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Lurralde :inv. espac. N. 17 (1994) p. 317-328 ISSN 1697-3070

ALTERACIONES ANTRápiCAS

EN LOS KARSTS SEPTENTRIONALES

DE LA PROVINCIA DE ALAVA.

EL CASO DEL SURESTE DE GORBEA

Recibido: 1994-06-12

José Javier MAEZTU

Departamento de Geografía, Prehistoria y Arqueología

Universidad del País Vasco & Grupo Espeleológico Alavés.

Facultad de Filología, Geografía e Historia,

Marqués de Urkijo sIn. Vitoria-Gasteiz 01006 1

LABURPENA:

Giza-Aldaketa balzuek eragina izan zuten iparraldeko medietako esparru karslikoetan (EGUILUZ et al., 1983) (Arabako iparraldean), Beheko Kretazikoaren barnean (MAEZTU, 1993). Giza aldeketa horiek exokarstean eta endokarstean ere bitartekoak izan arren. Adaketaka aztertzen badira Gorbeiako hego-ekialdeko arstean gertatukoal deskriba daitezke zehaztasunez. Azkenengo karst hori gorbeian egiteko dagoen Parke Naturalean kokaturik dago.

RESUMEN:

En las zonas kársticas de las montañas septentrionales (EGUILUZ et al., 1983) (N de Alava) pertenecientes al Cretácico Inferior (MAEZTU, 1993) existen una serie de alteraciones humanas que afectan al exokarst y al endokarst. Se pasa revista a estas alteraciones y se describen a nivel particular las existentes en el karst del SE de Gorbea, que queda incluido dentro del proyecto de Parque Natural del Gorbea.

ABSTRACT:

In the Northem mountains karstic zones (EGUILUZ et al.,1983) (N Alava, Spain), Lower Cretaceous karstic group (MAEZTU, 1993), there are endokarst & exokarst human actions. We see this aclions and there are described in a particular way those that happens in SE Gorbea karst, included in the proyect Gorbea Natural Park.

En Noviembre de 1994, mientras este articulo se encontraba en prensa, Comenzaron las obras de restauración de la cantera de Peña Gingra en Gorbea. Esta obra SUpone un importante paso para la restauración ambiental de un futuro Parque Natural. El proyecto aunque todavia en fase de realización tratará de resolver loS problemas antes reseñados, por lo que la degradación del exokarst en Gorbea se verá bastante reducida.

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INTRODUCCION:

El hombre, agente de cambio y de erosión en el País Vasco

La Comunidad Autónoma Vasca posee una elevada densidad de población (292 hab/km2) (EUSTAT, 1987), dispuesta de forma irregular sobre un territorio relativamente reducido (7482 Km2). La concentración de la población se realiza preferentemente a lo largo de los cursos de los ríos cantábricos, en la costa y en puntos concretos del interior. La unidad de relieve de las montañas septentrionales, consideradas como la zona más abrupta de los Montes Vascos, y que a grandes rasgos coincide con la divisoria de aguas (fig. 1), tiene generalmente densidades de población reducidas, irregularmente dispuestas, de tal forma que en las montañas no existen núcleos de población importantes, siendo los asentamientos tradicionales de tipo disperso (caseríos), o de pequeñas aldeas, según nos encontremos en una u otra vertiente. Los núcleos de población importante están en los valles.

A pesar de esta relativa escasa densidad de población sobre la unidad de relieve que consideramos, desde antaño se han realizado una serie de actividades tradicionales que han utilizado y transformado el medio natural de estas montañas, a las que recientemente se han unido otras derivadas del auge de las economías de mercado, que se han situado desde hace unos decenios como factor fundamental del cambio en el medio natural. La agricultura especulativa, la búsqueda de la rápida recuperación de los capitales invertidos y las necesidades derivadas de la creciente urbanización e industralización han primado hasta el momento frente a la conservación de los recursos naturales que caracteriza a las sociedades de subsistencia dispersas, originando una serie de desequilibrios y riesgos sobre el entorno natural de un espacio ya de por sí fragmentario.

