un episodio frío, probablemente de carácter seco.

La mayoría de los depósitos de la zona presentan la típica alternancia de lechos más o menos clasificados y finos que caracteriza a las acumulaciones de «éboulis». El origen climático de estas formaciones detríticas esquistosas, generalmente poco indicadoras de ambientes climáticos, está asegurado por la diferente composición granulométrica que estas acumulaciones ofrecen en función de la exposición de las vertientes sobre la que se encuentran instaladas; igualmente la presencia de trazas de crioturbación en los lechos de estos depósitos refuerza la hipótesis climática de estos coluvios de ladera.

3) La franja litoral: el estudio sobre el terreno de todo este amplio sector vuelve a evidenciar la acción pretérita con la que el hielo ha actuado en zonas como el litoral, que no registran en la actualidad casi ninún día de helada al año. Efectivamente, salvo en el Algarve, huellas de gelifracción son observables incluso hasta el borde del mar. Acumulaciones de grezes, esta vez sobre litología caliza, se localizan hasta límites altitudinales realmente bajos (320 m. en la aldea de Molianos, 39° 31, N.).

Como conclusión, parece poder pensarse que las zonas elevadas de portugal han conocido durante el Würm un largo período frío, mientras que las zonas más bajas han estado sometidas, durante esta época, a una serie de fases alternantes frías y secas con otras de carácter más húmedo. Igualmente es de destacar que la idea sostenida por Guillien sobre la existencia de una pulsación seca del clima costero y de un claro enfriamiento de la superficie oceánica durante el Würm parece ser evidente. Los trabajos de Nonn sobre la región costera de Galicia y la serie de manifestaciones estudiadas en este trabajo parecen confirmar la hipótesis de Guillien.

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DAVEAU, S.

Note sur les pheitomenes periglaciaires observés au Portugal.

Notes et Comp. Rend. Groupe Trav. Regionalis. du Periglac. Strasbourg 1974, pp. 81-82

Región: Portugal

Localización de las observaciones: diversos lugares de las regiones litorales e interiores de este país.

Altitud: variable

Edad:

Procesos de tipo: periglaciar

Manifestaciones señaladas: gelifracción, grezes, solifluxión, etc.

Comentario: las observaciones presentadas en esta comunicación a este seminario celebrado en Strasbourg son un resumen de un extenso artículo de la misma autora no publicado en la fecha de celebración de esta reunión. (4)

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DAVEAU, S.

L 'evolution géomorphologique quaternaire au Portugal. Principaux aspects et problemes posés par son étude .

Linha de Acçao de Geogr. Fisica, Centro de Estudios Geográficos Lisbonne, 1976, relatorio n° 6,30 pago

Región: Portugal

Localización de las observaciones:

Altitud:

Edad:

Procesos de tipo:

Manifestaciones señaladas:

Comentario: la dificultad de acceder a esta publicación portuguesa nos ha impedido efectuar un comentario de este trabajo.

 

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DAVEAU, S.

Le periglaciaire d ' altitude au Portugal

ColIoque sur le periglaciaire d'altitude du domaine mediterranéen et abords. Strasbourg 12-14mai 1977, Assoc. Geogr. d'AIsace, 1978, pp. 63-75. Región: Portugal

Localización de las observaciones: diversos lugares de este país.

Altitud: variable

Edad: Actual Würm

Procesos de tipo: periglaciar

Manifestaciones señaladas: gelifracción, solifluxión, etc.

Comentario: en esta comunicación al Coloquio sobre el periglaciarismo de altitud mediterráneo, la autora prosigue la línea de anteriores trabajos sobre la importancia de la acción de los procesos hielo-deshielo, en la evolución cuaternaria de algunas regiones portuguesas.

Para ello, parte de un estudio sobre las características climáticas actuales del hielo, estudiando las temperaturas registradas durante el período 19311960. Estas han sido obtenidas convencionalmente (altura de 1,5 m./suelo y termometreo resguardado) por el Servicio Meteorológico Nacional Portugués. Los resultados de este análisis se pueden concretar en el escaso número de días que con hielo se registran actualmente en todo el país. Este número oscila entre 0 y 20 días en las zonas de baja altitud y litorales, alcanzándose la cifra de 66 días en el observatorio de Pehnas Douradas a 1.383 m. de altitud.

Este hecho condiciona a los fenómenos periglaciares actuales y los limita a una somera actuación superficial del hielo sobre el suelo, en forma de «pipkrakes» en las zonas de altitud moderada. En lo que respecta a las zonas comprendidas altitudinalmente entre 800 y 1.600 m. , la acción geomorfológica del hielo no tiene apenas significación actualmente. Sin embargo, a partir de 1.750 m. (sierra de la Estrella) la fragmentación de bloques se manifiesta frecuentemente en nuestros días, al igual que una solifluxión «sous gazon» bastante activa y funcional. Por ello, sólo en las cimas de la sierra de la Estrella existen, en la actualidad, procesos periglaciares lo suficientemente activos como para imprimir su acción de una manera perceptible en el paisaje.

Respecto al modelado periglaciar no actual, este es apreciable sobre las regularizadas vertientes del país, a partir de 700-800 m. , aunque a veces favorecido por la naturaleza altamente gelivable de algunas litologías, como es el caso de los esquistos. Igualmente, se aprecian huellas de carácter frío en las zonas litorales del país .

las observaciones de campo en la sierra de la Estrella hacen evidente la presencia de unos depósitos de pendiente periglaciares que son contemporáneos de la glaciación que ha afectado a esta zona. Otras acumulaciones de igual naturaleza son de edad más reciente. Este hecho parece sugerir, coincidiendo con otros estudios, que el momento de regularización de las vertientes en las zonas de montaña puede ser concomitante del máximo glaciar, mientras que el periglaciarismo que ha afectado a las zonas de baja altitud y próximas a la costa correspondería un episodio seco, cronológicamente, de edad más reciente .

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DAVEAU, S.

Lévolution geomorphologique quaternaire au Portugal. Principaux aspects et problemes posés par son étude.

