Lurralde :inv. espac. N. 28 (2005) p. 49-67 ISSN 1697-3070

ANTECEDENTES HISTÓRICOS Y SITUACIÓN ACTUAL DE LA

 INDUSTRIA EN LA REGIÓN DE MURCIA.

Cayetano ESPEJO MARIN

Departamento de Geografía. Universidad de Murcia.

Campus La Merced.

30001 Murcia.

E-mail: cespejo@um.es

Resumen

La industria en Murcia comienza su desarrollo a partir del siglo XVIII y alcanza su máximo esplendor en la década de los años sesenta del siglo XX. En la actualidad predominan las pequeñas y medianas empresas, y dentro de los sectores de producción destaca el de alimentación. Las transformaciones que ha experimentado la actividad industrial han generado un desplazamiento de los centros de producción desde los núcleos urbanos hacia la periferia, y cada vez son más las empresas que se instalan en polígonos industriales.

Palabras clave: sectores industriales, suelo industrial, Región de Murcia.

Abstract:

The development of industry in Murcia started in the 18th century and reached its peak during the 1960s. Nowadays, the majority of companies range from small to medium-sized ones and, within sectors, the contribution of food industry is outstanding. The different transformations of industrial activities in Murcia have entailed a movement of productive areas from the centre to the outskirts of towns, and, as a result, the number of new firms that are established in industrial estates is on the increase.

Keywords: Industry, industrial sectors, industrial estates, the region of Murcia.

Résumé:

L’industrie à Murcie commence son développement à partir du XVIIIe. Siècle et atteint son splendeur maximum dans les années soixante du Xxe. Siècle. À l’heure actuelle, prédominent les petites et moyennes entreprises et, dans les secteurs de production, se fait remarquer celui de l’alimentation. Les transformations suivies par l’activité industrielle ont engendré un déplacement des centres de production depuis les noyaux urbains vers la banlieue et elles sont de plus en plus les entreprises qui s’installent dans des pôles industriels.

Mots clefs: Industrie, secteurs industriels, sol industriel, Région de Murcie.

1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS.

La tradición industrial de la Región de Murcia viene desde muy antiguo. Murcia se ha caracterizado por su riqueza en materias primas metalúrgicas, textiles y hasta químicas (barrilla) y por su pobreza en fuentes de energía. La abundancia de minerales no ferrosos era conocida desde la Antigüedad. Durante la romanización el Sureste Peninsular vive la primera época de desarrollo de la minería, tal y como demuestran las excavaciones arqueológicas y los abundantes restos de labores de explotación, lavado y fundición de plomo encontrados cuando se reinicia la actividad minera en el siglo XIX. La explotación de fibras textiles de origen animal -seda y lana- y vegetal -esparto y cáñamo- atraviesa su edad de oro entre el siglo XVI y comienzos del XX. Unas y otras se benefician de unas rentas de situación relacionables con la ubicación costera de la Región que facilita el comercio de exportación desde la época preindustrial (Pérez, 1990).

En el siglo XVIII varios son los referentes de la industria murciana. El Arsenal de Cartagena se concluye en 1765. Lorca cuenta con quince fábricas de salitre a mediados de esta centuria, y durante la segunda mitad se construye la Real Fábrica de Salitres. La pañería y el tejido del cáñamo convierten a Caravaca de la Cruz en el centro manufacturero más importante del Noroeste murciano. Las modernas fábricas de seda aparecen en Murcia a partir de 1770 con la instalación de la Real Fábrica de Hilar Sedas a la Piamontesa; en 1800 lo hace la de Tejer Sedas a la Tolonesa.

A lo largo del siglo XIX se asiste a una lenta liquidación de un determinado modelo preindustrial. Las oligarquías consideran la compra de la tierra como el destino más seguro para sus inversiones y la modernización agrícola y el despegue industrial no tendrá lugar hasta el siglo XX (Pérez, 1983). Durante el siglo XIX desaparecen industrias como los salitres de Lorca y las fábricas de la seda, ya que en el último tercio del siglo únicamente una de ellas se dedicaba a hilar pequeñas partidas de seda para hilo de coser y las restantes casi exclusivamente a la producción de hijuela (Olivares, 1976).

La Sierra Cartagenera después del brillante papel desempeñado en la Edad Antigua permanece durante siglos en el silencio y hasta mediados del XIX sus explotaciones no vuelven a resplandecer con la misma intensidad anterior (Egea, 1983). En Mazarrón cuando finaliza el siglo XIX la potente minería del plomo toma el relevo al viejo alumbre. Cartagena domina hasta los años de 1870 la producción plumífera nacional, y ésta no deja de crecer hasta tocar techo en 1912. No obstante, el gran desarrollo minero iniciado hacia 1840 no genera una industrialización sobre bases firmes. La ausencia más notoria es la de una industria siderúrgica, ya que ni en Cartagena se da un despegue siderúrgico. Esto es debido a la tardía explotación de los minerales férricos en la provincia, la ausencia de carbón fósil, la atomización empresarial, la lenta implantación del capital franco-británico, más interesado por la extracción de calaminas, fundición de plomos y copelación de la plata, así como a la inferior iniciativa de los inversores nacionales en el distrito cartagenero respecto a los ubicados en otros lugares como Málaga (Vilar, Egea y Victoria, 1985).

A lo largo de la segunda mitad del siglo XIX la industria agroalimentaria murciana está determinada por la molinería en sus tres variantes: elaboración de harinas, aceites y vinos. Los establecimientos dedicados a dichas actividades presentan dos rasgos fundamentales: por un lado, su elevado número y una gran dispersión. Ambos se acentúan en el caso de los molinos de grano que pasan de trescientos en 1857 a cuatrocientos cuarenta y tres en 1880. La segunda característica que define este sector es su arcaísmo tecnológico (Pérez, 1990).

