/254/
I LA
PROVINCIA Y SU ORGANIZACIÓN
ORGANIZACIÓN MILITAR
Guipúzcoa aparece preparada militarmente desde tiempos muy
antiguos, como Provincia situada en los confines de una nación
poderosa, que le obliga á permanecer constantemente arma al brazo para defender
su territorio. Cuando Guipúzcoa se unió á Castilla en 1200, contaba ya en su
jurisdicción con las fortalezas de San Sebastián, Fuenterrabía, Beloaga,
Aitzorrotz, Arrasate, Ataun, etc.; y después se levantaron la de Gaztelu,
Behobia y otras, y se construyeron varias villas muradas y torreadas como Tolosa,
Villafranca, Guetaria, Motrico, etc.
De las antiguas fortalezas no queda hoy en pié de defensa más
que el castillo de la Mota de San Sebastián, llamado á desaparecer pronto según todos los indicios; y de las plazas muradas subsiste la de
Fuenterrabía, aunque sus obras de defensa se hallan en su mayor parte
arruinadas.
Vista de la plaza de Fuenterrabía y sus cercanías en 1638. [No disponible]
De los otros castillos solo quedan escasos vestigios,
indicando el lugar donde se hallaron.
En cambio se han levantado dos magníficos fuertes, uno .en el
monte Jaizkibel, cerca del santuario de Guadalupe, y otro en el de San Marcos,
con /255/ todas las condiciones que exigía la ciencia militar en la época que se
hicieron, que fue después de la última guerra civil.
Hubo proyectos de construir otro fuerte en el monte Erlaitz
de Irún, á cuyo efecto se abrió un camino militar á dicho alto y se hicieron
otras obras, que continúan paralizadas en el mismo estado en que entonces
quedaron.
Tenía esta Provincia un método peculiar de organización
militar para la defensa de su territorio, así como para prestar el servicio de
las armas en pro de la patria y del monarca. Todo guipuzcoano estaba obligado
á ponerse sobre las armas en caso de necesidad, alistándose bajo la bandera
del pueblo de donde fuera vecino. A este efecto solían estar alistados,
organizados militarmente y provistos de armas, que las conservaban en sus
casas consistoriales con los demás enseres necesarios para la guerra. Al año
una vez, en día determinado, hacían sus revistas, que llamaban alardes, y de
esta manera tenían una milicia permanente de todos sus naturales que fuesen
capaces de manejar las armas. Con estas fuerzas hizo la defensa de la frontera
de Francia en muchas y graves ocasiones.
Gozaba también Guipúzcoa de la prerrogativa de nombrar el
Coronel ó caudillo principal que comandase sus milicias.
En cambio, las levas de la gente de mar para la tripulación
de los buques de la Real armada, han venido practicándose en Guipúzcoa desde
tiempo inmemorial.
Desde el año 1876 en que el Gobierno central abolió los
Fueros de las Provincias Vascongadas, prestan éstas el servicio militar en la
misma forma que las demás de España.
Hasta el tiempo de los Reyes Católicos, no se tiene noticia
de que hubiera aquí autoridad alguna militar, pero á partir de dicho reinado,
figura siempre un Capitán general, que en sus principios se denominaba de
Guipúzcoa y su frontera, cuya jefatura, conforme á los fines de su
institución ;era puramente militar, reducida al cuidado de las plazas fuertes
y al mando de la tropa de la guarnición cle las mismas. Su residencia habitual
solía ser Fuenterrabía, como plaza fronteriza, y después San Sebastián.
Varias veces estuvo unida la Capitanía General de
Guipúzcoa al Virreinato de Navarra con residencia en Pamplona, y á
principios del siglo XIX se dio el caso también de que el Capitán general
residiese en Tolosa.
El 27 de Enero de 1822, decretaron las Cortes la división
del territorio español en distritos militares, formando el quinto distrito con
Navarra y las Vascongadas, con residencia del Capitán general en Vitoria.