Las actividades transformantes y sus consecuencias sobre el medio natural. Las actividades agrarias

El comienzo de las actividades agrarias en el País Vasco, y por ende en la unidad de las montañas septentrionales, tiene un origen remoto. Durante lo que podemos considerar etapa tradicional (hasta la presencia de actividad industrial), la acción humana fue relativamente reducida, limitada a la destrucción mediante rozas de determinadas zonas de bosque (áreas más accesibles), para su uso como zonas de cultivo o de pastoreo, siendo ésta quizás la actividad más perniciosa, sobre todo en el caso de ganado depredador como las cabras, que pueden llegar a cambiar la composición florística de un bosque. Los monumentos megalíticos de tipo menhir que salpican nuestros montes deben ponerse en relación con esta actividad pastoril (LLANOS, 1982). Generalmente estas zonas, dedicadas íntegramente al pastoreo, se corresponden con áreas altas de tipo amesetado que pueden ser utilizadas como pasto en el verano.

En cualquier caso, estas actividades van a provocar cambios visuales, cuya incidencia morfogenética a veces ha sido infravalorada. Las zonas deforestadas para estos usos presentan un recubrimiento forestal menor y por lo tanto una mayor facilidad a los ataques de la erosión, factores que en muchas sociedades tradicionales se tienen en cuenta en función de la conservación de los recursos, para llegar en algunos casos a una armonía entre los modos de cultivo y el medio natural gracias a una adaptación empírica basada en la experiencia, y en otros a la esquilmación total del terreno.

Según se ha producido un aumento de la densidad de población, estas actividades se han diversificado y han crecido, siendo entonces típico el ramoneo del bosque,

que impide la regeneración del mismo, la extracción de hojarasca para cama de ganado, la labor de escoberos y carboneros que desmochan los bosques de hayas... Estas actividades hoy en día están en franco retroceso y han sido sustituidas por una mucho más general y lucrativa relacionada con las actividades industriales: la llamada "repoblación forestal" en base a coníferas.

Las actividades industriales, constructivas y mineras

Las transformaciones generadas por la agricultura sobre el paisaje sufren una aceleración a partir del siglo XVI con el auge de la construcción naval. Más de la mitad de las flotas peninsulares fueron construidas en los astilleros cantábricos, y buena parte de ellas en los astilleros vascos. Posteriormente, con el auge de las ferrerías, relacionadas con los filones de minerales metálicos regionales y que constituyen la antesala de la industria siderúrgica, gran parte del bosque fue utilizado como combustible, produciéndose un gran deterioro y arrasamiento de extensas áreas de hayas y robles. Este proceso deforestador se vio todavía ayudado por las necesidades constructivas de la población, la demanda de madera para el entibado de minas y el ferrocarril. Así, gran parte de las montañas del País Vasco se ven sometidas a deforestación, a la vez que el proceso industrializador a gran escala provoca el abandono de las explotaciones tradicionales para el trabajo en la industria. De esta forma, la única manera de rentabilizar la explotación va a ser mediante la repoblación forestal a base de una conífera exótica de origen americano (el pino insignis), que se convierte, sobre todo en la vertiente atlántica, en un elemento fundamental del paisaje vasco. Mucho se ha escrito sobre las consecuencias de la sustitución de las especies autóctonas por pinares, aunque raras veces se incide en los aspectos erosivos de tales cambios. Es muy probable que la capacidad de retención del bosque de pinares sea suficiente en condiciones normales de precipitación, pero ante condiciones extraordinarias (precipitaciones fuertes) su capacidad de retención y de absorción es mucho menor. Este factor, junto a la abundancia de pastos en zonas altas, ha sido esgrimido como una de las causas de las desastrosas riadas que asolaron Euskadi en 1983 (POU ROYO et al., 1989). De esta forma, la sustitución a gran escala de la vegetación, sobre todo la existencia de pastos y determinadas actividades en zonas de pinares (talas a matarrasa, pistas, etc) va a provocar cambios en el comportamiento erosivo de las cuencas hidrográficas y una menor capacidad de absorción de agua por el suelo, lo que implica menor infiltración, más escorrentía y menores reservas de aguas subterráneas. Así mismo, la capacidad de carga detrítica del río aumenta, lo que supone un relleno más rápido de pozas que sirven para la autodepuración del río... Es decir, se producen toda una serie de cambios en los procesos erosivos, de los que quizá sea buena muestra el desencadenamiento de movimientos masivos en las vertientes, creándose grietas de despegue, nichos de solifluxión (argayos) o incluso en casos graves, coladas fangosas (GARCIA CODRON, 1985) en las zonas de pastos. Estos hechos, por la propia naturaleza del terreno, afectan mucho más a las áreas silíceas que a las calizas.