En 1856 han desaparecido prácticamente las antiguas especialidades artesanales: pañería, martinetes, tejidos de lienzo, etc. Sólo sobrevive el trabajo del cáñamo y del esparto. A finales del siglo XIX aparece un nuevo modelo de aprovechamiento textil, apoyado una vez más en las materias primas locales (esparto y cáñamo) y en el consumo popular. En el caso del cáñamo, el período de auge es breve, de 1890 a 1920 aproximadamente, y está íntimamente conectado con el desarrollo de la alpargatería y la confección de sacos, a su vez en relación con la industria pimentonera (Pérez, 1990).

Durante el siglo XX se produce la gran implantación y desarrollo de la industria en la Región de Murcia. Desde los años sesenta del siglo pasado la estructura industrial se ha caracterizado por estar compuesta por dos grupos de actividades claramente diferenciadas. Por un lado, la industria endógena, con predominio de capital regional, reducida dimensión empresarial y dedicada preferentemente a las conservas vegetales, industrias cárnicas, confección, muebles de madera, calzado... Por otro lado, la industria de capital exógeno, vinculada en gran medida a lo que ha sido el sector público empresarial español, y con escasas relaciones intersectoriales dentro del tejido productivo murciano; con establecimientos de grandes dimensiones, se dedican o han dedicado al refino de petróleo, construcción naval, abonos, producción y primera transformación de metales. El hundimiento y estancamiento de algunos de estos sectores en la década de los noventa no ha alterado la vigencia de esa caracterización, ya que permanecen empresas como Repsol, Izar, y se han implantado otras como General Electric Plastic. No obstante, la situación industrial actual ha cambiado sensiblemente respecto a la que se da en los años ochenta (Colino y Riquelme, 2000).

La industria de conservas vegetales se inicia en 1897 cuando el mallorquín Juan Esteva Canet pone en marcha la primera fábrica dedicada a la transformación de albaricoque búlida. También cabe señalar la creación en 1906 de dos establecimiento por la firma francesa Champagne et Frères Limited, uno en Alcantarilla y otro en Abarán. En 1922 el de Alcantarilla es adquirido por el grupo suizo de conservas Lenzburg-Hero, que junto con capital español forma la sociedad anónima Hero-Alcantarilla. A comienzos del siglo XX las actividades conserveras conocen su verdadero despegue, y la mayor intensidad fabril se sitúa en las pedanías de Murcia y en el municipio de Alcantarilla. La Guerra Civil supone la paralización de la producción ante la imposibilidad de importar hojalata. En 1944 la concesión de cupos de azúcar a los empresarios y las primeras importaciones de hojalata relanzan esta industria que sigue siendo uno de los pilares de la industria murciana (Pérez, Martínez y López, 1990). Ya en los sesenta se extiende por los municipios de Murcia, Molina de Segura, Alcantarilla, Alguazas y Las Torres de Cotillas, que con cerca de un centenar de fábricas, representan la mitad del total regional. En 1965 la provincia de Murcia cuenta con una cuarta parte de los establecimientos industriales de este tipo en España, da empleo a la mitad de los obreros y genera un tercio de la producción nacional, este volumen es posible gracias a la importación de frutas y hortalizas de otras provincias.

Otras industrias agrarias que comienzan su desarrollo en los años sesenta son la vinícola en los municipios de Jumilla, Yecla y Bullas, las industrias cárnicas en el Valle del Guadalentín y el pimentón, elaborado preferentemente en el municipio de Murcia, que en cuenta en 1960 con sesenta fábricas. El pimentón es un producto de exportación, Estados Unidos recibe la mitad de las exportaciones y Francia una cuarta parte. Este hecho sirve para modernizar las prácticas mercantiles y crediticias, al poner en contacto el mundo del negocio murciano con el exterior.

Durante los años cuarenta del siglo XX tienen un papel relevante las industrias derivadas del esparto que elaboran productos de utillaje para la agricultura, alpargatas y alfombras. En 1947 el número de personas que trabajan en esta industria asciende a veinte mil, y Cieza es el principal centro de transformación de este producto. Otra industria característica de esta década es la dedicada a la piel y calzado. En 1947 se contabilizan once talleres dedicados a la marroquinería. La fabricación de calzado se caracteriza por la producción de alpargatas de tipo levantino, confeccionadas con textiles murcianos y cáñamo y mezcla de esta fibra y esparto. El número de fábricas de alpargatas en 1947 asciende a 35, de ellas 13 se ubican en Cehegín y 11 en Caravaca de la Cruz; los talleres suman un total de 249, repartidos por el espacio regional. Este sector ocupa a cinco mil empleados.

La industria del mueble de Yecla tiene sus orígenes a principios del siglo XX, en la segunda década siete industrias dedicadas a la ebanistería dan empleo a numeros obreros, aunque se desarrolla de un modo importante en los primeros años de la década de los sesenta, es a partir de 1964 cuando comienza su auge, basado en dos grandes y casi únicos subsectores: el mueble de madera clásico y los tapizados (Cortina y Gris, 1982).

La industria del curtido nace en Lorca en los años noventa del siglo XIX y en los primeros años del XX funcionan varios establecimientos. Se desarrolla en los años sesenta como consecuencia del fuerte aumento de la demanda por parte de la industria del calzado. La evolución histórica de esta industria queda enmarcada en tres períodos: entre 1890 y 1910 se da una etapa que supone el nacimiento de una nueva curtición lorquina, los años comprendidos entre 1914 y 1930 suponen su consolidación, y la década de los sesenta un ciclo de expansión y modernización definitivos (Segura e Ibáñez, 1990).

