SEGUNDA PARTE
GEOGRAFÍA POLÍTICA
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/679/
VII
PARTIDO JUDICIAL DE SAN
SEBASTIAN
SAN SEBASTIÁN
ELEMENTOS DE ESPARCIMIENTO Y DIVERSIÓN.
El carácter donostiarra es jovial, alegre. y busca en cualquier minucia objeto de diversión y entretenimiento:
no es, pues, extraño que desde antiguo se haya distinguido la capital de
Guipúzcoa por su constancia y gusto en la organización de fiestas, que unas
veces son de alto ambiente artístico y otras de callejera jarana, pero nunca
ramplonas ni de mal gusto.
A los donostiarras que allá en 1813 se sintieron con ánimos para preparar
sencillas fiestas en las calles llenas de escombros humeantes, juzga bien esta
estrofa que años después dedicó otro donostiarra, José Vicente de Echegaray, a sus paisanos, y que se hizo popular:
Festarik bear bada
bego Donostiya
betikua du fama
ondo mereziya
bestetan ez bezela
emen gazteriya
amaren sabeletik
dator ikasiya
|
Donostiarrak dute
aukera doaiya
urtero asmatzeko
festa bar berriya
beren moduchua aa
guztiz egokiya
zer nai gauzetarako
arkitzen du gaiya (268)
|
Este carácter jovial por una parte, y el deseo de proporcionar elementos de
diversión a la gente veraniega por otra, hacen que en San Sebastián haya casi
continuamente fiestas de índole diversa. En este capitulo procuraremos dar
noticia completa de este aspecto de la capital, citando sus días y fiestas
tradicionales y los festejos de espíritu cosmopolita que con aquéllos comparten la misión de ofrecer agradable descanso
a quienes trabajan y un atractivo más a quienes pueden vivir siempre en pos de la diversión y del placer .
Días típicos y fiestas tradicionales..
El día de más renombre para San
Sebastián es el 15 de Agosto, fiesta de la Asunción de Nuestra Señora, en
cuyo honor se canta en Santa María, la tarde del 14, una solemne Salve a la que asisten SS. MM. No hay el día 15 festejos más atractivos que otros
días
festivos del verano, pero de toda la provincia viene la gente a trenes llenos, y
la capital, en el apogeo de su época veraniega, ofrece aspecto deslumbrador.
Hasta que la actual guerra se inició, venían también infinidad de franceses a la
corrida de este día. Una estadística curiosa del año 1905 nos servirá de base para dar justa idea de la animación que la capital presenta el 15 de Agosto. El
restaurant «La Urbana» tuvo que ocupar con sus mesas toda la /680/ arcada correspondiente de la plaza de Guipúzcoa. En el «Club Cantábrico» se
sirvieron 439 comidas; en el «Continental», 827; en el «Gran Casino», 362; en
el «Hotel du Palais», 312, y en el restaurant de la estación, 2.050,. En el Gran
Casino se sirvieron 2,000 cafés y 1.650 litros de cerveza; en el «Café del Rhin»
, 2.500 cafés, 2.000 helados, 900 chocolates y 900 litros de cerveza; en el
de la Marina, 6.000 cafés, 200 tés, tres cajones de cerveza del país, 2.400
botellas de agua de Seltz, 1.000 helados ,y chocolates y 12.000 copas de
licores. Esto era hace once años; hoy las cifras causarían estupor .
Otro dato: el número de vehículos que ese día ha pasado por una de las entradas
a San Sebastián:
Años |
Autos |
Coches |
Tranvías |
Bicicletas y motos |
Total |
1907 |
493 |
1.952 |
761 |
- |
3.206 |
1910 |
1.075 |
1.625 |
936 |
213 |
3.849 |
1913 |
1.847 |
1.840 |
816 |
257 |
4.760 |
El día de Santo Tomás es típico en San Sebastián. Se celebra en la
plaza de 'la Constitución una feria de objetos de labranza y de juguetes, y se
expenden trozos de chorizo fritos en la misma plaza. De ahí el dicho vulgar:
Santo Tomasko periya
chorizua eta ogiya (269).
Además es el día señalado para que los colonos
de los propietarios donostiarras paguen sus rentas, y con ése motivo y con el de
las ferias, llega a San Sebastián enorme concurrencia de baserritarras
(caseros, labradores), que lleva inusitada animación a la parte vieja de la
ciudad. Por la clase de gente que ese día llena la ciudad, por los programas que
la Banda Municipal interpreta, por las funciones dramáticas euskéricas del
teatro Principal y por otras fiestas de análogo espíritu que se preparan, el día
de Santo Tomás es de marcado ambiente vasco.