USOS y TRANSFORMACIONES EN LOS ESPACIOS CALIZOS

Los espacios calcáreos no se han salvado de la intervención y consiguiente transformación por el hombre. El karst, debido a su fragilidad ante los ataques externos, incluso puede ser considerado como un modelo de medio atacado por el hombre (MAIRE, 1979). Entre los usos más clásicos del karst, junto con su problemática (MAIRE, 1979), (LOPEZ-MARTINEZ et al., 1989), (FERNANDEZ SERRANO y HERRAEZ, 1989), y que tienen representación en los karsts que estudiamos pueden considerarse (cuadro 1 ):

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ZONA.

USOS.

TIPO CONTAMINACION

OBSERVACIONES

NW LLODIO

CANTERAS INACTIVAS

PINARES REPOBLACION

PASTOS/GANADERIA

 OCIO-ESPARCIMIENTO

 MINAS SIGLO XIX.

AGRICOLA-GANADERA

VERTIDO RESIDUOS URBANOS EN CAVIDADES

VERTIDO RESIDUOS ORGANICOS EN CAVIDADES

ELEVADA ALTERACION DEL KARST

ARQUEOLOGIA INDUSTRIAL

ERMITA DE SANTA LUCIA.

MURGIA .

PINARES REPOBLACION

CONSTRUCCION CHALETS

PASTOREO.

SIN PROBLEMAS DE CONTAMINACION.

YACIMIENTO ARQUEOLOGICO EN LA CUEVA DE LAZALDAY.

GORBEA.

CANTERAS INACTIVAS PINARES REPOBLACION

ABASTECIMIENTO AGUAS

PANTANOS

PASTOREO

TURISTICO-RECREATIVO ESPELEOLOGIA

ESTETICA DEL PAISAJE

DEGRADACION DEL ENDOKARST

VERTIDO DE RESIDUOS EN CAVIDADES

RELACION ENTRE VERTIDOS y AGUA

FUTURO PARQUE NATURAL

YACIMIENTOS ARQUEOLOGICOS.

SAN PEDRO 

PASTOREO.

SIN PROBLEMAS DE CONTAMINACION

INTERES CONSERVACIONISTA.

ARANGIO.

CAPTACIONES AGUA

CANTERAS ANTIGUAS PASTOREO.

SIN PROBLEMAS DE CONTAMINACION

PARQUE NATURAL DEL DURANGUESADO.

LANDA.

PINARES REPOBLACION

 CANTERAS

PASTOREO

RECREATIVO

CAPTACIONES AGUA

ESTETICA.

CANTERAS CONVERTIDAS EN BASUREROS.

AGUAS SULFUROSAS.

URKILA-

AL TZANIA

 

CANTERAS (en explotacion)

PASTOREO ABASTECIMIENTO AGUAS

 TURISTICO-RECREA TIVO.

ESTETICA. DESAPARICION DE CAVIDADES POR LAS CANTERAS

ESCUELA DE ESCALADA

YACIMIENTOS ARQUEOLOGICOS.