Recherches Franc. sur le Quatem. I.N.Q.U.A. 1977, supplément au Bull. Assoc. Franc. Etude Quatern. 1977, n° 50, pp. 11-21

Región: Portugal

Localización de las observaciones: distintas zonas portuguesas (Sierra de la Estrella, sector central Portugués, áreas del litoral, etc.).

Altitud: variable

Edad: Cuaternario reciente

Procesos de tipo: frío

Manifestaciones señaladas: gelifractos, vertientes regularizadas.

Comentario: En este trabajo, se pretende dar una amplia visión de conjunto sobre el estado en el que se encuentra el conocimiento sobre distintos aspectos geomorfológicos del país vecino. Entre la variada problemática, también se analiza el papel de las manifestaciones frías, si bien y de acuerdo con las conclusiones de la autora en otros trabajos, se reafirma la existencia de una sola fase fría en Portugal, y de edad bastante reciente; por el contrario, en el Cuaternario antiguo, este dominio peninsular tan sólo parece haber conocido alternancia de períodos húmedos y semi-áridos de tipo contrastado, aunque sin apenas intervención fría.

Con respecto a la fase reciente de tipo frío, se señala que esta ha generado las huellas glaciares impresas en el roquedo de la Sierra de la Estrella y una gran variedad de formas y acumulaciones que son visibles hasta 800 m. en las vertientes de la zona central portuguesa, sector noroeste, e incluso en las áreas litorales.

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DELIBRIAS, G., NONN, H. et VAN CAMPO, M.

Age et flore d 'un depot périglaciaire reposant sur la «rasa» cantabrique pres de Burela (Galice), Espagne.

C. R. Acad. Sc. Paris 1964, T. 259, pp. 4.092-4.094

Región: Galicia

Localización de las observaciones: provincia de Lugo, término municipal de Burela, depósito sobre la rasa cantábrica.

Altitud: próxima al nivel del mar

Edad: Würm III

Procesos de tipo: periglaciar

Manifestaciones señaladas: cuña de hielo, crioturbaciones.

Comentario: El análisis polínico efectuado sobre horizontes humíferos de una acumulación detrítica que recubre la rasa cantábrica occidental, ha permitido precisar las condiciones climáticas que intervinieron en la génesis del depÓsito, así como su edad (mediante Carbono 14) y tipo de sedimentación.

Del nivel de turba superior de esta acumulación, que se encuentra fosilizado por 2 m. de derrubios torrenciales, se ha obtenido una edad 13.600 ≡ 450 años que los autores relacionan con el Würm III. El espectro polínico realizado en el mismo nivel denuncia ambiente climático frío (gramíneas, pino silvestre etc.). Igualmente se señala la presencia de «fentes-en coin» y de movimientos de crioturbación típicas de condiciones periglaciares que indican que el litoral norte de Galicia ha participado al final del Würm de un acusado dominio periglaciar .

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FERNANDEZ GUTIERREZ, J. C.

Nota sobre la estratigrafía desconocida de la caverna del Castillo (Puente Viesgo-Santander). Su cronología y enclave paleogeográfico.

Bol. R. Soc. Esp. Hist. Nat., 1969, 67, pp. 5-33

Región: Cantábrica

Localización de las observaciones: prov. de Santander, Puente Viesgo (SE. de Torrelavega).

Altitud:

Edad: Riss I y II

Procesos de tipo: frío

Manifestaciones señaladas: crioturbación

Comentario: al revisarse la estratigrafía de sedimentos de esta importante estación paleolítica aparecen en algunos niveles trazas de paleoclimas con fríos muy rigurosos. Efectivamente, son detectadas huellas de crioturbación en horizontes pertenecientes al Riss I y II, si bien el autor entiende estas formas «en un sentido amplio» que por nuestra parte no acertamos a comprender.

A pesar de esto y siguiendo las opiniones del autor las crioturbaciones de estos sedimentos están relacionadas con momentos de frío muy intenso con la consiguiente desaparición de agua líquida de la caverna. Este hecho es excepcional si tenemos en cuenta los escasos testigos que de crioturbaciones presentan las cuevas de nuestras latitudes, excepción hecha de la localizada por el profesor Llopis (5).

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FERREIRA, A.

O rebordo ocidental da meseta e a depressao tectónica da Longroiva.

Finisterra, 1971, n° 12, pp. 196-217

Región: Portugal

Localización de las observaciones: sector comprendido entre la Cordillera Central y el río Duero, depresión de Longroiva.

Altitud:

Edad: Riss y Würm

Procesos de tipo: frío

Manifestaciones señaladas: crioclastia, brechas, gelifluxión.

Comentario: se analizan en este artículo las características geológicas y morfológicas de esta zona portuguesa de la Meseta.

Sobre el terreno, se comprueba la existencia de acumulaciones asociadas a períodos fríos del Cuaternario. Entre ellos, se distingue una fase de gelifracción intensa con abundantes procesos de gelifluxión cuya edad se sitúa en el Riss. A otro momento crioclástico generador de acumulaciones de brechas-,-se le identifica como de edad Würm.

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GRUPO ESPELEOLOGICO VIZCAINO

Observaciones preliminares sobre el macizo kárstico de ltxina. -Macizo del Gorbea (Vizcaya).

Kobie, 1971, Bol. n° 3, pp. 9-56. Bilbao

Región: País Vasco

Localización de las observaciones: Macizo montañoso del Gorbea (1.300 m.), en el límite provincial Vizcaya-Alava.

Altitud:

Edad:

Procesos de tipo: frío

Manifestaciones señaladas: fenómenos de gelifracción, criocanchales.

Comentario: En este trabajo se realiza una serie de interesantes observaciones sobre la morfología kárstica de este sector montañoso. Junto con una detallada descripción geográfica se levanta un catálogo de cavidades y formas. Entre algunos rasgos morfológicos generales, no especificamente kársticos, se señala la existencia de derrubios, fenómenos de gelifracción y criocanchales sobre las vertientes de estos parajes; no se hace ningún tipo de consideración a estos fenómenos de rango frío.

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GUILCHER, A.

Sur les vallons cotiers suspendus des environs de Lisbonne elleurs analogies avec ceux du littoral breton.