El día de San Sebastián, 20 de Enero, es fiesta local, fiesta de los
donostiarras, de los josemaritarras (270), y el número saliente suele ser
la original tamborrada, que recorre las calles de la ciudad en cuanto
empieza a clarear el día. Algunos chilibitus, acompañados del golpear de
barriles, ejecutaban en su origen algunas piezas populares y sencillas; luego se
introdujeron reformas: vinieron-los tambores, se mejoraron instrumentos, y el
maestro Raimundo Sarriegui escribió la «Marcha de San Sebastián», que hoy la
toca la Banda Municipal. Quienes toman parte en la tamborrada llevan
original indumentaria, y al frente de todos va un «tambor mayor», que suele ser
casi siempre un josemaritarra popular entre los erriko-semes (271)
Pello Pachi, Matapan, Errikoseme, Lukas, Chorizo, Norte, Sagar-arbola, Patri
Asasorten, Angelito Minondo, Bustamante y otros han capitaneado con aplauso del vecindario
estas huestes del pito y del tambor, que hacen las delicias de toda la
gente menuda y de mucha mayor. A
A veces, en la Fiesta del Centenario, celebrada en
1913, por ejemplo, se ha dad entrada: a este festejo en el programa general del
verano.
En el barrio de la Jarana se celebra, por las mujeres principalmente, el
día de Santa Rita y Santa Quiteria, 22 de Mayo; en el portalón del muelle
ponen un altar y la música ameniza el barrio de los pescadores Estos, sin embargo, no dejan de salir al mar a sus faenas ordinarias; su patrona, cuya
fiesta celebran, es Ia Virgen del Carmen, y en ese día no se dedican a la
pesca.
Aspecto de la plaza de la
Constitución el día de Santo Tomás
La víspera del día de San Juan se celebra la fiesta de la bendición de
un árbol que se coloca en la plaza de la Constitución. El cabildo de la
parroquia de San Vicente, que llega precedido de la Banda Municipal, la bendice,
y luego se distribuyen ramitas entre la multitud. Es fiesta que procede de la
Gascuña y se celebra desde tiempo inmemorial, con algunas variaciones e
interrupciones. La última data del año 1912, en que el Ayuntamiento, por mayoría
de votos, la suprimió; varias veces los donostiarras pidieron que la ceremonia
se reimplantara y fue desechada la petición, hasta que, ante una /682/
nueva súplica, en sesión del 14 de Junio de 1916, fue restablecida,
suprimiendo la quema y derribo del árbol y el arranque atropellado de ramas
por el público. Así se ha hecho, y con ese motivo acudió la Banda Municipal,
hubo aurreskus, ezpata-dantzaris, etc.
Bendición del árbol de San
Juan
También los donostiarras de todo tiempo han celebrado los días de Carnaval
y han dado rienda suelta a su ingenio para organizar cabalgatas y
fiestas de conjunto que siempre alcanzaban gran éxito. Antes del saqueo
de 1813 ya recorrían estas comparsas las calles de la ciudad; aquel saqueo y la
guerra que fue su causa, impidieron que lucieran durante algunos años, pero
apenas terminó la lucha ya volvieron a salir. El jueves de Carnaval de 1816 salió una estudiantina, para la que el poeta
popular donostiarra José
Vicente de Echegaray, vate imprescindible en todos los casos semejantes,
escribió una tirana de doce cuartetas y un estribillo; al domingo siguiente,
una comparsa de majos y toreros cantó otras coplas del mismo autor, y el lunes
se dio a conocer una comparsa de ciegos valencianos. En Febrero de 1817 hubo
otra mascarada de ciegos valencianos y un arzaigokia o comparsa de
pastores. En Enero de 1818 hubo comparsa de jardineros y una estudiantina, y en
1819 una comparsa de sastres; en el año siguiente salió también una estudiantina
y se celebró la segunda comparsa pastoril; en 1827 se celebraron los carnavales
con comparsas de gitanos andaluces, y de zapateros y estudiantinas; en 1828 hubo
tercera comparsa de pastores y primera de caldereros turcos; en 1829, una
comparsa de griegos y turcos, con baile, música militar /683/ y canto, representó El Triunfo del defensor de la Cruz Demetrio Ipsilanti,
y al año siguiente hubo comparsas de ciegos valencianos, de oficios o
artesanos, de panaderos franceses y de manolos; en 1832, comparsa de jardineros
y otra de oficios varios; en 1833, comparsa alegórica a la jura de la Princesa
de Asturias; en 1839 una comparsa alegórica; en 1841, comparsa de jardineros; a
los dos años, comparsas de oficios y de gitanos andaluces; en 1845, comparsa de valencianos, y al año siguiente, de oficios
o artesanos; en-1848, comparsa de
peregrinos; en 1850, de peregrinos y de jardineros; en 1866, una comparsa
en honor de Mari, que murió en Enero de aquel año al acudir en socorro de
-unos náufragos; en 1867 se celebró por vez primera el entierro de la sardina, y
en 1869 recorrió las calles una carroza en la que aparecía reproducido el cuadro
de la ejecución de «Los Comuneros de Castilla» y otra alusiva al triunfo de la
libertad en España.