Abolido el régimen constitucional en 1823, vino á crearse la Capitanía General
de las Provincias Vascongadas, que duró poco, y continuó después unido al
cargo de Virrey de Navarra ó denominándose de Guipúzcoa, con residencia en San
Sebastián, de donde se trasladó en 1843 á Vitoria, capital del doce distrito
/256/ militar, nuevamente creado. En virtud del R. D. de 2 de Julio de 1866,
se formó de nuevo el distrito militar de Navarra y las Vascongadas.
Actualmente el territorio de la Península se halla dividido
en ocho regiones militares. Al frente de cada región se halla un Teniente
general con la denominación de Capitán general, que asume el mando de todas
las fuerzas activas y en reserva que se encuentran en ella, y los servicios
militares afectos á la misma. El gobierno de la provincia de Guipúzcoa
corresponde estar desempeñado por general de brigada con nombramiento expreso
de este cargo.
Guipúzcoa corresponde á la sexta región, cuya capital es
Burgos. Además de Guipúzcoa, entran á formar parte de esta región Burgos,
Santander, Palencia y Álava.
El gobernador militar de la Provincia reside en San
Sebastián y tiene á sus órdenes un ayudante .de campo, un secretario y un
auxiliar. Residen también en San Sebastián el sargento mayor y ayudante de
plaza.
Comandancia de artillería de plaza y parque de artillería. Hay un coronel que hace de comandante director, y un teniente
coronel; jefe del detall, que lo desempeña un comandante; jefe de talleres un
capitán; un interventor , un comisario de guerra y un encargado de efectos y
caudales. Hay tres baterías .
La comandancia de artillería de plaza de San Sebastián, fue
creada el 2 de Noviembre de 1904, y en la plana mayor figuran un coronel, un
teniente coronel, tres comandantes, ocho capitanes, cuatro primeros tenientes
y cuatro segundos, un médico y un capellán.
Comandancia de ingenieros. Un teniente coronel, un
comandante, un capitán, un interventor y un encargado de efectos y caudales.
Servicios administrativos. Un subintendente de segunda,
un oficial primero y otro segundo de infantería.
En la intervención.- Un comisario de guerra de segunda.
Hospital militar .-Un subinspector, médico de segunda
que hace de director, el médico mayor, farmacéutico primero, el Interventor,
el administrador y el párroco ó capellán.
Comisión mixta de reclutamiento.- Un coronel de
infantería, que hace de vicepresidente, un teniente coronel de infantería, un
comandante de infantería y médico mayor, que hacen de vocales, y un comandante
de infantería que hace de oficial mayor .
Guarnición de San Sebastián.- Se compone del regimiento
de infantería de Sicilia número 7, y del primer regimiento de zapadores
minadores.
Plana mayor y tres baterías de la comandancia de artillería
de plaza.
Fuerte de San Marcos.- Un comandante militar, ayudante y
capellán, y de guarnición un destacamento del regimiento de infantería de
Sicilia número 7.
/257/ Fuerte de Nuestra Señora de Guadalupe de Fuenterrabía.- Un comandante militar, ayudante de plaza, y de guarnición
una batería de la comandancia de artillería de plaza de San Sebastián.
En Irún un comandante militar que desempeña un comandante
de infantería.
Reclutamiento y movilización del ejército.- Para el
reclutamiento y reemplazo del ejército, está dividido el territorio de la
Península en ciento diez y seis, circunscripciones, cada una de las cuales
tiene una caja de recluta y un cuadro del batallón de segunda reserva. Estas
circunscripciones se agrupan en cincuenta y cuatro zonas militares de
reclutamiento y reserva para la administración, régimen y servicio interior
de las unidades que en ellas se organizan. A las cajas de reclutas existentes
en cada zona, están afectos los mozos en caja, los reclutas con licencia
ilimitada, los sujetos á revisión por enfermedad, defecto físico ó cortos de
talla y los prófugos declarados por los ayuntamientos o por las comisiones
mixtas.