Cuadro 1: Usos y tipo de contaminación principales

en las zonas kársticas de las Montañas septentrionales

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Las captaciones de agua

La utilización directa de las aguas kársticas para las actividades humanas constituye una de las prácticas humanas más antiguas. En el karst del SE del Gorbea tenemos buenos ejemplos de captación de aguas para abastecimiento, en este caso para la ciudad de Vitoria. A finales del siglo pasado se realiza el acondicionamiento y obras de captación en las cuevas de Sale el Agua y de Artzegi en Gorbea, cavidades que de manera contínua proporcionan hasta la actualidad un caudal cuyo débito medio puede estimarse en 50 I/s. Otros buenos ejemplos son el Nacedero de Araia (surgencia que procede principalmente del río de la sima UL-3), cuyas crecidas pueden alcanzar varios miles de litros por segundo. Esta surgencia, a causa de la sequía del País Vasco en 1990, fue acondicionada para su desvío hacia el Embalse de Ullibarri, ya que antes sólo se utilizaba para el abastecimiento de la zona de Asparrena. La fuente de Etxaguen (50 I/s), de donde se toma el agua para abastecer a Aramaiona, es otro ejemplo de aprovechamiento del agua kárstica en las montañas septentrionales. En cualquier caso, por las características propias de las calizas arrecifales urgonianas, estas zonas constituyen buenos acuíferos, con una contaminación menor que los acuíferos de tipo aluvial (IBARRA LOZANO et al., 1988), por lo que es muy probable que se intensifique la utilización de este tipo de surgencias, o incluso se produzcan explotaciones mediante bombeos en puntos favorables, ante la progresiva demanda de agua de calidad que se está produciendo en el País Vasco.

Los embalses

Debido a las características abruptas, al perfil de ciertos valles ya la masividad de las zonas calizas, las salidas de valles calcáreos suelen ser utilizadas como punto de cerrojo de presas, aunque muchas veces, debido a defectos en la planificación, existen multitud de problemas de filtraciones de elevado costo y difícil solución (pantanos de Montejaque o Parelles en España) (ERASO, 1989). En Alava tenemos el ejemplo de los embalses de Gorbea I y Gorbea II, construidos en la salida del Subialde con el fin de utilizarlos como reserva para el abastecimiento de Vitoria. Ignoramos si existen pérdidas de importancia, aunque por su situación en la salida del valle y sobre el sustrato de areniscas, las pérdidas se deben orientar hacia la propia salida del pantano (surgencias existentes cerca de la cueva de las Arañas). Las consecuencias sobre el medio kárstico de estos pantanos es la inundación parcial, según el nivel del pantano, de la Cueva de Peña Blanca, a la vez que varias pequeñas cavidades cercanas al fondo del valle han quedado totalmente inundadas (hipotéticamente hablando podían tener yacimientos arqueológicos, al igual que otras descubiertas recientemente en la misma zona).

Las minas

Las mineralizaciones de hierro, asociadas a las calizas urgonianas (marcasita y oligisto principalmente), han propiciado una explotación sobre el medio kárstico atestiguada desde época romana (zona de Albertia-Alava) e intensificada con el auge industrial del País Vasco. La presencia de estas explotaciones puede en casos excepcionales proporcionar el acceso a conductos kársticos que sin ellas hubiesen sido desconocidos (zona de Galdames), o incluso generar formas de lapiaz exarcerbadas (Cabárceno-Peña Cabarga, Gallarta) (GARCIA CODRON, 1988), cuyo origen era antes atribuido a herencias paleoclimáticas. Nos encontramos con minas en el NW de LLodio, zona de Albertia, Zárate y Altzania. Estas minas son de pequeño tamaño (la sección de la galería nunca sobrepasa 2 x 1 m.). Generalmente son unidireccionales; su longitud es pequeña, oscila entre 10 y 80 m. y suponemos que su rendimiento nunca fue elevado. Sirvieron en algunos casos como refugio en la guerra civil (NW LLodio), estando parcialmente hundidas y desmanteladas en la actualidad.