C. R. Acad. Sc. Paris, 1949, t. 228, pp. 1.512-1.514.

Región: Portugal

Localización de las observaciones: sector de costa en los alrededores de Lisboa.

Altitud: 3035 m.

Edad:

Procesos de tipo: presumiblemente periglaciares

Manifestaciones señaladas: valles suspendidos colmatados por coladas de solifluxión.

Comentario: Se establece cierto paralelismo entre los valles suspendidos de este sector de la costa portuguesa y los que se encuentran en la costa bretona, cuyo fondo ha sido cubierto por coladas de solifluxión periglaciar. Idéntico planteamiento nos sugiere el autor de esta nota, en lo que concierne a la génesis que ha presidido la colmatación de los valles suspendidos portugueses de los alrededores de Lisboa.

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GUILCHER, A.

La plage ancienne de La Franca (Asturies).

C. R. Acad. Sc. París, 1955, t. 241, pp. 1.603-1.605

Región: Asturias

Localización de las observaciones: Bahía de La Franca

Altitud: próxima al nivel del mar

Edad: Würm

Procesos de tipo: periglaciar

Manifestaciones señaladas: depósito de vertiente atribuído a procesos periglaciares.

Comentario: Un examen morfológico de este sector de la costa de Asturias pone en evidencia el origen marino de la «rasa" cantábrica, en contraposición con la hipótesis continental defendida por Hernández Pacheco.

Un corte de este paraje refleja la presencia de una antigua playa marina, cuyos testimonios son cantos bien desgastados típicamente accionados por una intensa dinámica marina y con una potencia de 2 m. Encima, estratigráficamente, se dispone un depósito formado por elementos, totalmente angulosos, envueltos en una matriz fina. Esta acumulación, que alcanza una potencia de 10 m. es comparada con las coladas de solifluxión de la costa de Corwall y del Macizo Armoricano generadas por condiciones periglaciares.

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GUILCHER, A.

La plage ancienne de Castro Urdiales (proviQce de Santander, Espagne) et son interet morphologique.

Norois, 1972, n° 74, pp. 365-367

 

Región: Cantábrica

Localización de las observaciones: prov. de Santander, alrededores de Castro Urdiales.

Altitud: próxima nivel mar

Edad: Würm

Procesos de tipo: periglaciar

Manifestaciones señaladas: brecha periglaciar

Comentario: en las proximidades de la localidad santanderina de Castro Urdiales se sitúa una formación de brecha, compuesta por pequeños bloques extraordinariamente angulosos de origen local. Asociados a estos elementos, se advierte la presencia de cantos bien desgastados, que se hacen más numerosos y predominantes hacia la base de la formación. La cronología de esta última acumulación -de origen marinose remonta al «Ouljien» (es decir, a un estacionamiento del mar un poco por encima del nivel actual durante el interglaciar Riss-Würm). La brecha angulosa pertenece al período frío consecutivo y puede atribuirse a este conjunto un origen periglaciar .

Esta formación es muy similar por su altitud y por su facies a la que este mismo autor localizó en La Franca en los alrededores de Llanes (6). La diferencia entre ambas es que en La Franca los elementos de la brecha se superponen claramente a los cantos marinos, mientras que aquí están entremezclados; este hecho ha sido motivado por la acción de la crioturbación.

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GUITIAN OJEDA, F. y CARBALLAS, T .

Suelos de la zona húmeda española.

Anal. Edaf. y Agrob., 1968, n° 27, pp. 747781

Región: Galicia y región Cantábrica

Localización de las observaciones: alrededores de Cabeza de Manzaneda (Orense), Abadín (Lugo), Puentes de García Rodríguez (La Coruña), Monte Ibio (Santander) y Puerto Lunada (Santander).

Altitud: 1.620660 m.

Edad:

Procesos de tipo: frío

Manifestaciones señaladas: podsoles sobre sedimentos crioturbados.

Comentario: Al estudiarse los perfiles de una serie de podsoles sitos en el norte de España, los autores reconocen en distintos puntos la existencia de formas de crioturbación, cuyo análisis morfológico no ha sido realizado en este trabajo. Se incluyen bellas fotografías de color sobre estos suelos, siendo claramente visibles, el algunas de ellas, estas formas onduladas debidas al frío.

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HAZERA,J.

Contribution de la morphologie a un essai de chronologie relative du Quaternaire aux confins Biscaye-Burgos.

I.N.Q.U.A., 1957, Resumen Común., pp. 76-77

Región: País Vasco

Localización de las observaciones: valle de Mena.

Altitud:

Edad:

Procesos de tipo: frío

Manifestaciones señaladas: grezes

Comentario: entre las acumulaciones de vertiente que se localizan en este paisaje, hay que citar la presencia de derrubios crioclásticos más o menos estratificados del tipo «grezes litées» .

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HAZERA,J.

Les glacis de valle de Mena et l'evolution morphologique du Sud-Ouest de Bilbao.

Rev. Geogr. Py. et S.O., 1964, T. XXXV, pp. 67-83

Región: Pais Vasco

Localización de las observaciones: límite provincial de las provincias de Vizcaya y Burgos, valle de Mena.

Altitud: 1.000800 m.

Edad:

Procesos de tipo: ¿periglaciar?

Manifestaciones señaladas: «coulées boueuses», gelivación, éboulis consolidados, formaciones solifluidales, coladas de bloques, grezes etc.

Comentario: Se estudia en este trabajo la serie de formas encajadas y los depÓsitos correlativos pertenecientes a diversos episodios climáticos. La génesis de algunas formas y de algunas acumulaciones plantean dudas sobre un posible origen periglaciar o generadas por p/-ocesos de tipo semi-árido. Sin embargo, algunas observaciones son catalogadas tímidamente como periglaciares.

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HAZERA,J.

La région de Bilbao et son arriere pays. Etude geomorphologique. Munibe 1968,358 pág. San Sebastián

Región: Pais Vasco

Localización de las observaciones: diversos parajes de este sector peninsular.

Altitud:

Edad: Würm

Procesos de tipo: periglaciar

Manifestaciones señaladas: derrubios crioclásticos, vertientes regladas, etc.