En cada zona hay un depósito al que pertenecen los mozos
excedentes de cupo, redimidos, substituidos y exentos del servicio activo,
hasta que reciben su licencia absoluta. La zona de San Sebastián hace el
número 39 y comprende toda la Provincia; la residencia de las cajas de
reclutas se halla en dicha ciudad.
INSTITUTO DE CARABINEROS
Por la situación que ocupa la provincia de Guipúzcoa en la
frontera de Francia, donde el contrabando de los géneros gravados por el
Estado español es más fácil que en las provincias del interior, el Cuerpo de
Carabineros desempeña en ella un papel importante, ocupando todos los puntos
estratégicos por los cuales pueden introducirse fraudulentamente los artículos
que devengan derechos á la Hacienda española, defraudando de esta manera los
ingresos de la Nación. Especialmente en la orilla izquierda de la ría Bidasoa,
cuyas aguas limitan la jurisdicción española y la francesa, se ven multitud de
garitas que dan abrigo á los individuos de dicho Instituto, colocadas con gran
profusión, á la vista unas de otras.
De las catorce subinspecciones en que está dividida la
Península con las islas Baleares, la doce es la denominada de San Sebastián,
que comprende las comandancias de Bilbao y San Sebastián con noventa puestos;
las cabeceras en Guipúzcoa son: Zumaya, Pasajes é lrún, de la 1ª, 2 y 3
compañía respectivamente. La jefatura de esta subinspección, está encomendada
á un coronel con un capitán ayudante secretario, con residencia en San
Sebastián. A la comandancia de Guipúzcoa corresponden un teniente coronel, dos
comandantes, cinco capitanes, diez primeros tenientes y tres segundos; San
Sebastián es la residencia del jefe. /258/
Estado de la fuerza en revista y disponible...
INSTITUTO DE LA GUARDIA CIVIL
La creación de la Guardia civil en España se remonta al año
1844, y desde sus comienzos figuran en esta Provincia destacamentos de dicho
instituto. /259/ Actualmente se halla distribuida en la Península e islas Baleares
y Canarias en veintidós tercios y dos comandancias. Guipúzcoa pertenece al
tercio de Vitoria, que es el decimotercero; la tercera compañía es la que se
halla repartida en esta Provincia.
Tolosa ha sido siempre y sigue siendo, la cabecera de la
comandancia.
Este tercio de Vitoria se halla repartido en veintisiete
líneas y ciento cuarenta y cinco puestos, y corresponden á él la provincia de
Navarra y las Vascongadas. A la comandancia de Guipúzcoa pertenecen un
teniente coronel, un comandante, dos capitanes, tres primeros tenientes y un
segundo teniente. Residen en San Sebastián el jefe de la comandancia, cuya
categoría es de teniente coronel; un jefe de detall, cuya categoría es de
comandante; un capitán cajero y un primer teniente, que desempeña el cargo de
jefe de la línea.
La dotación de la comandancia es de ciento sesenta y ocho
hombres, de los que doce son sargentos, quince cabos, doce guardias primeros y
los ciento veinticuatro restantes, guardias segundos; forman todos una
compañía, cuyo capitán reside en Tolosa, con cuatro oficiales que residen: uno
en la capital, como jefe de línea de ella; otro en Irún; otro en Villa-Real y
el otro en Vergara. La fuerza está repartida en líneas mandadas por oficiales,
y las líneas distribuidas en puestos, mandados .por los sargentos y cabos en
la siguiente forma:
Líneas |
Puestos |
Líneas |
Ppestos |
San Sebastián |
San Sebastián |
Villa-Real |
Villa-Real |
Usurbil |
Villafranca |
Aya |
Segura |
Zarauz |
Azpeitia |
Deva |
Iraeta |
|
Irun |
Irun |
Vergara |
Vergara |
Fuenterrabia |
Eibar |
Oyarzun |
Elgoibar |
Renteria |
Elgueta |
Pasajes |
Escoriaza |
Villabona |
Mondragón |
Tolosa |
Placencia |
Berastegui |
|
Los sargentos mandan los puestos de Irún, los de la
capital, donde residen tres, uno mandando el puesto y los demás á sus órdenes
desempeñando distintos cargos, y los de Azpeitia, Eibar, Oyarzun,
Placencia, Vergara, Villafranca, Villabona y Escoriaza. Los demás puestos
están mandados por cabos.