Durante la última guerra civil y en los años que siguieron no hubo comparsas
de mérito, pero en 1881 algunas sociedades populares las pusieron de nuevo en
vigor, y en 1882, en 1883 y otros, se celebraron con la fastuosidad
acostumbrada. En el carnaval de 19oosalieron a la calle espléndidas comparsas
con muchas carrozas de las sociedades y de los industriales, bandas, heraldos,
grupos originalísimos de chipirones, lampernas, muskullus, dragones,
acompañantes de a pié, a caballo y bicicleta, etc., todo ello magníficamente
construido y dispuesto bajo la dirección de arquitectos y artistas
donostiarras. El 9 de Julio de 1906, con motivo de las Fiestas Euskaras, hubo
en la Plaza de Toros un festival del que fue base la comparsa de jardineros. Con
interrupciones más o menos largas han seguido deleitando al mucho público que
acudía, pero poco a poco los interregnos son más largos y es de esperar que
acaben por serlo más.
No es éste apropiado lugar para que nos entretengamos en dar detalles de
ninguno de los festejos, pero sí hemos de advertir que todas esas comparsas
estaban muy bien organizadas, preparadas con verdadera esplendidez de trajes y
músicas, y presentadas a la perfección. La música era elemento indispensable. y
el poeta Echegaray, varias veces citado, era quien casi siempre escribió las
letras alusivas a las canciones, hasta que le sorprendió la muerte. Las
sociedades populares La Unión Artesana, La Fraternal y otras de esta
índole eran muchas veces las organizadoras.
Entre los festejos populares de San Sebastián, no puede dejarse de citar ,
aunque desapareció hace algunos años, el denominado soka-muturra. Varias
veces al año se corrían bueyes ensogados por las calles situadas entre la cuadra
y la plaza de la Constitución, y los jóvenes venían ante el animal intentando
ejecutar suertes del toreo, y los viejos y las mujeres y los niños contemplaban
el espectáculo desde los balcones, o desde los portales, o encaramados a las
ventanas. La lidia terminaba en la plaza, donde se ataba al buey; se pasaba la
cuerda por una argolla ( empotrada 'en una gran piedra /684/ que al efecto estaba enterrada en el centro de la plaza, dejando la longitud
suficiente para que el buey pudiera llegar a las cuatro bocacalles. Hay noticias
de que en 1570 existía ya esta costumbre de correr la soka-muturra, que
desapareció de Donostia por acuerdo que el Ayuntamiento tomó el 14 de Enero de
1902 en virtud de una disposición general dictada dos años antes por el
Ministerio de la Gobernación.
Alguna semejanza con esta diversión tiene la del zezen suzko o «toro
de fuego»; es un toro de madera, toscamente trabajado, hueco, que lleva en el
lomo diversos juegos de pólvora que terminan en unas ruedas de fuegos de
artificio que el animal lleva en la cabeza. Unos hombres metidos en el cuerpo
del toro lo pasean por la plaza y la gente se divierte huyendo de las
inofensivas chispas que despide a ambos lados: cuando el fuego llega a las
ruedas, dejan quieto al animal en medio de la plaza hasta que dispara el último
tiro. Es diversión inofensiva, muy el agrado de la gente, y casi siempre suele ser
final de una colección de fuegos artificiales.