Comentario: a lo largo del exámen de las diversas zonas analizadas en esta tesis, se observa como la crioclastía ha sido un proceso que ha alimentado coladas, depósitos coluviales, etc. La edad de estos testigos es bastante reciente y concierne a los últimos episodios fríos del Cuaternario. Junto con estas manifestaciones existen otras como vertientes regladas, formaciones de éboulis así como valles colmatados.

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HAZERA, J .

Les versants et leur évolution dans les calcaires urgoniens stratifies du littoral cantabrique.

Mélanges Hispaniques offerts a Jean Sermet. Univ. Toulouse-Le Mirail, 1980, pp. 101-114.

Región: Cantábrica

Localización de las observaciones: alrededores de Castro Urdiales, ría de Orinon.

Altitud: 400-100 m.

Edad:

Procesos de tipo: frío

Manifestaciones señaladas: vertientes regladas, crioclastia, éboulis, solifluxión.

Comentario: al estudiarse las vertientes regularizadas de un sector litoral en el dominio cantábrico, el autor advierte las influencias que el karst y ciertos fenómenos fríos han determinado en el modelado de la zona. Junto con los procesos geomorfológicos (crioclastia, solifluxión, gravedad, etc.) responsables de perfil tan rectilíneo de las vertientes, hay que incluir, también, una acusada complicidad de la estructura, a nivellitológico, ya que el papel ejercido por las calizas urgonianas parece decisivo.

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HERNANDEZPACHECO,F.

La morrena peri-glaciar de Peña Vieja Picos de Europa (Santander).

Vol. Homenagem Prof. Mendes Correa, Soc. Portug. de Antrop. e Etnol., Facultade de Ciencias do Porto, 1959, pp. 227-236.

Región: Cantábrica

Localización de las observaciones: Picos de Europa, Peña Vieja, provincia de Santander.

Altitud: 1.790-1;800 m.

Edad: reciente

Procesos de tipo: periglaciar

Manifestaciones señaladas: morrena de nevero

Comentario: se señalan diversas acumulaciones morrénicas (Peña Vieja, Pico del Naranco de Bulnes hacia las Celadas, Neverón, etc.) situadas en la base de neveros permanentes y que corresponden a formaciones de origen periglaciar. Así se rebaten los anteriores criterios dados por Obermaier para la morrena terminal de Peña Vieja, que «representaría la última fase del glaciar del Duje». El autor basado en observaciones directas hechas en época invernal y de estío no duda en catalogar estos depósitos como periglaciares y situarlos en un momento cronológico reciente «francamente histórico».

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KOPP,K.O.

Límite de la nieve perpetua y clima de la época glaciar Würmiense en la Sierra de Aralar. (Guipúzcoa-Navarra).

Munibe, 1965, n° 17, pp. 3-20, San Sebastián

Región País Vasco Región: País Vasco

Localización de las observaciones: Sierra de Aralar (1.400 m.)

Altitud: Edad: Würm Procesos de tipo: periglaciar

Manifestaciones señaladas: solifluxión

Comentario: se describen en este trabajo las huellas de glaciarismo cuaternario en la Sierra de Aralar, en donde la morrena terminal de un glaciar de valle de la éI?oca würmiense, de una longitud comprendida entre 4-5 km. y con cantos netamente estriados, descendió hasta 825 m. de altitud. El límite climático de la nieve perpetua se hallaba entonces a unos 1.050 m.; en el momento actual, se halla teoricamente a 2.400 m. En la vertiente NE. de la sierra, encima de Azcárate, otra morrena terminal de edad desconocida se encuentra a 460 m. de altitud. Los factores locales: exposición, sequedad estival, hicieron descender el límite de la nieve perpetua hasta 650 m. Por debajo de esta frontera hicieron su aparición las formaciones periglaciares (solifluxión). Igualmente, ciertos deslizamientos parecen haber sido puestos en marcha sobre las vertientes bajo condiciones alternantes de hielo-deshielo bajo clima periglaciar .

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KORNPROBIT, P. y RAT, P.

Premiers resultats d 'une étude geologique et paleoclimatique du remplissage paleolithique moyen et superior de la grotte de Lezetxiki (Mondragón-Guipúzcoa).

Munibe, 1967, n° 19, pp. 247-260. San Sebastián

Región: Pais Vasco

Localización de las observaciones: alrededores de Mondragón.

Altitud:

Edad: Wurm

Procesos de tipo: frío

Manifestaciones señaladas: crioclastia

Comentario: el relleno de esta cueva se encuentra integrado por diferentes formaciones. El análisis sedimentológico, realizado sobre los elementos, ha puesto en evidencia la existencia de varias fases frías (plaquetas autóctonas de hielo) separadas por períodos más húmedos y suaves. Entre estas fases se distinguen cuatro etapas crioclásticas, perteneciendo dos de ellas al Musteriense, otra no bien situada cronológicamente y la última relacionada con el Magdaleniense .

 

LLOPIS LLADO, N.

Los depósitos de la costa Cantábrica entre los cabos Busto y Vidio (Asturias). Speleon, 1955, t. VI, n° 4, pp. 333-347. Oviedo

Región: Asturias

Localización de las observaciones: costa cantábrica, tramo comprendido entre los cabos de Busto y Vidio.

Altitud:

Edad: ¿Riss?

Procesos de tipo: periglaciar

Manifestaciones señaladas: gelivación, solifluxión, crioturbación, coluvios, etc.

Comentario: se analizan en esta nota una serie de acumulaciones de origen frío, que recubren los sedimentos marinos de la rasa de este sector de la costa del norte peninsular. Estos materiales evidencian señales de arrastre por solifluxión, a veces notablemente crioturbados. Las manifestaciones señaladas anteriormente por Birot y Solé, así como por Guilcher en áreas colindantes y catalogadas por ellos como periglaciares, no hacen dudar al autor sobre el origen igualmente periglaciar de estos fenómenos por él observados entre el Cabo Busto y el Cabo Vidio.

La cronología dada por aquellos autores a las formaciones marinas recubiertas oscilan entre el Monasteriense (Guilcher) y el Tirreniense (Birot y Solé). Por ello, el desaparecido profesor Llopis considera provisionalmente como Tirreniense la edad de la Rasa litoral de este sector y rissienses los materiales de solifluxión que la recubren.