CUERPO DE «MIQUELETES» DE GUIPÚZCOA
La primera vez que vemos figurar el nombre de
Miquelete en Guipúzcoa, es cuando los franceses invadieron este suelo en el
primer tercio del siglo XVIII, aunque no creemos que se trataba de un Cuerpo
armado de la Provincia. /260/ A fines del siglo indicado, año 1796, se
formó, a costa de la Provincia, una partida de "miqueletes" para perseguir á los malhechores, y
desde entonces subsiste este cuerpo con alguna que otra intermitencia.

D.Juan Pablo de Lojendio,
Coronel jefe del Cuerpo de Miqueletes
|
El año 1830 constaba de tres grupos (así se titulaban) de
ocho hombres cada uno, mandados por un cabo, los cuales recibían, directamente
del señor diputado general de la Provincia, las órdenes concernientes al
servicio, y ya en 1833, por el comienzo de la primera guerra civil, se disolvió dicha fuerza, que estuvo diseminada
ocupando tres regiones de la Provincia.
Terminada aquella lucha, la Diputación Foral organizó y
sostuvo á expensas de la Provincia, el cuerpo denominado de «Protección y
seguridad pública», compuesto de cuatrocientos hombres distribuídos en cuatro
compañías, y entraron á formarlo dos compañías del batallón franco voluntarios
de Guipúzcoa, que con el nombre común de Chapelgorris, formó parte
integrante del ejército defensor del Trono de Doña Isabel II, durante la guerra, y otras dos
compañías del ejército de Don Carlos. Esta amalgama de fuerzas heterogéneas se acordó, sin duda, con el laudable propósito de armonizarlas
después de una lucha fratricida sostenida durante la guerra de los siete años,
para la prestación de un servicio común y de utilidad general para el país.
Realmente se consiguió este objeto, pues el cuerpo de
protección y seguridad pública prestó muy buenos servicios á la Provincia,
dedicándose exclusivamente á la persecución del bandolerismo y pillaje de que
quedó plagado el país, después de la guerra, debido á la relajación de
costumbres que trae consigo siempre una lucha civil de tan larga duración.
A los dos años de su existencia ya no eran tan necesarios
aquellos servicios /261/ por que el país volvió á la normalidad, adquiriendo
sus habitantes fácilmente las buenas costumbres de moralidad y de trabajó, que
han constituido la nota característica de Guipúzcoa, Además, no podía la
Provincia sostener, sin imponer gran sacrificio a los pueblos, un cuerpo
armado de cuatrocientos hombres con su correspondiente dotación de jefes y
oficiales, y hacia el año de 1844 fue disuelto, creándose con elementos del
mismo instituto otra fuerza de cien hombres con la denominación de «Cuerpo de
Miqueletes de Guipúzcoa».
Con este nombre ha existido desde entonces el cuerpo,
sufriendo la fuerza efectiva del mismo alguna variación, según las necesidades
del servicio, por haber habido conatos de nueva guerra civil en los años de
1848 y 1849, siendo abortados en su comienzo.
La creación y existencia de este cuerpo hasta el año de
1856, tuvo por objeto principal la vigilancia y conservación de la
tranquilidad y del orden público; la persecución de ladrones y malhechores,
facilitando para ello todo el auxilio posible a las autoridades en ejercicio
de sus funciones, y protección á los habitantes pacíficos que la solicitasen,
sin derecho por esto á retribución.