También hemos de citar aquí, por lo que tuvieron de típicas, las Fiestas
Euskaras, que, respetando el turno establecido, se celebraron en San
Sebastián en Julio de 1906. Se desarrollaron conforme a las líneas generales que
expusimos en este tomo de la Geografía (página 450), aunque, como es natural,
dados los medios con que la capital cuenta, superaron en brillantez a las de
otros pueblos. Dentro del programa establecido para todos los casos, se
incluyeron representaciones de las óperas vascas Chanton piperri y
Anbotoko dama, en el teatro Circo; funciones dramáticas euskéricas en el
Principal, plantación del retoño del árbol de Guernica en el paseo de este
nombre, comparsa de jardineros en la Plaza de Toros, conferencias, regatas de
traineras, retretas, conciertos, veladas literarias y otros números que
lógicamente deben tener en la capital más brillantez .que en los demás lugares
designados para la celebración de Fiestas Euskaras.
Excursiones.
Dada la comodidad de tranvías que hay en San Sebastián,
pocas excursiones a pie suelen hacerse: el alpinismo está poco desarrollado.
Parece, sin embargo, que apunta su iniciación, y las guías que se publican en
Donostia incluyen ya en sus páginas noticias de las excursiones que pueden
hacerse a Mendizorrotz, Buruntza, Andatza, Adarra, Hernio, Aizkorri y otras
montañas. No creemos que los donostiarras, y mucho menos los veraneantes,
tomarán con afán esas visitas a los montes bellísimos de Guipúzcoa.
Los habitantes de la ciudad extienden muy poco sus paseos a pie, y los
forasteros los reducen a visitar el cercano monte Urgull, desde cuya cumbre se
divisa un magnífico panorama.
En la cúspide del monte está el castillo de la Mota, casi cuadrado, compuesto
de un fuerte torreón llamado el macho y una espaciosa plataforma; dentro
del recinto de la fortaleza hay un cuartel, una capilla, prisiones militares,
almacenes a prueba de bomba, habitaciones, etc. Repartidas por los /685/ declives del monte hay varias baterías, y en la parte E. algunos sepulcros de
jefes y oficiales de la legión británica que murieron durante la última guerra
civil en defensa de la causa constitucional. La visita de todo ello y la
contemplación del panorama entretiene agradablemente a cuantos salvan la
pendiente de la montaña, que precisamente hay que escalar a pie.
En tranvía y coches se extiende mucho más el campo de los paseos. Los pueblos
cercanos, Pasajes, Rentería, Lezo, Hernani, son muy visitados; sobre todo los
días festivos apenas hay donostiarra que no pase la tarde en alguna villa inmediata. En verano los forasteros imitaban la conducta de los
naturales, y la imitan aún, aunque ya hay otros puntos que también tienen
atractivos.
Sepulcros en el monte Urgull. Clisé de
Frederic
El primero que llamó hacia sí a los excursionistas fue el monte Ulía.
Una compañía inició la explotación de la montaña y facilitó la ascensión a la
misma construyendo un hermoso ferrocarril eléctrico que se inauguró solemnemente
el domingo 8 de Junio de 1902. Desde entonces mucha gente acude a Ulía; hay
buena carretera, pero no es muy utilizada por los paseantes. Estos toman en el
Boulevard los tranvías, que después de pasar ante el Casino recorren la calle de
Hernani y la Avenida, atraviesan el Urumea por el puente de Santa Catalina y
llegan al barrio de Ategorrieta; sin cambiar de vehículo comienza la ascensión,
que es sugestiva en grado sumo. A 200 metros sobre el nivel del mar está la
cumbre, y a ella se llega después de recorrer /686/ en muchas revueltas tres kilómetros de vía férrea, que hacen 'desfilar
ante el viajero vistas realmente espléndidas.
Ya en la cúspide, desde una terraza que tiene cien metros de longitud, se
contempla el conjunto bellísimo de San Sebastián, y tras la ciudad, lejos, una
enorme cadena de montañas que nace en las costas de Vizcaya y desaparece en las
lejanías de Francia. Por el lado opuesto se divisa el panorama soberbio del mar
y del cielo, cuya línea de contacto apenas acierta la vista a distinguir. La
montaña está surcada por cómodos caminitos que conducen a hermosos bosques de
pinos, a poéticos recodos, al campo de tennis, al lugar donde los niños corren
en borriquillos que alquilan, a la peña del Águila, o a aquella otra en que una
inscripción trilingüe asegura haber sido puesto del vigía que a los marinos
donostiarras anunciaba la aparición de una ballena en el mar. Un soberbio
trasbordador, ideado por el ingeniero Torres Quevedo, conduce, a quienes lo
deseen, de un punto a otro de la: montaña, a muchos metros de; altura sobre el
suelo. Hay también restaurant, música y otras distracciones sencillas propias del
campo.