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LLOPIS LLADO, N. et Al.

Guía de la Excursión N-2: El Cuaternario de la región Cantábrica.

Vº Congr. lntem. I.N.Q.U.A., 1957, 72 pág., Excma. Diput. Prov. Asturias.

Región: Vasco -Cantábrica

Localización de las observaciones: distintos puntos del País Vasco (Zumaya, Oñate, Bermeo, cabo Machichaco) y de Santander y Asturias (cueva del Pindal, cabo Video, Cadavedo, etc.).

Altitud: variable Edad: Würm Procesos de tipo: periglaciar

Manifestaciones señaladas: coluvios periglaciares, solifluxión, crioturbaciones en materiales hipogeos.

Comentario: El paisaje morfológico, tanto costero como montañoso de esta amplia región del norte peninsular presenta una gran cantidad de restos periglaciares. Estos, en algunas zonas, como en el cabo Video y zonas adyacentes, fosilizan la plataforma marina colgada a 80-90 m. sobre el nivel del mar a~tual. En la costa Vasca (Bermeo -cabo Machichaco), hay que notar la ausencia de rasa; pero sin embargo, están presentes potentes formaciones coluviales, de claro aire periglaciar y con señales de solifluxión.

Junto con estas manifestaciones «externas» hay que señalar que los conductos kársticos de la región están hemifosilizados por distintos tipos de depósitos: aluviales, lacustres con «varvas» y también sedimentos aluviales crioturbados y sedimentos periglaciares con señales de solifluxión. Estas acumulaciones hipogeas han sido vistas por Llopis tanto en cuevas Vascas (caverna próxima a la Ermita del Salvador, en Zumaya; cuevas de los Osos y de Igitegi, en Oñate), como en las cuevas santanderinas y asturianas.

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MARTINEZ ALVAREZ, J. A.

Nota sobre el hallazgo de depósitos periglaciares en la montaña asturiana. Speleón, 1959, T. X, no 3-4, pp. 265-274. Oviedo

Región: Asturias

Localización de las observaciones: diversos lugares de la zona montañosa asturiana (alrededores de los puertos de montaña de S. Isidro, Vegarada, Tarna, Pajares, etc.

Altitud: 2.155820 m.

Edad:

Manifestaciones señaladas: crioeluviones poligonaloides, crioeluviones, criocanchales estratificados, brechas encarnadas (Solé Sabaris).

Comentario: Se examinan diversas zonas de montaña, que presentan huellas claras de una acción periglaciar. En algunos lugares (Puertos de S. Isidro, Vegarada y Tarna), los depósitos periglaciares fosilizan una topografía glaciar. Entre los tipos de depósitos localizados el autor realiza una personal sistematización :

-crioeluviones poligonaloides: presentan una disposición superficial «poligonaloide» claramente señalada por la existencia de unos festones más terrosos, sobre los que crece la vegetación, queenmarcan detritus muy angulosos de cuarcita. Su edad es bastante reciente y se apoyan directamente sobre formas actuales o subactuales.

-criocanchales estratificados: (éboulis ordonnés, brechas encarnadas). Son los depósitos más antiguos y se apoyan sobre las formas glaciares. .

-crioeluviones: se localizan en gran parte de las zonas planas de la montaña asturiana. En estos parajes se encuentran suelos que presentan señales evidentes de crioturbación. Este tipo de depósitos son los más modernos, ya que modifican las formas actuales o subactuales.

Igualmente, con reservas, se establece una evolución del glaciarismo y del periglaciarismo regional, distinguiéndose diversas fases sucesivas sin ninguna cronología, ni datación. La última de las fases establece un retroceso de las condiciones periglaciares y el establecimiento de la fase de periglaciarismo actual y subactual.

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MARTINEZ ALVAREZ, J. A.

Datos sobre los depósitos coluvionares de la zona oriental y costera de Asturias.

Speleón, 1961, t. XII, n° 1-2, pp. 73-83. Oviedo

Región: Asturias

Localización de las observaciones: sector oriental de la provincia de Asturias, tramo comprendido entre Ribadesella y Unquera.

Altitud:

Edad:

Procesos de tipo: periglaciar

Manifestaciones señaladas: coluviones

Comentario: se valora la importancia y la extensión de los depósitos coluvionares mediante un reconocimiento por las vertientes de la zona oriental de Asturias y de su sector costero. La génesis de estos depósitos es relacionada con "fenómenos de erosión periglaciar» .

El autor distingue los siguientes coluviones, en función de la naturaleza litológica de estos depósitos :

1) coluviones calizos

a) antiguos: ocupan una gran extensión en este sector. Además acusan un avanzado grado de cementación.

b) modernos: tienen poca importancia, dada su escasa extensión actual. Los elementos están sueltos y no presentan cementación.

2) coluviones cuarcíticos: granulométricamente son muy heterométricos, oscilando sus tamaños desde bloques de 40 cm. hasta módulos de 1 ó 2 mm.

3) coluviones pizarrosos: tienen una escasa importancia en el sector y presentan una perfecta clasificación de sus cantos, así como una disposición estratiforme.

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--MARTINEZ ALVAREZ, J. A.

Datos sobre las formaciones periglaciares de la zona montañosa del occidente de Asturias.

Not. y Comun. I.G.M.E., 1965, n° 78, pp. 85-92

Región: Asturias

Localización de las observaciones: sector montañoso occidental: proximidades de las poblaciones de Moal, Oballo, Pesoz, Grandas de Salime, Doiras, etc.

Altitud:

Edad:

Procesos de tipo: periglaciar

Manifestaciones señaladas: crioeluviones, criocoluviones, criocanchales estratificados (éboulis ordonnés), suelos crioturbados.

Comentario: En esta nota se complementa la visión dada por este mismo autor en anteriores trabajos sobre la importancia que las manifestaciones periglaciares de vertiente han alcanzado en este sector de montaña peninsular. Sobre las diferentes litologías de la zona se señalan las peculiaridades de los criocoIuviones de cada uno de los parajes analizados.