Las canteras

Sin duda se trata de uno de los atentados paisajísticos más desarrollados en las áreas calizas a las que hacemos referencia, ya que sólamente el karst de San Pedro (E de Gorbea) está libre de su presencia (desde aquí nuestro deseo de que se mantenga de esta manera), pues es el único karst arrecifal de Alava que no tiene alteración humana de importancia, hecho que se manifiesta en la riqueza de su bosque. En Vizcaya y Guipúzcoa nos encontramos con la misma situación; es decir, existen muy pocas zonas de calizas arrecifales libres de este tipo de intervención, por lo que es preciso conservar aquellas zonas que se encuentran intactas, aunque la política de infraestructuras seguida en la actualidad ("y vasca", Metro de Bilbao, autovía ArmiñónMalzaga, etc) necesita de abundante materia prima, por lo que es bastante probable que las necesidades extractivas de áridos continúen e incluso se incrementen, llegando en ocasiones a entrar en competencia con espacios naturales, originando tensiones sociales (cantera de Atxarte-Parque Natural del Duranguesado). La importancia negativa de las canteras no se reduce a su impronta sobre el paisaje. En muchas ocasiones se llega a la destrucción de cavidades enteras (caso de la Cueva de Asubiaga en Altzania) o se produce el cortocircuito del flujo del agua, como es el caso de Gorbea, donde la cantera de Peña Gingia corta el flujo de agua que se producía desde la cueva de Peña Gingia (aparecida debido a las voladuras) a la cueva de Sale el Agua. El hombre cambió el carácter subterráneo del torrente, haciéndolo superficial. En la actualidad, la práctica totalidad de las canteras existentes en los karst arrecifales de la provincia de Alava se encuentran inactivas, aunque en ningún caso se ha producido una "recuperación ambiental", tal como indica la ley de minas, ya que el intento de recuperación con especies autóctonas de la cantera de Asubiaga en Altzania puede considerarse como bastante fracasado. Los usos de estos espacios en la actualidad son de lo más variados (cementerio de coches o basurero -Landa y LLodio-, vías de escalada -Altzania-La Leze-), aunque su recuperación ambiental pueda ser viable.

Las actividades contaminantes

Afortunadamente no existen núcleos urbanos con industria sobre zonas calizas en las montañas septentrionales (aunque la contaminación atmosférica derivada de esta actividad puede suponer una forma de contaminación, debido al arrastre de estas partículas por la lluvia). Sí existen actividades agrícolas y ganaderas en mayor o menor medida (zona de Llodio, Zárate, Albertia, Gorbea, etc), que pueden ser puntos de contaminación del karst. Esta contaminación puede ser de dos tipos: por un lado, debida a pesticidas o abonos, en cuyo caso se produce una abundancia de nitratos (NO3-). Por otro lado, el tipo de contaminación derivada de la agricultura viene provocada principalmente por la falta de ética y desinformación de los ganaderos que arrojan el ganado muerto a las simas o que tiran las basuras a "donde no se ve". En este caso la contaminación bacteriológica se determina por la presencia de nitritos (NO2-) o amoniaco (NH4+) (LOPEZ VERA, 1990). Quizá hay que tener en cuenta, para un tipo de contaminación orgánica más reducida, los refugios que salpican nuestros montes y que en algunos casos también arrojan sus desperdicios a cavidades, haciendo gala de un curioso concepto de ecología.

En cualquier caso, es evidente que los acuíferos calizos formados por las calizas arrecifales no están aislados de fuentes de contaminación. Aunque hoy día todavía su contaminación es escasa (CRUZ-SANJULIAN, 1986), no debemos olvidar que las progresivas actividades derivadas de un turismo "verde" pueden suponer una inyección nueva de contaminantes a un medio de difícil depuración y regulación, en el que el mejor y más barato método de saneamiento es la prevención a través de campañas publicitarias organizadas por la administración.

Las actividades turísticas

El auge de las actividades turísticas de todo tipo en la montaña (residencias secundarias, actividades deportivas especializadas) provoca que en la actualidad exista una demanda sobre las áreas calizas del País Vasco, que generalmente se corresponden con áreas de montaña de elevada calidad ambiental. Quizás sea significativo señalar que la mayoría de los parques naturales existentes en la actualidad o en proyecto en Alava se corresponden con áreas calizas (Parques Naturales de Valderejo, Gorbea, Duranguesado). Lo mismo ocurre con la escalada, ya que todas las zonas en las que se practica la escalada dentro de la provincia son paredes calizas (PERALES, 1991 ). En muchas ocasiones, el auge de estas actividades va a conllevar una contaminación del medio kárstico, sobre todo en el caso de la masificación de la espeleología por parte de personas poco concienciadas y mal preparadas, que están convirtiendo algunas cavidades en "escenario de grafittis" de todo tipo (cuevas de Mairuelegorreta), a la vez que los residuos de la exploración (carburo, latas de comida, pilas, etc) son abandonados sin ningún tipo de prejuicios.