Martutene, camino de Lasarte, fue también lugar de mucha atracción. Se
construyó un casino, se levantó una plaza de toros cubierta y se habilitó un
parque de distracciones; acudió la gente, pero hoy todo ello está abandonado.
A competir con Ulía vino luego Igueldo. En la estribación más cercana
a la ciudad, cerca del torreón, se levantó un restaurant y se construyó un
funicular que se inauguró el 25 de Agosto de 1912. Desde entonces es punto muy
frecuentado; hay dos buenas carreteras, pero la mayor parte de los
excursionistas sube en tranvía, bien tomando en la Alameda uno que le conduzca
a la estación del funicular y cambiando aquí de vehículo, o bien marchando a pie
hasta la falda de la montaña y tomando allá el funicular. El recorrido de la
Alameda a la estación del funicular se hace en tranvía en ocho minutos y cuesta
diez céntimos; el billete que da derecho a subir a Igueldo y bajar en el
funicular, cuesta cincuenta céntimos,
La ascensión es sumamente atrayente; subyuga por su originalidad el
contemplar cómo la ciudad va hundiéndose a nuestros pies y a la vez
ensanchándose el campo de observación que abarcamos; desde arriba, las vistas
son más bonitas que las de Ulía; se divisa la ciudad mas cerca, más recogida, y
la visión es más clara y limpia.
Estas son las excursiones que en tranvía se hacen desde San Sebastián, y casi
las mismas las que en coche se hacen. Los automóviles extienden más su campo de
acción y recorren con preferencia los pueblos de la costa; hasta que se encendió
la actual guerra, eran lugares preferidos por ellos Hendaya, San Juan de Luz,
Biarritz y Bayona, y merced a los excursionistas que a esos puntos acudían a
pasar la tarde, las pastelerías y establecimientos semejantes adquirieron vida
próspera; hoy, a causa de los grandísimos obstáculos que /687/ hay que salvar para
pasar la frontera, casi ningún automóvil se interna en
los pueblos de Francia, y al decaimiento de los establecimientos franceses ha
sucedido el desarrollo de algunos de Irún y otros puntos.
A veces se organizan excursiones colectivas en automóvil; la última fue la
que los arquitectos españoles que en San Sebastián celebraron el VI Congreso el
año 1915, realizaron en treinta automóviles, recorriendo San Sebastián, Lasarte, Hernani, Andoain, Villabona,
Tolosa, Vidania, Regil, Azpeitia, Loyola, Azcoitia, Villarreal, Legazpia, Oñate, Vergara, Placencia, Elgóibar,
Zumaya, Guetaria, Zarauz, Orio, Usúrbil, San Sebastián.
San Sebastián. El monte Igueldo
Hay vaporcitos que durante el verano hacen diariamente el viaje a Pasajes, y
son muchas las personas que se recrean en esa excursión marítima. En lancha, la
Isla de Santa Clara es casi el único lugar que se visita; no hay en ella
otros atractivos que el faro y las vistas bellísimas. Dentro de algún tiempo se
podrá ir a pie desde las estribaciones de Igueldo a la isla, pues se trata de
construir un paseo que pueda ser atravesado siempre que no esté muy alta la
marea. A veces, en el mar, cerca de la bahía, suelen anclar buques de guerra
extranjeros, y entonces se multiplican extraordinariamente los pequeños paseos
en lancha, pues la gente acude presurosa a curiosear por los barcos.
Deportes. En mayor o menor escala, en San Sebastián se cultivan
gran número de deportes, algunos por la afición del público a hacer ciertos
ejercicios físicos, otros para explotarlos como espectáculos.
Gracias a las excelentes condiciones de la bahía y del mar en las
inmediaciones de la ciudad, pueden organizarse perfectamente los deportes que
necesitan el agua como campo de lucha. Aparte de cucañas y otros
entretenimientos que no suelen faltar en diversos puntos del Urumea, se
organizan concursos de natación, cuyo recorrido, en parte por lo menos, se
realiza en la bahía; anualmente hay algún pugilato bien organizado, y este año
han acudido a él nadadores catalanes que se han llevado la palma.