En la década de los cuarenta y sobre todo de los cincuenta se sientan las bases del modelo industrial de Cartagena, que nace al amparo de la acción pública del Instituto Nacional de Industria, se consolida a lo largo del período 1960-1975 y se caracteriza por su gran dimensión empresarial, elevada especialización sectorial y alta dependencia exterior, tanto para el suministro de medios de producción y algunas materias primas, como para la colocación de sus producciones finales (Cortina, 1998). En 1947 se constituye la Empresa Nacional Bazán y en 1949 la Refinería de Petróleos de Escombreras S.A. (Repesa) que comienza a producir en 1950. En 1957 se inaugura Butano S.A. (propiedad de Repesa y Campsa) y la central térmica de Hidroeléctrica Española. Ésta hace posible la puesta en funcionamiento en 1960 de Española del Zinc S.A., dedicada a la obtención de derivados del zinc mediante la transformación de las blendas de la sierra minera. En 1969 la evolución de la demanda de abonos complejos estimula la creación de Abonos Complejos del Sureste (Asur), con capital compartido entre Repesa y Explosivos Río Tinto, empresa de abonos implantada en Cartagena a comienzos del siglo XX. La Empresa Nacional de Fertilizantes (Enfersa) se constituye en 1973, aunque funciona desde 1963 como factoría de fertilizantes de Repesa.

En los años cincuenta la Sociedad Minero Metalúrgica Peñarroya traslada el centro de gravedad de su actividad de la zona que le da nombre a la Sierra de Cartagena, donde cuenta con una implantación importante. En 1953, conseguidos los derechos de titularidad que le permiten disponer de una superficie de explotación compacta y homogénea, comienzan los trabajos de desmonte en la explotación "Emilia" y la construcción del lavadero "Roberto". En julio de 1957 se inician las explotaciones a "cielo abierto" en la Sierra de Cartagena y un nuevo resurgimiento de la minería. La fundición Santa Lucía, propiedad de Peñarroya, tiene que readaptarse al progresivo incremento del ramo de laboreo. En 1970, una vez terminadas las mejoras, podía tratar anualmente 100.000 toneladas de concentrados primarios y 75.000 de plomo. Este crecimiento se empieza a detener en los años ochenta, inicio de una nueva etapa enmarcada en la crisis económica mundial que determina cierta recesión en los niveles extractivos a tenor de las fluctuaciones del mercado. A ello se sumará el progresivo agotamiento de los descubiertos (Vilar, Egea y Fernández, 1990).

En septiembre de 1988 la sociedad Minero Metalúrgica Peñarroya vende sus explotaciones mineras a la empresa Portmán-Golf S.A. que continúa la actividad minera hasta mediados de 1990, cuando cesan los vertidos de estériles a la bahía de Portmán. Tras un largo y tortuoso camino para reiniciar las actividades durante 1991, los conflictos sociales y medioambientales en la sierra minera, junto al agotamiento de los yacimientos tradicionales, las bajas leyes de los minerales, y la baja cotización del plomo en los mercados internacionales, acaban por conducir al cierre de la minería y al despido de los trabajadores de Portmán-Golf en noviembre de 1991. Este cierre afecta a la viabilidad de la fundición Santa Lucía, ubicada en el puerto de Cartagena, que Peñarroya había vendido al grupo alemán Metaleurop, cerrando también esta empresa en 1992. (Cortina, 1998).

A principios de la década de los setenta dentro de la Región de Murcia se dan dos ejes de localización industrial. El eje de las huertas del Segura con un predominio de la industria conservera, junto a otras de alimentación, metalúrgicas dedicadas a la producción de envases y maquinaria para la conserva, metalgráficas, envases de madera, materiales de construcción y otras que contribuyen a que este espacio presente una industria muy diversificada. En la costa suroriental se encuentra el segundo eje industrial, que incluye los municipios de Cartagena y La Unión, donde se localizan las industrias antes relacionadas.

2. EVOLUCIÓN RECIENTE Y SITUACIÓN ACTUAL.

Durante las dos últimas décadas del siglo XX se produce una mayor dispersión de las industrias sobre el espacio regional y un cambio en la estructura de la producción industrial. En 1975 las ramas contribuyen a la producción final del sector industrial en el siguiente orden: químicas, metálicas, textiles, alimentación, extractivas, madera, cuero, cerámica y papel. En el año 2000 este orden es: alimentación, metálicas, químicas, madera, cerámica, papel, textil, cuero y extractivas. Destaca la pérdida de importancia de los textiles y de las extractivas, éstas como consecuencia del fin de la actividad minera, aunque con un peso creciente dado el papel que dentro de ellas tiene la piedra ornamental. A la inversa se produce el avance de posición de la alimentación que pasa a ocupar el primer lugar, destacando sobre el resto, ya que este tipo de establecimientos generan un tercio de la producción del sector industrial regional.

Las industrias de la Región de Murcia en el año 2000 aportan en establecimientos el 2,9 por cien de total de España. Esta participación es superior al 4 por 100 en los sectores de la industria química y el de fabricación de productos minerales no metálicos. Las empresas murcianas dedicadas a la producción de alimentos y bebidas; extracción de minerales no metálicos ni energéticos; y a la preparación, curtido y acabado del cuero, significan entre el 3,5 y 3,7 por cien del total nacional.

En el año 2000 las industrias suponen en el 10,2 por cien del conjunto regional de empresas, y dan empleo a una cuarta parte de los asalariados.

En 1999 su contribución al Valor Añadido Bruto regional asciende a más de 300.000 millones de pesetas, esto es el 15,5 por cien del total regional, y el 1,9 por cien del generado por el sector industrial en España.

La distribución espacial de las industrias presenta una elevada concentración en un reducido número de municipios. El papel de los polígonos industriales empieza a ser cada vez mayor, aunque la industria dispersa y la emplazada en los ejes viales tiene todavía un peso significativo.

3. LA DISTRIBUCIÓN DE LA DOTACIÓN INDUSTRIAL.

En la Región de Murcia, casi la totalidad de los municipios cuentan con alguna industria. No obstante, un reducido número concentran la mayor parte del conjunto regional. En el año 2000 el municipio de la capital es el que más empresas acoge con 1.818 establecimientos, lo que significa el 30,8 por cien del total regional, le siguen en importancia Cartagena y Yecla con 578 y 560 respectivamente, por lo que aportan cada una cerca del 10 por cien al total regional.