Los cambios sobre el medio subterráneo

Las cavidades son un medio restringido de escasa aireación y con un ecosistema extramadamente frágil, de difícil recuperación una vez alterado. Junto a la contaminación exclusivamente estética que originan las pintadas o desechos en las cavidades, tenemos que tener en cuenta que una presencia humana excesiva puede producir cambios y alteraciones en el medio ambiente subterráneo.

Citas no muy antiguas (LUIS HEINTZ, 1915) señalan la presencia de una elevada presencia de murciélagos en cavidades de Gorbea, de tal forma que éstos cubrían prácticamente la bóveda. En la actualidad estos animales son raramente visibles, y aparecen siempre aislados. Es evidente que existe una relación entre el aumento del nÚmero de visitas y la disminución de estos animales, llegando a la pregunta clave: ¿cuál es el número máximo de personas que una cavidad puede soportar sin alterar su medio ambiente? .Esta pregunta es de difícil solución, pero quizás la regulación de entrada a determinadas cavidades, excesivamente visitadas por su accesibilidad e importancia, sea la clave de la respuesta. De esta forma, parecen "a priori" extremadamente arriesgados algunos proyectos que puedan suponer una alteración del medio ambiente subterráneo (proyecto de palacio de festivales en las Cuevas de Mairuelegorreta). Nuevamente es la Administración o autoridad competente la que debe vigilar el estado de conservación de nuestras cavernas, tomando las medidas necesarias para conservar este patrimonio que puede esconder las claves de nuestro pasado (recientes hallazgos en Subialde y Arrillor) o encerrar recursos de orden hidrológico o científico.

EL CASO DEL SE DE GORBEA

El Gorbea (1475) es un famoso monte vasco, muy cercano a las aglomeraciones de Bilbao (1.100.000 hab) y Vitoria (210.000 hab), por lo que soporta una elevada presión turística. Junto a esta presión, el aprovechamiento "organizado" de ciertos recursos ha provocado una degradación general del entorno. En buena parte de su extensión (N y SE), aflora un importante karst que en algunos sectores presenta ciertos problemas de degradación y contaminación. Describiremos los problemas existentes en la vertiente alavesa, la degradación antrópica y su posible recuperación.

Generalidades

El karst del SE de Gorbea es una estrecha banda de calizas arrecifales albienses urgonianas (RA T , 1959), intercalado en una potente serie de areniscas aptienses y albienses. Este karst ocupa una superficie aproximada de 3 km2 (parte alavesa-SE), siendo la continuación de una estrecha banda de los materiales aflorantes en la vertiente cantábrica (Fm. de Itxina). En los escasos 3 km2 de karst existen un total de 130 cavidades (ARCHI/7OS G.E.A.), la mayoría de tamaño medio y pequeño, aunque existen varias de considerable importancia como MAIRUELEGORRETA-KO GOBA (12.000 m.), PEÑA GINGIA-KO GOBA (5000 m.), PAGOLUSIETA-KO LEZEA (5000 m.) y URE SARTZANDA ZULOA (7000 m.). Este potencial espeleológico, conocido en parte desde antaño (primeras exploraciones de MAIRUELEGORRETA-KO GOBA en el año 1900) (V ARIOS, 1990), junto con el fácil acceso y localización para algunas de las cavidades citadas, ha provocado que estas cavidades sean el inicio de aventuras de tipo espeleológico para gran cantidad de jóvenes, en la mayor parte poco preparados y poco concienciados sobre la fragilidad del medio kárstico.

Degradación del endokarst

La reciente demanda y auge de actividades relacionadas con "el medio ambiente" ha provocado un verdadero "boom" de ciertas actividades relacionadas con la montaña. En el caso del Gorbea, y concretamente con la actividad de la espeleología, se resume en un aumento de la gente que va con intenciones de "visita", sin ningún interés científico, a aquellas cavidades más conocidas y accesibles, lo cual ha producido una degradación muy rápida en ciertas cavidades de la zona. Degradaciones tales como:

-Abandono de basuras de todo tipo en la entrada e interior de las cavidades (carburo, pilas, restos de comida, botellas...) (Mairuelegorreta-ko Goba, Peña Gingia-ko Goba, Legorras-ko Goba).