Al describir los criocanchales estratificados, el autor distingue en cuanto a su edad la existencia de dos subtipos, uno notablemente alterado y más antiguo y el otro mucho más reciente, sin que todas estas manifestaciones sean integradas en un esbozo cronológico de la zona.

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MARTINEZ ALVAREZ, J. A.

Consideraciones sobre la influencia periglaciar en el modelado cárstico de Asturias.

Notas y Comun. I. G. M. E., 1965, no 79, pp. 187-189

Región: Asturias

Localización de las observaciones: sector oriental de Asturias, proximidades de la costa.

Altitud:

Edad: Procesos de tipo: periglaciar

Manifestaciones señaladas: fenómenos provocados por la acción del hielo, karst elaborado bajo condiciones periglaciares.

Comentario: En esta pequeña nota se establece una sencilla subdivisión regional de zonas con morfología kárstica:

1) zona costera

2) zona montañosa

3) zona interior o transición

La serie de observaciones recopiladas por el propio autor y otras citadas en trabajos anteriores apoyan la influencia de una acción periglaciar en la génesis de los diversos procesos kársticos que han acontecido en este sector de la provincia de Asturias.

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MARY,G.

Le Quaternaire du cap de Esbarrodoiro (Luarca, Asturies, Espagne). Breviora Geol. Astúrica, 1972, no 4 pp. 53-56. Oviedo

Región: Asturias

Localización de las observaciones: cabo Esbarradoiro, alrededores de Luarca.

Altitud: próxima al nivel mar

Edad: Riss

Procesos de tipo: frío

Manifestaciones señaladas: coulées boueuses, cryoclastie, head.

Comentario: De nuevo vuelven a evidenciarse nuevas manifestaciones de tipo frío en la costa asturiana, con motivo de una investigación morfológica sobre las antiguas líneas de costa cuaternarias en este sector del Norte de España.

Se sitúa un momento, sólo catalogado como «frío», y que con algunas dudas se fija su edad cronológica en el Riss.

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MARY, G.

Phase climatique périglaciaire tardive sur la cote asturienne.

Brevioria Geolog. Asturica, 1974, año XVIII, n° 2. pp. 25-28.

Región: Asturias

Localización de las observaciones: rasa cantábrica, al Oeste del río Nalón.

Altitud: próxima nivel mar.

Edad: Würm -Tardiglaciar

Procesos de tipo: periglaciar

Manifestaciones señaladas: éboulis ordonnés

Comentario: Se señalan numerosos depósitos, que fosilizan el fondo de los arroyos que inciden la rasa asturiana, localizada al W. del río Nalón. Se identifican como «éboulis ordonnés" las acumulaciones caracterizadas por una alternancia de capas con materiales gruesos y de lechos con elementos finos, así como por la disposición plana de los lechos con respecto a la vertiente. La litología de estos «éboulis» viene representada por areniscas, cuarcitas y esquistos.

En general, estas acumulaciones están ligadas a un episodio frío periglaciar y relativamente árido. Su edad dentro del Cuaternario queda situada en el Würm y «más exactamente tardiglaciar».

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MARY, G., MEDUS, J. et DELIBRIAS, G.

Documents sur I'evolution de la flore du littoral nord espagnol au Würm.

Recherches Franc. sur le Quatern. I. N. Q. U. A. 1972, supplément au Bulletin Assoc. Fran~. Etude Quatem.1977, no 50, pp. 23-31

Región: Galicia y Asturias

Localización de las observaciones: litoral cantábrico alrededores de Llanes (Balneario de la Franca) y de Foz (Area Longa).

Altitud: próxima al nivel del mar

Edad: Würm

Procesos de tipo: frío

Manifestaciones señaladas: coladas de solifluxión, éboulis.

Comentario: En algunos acantilados de la costa cantábrica aparecen algunos lechos de turba interestratificados con depósitos de origen frío (coladas de solifluxión, éboulis). Estos niveles de turba son analizados de modo muy minucioso en el sector de La Franca y Area tonga. En la primera zona, los cinco lechos turbosos encontrados son ricos en pólenes de árboles y se engloban en los episodios climáticos de la parte inferior del Würm y del paso al Pleniglaciar. Por el contrario, en los niveles turbosos de Area tonga predominan las herbáceas y su edad se remonta al Pleniglaciar y al final del Würm.

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MENENDEZ AMOR, J.

Las turberas de la zona litoral oriental de Asturias. Las Ciencias, 1950, año XV, n° 4, pp. 801-816

Región: Asturias

Localización de las observaciones: sector oriental de la provincia de Oviedo, rasa cantábrica, Planas de la Borbolla.

Altitud: 25060 m.

Edad: Preboreal

Procesos de tipo: frío

Manifestaciones señaladas:

Comentario: se estudia en este trabajo una serie de depósitos de turbas localizados sobre tres niveles de la «rasa cantábrica», escalonados entre 260 y 60 m.

Por lo general, en todas las turberas estudiadas, la turba no forma una capa contínua, sino que hasta una profundidad de 30 cm., no es más que un conjunto de raíces y otros restos vegetales de descomposición. A partir de este horizonte se encuentra otra capa más compacta, alcanzándose en la zona inferior las trazas obscuras y sin restos vegetales propias de la turba.

Las turberas estudiadas son: Buelna, Pendueles, Llano de la Mesa, Roñances, Vidiago. De su estudio se deducen interesantes consideraciones paleoclimáticas. Las características de estos depósitos corresponden a períodos climáticos fríos y húmedos, cronológicamente situados en el Preboreal (Blyth-Sernander). El predominio de pólenes corresponde al género «betula», denotando las capas más recientes una gradual transición a condiciones climáticas más templadas como lo demuestran los porcentajes de «alnus». Por último, la autora cree posible que la formación de estas turberas pueda remontarse hasta 10 ó 15 mil años.

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MIOTKE, F. D.

Karstmorphologische Studien in der glacial Uberformten Hohenstufe der «Picos de Europa» Nordspanien.

Hannover, Seltastverlag der Geographischen Gessellschakt, 1968, 161 pág.

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NONN,H.

Les depóts de la «rasa» cantabrique dans sa partie occidentale (Galice, Espagne).