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Isla de Santa Clara |
También todos los veranos hay regatas. Existe el « Real Club Náutico »
, que tiene su domicilio en Alderdi eder, en un edificio que imita fa
figura de un buque, y esta sociedad organiza anualmente regatas en las que los
miembros que la forman toman parte personal con sus balandros y a las que
concurren aficionados extranjeros y el rey Don Alfonso XllI que también corren
con sus embarcaciones. Los yates de diversas dimensiones, los sonderklases, los
balandros varios, corren durante muchos días regatas nacionales o
internacionales, en las que se disputan copas y premios en distintas
combinaciones personales, por equipos, etc. Más de una embarcación suele tomar
parte patroneada por decididas señoritas de la aristocracia, y en muchas pruebas
el mismo Rey dirige sus balandros. Además de estas grandes semanas de
yachting, el «Real Club Náutico» organiza cruceros, excursiones, a Pasajes,
Zarauz, Guetaria, San Juan de Luz y otros puntos de la costa.
/689/ Se celebran asimismo las clásicas regatas de traineras,
que traen a San Sebastián inmenso gentío de todos los pueblos costeños de
Guipúzcoa.
Hacía varios años que había dejado de celebrarse este espectáculo, pero el
pasado, 1915, el Ayuntamiento donostiarra Lo organizó para el mes de Septiembre,
concediendo varios premios y una bandera de honor. El 19 de Septiembre se corrió
la primera regata; tomaron parte en ella cuatro traineras de Pasajes de San
Juan, de Pasajes de San Pedro, de Orio y de San Sebastián; los remeros de
Pasajes de San Juan alcanzaron el primer premio de 1.500 pesetas, los
donostiarras el segundo de 1.000 pesetas, por un segundo de tiempo con los
primeros, y los de Orio el tercer premio de 500 pesetas. Los dos vencedores
primeros; San Sebastián y Pasajes, debían jugar luego, con las traineras
cambiadas, la regata de honor en la que se disputaban un premio de 2.500
pesetas y la bandera; a causa del mal tiempo fue retrasándose, y el 3 de
Octubre, por fin, pudo jugarse la regata, que se resolvió con el triunfo de los
donostiarras por once segundos de ventaja.
San Sebastián. -Salón del Real Club
Náutico
Los pueblos costeños se despoblaron los días de prueba, y en San Sebastián
hubo una verdadera invasión de guipuzcoanos; las regatas despertaron gran
entusiasmo y alcanzaron visos de acontecimiento. Los habitantes de San Sebastián
no se habían preocupado gran cosa de sus marinos ni esperaban que hiciesen buen
papel, pero cuando vieron que triunfaron de sus competidores, se despertó el
entusiasmo, colmaron de elogios y homenajes a los remeros donostiarras, y el mes
de Noviembre se constituyó una nueva sociedad náutica denominada Club
marítimo donostiarra, con objeto de estimular y fomentar /690/ la afición a ejercicios marítimos y arbitrar recursos con que poder
construir embarcaciones que pudiesen tomar parte en las regatas de años
sucesivos. Así se hizo, y en las de este año, 191 6, para las que diólos premios
el Ayuntamiento, se han presentado siete traineras, que en la primera prueba,
el 3 de Septiembre, llegaron por este orden: Orio, premio de 1.500 pesetas (19
minutos 59 segundos); San Sebastián, premio de 1.000 pesetas (20 minutos 15 segundos); Elcano, de Guetaría, premio de 500 pesetas (20
minutos 17 segundos); Zarauz, premio de 300 pesetas (20 minutos 19 segundos);
Pasajes de San Pedro (20 minutos 2, segundos); Golondrina, de Guetaria
(20 minutos 29 segundos); Pasajes de San Juan (20 minutos 30 segundos).
Regatas de balandros
Al domingo siguiente, 10 de Septiembre, las dos primeras tripulaciones, Orio
y San Sebastián, con las traineras cambiadas, se disputaron el premio de honor,
la bandera y 2.000 pesetas, que las alcanzó Orio por 27 segundos de diferencia.
Los dos días ha acudido a la capital inmenso gentío, que ha contemplado la
lucha desde vaporcitos, canoas y lanchas, desde el muelle, desde la Concha,
desde la isla de Santa Clara, castillo y monte igueldo, que presentaban muy
pintoresco aspecto, llenos de gente que comentaba sin cesar los probables
acontecimientos o las incidencias de la lucha.