La distribución espacial (Cuadro 1) refleja la formación de un gran eje industrial a lo largo de la Vega del Segura, en torno al cual se encuentra más de la mitad de la actividad regional. Si bien la concentración alcanza el máximo en el triángulo comprendido entre Murcia capital, Alcantarilla y Molina de Segura, incluyendo Las Torres de Cotillas. Cartagena y Yecla constituyen los otros dos focos de localización de este tipo de empresas. El resto de los municipios están a gran distancia de los anteriores.

Cuadro I

DISTRIBUCIÓN DE LAS INDUSTRIAS EN LA

 REGIÓN DE MURCIA. AÑO 2000.

Municipios Número  %Total regional
ABANILLA 27 0,46
ABARÁN 50 0,85
AGUILAS 62 1,05
ALBUDEITE 3 0,05
ALCANTARILLA 204 3,46
ALCAZARES (LOS) 29 0,49
ALEDO 3 0,05
ALGUAZAS 41 0,69
ALHAMA 111 1,88
ARCHENA 50 0,85
BENIEL 86 1,46
BLANCA 22 0,37
BULLAS 56 0,95
CALASPARRA 73 1,24
CAMPOS DEL RÍO 7 0,12
CARAVACA 216 3,66
CARTAGENA 578 9,80
CEHEGÍN 82 1,39
CEUTÍ 38 0,64
CIEZA 175 2,97
FORTUNA 25 0,42
FUENTEALAMO 49 0,83
JUMILLA 109 1,85
LIBRILLA 14 0,24
LORCA 296 5,02
LORQUÍ 60 1,02
MAZARRÓN 47 0,80
MOLINA 292 4,95
MORATALLA 33 0,56
MULA 36 0,61
MURCIA 1.818 30,81
PLIEGO 1 0,02
PUERTO LUMBRERAS 40 0,68
SANJAVIER 81 1,37
SANPEDRO DEL PINATAR 72 1,22
SANTOMERA 83 1,41
TORREPACHECO 91 1,54
TORRES DE COTILLAS (LAS) 107 1,81
TOTANA 127 2,15
UNIÓN 46 0,78
YECLA 560 9,49
TOTAL 5.900 100,00

Fuente: Confederación Regional de Organizaciones Empresariales.

4. TAMAÑO DE LAS INDUSTRIAS MURCIANAS.

En general las empresas murcianas adolecen de un tamaño medio reducido que impide aprovechar las ventajas que se derivan de las economías de escala. Existen pocas grandes empresas, caracterizándose el tejido industrial regional por el predominio de pequeñas y medianas. Esta escasa capacidad se convierte a veces en ventaja ya que otorga a las empresas una flexibilidad que les permite adaptarse con mayor rapidez a los cambios de la demanda, variaciones de los gustos, etc.

El sistema industrial de la Región de Murcia se caracteriza por contar con un sector empresarial donde predominan las estructuras familiares, sustentado en el empleo de tecnologías fácilmente accesibles, incluso para las propios trabajadores. Esta circunstancia ha posibilitado, con frecuencia, el salto de empleados a empresarios, normalmente entre trabajadores cualificados, empleados en puestos estratégicos, hasta crear un elevado censo de pequeñas unidades de producción. El tejido productivo se fundamenta, en gran medida, en la pequeña y mediana empresa. El 79 por cien de las industrias cuentan con menos de 10 trabajadores, las de 10 a 19 empleados son el 11 por cien, las que tienen de 20 a 49 suponen el 7 por cien, y superan el medio centenar sólo el 3 por cien.

5. LOS SECTORES INDUSTRIALES.

El análisis de cada uno de los sectores industriales de la Región de Murcia ha sido posible gracias a la disponibilidad de dos fuentes estadísticas. Las "Cuentas del Sector Industrial de la Región de Murcia" referidas al año 1999, publicadas por la Consejería de Hacienda de la Región de Murcia, han permitido conocer el Valor Añadido Bruto (VAB) que cada sector genera en el citado año. Por otro lado se ha utilizado el "Listado de Industrias de la Región de Murcia" actualizado al año 2000, elaborado por la Confederación Regional de Organizaciones Empresariales. Con esta información se analiza la distribución municipal de las industrias según sector de actividad y el número de trabajadores al que dan empleo. Por tanto los datos referidos al VAB corresponden al año 1999, y los de porcentajes de participación sobre el total regional de empresas, y de trabajadores empleados en el sector industrial al año 2000.

5.1. Industrias de alimentación y bebidas.

El sector de alimentación y bebidas es el de mayor importancia en la industria de la Región de Murcia. Genera el 31,9 por cien del VAB regional. Las empresas suponen el 20,5 por cien y el de empleos el 29,5 por cien.

Las industrias de alimentación se caracterizan por la amplia variedad de actividades y por su gran capacidad de adaptación a las nuevas demandas de los mercados. Importantes firmas de este sector a nivel nacional tienen sus centros de producción en Murcia.

La industria de conservas vegetales surge en torno a la necesidad de responder a una nueva demanda, que permite las mejoras técnicas de conservación de los alimentos, lo que posibilita alargar el consumo, generándose así más valor añadido a partir de dos frutas de hueso excepcionales (albaricoque y melocotón), dos hortalizas (pimiento y tomate), los cítricos y el membrillo, y tiene como factores básicos de localización de las empresas en el río Segura y sus principales afluentes, ya que en sus proximidades se encuentran huertas con una excelente producción hortofrutícola.

Desde mediados de los años ochenta, en el sector conservero se ha producido una doble tendencia. Por un lado han desaparecido importantes y emblemáticas industrias de las conocidas marcas "La Molinera", "Gladiador", "Prieto" y "Comuna". En cambio, otras han creados innovadores procesos productivos, que ha llevado a la aparición de nuevos productos agroalimentarios: congelados vegetales, platos precocinados, alimentos infantiles y dietéticos, y productos frescos semielaborados, así cómo otros entre los que destacan los aceites esenciales, concentrados y derivados cítricos, enzimas naturales, colorantes alimentarios, aditivos y aromas.