-Destrozo de formaciones litogénicas, por un afán destructivo o por intereses supuestamente comerciales, para venderlas luego en los "mercadillos de minerales" de los domingos en las plazas mayores. (Mairuelegorreta-ko Goba, Peña Gingia-ko Goba).

-Degradación del entorno general de la cavidad mediante pintadas y "graffittis" de todo tipo (Mairuelegorreta-ko Goba).

-Perturbación y progresiva alteración sobre la fauna cavernícola, al observarse un progresivo decrecimiento del número de individuos de ciertas especies protegidas (Mairuelegorreta-ko Goba, Arrillor-eko Goba).

-Alteración y destrozo de material de interés arqueológico, habiendo sido borradas la figura de un bisonte (cavidades parte baja del Subialde), pintado en otros casos (controvertido caso de Subialde) o realizado catas de sondeo incontroladas por "buscatesoros" (Legorras-eko Goba).

Junto a esta degradación del endokarst, producida por el tránsito de personas, existe también una degradación de este medio debido al arrojo de basura a simas y sumideros, con las consecuencias contaminantes que ello conlleva. Esta conducta se sigue en varios refugios de la zona y por parte de los numerosos excursionistas que acuden a "pasar un día de campo" a la parte baja del karst, ya que en las cuevas "no se ve" la basura, existiendo verdaderos vertederos en varias cavidades (simas aliado del refugio de Errakaeger, Mairuelegorreta-ko Goba III, Sumidero de la cantera, cavidades cercanas a Sale el Agua). El problema se produce cuando existen en estas cavidades corrientes de agua que se relacionan con surgencias que se aprovechan como suministro de agua para la ciudad de Vitoria y las poblaciones de Zigoitia. De esta forma nos encontramos con la posible contaminación de uno de los mejores acuíferos que existen en el territorio como reserva de agua (IBARRA LOZANO, L.M. et al., 1988).

Degradación del exokarst

La degradación del exokarst del SE de Gorbea se ha producido fundamentalmente debido a la extracción de recursos naturales para la obtención de un beneficio económico. Este tipo de explotaciones en la actualidad se encuentra en franco retroceso o ha dejado totalmente de producirse, aunque quizás la nueva demanda como espacio de ocio pueda suponer nuevas agresiones.

Entre las actividades en desuso hay que citar las relacionadas con el carboneo vegetal (hayas trasmochadas), las labores de escoberos o el abandono progresivo del pastoreo. En la actualidad, las actividades primarias más importantes están relacionadas con la sustitución de la vegetación potencial (hayas y robles) por especies de rápido desarrollo biológico (parte baja del Subialde), aunque todavía esta actividad no es importante, siendo quizás lo más pernicioso la apertura de pistas, vías de penetración para motoristas y "amigos de los rallies", que facilitan a la vez la construcción de refugios en las partes altas.

En el SE del Gorbea, la principal agresión antrópica organizada es la explotación de dos canteras en la parte baja del karst, en funcionamiento durante el período 1974-1977, lo que supuso la extracción de 1 millón de m3 de caliza, provocando un importante cambio en el paisaje y una serie de problemas y alteraciones hasta ahora sin solución. Entre ellos destacamos:

-Inestabilidad de los taludes, con el consiguiente peligro en una zona tan frecuentada.

-Frecuentes encharcamientos debido a los sucesivos reencauzamientos del arroyo Subialde por las obras de la cantera.

-Alteración y corte del conducto subterráneo de la actual cueva de Peña Gingia (aparecida como consecuencia de las voladuras), que se dirigía a la cueva-surgencia de Sale el Agua. Un curso de agua subterráneo se ha convertido en aéreo y artificial mente se ha desviado. La continuidad e intensidad de las voladuras, a pesar de las protestas de espeleólogos y ecologistas, supusieron importantes destrozos en las bellas formaciones litogénicas de la cavidad.