Rev. Geomoph. Dynam., 1960, t. XI, no 7-8-9., pp. 97-105

Región: Galicia

Localización de las observaciones: ambas márgenes de la ría de Foz, términos de Burela, Arnao, Cangas.

Altitud: próxima al nivel del mar

Edad: Würm

Procesos de tipo: periglaciar

Manifestaciones señaladas: gelivation

Comentario: Se analiza el origen de los depósitos situados en la rasa cantábrica. Algunas observaciones permiten considerar que este sector gallego ha conocido, durante el Würm, un clima rudo con intensa acción del hielo. Igualmente, se reafirma la existencia de testimonios de una medio morfoclimático de edad bastante antigua en esta zona costera del norte de España.

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NONN, H. etTRICART, J.

Etude d'une formation périglaciaire ancienne en Galice (Espagne). BulI. Soc. Geol. Franc., 1960, no 1, pp. 41-44

Región: Galicia

Localización de las observaciones: proximidades km. 555 Carretera Nacional Madrid -La Coruña.

Altitud: 490500 m.

Edad:

Procesos de tipo: periglaciar

Manifestaciones señaladas: festons, plications, poches.

Comentario: Se estudia una formación situada a 45 km. al E. de La Coruña, en el límite de la provincia de Lugo y de La Coruña. Se trata de una acumulación detrítica de origen torrencial. Esta formación es un cono y presenta una disposición lenticular, en la que alternan lechos de cantos, gravas y de material fino. Algunos de estos lechos de material fino ofrecen trazas de plicaciones y festones de origen periglaciar. La formación detrítica es considerada con una edad pre-rissiense; no se aplica ninguna edad a estas crioturbaciones.

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NONN,H.

Les régions cotieres de la Galice (Espagne). Etude morphologique.

These Strasbourg, Les Belles Lettres, 1966, París.

Región: Galicia

Localización de las observaciones: diversos lugares del litoral norte de Galicia y zonas del interior .

Altitud: variable

Edad: Würm

Procesos de tipo: periglaciar

Manifestaciones señaladas: cuña de hielo, conos periglaciares, solifluxión, crioturbación, guirnaldas, heads, grezes litées en esquistos.

Comentario: diversas formas y acumulaciones integran los testimonios de clima periglaciar generados por unas fases frías durante el Cuaternario. Estos han alcanzado altitudes realmente bajas, dado que las manifestaciones en numerosos casos fosilizan la rasa entre Burela y Cangas de Foz. Entre las manifestaciones mencionadas se fotografía una bella cuña de hielo sobre materiales torrenciales de edad würmiense .

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NONN, H.

Evolution geomorphologique et types de relief en Galice occidentale et septentrionale.

Rev. Geogr. Phys. et Geol. Dyn., 1969, v. XI, pp. 31-54.

Región: Galicia

Localización de las observaciones:

Altitud:

Edad: Würm

Procesos de tipo: periglaciar Manifestaciones señaladas:

Comentario: se analizan en este trabajo los principales rasgos evolutivos precuaternarios y cuaternarios que han determinado el actual paisaje de un amplio sector del país gallego.

En el apartado dedicado a los climas ya la morfogénesis cuaternaria se hace alusión a la existencia de un dominio periglaciar. Este se caracteriza por su originalidad, determinada por la acción conjunta de factores litológicos y climáticos en un ambiente poco soleado y con condiciones constantemente muy húmedas. Esta hipótesis explicaría la eficacia diferencial de un período periglaciar reciente entre las zonas del interior gallego y las zonas costeras; en aquellas, aparte de algunas manifestaciones localizadas en antiguas acumulaciones de litología cuarzosa, no se encuentran trazas de unas acciones periglaciares que son tan frecuentes en la costa.

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PEREZ ALBERTI, A.

Nuevas observaciones sobre glaciarismo y periglaciarismo, en el NW. de la Península Ibérica: la Galicia Sudoriental.

Act. Geol. Hispana, 1979, n° 14, Tomo Homenaje a Lluis Solé Sabaris, pp. 441-444.

Región: Galicia

Localización de las observaciones: Macizo de Manzaneda (Sierras de Queixa, San Mamade, Das Corzas, Do Burgo, y Montes de Invernadoiro, así como Depresión de Monterrei).

Altitud: > 400 m.

Edad: Würm

Procesos de tipo: periglaciar

Manifestaciones señaladas: «éboulis ordonnés», valles disimétricos, vertientes rectilíneas.

Comentario: Sobre las antiguas superficies de aplanamiento de estas zonas dislocadas por la fase orogénica alpina se ha instalado, al parecer durante el Würm, una masa de hielo que ha originado la aparición de sendas manifestaciones glaciares (morrenas, circos y valles glaciares, etc.). Junto a estos restos glaciares, se evidencian síntomas de una morfogénesis periglaciar, si bien ésta no se ha desarrollado con la misma intensidad en toda esta zona gallega. Efectivamente, a la vista de las observaciones realizadas por el autor, los mecanismos periglaciares parecen haber actuado con mayor importancia en los valles orientales de la región, preferentemente en los más angostos, donde el aporte de radiación solar es menor .

En lo que concierne a la influencia de la litología, hay que decir que sobre las areniscas se encuentran claramente depósitos del tipo «éboulis ordonnés», modelando las vertientes de forma rectilínea y originando valles di simétricos como el del Tamega o Alto Camba. Sobre las pizarras, los procesos periglaciares antiguos son más difíciles de distinguir. En cuanto a su localización geográfica, los depósitos periglaciares se encuentran situados en los valles más cerrados y en las vertientes situadas a sotavento, orientadas hacia el Sur o el Sudeste.

El tipo de depósito periglaciar mejor representado es el de los éboulis ordonnés; estos ofrecen en la zona una clara estratificación y muestran lechos con inclinación máxima de 250. Desde el punto de vista altimétrico, estas acumulaciones descienden en algunas vertientes hasta los 400 m. y están formadas por lechos de materiales gruesos y finos; las capas con elementos gruesos se hallan formadas por derrubios que granulométricamente alcanzan hasta un tamaño de 10 cm. y sin matriz; mientras que las capas finas están compuestas por material detrítico menor de 2 cm. y con matriz limosa. Estos conjuntos coluviales pueden alcanzar hasta cinco metros de potencia y sus lechos no presentan el menor síntoma de crioturbación.