Estas regatas han despertado mucho en Guipúzcoa la afición al deporte del
remo, y ya se organizan en Orio, en Fuenterrabía, en Zarauz y otros puntos,
luchas en que se disputan premios, o excursiones marítimas sin ambiente de
pugilato.
/691/ En San Sebastián se ha cultivado también como espectáculo el deporte de la
aviación. Ello sucedió por vez primera el mes de Marzo de 1910, en que se
contrató al aviador francés Hubert Le Blon para que en la bahía de la Concha
hiciese algunas experiencias de este peligroso deporte, cuya novedad atrajo gran
número de forasteros. En Ondarreta se dispuso el campo de aviación, se
construyeron cobertizos para el aparato Blériot que había de montar Le Blon y se
cerró el arenal en forma que solo mediante previo pago pudieran ser contemplados
por el público los preliminares de las experiencias, las salidas y llegadas. .
El día 27 inició los vuelos, que fueron presenciados por enorme gentío que
llenó el campo e invadió los alrededores de la Concha. El espectáculo sedujo
grandemente por su novedad y belleza, y se repitió el 28 y el 29; Le Blon
evolucionó admirablemente sobre la bahía entre las ovaciones de la multitud.
Este día 29 el aviador cayó al mar con su aparato, pero ambos pudieron ser
salvados sin graves consecuencias.
Salida de las traineras a correr la regata
Prosiguieron las experiencias conforme el tiempo lo permitía; banderas de diversos colores, colocadas en distintos puntos de la ciudad, anunciaban
al público si el espectáculo se celebraría o no. El 3 de Abril, cuando Le Blon
había terminado sus compromisos, por dar una prueba de simpatía hacia los
donostiarras quiso realizar un vuelo extraordinario, y a las tres y media de la
tarde, sin previo aviso a nadie, se elevó en su monoplano; un minuto más tarde,
cuando el aviador se hallaba a unos treinta metros de altura, el aparato
/692/ dio una vuelta de campana y se hundió en el agua arrastrando al piloto.
Acudieron canoas y lanchas a salvar al aviador, pero todos los esfuerzos fueron
inútiles; de nada sirvieron la presteza de quienes acudieron ni los esfuerzos de
los médicos. Le Blon estaba muerto. Al día siguiente se verificó la conducción
del cadáver a la estación del Norte, con músicas, coronas y enorme
acompañamiento de gente.
El mes de Septiembre del mismo año hubo otra serie de experiencias aéreas.
Las inauguró Morane el día 27 con varios vuelos -por la bahía, sobre el frontón Jai-alai, Ulía
e Igueldo, en presencia de los Reyes; este
aviador dio a conocer en San Sebastián el sistema de bajar planeando. Al día siguiente 28, repitió
magníficos vuelos, y durante uno de ellos, cuando el público seguía emocionado
los movimientos del inmenso pájaro, el público divisó al aviador Tabuteau que
venía desde Biarritz tripulando un biplano. El entusiasmo que el espectáculo
despertó en la multitud fue grande, y entre ovaciones ensordecedoras Tabuteau
entró en la bahía por entre la isla e Igueldo, llegó hasta el campo de aviación,
y en un rapidísimo y magnífico viraje enfiló la curva de la Concha y dio la vuelta entera y
aterrizó en medio de grandes aclamaciones. A ambos aviadores, Morane y Tabuteau, el Rey anunció en el mismo campo que les
concedía la cruz de Carlos lII.
Un biplano volando por
encima del palacio de Miramar [Ilustración no disponible]
Al día siguiente se aplaudió mucho al piloto español Benito Lóigorri, que
evolucionó en un biplano Farman, y el público contempló con emoción profunda el
espectáculo soberbio que los tres aparatos de Loigorri, Tabuteau y Morane
ofrecían al evolucionar a la vez sobre el mar, bajo un cielo limpio y azul.
Siguieron las pruebas los días sucesivos, siempre con éxito: el 30,
ascendieron con Tabuteau varios pasajeros, y el 1 de Octubre Loigorri llevó
consigo a una distinguida señorita donostiarra; á consecuencia de una parada del
motor, el aviador no tuvo tiempo de hacer que su aparato llegara al campo, y descendió
/693/ en el agua, cerca de la orilla, sin consecuencias para él, para la
señorita ni para el aparato.