La distribución espacial de las fábricas de conservas se configura a lo largo de dos ejes. El primero acumula más de la mitad de la actividad del sector y su centro se sitúa en la Vega del río Segura. Un segundo entroncado con el anterior se extiende hacia la comarca del Noroeste. Murcia concentra el mayor número de establecimientos, una cuarta parte del total regional, detrás se sitúan Caravaca de la Cruz, Ceutí, Lorquí, Las Torres de Cotillas y Molina de Segura.

Las industrias cárnicas han experimentado un destacado desarrollo al pasar de una estructura atomizada, dispersa y semiartesanal a otra con carácter plenamente industrial, aunque con una segmentación profunda, a través de un intenso proceso de reconversión sectorial. El sector privado se ha especializado en el sacrifico e industrialización de las carnes con mas demanda y capacidad de transformación (porcino y aves), mientras que los mataderos municipales cubren cuotas importantes de ovino, caprino y bovino, carnes difíciles de industrializar y con menores incrementos de demanda.

En el año 2000, más de un centenar de empresas se dedican al sacrificio, manipulación y elaboración de productos cárnicos, aunque una concentra la mayor parte de la actividad. Una de cada tres se localiza en el municipio de Murcia, otros ámbitos con destacada presencia de este tipo de industrias son el Valle del Guadalentín y las comarcas del Noroeste y Campo de Cartagena. En todos los casos su ubicación coincide con las áreas ganaderas de la Región de Murcia (Espejo, 1996).

La Región de Murcia cuenta con tres Denominaciones de Origen para sus vinos: Jumilla, Yecla y Bullas, por lo que la presencia de industrias dedicadas a la elaboración de vinos es reseñable, dentro de los ámbitos territoriales de las tres Denominaciones de Origen. Estas industrias vitivinícolas han ido adaptándose a las últimas demandas de los mercados, ello ha sido posible gracias a las fuertes inversiones en tecnología y a la implantación en las explotaciones de nuevas variedades de uva.

Entre las industrias de alimentación murcianas, siempre han tenido importancia las dedicadas a la producción de pimentón, que cuentan con una tradición de dos siglos. En el momento actual llega a su máximo esplendor como producto de calidad, tras la aprobación por parte de la Comisión Europea en marzo de 2001 de la inclusión del "Pimentón de Murcia" dentro de la lista de Denominaciones de Origen Protegidas por la Normativa Comunitaria.

También hay que señalar la presencia de industrias harineras, de confitería industrial, así como de golosinas, que cuentan en Molina de Segura con dos de los mayores fabricantes de España.

5.2. Industrias textiles, del cuero y del calzado.

El sector de las industrias textiles, de la confección y de la peletería produce el 3,7 por cien del VAB regional, pero su papel en cuanto al número de empresas y empleos es mucho más destacado. Las 394 industrias censadas en el año 2000 se desglosan 153 establecimientos incluidos dentro del grupo de industria textil, y 241 en el de la industria de la confección y de la peletería, por lo que entre ambos suponen el 6,7 por cien del total regional y dan empleo al 5,9 por cien de los trabajadores industriales.

La industria textil ha tenido desde hace siglos importante implantación en Murcia, ya que tiene su origen en industrias hoy desaparecidas como la seda y el esparto, así como en la fabricación artesana de mantas y alfombras. Aunque a finales de la década de los años sesenta estas empresas pierden importancia, debido a la sustitución de estos materiales por otros sintéticos, en la actualidad su presencia en el espacio regional murciano es importante.

Un tercio del total regional se localizan en el Municipio de Murcia, detrás se sitúan Lorca, Cieza, Molina de Segura, Cartagena y Caravaca de la Cruz; la presencia en otros municipios es muy escasa.

Por otra parte, la industria del cuero y del calzado genera el 3,7 por cien del VAB regional, y el número de empresas incluidas en este sector significan el 4 por cien del total regional, con una aportación del 4,4 por cien del empleo industrial regional.

Del total de empresas, sólo 28 se dedican a la preparación, curtido y acabado del cuero, y se localizan en su totalidad en Lorca, 23 industrias fabrican artículos de marroquinería y viaje, y 187 establecimientos se dedican a la producción de calzado.

El sector del calzado en la Región de Murcia está configurado no sólo por las empresas fabricantes, sino que existen otros agentes económicos alrededor como son proveedores de materias primas y auxiliares, industria auxiliar, y empresas de distribución.

La actividad de este sector se concentra sobre todo en tres municipios: Alhama de Murcia, Caravaca de la Cruz y Yecla. Los tres concentran a más de siete de cada diez empresas del sector, incluyendo las de mayor volumen de facturación.

5.3. Industrias del mueble y de la madera.

La Región de Murcia posee una importante presencia de industrias de este sector, que aporta el 9 por cien del VAB regional. Agrupa 1.225 centros de producción lo que supone el 20,8 por cien de la Región y dan empleo al 15,9 por cien del total de trabajadores.

Por un lado están las industrias dedicadas a la preparación industrial de la madera, fabricación de chapas y tableros, estructuras de madera y piezas de carpintería y ebanistería para la construcción, así como envases y embalajes de madera, estos últimos en decadencia dada la sustitución de los mismos por envases de cartón para el envasado de mercancía en fresco con destino a la exportación. En el conjunto regional estas empresas suman un total de 415, y se localizan preferentemente en los municipios de Murcia, Yecla, y Cartagena.

Por otra parte se encuentran las dedicadas a la fabricación de muebles, que suman un total de 810, la mitad de ellas se ubican en Yecla. También es importante su presencia en Murcia que da cabida a una quinta parte del total regional. El resto se distribuyen por varios municipios de entre los que destacan un reducido número en los que la cifra de fábricas de muebles supera la decena: Alcantarilla, Beniel, Caravaca de la Cruz, Cartagena, Cieza, Lorca, Molina de Segura, Santomera, Torre Pacheco y Las Torres de Cotillas.