-Contaminación actual de este torrente por el lavado de coches y abandono de residuos de carácter contaminante (latas de aceite-motor) en el punto donde este arroyo se sume hacia la cueva de Sale el Agua (captación de agua para Vitoria).

Por último, existen una serie de actividades y de usos, más o menos integrados y con escasa contaminación visual, como son las construcciones en función del abastecimiento de aguas (casetas de control, pavimentación cueva de Artzegi) y la existencia de dos pequeños pantanos de almacenamiento (con la inundación parcial según nivel de la cueva de Peña Blanca).

Propuestas de solución

El karst es un medio cerrado con escasa capacidad de aireación, por lo que la prevención e infórmación es quizá la mejor arma para su protección. El Grupo Espeleológico Alavés lleva estudiando las zonas kársticas de la provincia de Alava desde hace más de 30 años, a merced de la ayuda de la Diputación Foral de Alava. Por lo tanto, con conocimiento de causa, en todas las actividades que desarrolla (cursillos, exposiciones, publicaciones) informa sobre la debilidad y fragilidad del medio ambiente subterráneo, con el objetivo de fomentar la concienciación sobre el tema. Junto a estas campañas de prevención, que deben ser apoyadas por las instituciones, es preciso (para el caso del SE de Gorbea, que formará parte del Parque Natural) desarrollar una serie de labores de limpieza del endokarst en aquellos lugares más degradados y de mayor interés (caso de Mairuelegorreta'ko goba). Para esta cavidad en concreto, es posible plantear campañas de limpieza (en colaboración con excursiones de colegios), de tal forma que en una primera etapa se extraigan los residuos existentes (restos de los antiguos festivales folklóricos, basura en general), a la vez que, en una segunda fase, se pueda realizar una limpieza de paredes, con el objetivo de restaurar en la mayor medida el paisaje original de la cavidad.

Esta campaña de limpieza quizá nos lleve a un punto conflictivo: el cierre de determinadas cavidades. No se puede limpiar una cavidad para que el siguiente fin de semana esté nuevamente sucia. En el tiempo que dure la limpieza la cavidad puede estar cerrada. Posteriormente la llave de la cavidad puede ser adquirida, mediante un pequeño trámite, en los pueblos cercanos. Aquellas cavidades que presenten un especial interés, bien por razones de diversidad biológica o por representar un importante patrimonio {arqueológico, paisajístico...), deben protegerse igualmente.

En cuanto a la recuperación y limitación de las actividades contaminantes en el exterior, son las instituciones competentes las que deben llevar a cabo campañas que ayuden a la disminución de la degradación del ambiente en las zonas kársticas, a la vez que, para el caso de Gorbea, sea preciso informar al visitante, vigilar y si es preciso castigar las acciones que se consideren negativas {lavado de vehículos, fogatas y barbacoas, etc). Esta labor, junto con la regeneración de las áreas degradadas {recuperación integral de la cantera), puede lograrse mediante la aplicación de una figura de protección adecuada al karst o al macizo en general, proyecto muy avanzado en la actualidad y que a través de la figura de Parque Natural pretende la conservación de este espacio.

Es posible que esta figura de protección tenga un efecto contrario, al potenciar un auge desmesurado de las actividades de ocio que supongan, lejos de una recuperación, una mayor degradación, debido a un aumento del número de personas y actividades sobre el medio (aumento de refugios, aumento de las residencias secundarias cerca de un entorno valorado, presencia de tabernas, sidrerías, construcción de pistas y aparcamientos para acoger a los visitantes, proyecto de palacio de festivales en Mairuelegorreta, etc), lo cual puede suponer una degradación de un entorno muy valioso, cuya pérdida sería algo verdaderamente irreparable.

AGRADECIMIENTOS:

Quisiera mostrar mi agradecimiento al Dr. Eugenio Ruiz Urrestarazu del Departamento de Geografía, Prehistoria y Arqueología de la Universidad del País Vasco por sus oportunas observaciones; ya Elena Urzelai y Susana Irizar por la traducción del Resumen al euskera.

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