En el año 1856 se le encomendó el resguardo y
administración de los arbitrios provinciales, haciendo necesaria por ello la
elevación de la fuerza efectiva del cuerpo á ciento cuarenta hombres. En 1861
se aumentó hasta ciento sesenta hombres, por haberse encargado también de la
recaudación de los portazgos establecidos en los caminos de propiedad de la
Provincia, que hasta entonces se subastaban en remate público.
Desde dicha época hasta los comienzos de la última guerra
civil, poca variación tuvo la fuerza efectiva del instituto, que continuó
prestando los indicados servicios a la Provincia hasta el año de 1873, en cuya
época había adquirido gran incremento la guerra, y la acción de la Diputación
en el país quedó muy limitada.
A mediados de 1874 constaba ya de cuatrocientos hombres,
aumentados por las necesidades de la guerra, á cuyo servicio estaba dedicado
exclusivamente, formando parte del ejército que operaba en la Provincia; pero
como se ha indicado antes, estaba ya muy limitada la acción de la Diputación
foral, y privada, por consiguiente, de los recursos indispensables para su
sostenimiento, y expuso esta consideración al Gobierno de la República que
regía entonces los destinos de la Nación; el cual, haciéndose cargo de la
situación expuesta por la Diputación, dispuso, por orden del ministerio de la
Guerra de 16 de Julio de dicho año, la formación de un batallón con los
cuatrocientos miqueletes y con voluntarios movilizados por cuenta del Estado,
que había en la Provincia.
Este batallón quedó formado el día 1º de Agosto de 1874 con
setecientas veinte plazas, mandado por la oficialidad del cuerpo de miqueletes
y oficiales agregados de las compañías movilizadas de voluntarios, y es de
pública notoriedad /262/ la parte importante que tomó en las operaciones
de la guerra, habiendo tenido ciento cuarenta y cuatro hombres muertos y
cuatrocientos heridos.
Terminada la guerra y pacificado el país en Marzo de 1876,
se disolvió aquel batallón, marchándose á sus pueblos cerca de la mitad de la
fuerza que lo componía, y el resto quedó al servicio de la Provincia, con el
mismo carácter provincial que antes de la campaña tuvo el cuerpo.
Desde el día 11 de Abril de 1876, volvió á encargarse de
los mismos servicios que se le tenían encomendados en los anteriores períodos
de paz, y desde 1º de Julio de 1896, tiene también á su cargo el servicio de
la Caja de Ahorros provincial, en treinta y dos sucursales que la citada
institución tiene establecidas en otros tantos pueblos, los más importantes
de la Provincia, en cuyas sucursales se reciben las cuotas que quieran
entregar los imponentes y se verifica también el pago de los reintegros
solicitados por los mismos, facilitando de este modo la colocación de los
pequeños ahorros de los imponentes, que no podrían conseguir su objeto si
solamente en la Capital tuvieran que hacerse estas operaciones.

Grupo de Miqueletes en 1913 |
Consta actualmente el cuerpo de un jefe con la denominación
de comandante, dos capitanes de compañía, cuatro oficiales subalternos, y
doscientos diez y ocho individuos de tropa. El comandante del cuerpo es a la
vez administrador principal de arbitrios provinciales; los capitanes y oficiales,
además del mando de la fuerza que respectivamente les está asignada, tienen á su
/263/ cargo la inspección de las administraciones subalternas de
arbitrios provinciales, y sucursales de la Caja de Ahorros de los pueblos de
su demarcación, y los sargentos y cabos, comandantes de los puestos de
miqueletes, son al mismo tiempo administradores subalternos de arbitrios y
agentes de las citadas sucursales en los puntos de su domicilio.
Con esta organización de una fuerza diseminada por toda la
Provincia, consigue la Diputación la recaudación y centralización de los
productos de arbitrios, rentas y toda clase de impuestos provinciales que
constituyen su presupuesto de ingresos.
|