Yecla es el municipio con mayor implantación por el abultado número de empresas y de empleo que generan, y porque es donde se localizan las más importantes del sector. Yecla cuenta además con una abundante industria auxiliar del mueble en forma de talleres e industrias de subcontratación de procesos, empresas de barnices, tapizado, vidrio, elementos de unión, mayoristas de maderas, herrajes, etc. El apoyo de las administraciones local y regional a la industria del mueble de Yecla se constata por un lado en la Feria del Mueble, que se celebra desde 1962, y en segundo lugar la existencia de un Centro Tecnológico del Mueble, que presta servicio de mejora continua, investigación y promoción de toda la actividad relacionada con el mueble. El mueble de Yecla está presente en las ferias más importantes del mundo, como Valencia, Milán, Colonia o París.

5.4. Industrias de papel, artes gráficas y edición.

Este sector produce el 4,8 por cien del VAB regional, y concentra el 5,5 por cien de las industrias y el 4,2 por cien de los empleos industriales.

Las industrias de este tipo surgen ante la necesidad de las conserveras para el embalaje de sus producciones, cartonajes e impresión de etiquetado. Su posterior desarrollo ha permitido extender su actividad hacia otros sectores industriales. En la Región se contabilizan un total de 72 empresas dedicadas a la fabricación de papel y cartón, y 240 cuya actividad se engloba en el capítulo de edición, artes gráficas y reproducción de soportes grabados. Las primeras se localizan preferentemente en los municipios de Murcia y Molina de Segura, ambos de gran tradición conservera y con posterioridad con una fuerte implantación de industrias manufactureras que precisan de las fábricas de papel y cartón para el embalaje de sus variadas producciones. Los establecimientos dedicados a la edición y artes gráficas tienen presencia en la mayor parte de los municipios de la Región, aunque es Murcia el que mayor número de los mismos contabiliza, al concentrar la mitad del total, en Cartagena y Molina de Segura se localizan 20, y en Alcantarilla 10, cifra a la que no llegan ninguno de los restantes municipios.

5.5. Industrias químicas, y del caucho y materias plásticas.

La industria química genera el 9,9 por cien del VAB murciano, y absorbe el 6,1 por cien del empleo industrial, en una cifra de establecimientos que suponen el 4 por cien del total regional.

Las empresas más grandes se sitúan en el municipio de Cartagena. No obstante, Murcia y Molina de Segura cuenta con un número mayor de industrias químicas. En Murcia se localizan la mitad del total regional, y entre Molina de Segura y Cartagena aporta una quinta parte.

Hasta finales de los años ochenta la rama con mayor incidencia en el sector químico es la de fertilizantes que cuenta con tres importantes factorías en Cartagena Enfersa (Empresa Nacional de Fertilizantes) dedicada a la producción de ácido sulfúrico, amoníaco y urea (abonos nitrogenados), Asur (Abonos Complejos del Sureste) que produce abonos complejos compuestos, y Unión de Explosivos Río Tinto que fabrica abonos fosfatados y potásicos.

La crisis financiera y especulativa del grupo Ercros, controlado desde inicios de los noventa por capital kuwaití (Kio), desembocó en la suspensión de pagos de Fertilizantes Españoles S.A., en el cierre de Enfersa-Cartagena a comienzos de 1993 y como consecuencia se interrumpió también la actividad gasística de Enagás en Cartagena por la falta de clientes industriales. Además se vendió la Antigua Explosivos Río Tinto S.A. a Potasas y Derivados y la factoría de Asur también sería enajenada al nuevo grupo químico Fertiberia a mediados de los noventa. El resultado fue que entre 1990 y 1995 el sector de fertilizantes de Cartagena había perdido alrededor del 70% del empleo y se había resquebrajado la cadena de valor de la industria (Cortina, 1998).

En la actualidad el papel de General Electric Plastics es cada vez mayor dentro del sector industrial químico en la Región de Murcia. Desde su inauguración en 1994, inicia una fase de producción de mezcla de resinas básicas con una capacidad de 40.000 Tm./año. Obtiene plásticos de ingeniería de alta calidad, destinados exclusivamente a usos industriales, en sectores de automoción, iluminación, informática, construcción de viviendas y electrodomésticos. Desde su inauguración hasta la fecha sus instalaciones no han dejado de crecer fruto de cuantiosas inversiones.

Las industrias del caucho y materias plásticas aportan el 3,3 por cien al VAB regional, el 2,6 por cien de las industrias y el 3 cien del empleo industrial.

El desarrollo de las empresas dedicadas a estas producciones se ha visto favorecido por el peso que la industria manufacturera tiene en la Región de Murcia, ya que precisa de envases de plástico para el envasado, empaquetado y manipulado de mercancías de todo tipo.

La utilidad del caucho y plástico en el sector agrario queda fuera de toda duda. Cultivos acolchados, bajo túnel y sobre todo invernaderos, para los que el plástico es un elemento fundamental e imprescindible. Por otra parte, la escasez de recursos hídricos en la Región ha dado como resultado una masiva implantación de métodos de riego localizado, sobre todo por goteo, con las correspondientes necesidades de tuberías y depósitos para el agua y abonos. Estas empresas se localizan preferentemente en Murcia, Molina de Segura, Alhama de Murcia, Alcantarilla y Cartagena.

5.6. Industrias de productos minerales no metálicos.

El sector de productos minerales no metálicos genera el 7,4 por cien del VAB, da empleo al 6,6 por cien de los ocupados industriales de la Región, en un total de 460 establecimientos que suponen el 7,8 por cien del total regional.

Dentro de este sector industrial, un tercio de las empresas de dedican a la fabricación de elementos de hormigón, yeso y cemento, y otro tanto a la industria de la piedra, mientras que el resto fabrican productos cerámicos, vidrios, azulejos y baldosas de cerámica, o se dedican a la producción de cal.

Dada la necesidad de sus producciones para el sector de la construcción (viviendas, naves industriales, instalaciones ganaderas), estas industrias se localizan en casi todos los municipios de la Región. No obstante, sólo cinco concentran tres cada cinco del total regional de estas industrias: Murcia, Cartagena, Totana, Lorca y Caravaca.

5.7. Metalurgia, construcción de maquinaria y material de transporte.

La industria metalúrgica y de transformación de minerales metálicos genera el 11,78 por cien del VAB regional. Agrupa al 14,4 por cien del total de empresas industriales murcianas y al 11,3 por cien del empleo industrial regional.