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SANTANA AGUILAR, R.

Géomorphologie des bassins de la Bidasoa et de l'Urumea

These Doctorat Inst. Geographie Univ. Bordeaux 1966, 162 pag.

Región: País Vasco

Localización de las observaciones: carretera Lesaca-Oyarzun, Monte Autza, Macizo de Cinco Villas.

Altitud: 1.300 m. -nivel del mar

Edad: último período frío

Procesos de tipo: periglaciar

Manifestaciones señaladas: grezes litées, coladas de barro y de bloques, solifluxión , vertientes rectilíneas .

Comentario: El modelado de las vertientes de estos parajes vascos ha estado accionado por fenómeno periglaciares correspondientes a un período frío y húmedo del Cuaternario reciente. Estas manifestaciones de vertiente han generado abundantes perfiles topográficos rectilíneos que han suavizado las formas antiguas del modelado; su origen está relacionado con intensos procesos de crioclastia y fusión de nieve que han alcanzado, como lo demuestran algunos cortes próximos a la costa (Castenalde), una altitud muy baja.

También es de destacar, que el término periglaciar adquiere en esta zona su acepción más estricta, puesto que el autor tiene la hipótesis de la existencia de un circo glaciar con sus acumulaciones en el monte Autza, a una altitud cercana a 1.000 m.

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SCHIMTZ, H.

Glacialmorphologische Untersuchungen im Bergland Nordwestspanien (Galicien/Leon).

Kolncr Geograph. Arbeiten, 1969, Hetf 23, 157 pág.

Comentario: Se recoge la cita de este trabajo en una investigación realizada por S. DA VEAU , en un sector montañoso de Portugal. En ésta, se relata cómo Schmitz encuentra numerosos testigos periglaciares pretéritos y cómo algunos procesos de este sistema morfogenético son todavía, actualmente, activos hasta los 1.650-1.700 m.

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SCHMIDT THOME, P .

Neue niedrig gelengene Zeugen einer würmeiszeitlchen Vergletscherung im Nord-teil der Iberischen Halbinsel (Prov. Vizcaya und Orense in Nordspanien; Minho-Distrikt in Nordportugal.

Eiszeitalter und Gegenwart, 1973, no 23-24, pp. 384-389.

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SCHIMDT THOME, P .

Nuevos testigos de una glaciación würmiense extensa y de altura muy baja en el noroeste de la Península Ibérica (Orense, España y Mihno/Tras os Montes, Portugal).

Geología de la Parte Norte del Macizo Ibérico. Edición Homenaje a I. PARGA

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PONDAL. Cuadernos de Estudios Cerámicos de Sargadelos, 1978, no 27. La Coruña., pp. 219-243.

Región: Galicia y sector NE. de Portugal

Localización de las Observaciones: Sierra de Jures, Serra do Geres, sur del valle del río Lima.

Altitud: 1.500770 m.

Edad: Würm

Procesos de tipo: periglaciar

Manifestaciones señaladas: Block-streams, brechas estratificadas, etc.

Comentario: En este trabajo, en el que se reproduce parcialmente una investigación anterior publicada en una revista alemana, se cartografían diversos testigos de los climas fríos que durante finales del Cuaternario reinaron en estos parajes de la Península.

Entre las distintas manifestaciones hay que mencionar abundantes brechas de ladera cementadas y estratificadas. Igualmente, en la Serra de Larouco se observan «corrientes de bloques» (block-streams) con elementos en litología granítica que atestiguan la esistencia de un clima periglaciar.

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SOARES DE CARVALHO, G.

Urna formaçao eólica quaternária

An. Fac. Cienc. Porto, 1964, t. XLVI, pp. 7-32

Región: Portugal

Localización de las observaciones: sector litoral del cabo Mondego.

Altitud: próxima nivel mar

Edad: Würm

Procesos de tipo:

Manifestaciones señaladas: gelivación

Comentario: la presencia de derrubios, producto de la gelifracción, interestratificados en el interior de un conjunto de arenas pertenecientes a una duna no funcional próxima al nivel del mar, pone en evidencia para este autor, la existencia de un momento crioclástico de edad muy reciente en este sector costero-portugués.

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VIERS, G.

La solifluxión postglaciaire des Aldudes (Basses Pyrénées). Rev. Geomorph. Dynamique, 1956, t. VII, pp. 167-173

Región: País Vasco francés y español

Localización de las observaciones: diversos lugares del Pirineo de este sector.

Altitud:

Edad: Würm Postwürm

Procesos de tipo: frío.

Manifestaciones señaladas: coladas fangosas, fenómenos de solifluxión, etc.

Comentario: la parte meridional del macizo de Aldudes ha sido particularmente favorable a las coladas fangosas ya los fenómenos de solifluxión. Dos distinciones pueden ser realizadas entre una «solifluxión de nevé" de época würmiense y otra solifluxión «temperée» perteneciente a las características húmedas de período post-glaciar .

 

NOTAS

(1). Tengo que agradecer en esta labor de recogida, la cordial ayuda que me prestaron M. Georges LUTZ y Mme. Genevieve LUTZ, al brindarme el acceso total a los magníficos fondos de la Biblioteca del Centre de Geographie Appliquée de la Universidad Louis Pasteur de Estrasburgo.

(2). UGARTE, F., GONZALEZ, J.A. y ALONSO, F.: .Estudio de las formaciones detríticas cuaternarias en el valle de Oñati». Munibe (en prensa).

(3). UGARTE, F.: .Datos para el estudio del clima de montaña en el País Vasco". Munibe, 1981, pp.21-30.

(4). DAVEAU, S. Quelques exemples d'evolution quaternaire des versants au Portugal. Finisterra, 1973, t. VIII, n.o 15, pp. 5-47.

(5). HERNANDEZ PACHECO. F., LLOPIS LLADO, N. et al- Le Quaternaire de la région cantabrique. I.N.Q.U.A.,1957,  72 pág.

(6). GUILCHER, A. La plage ancienne de la Franca (Asturies). C.R.Acad.SclencesParís,19S5,T.241, pp.1603-5.