La mayor parte de estas industrias se dedican a la fabricación de elementos metálicos para la construcción. Tras ellas se sitúan las que centran su actividad en el tratamiento y revestimiento de metales y en tercer lugar están las incluidas en el grupo de cuchillería, cubertería, herramientas y ferretería. El resto de este sector se dedican a la fabricación de cisternas, depósitos, contenedores y otros productos, igualmente engloba otro conjunto las dedicadas a la forja, estampación y embutición de metales.

Al tratarse de industrias con una relación tan directa con la construcción, su presencia es común en la mayoría de los municipios murcianos, aunque como ocurre con la mayor parte de los sectores industriales un reducido número cuentan con la mayor parte de las empresas: Murcia, Cartagena, Molina de Segura, Alcantarilla y Lorca.

El sector industrial de la construcción de maquinaria y equipo mecánico genera el 5,4 por cien del VAB regional, da empleo al 4,4 por cien de los ocupados industriales de la Región, en un total de 355 industrias que suponen el 6 por cien del total regional.

Las empresas fabricantes de maquinaria cuentan con una amplia muestra de productos. Dos son los tipos que se construyen preferentemente: máquinas agrarias, que suponen un tercio del total de industrias de este sector, y maquinaria diversa para usos específicos.

La distribución municipal de las industrias dedicadas a esta actividad continua con la línea de concentración señalada hasta ahora, ya que sólo cuatro municipios cuentan con más de 20 industrias de este tipo, y acumulan dos tercios del total regional: Murcia, Molina de Segura, Cartagena y Alcantarilla.

Por último las industrias de material de transporte generan el 4,3 por cien del VAB murciano, y da empleo al 5,2 por cien de los ocupados industriales, con una aportación del 2,2 por cien del total de empresas.

Dentro de este sector se distinguen dos subsectores. El primero incluye las industrias que se dedican a la fabricación de carrocerías para vehículos, remolques y semirremolques, así cómo piezas y accesorios no eléctricos, y que engloba un total de 85 industrias, lo que supone dos tercios del total. Murcia es la segunda provincia de España con mayor número de camiones de gran tonelaje. Son varias las empresas dedicadas a la fabricación de carrocería para este tipo de vehículos. Además, con el fin de reducir costes de tiempo y mano de obra en la recolección de los productos agrarios, se fabrican todo tipo de remolques adaptables a tractores de distinto tamaño.

Por otro lado se sitúa el subsector de la construcción naval. Dentro de las empresas de construcción naval, la factoría de la Empresa Nacional Bazán en Cartagena emplea al 60 por cien de los trabajadores del sector en la Región de Murcia. Esta sociedad pasa a denominarse IZAR desde diciembre de 2000, fruto de su fusión con Astilleros Españoles. En Cartagena IZAR cuenta con dos unidades de negocio: el astillero, único de España capaz de construir submarinos y otros buques especiales, y que cuenta con una fábrica de motores diesel; y "Carenas Cartagena", con capacidad para atender hasta 11 buques simultáneamente. En este centro se realizan trabajos de reparación en buques de todo tipo con prestaciones altamente especializadas, que incluyen el mantenimiento y reparación de motores diesel de la próxima fábrica de Izar.

6 EL EMPLEO EN EL SECTOR INDUSTRIAL.

Durante la década de los años noventa se dan dos etapas claramente diferenciadas en la evolución de la población ocupada en las industrias de la Región de Murcia. La primera de 1990 a 1996 coincide con la fuerte crisis del sector industrial de Cartagena. La segunda etapa se inicia en 1997, año en que comienza la recuperación que llega hasta 2000, año de referencia en este estudio (gráfico 1).

La crisis del modelo industrial de Cartagena a comienzos de los noventa afectó a grandes empresas con un elevado número de trabajadores. Además tuvo dos características específicas: su concentración en el tiempo, sobre todo entre noviembre de 1991 y enero de 1993, y en los sectores de fertilizantes, construcción naval, minería, transformados metálicos y refino de petróleo, los mayores generadores de empleo.

La distribución municipal de los empleos en industrias presenta un clara paralelismo con la referente a la localización de las mismas (cuadro 2). En el municipio de Murcia se concentra más de una cuarta parte del total regional, detrás se sitúan Cartagena, Yecla, Molina de Segura, Lorca, Alcantarilla y Alhama de Murcia. En cambio, en otros 24 municipios de la Región el equipamiento industrial es tan escaso que no da empleo a una cifra de trabajadores que llegue al millar.

Cuadro II

DISTRIBUCIÓN DE LOS EMPLEADOS

EN EL SECTOR INDUSTRIAL. AÑO 2000.

Municipios Número % Total regional
ABANILLA 250 0,42
ABARÁN 389 0,66
AGUILAS 182 0,31
ALBUDEITE 7 0,01
ALCANTARILLA 2.513 4,25
ALCAZARES (LOS) 169 0,29
ALEDO 19 0,03
ALGUAZAS 553 0,94
ALHAMA 2.316 3,92
ARCHENA 411 0,70
BENIEL 876 1,48
BLANCA 219 0,37
BULLAS 1.326 2,24
CALASPARRA 413 0,70
CAMPOS DEL RÍO 586 0,99
CARAVACA 1.701 2,88
CARTAGENA 7.279 12,32
CEHEGÍN 875 1,48
CEUTÍ 336 0,57
CIEZA 907 1,53
FORTUNA 284 0,48
FUENTEALAMO 464 0,79
JUMILLA 929 1,57
LIBRILLA 221 0,37
LORCA 3.195 5,41
LORQUÍ 910 1,54
MAZARRÓN 423 0,72
MOLINA 4.085 6,91
MORATALLA 227 0,38
MULA 1.091 1,85
MURCIA 15.563 26,34
PLIEGO 6 0,01
PUERTO LUMBRERAS 151 0,26
SANJAVIER 362 0,61
SANPEDRO DEL PINATAR 411 0,70
SANTOMERA 674 1,14
TORREPACHECO 520 0,88
TORRES DE COTILLAS (LAS) 1.504 2,55
TOTANA 826 1,40
UNIÓN 232 0,39
YECLA 5.689 9,63
TOTAL 59.094 100,00

Fuente: Confederación Regional de Organizaciones Empresariales.

7. LOS EMPLAZAMIENTOS INDUSTRIALES.

Las transformaciones que ha experimentado la actividad industrial han generado cambios a nivel espacial, con un desplazamiento de la industria desde los centros urbanos hacia la periferia y áreas rurales, buscando minimizar los costes de mano de obra y del suelo. Esta tendencia ha generado en la Región de Murcia un modelo de localización industrial en bastantes casos desordenado y fuera del marco legal (Peñalver, 2000). Esta tendencia con el paso de los años se va corrigiendo dado que una buena parte de las nuevas implantaciones industriales se ubican en polígonos, buscando mejores condiciones para desarrollar su actividad. Varios son los tipos de emplazamientos sobre los que se ubican las industrias en la Región de Murcia.

El modelo más antiguo viene representado por la industria intercalada en la malla urbana, que nace de las necesidades de la ciudad y de su mercado de mano de obra. Se caracteriza a la vez por su especialización en los subsectores de transformación y de consumo, y por su extremada diversidad. Su emplazamiento en los centros urbanos responde a una herencia histórica de etapas de industrialización ya pasadas. Los establecimientos que existen todavía en los espacios urbanos en su mayoría son de reducidas dimensiones y de carácter artesanal (Gómez, 1984). El proceso de desindustrialización de muchas ciudades murcianas iniciado en los años sesenta ha generado la aparición de áreas obsoletas por la pérdida de la funcionalidad de muchas industrias (Andrés, 1993), pasando este suelo a uso público en algunos casos como el jardín de La Seda en Murcia, o el parque de la Compañía en Molina de Segura. La mayor parte de este suelo industrial ha pasado a ser ocupado por grandes bloques de viviendas, quedando las chimeneas como testigo de la anterior etapa productiva de estos espacios.

Otro tipo de emplazamiento industrial tradicional han sido los ejes de comunicación, dadas las facilidades de acceso y la imagen de escaparate para las industrias. El ejemplo más conocido es el tramo de la carretera N-301 entre las ciudades de Murcia y Molina de Segura, hasta el punto de que ha dado lugar a la aparición de los polígonos industriales del “Cabezo Cortao” y “La Polvorista”.

En la actualidad la implantación de industrias en las vías de comunicación parece continuar, tal y como sucede en el tramo de la citada carretera N-301, convertida en autovía, en su trayecto del Campo de Cartagena, o en la carretera que enlaza la citada autovía con la localidad de Fuente Álamo.

Una parte importante de las industrias de la Región de Murcia están dispersas. La industria dispersa responde a dos razones fundamentales. La primera, la localización de la materia prima, que en el caso de las industrias extractivas constituye la única y principal razón de su ubicación. Por otra lado, la existencia de suelo barato y próximo a grandes áreas urbanas ha dado lugar a un proceso industrializador desordenado, que se localiza preferentemente en el espacio periurbano de la Huerta de Murcia y en el entorno de otras localidades. Se han instalado industrias de forma indiscriminada. En la actualidad muchas de ellas encuentran serias dificultades para el desarrollo de su actividad. La escasa accesibilidad, por haberse construido las naves a pie de carriles o caminos de la Huerta, los problemas ambientales derivados de su falta de conexión a la red de alcantarillado, junto con el elevado precio del suelo, son factores que impiden su ampliación. El cierre y traslado de estas industrias, en muchos casos, no resulta demasiado traumático debido a que el considerable crecimiento urbano de pedanías más próximas al núcleo central ha provocado que el suelo ocupado por las instalaciones industriales pase a ser urbano, con la consiguiente revalorización.

En cuanto a los emplazamientos portuarios, el puerto de Cartagena constituye el principal ejemplo de la Región, tanto por la naturaleza de sus industrias como por su localización. La implantación del complejo petroquímico y la central térmica de Escombreras fueron posibles gracias a la disponibilidad de un puerto de estas características. En la actualidad, las nuevas demandas energéticas con el gas como producto de creciente consumo y que ha llevado a la ampliación de la planta de Enagás, así como las necesidades de infraestructura portuaria de empresas de la envergadura de General Electric Plastics pueden ser satisfechas por el puerto de Cartagena.

Los polígonos industriales surgen gracias a la planificación municipal. Tienen como objetivo evitar las dispersión territorial de las actividades económicas y conseguir la consolidación de un tejido industrial interrelacionado e integrado para alcanzar una mayor competitividad. El primer polígono industrial que se pone en marcha en la Región tiene su origen el Consejo de Ministros de 3 de marzo de 1972, y se localiza en la zona oeste de la capital entre Alcantarilla y San Ginés, con una superficie de 350 Has. Han tenido que pasar tres décadas para que este polígono se haya consolidado. En la actualidad sus expectativas de crecimiento se ven más claras debido a tres hechos: la construcción de la autovía El Palmar-Alcantarilla, la escasez de suelo industrial en los dos municipios a los que pertenece, y el proyecto de convertirlo en un Complejo de Actividades Económicas, Dotacionales e Industriales (Caedi).

Durante el último cuarto del siglo veinte se han construido bastantes polígonos industriales en la Región de Murcia. La iniciativa ha partido de la Sociedad Estatal para la Promoción y Equipamiento del Suelo (Sepes), los ayuntamientos, y de las empresas privadas que han promocionado la construcción de este tipo suelo industrial.

En el año 2000 la cifra de polígonos industriales supera el medio centenar y se localizan en bastantes municipios. La superficie total ocupada por este suelo industrial supera las 2.400 hectáreas. El hecho de que una tercera parte de los mismos se encuentren en obras o en proyecto pone de manifiesto la dinámica de este tipo de ubicación de cara a futuras implantaciones industriales.

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