En Mayo de 1911 se corrió la soberbia carrera París-Madrid, distribuida en
tres etapas: San Sebastián era el punto designado para término de la segunda y
principio de la tercera; con ese motivo dispuso las cosas admirablemente,
ofreció premios y organizó varios espectáculos de aviación. El día 23 llegó Vedrines a las once de la mañana y ganó la copa de San
Sebastián ofrecida por el
Aero Club para el primero que llegase a la capital; más tarde llegó Garros, que
perdió tiempo a causa de un aterrizaje en el Jaizkibel por falta de gasolina, y
en cambio ganó por ese incidente la medalla que el Círculo Mercantil ofreció al
primero de los aviadores que tocase tierra española; a las seis de la tarde vino
Gibert, y al mediodía del 24 llegó Granel.
Un accidente en el Concurso de hidroplanos...(I.
no disponible]
El 26 por la mañana se les dio la salida para que recorrieran la tercera
etapa, a Gibert, Garros y Vedrines; Granel no siguió el viaje. Pudiéramos narrar
muchas incidencias del paso de estos aviadores por los diversos pueblos de
Guipúzcoa, pero baste decir que despertó enormemente la curiosidad de todos los
guipuzcoanos, que desparramados por las montañas contemplaron los vuelos
atrevidos de los afortunados y auxiliaron con verdadera solicitud a quienes
necesitaron de sus servicios. La carrera la ganó Vedrines.
En Febrero de 1912 Garnier realizó algunos vuelos y un viaje San Sebastián,
Pasajes, lrún, Hendaya, y vuelta en 35 minutos; fue el primer aviador que
atravesó la frontera por los Pirineos, pues los predecesores llegaron por el mar
o por ferrocarril.
En Abril del mismo año se vio maniobrar el primer hidroplano en San
Sebastián; lo capitaneaba Paulham, quien llegó de Hendaya en seis minutos el día
17; El 25 de Marzo de 1913 pasó Marcel Brindejonc, que iba de París a Madrid. El
8 de Junio fue de Ondarraitz (Hendaya) a San Sebastián en su aparato Matius
Terce, y aunque llegó al campo de Ondarreta, volvió sin aterrizar. En Septiembre
de 1913 hubo concurso de hidro-aeroplanos, al que /694/ asistieron varios
aviadores. El 1º de Mayo de 1914 pasó Salvador Hedilla en
un monoplano, de Ondarraitz a Zarauz.
El 16 de Marzo de 1914 comenzó otra semana de aviación en San
Sebastián. Se contrató para los vuelos a Hanouille, quien causó verdadera sensación con sus vuelos invertidos y sus rizos y espirales inverosímiles. Pero el
segundo día de pruebas sufrió un accidente que le costó la vida; llevaba quince
minutos en el aire, cuando desde 150 metros de altura cayó al centro de la bahía
el aparato, de cabeza, y dio vuelta completa dejando debajo al aviador . El
cadáver no fue hallado hasta unos días después.
En la organización de muchas de estas pruebas aviatorias ha tomado parte muy
activa el «Real Aero Club», que tiene su domicilio social en la Alameda, número
9.
Se cultivan en San Sebastián deportes-más asequibles y menos peligrosos que
los que necesitan el mar o el aire como campo de acción: los de tierra firme.
La afición al juego de la pelota es antigua en San Sebastián. El
primitivo frontón estaba adosado a la muralla, en lo que hoy es paseo del
Boulevard; y en él, y en otro que había en el barrio de Gros, aprendió a jugar la
juventud de varias generaciones. Desapareció el primero en el derribo de las
murallas, y en el año 1876 el arquitecto don Juan de Goicoa expuso al
Ayuntamiento la necesidad de construir uno, y dió la solución eligiendo un
terreno apropiado en Atocha; el Ayuntamiento aprobó la idea, Goicoa hizo los planos y
presupuesto, y en Mayo del año siguiente ya estaba construido el frontón, que
se inauguró el 21 de Mayo, segundo día de Pascua de Pentecostés. El Ayuntamiento
lo arrendaba, y los arrendatarios ganaban dinero con partidos a largo y a
rebote, que llevaban mucha gente.
En los últimos meses de 1886 y primeros de 1887, se construyó en Ategorrieta
el frontón Jai alai, que por su disposición con sillas, palcos y grada,
sorprendió agradablemente. El proyecto es de don Pedro Eceiza, y el coste,
terreno incluido, ascendió a 223.000 pesetas. Se inauguró el 3 de Julio de 1887
con un partido que jugaron Elicegui y el Chiquito de Eibar contra los
azpeitianos Baltasar y Mardura; los primeros dejaron a los contrincantes en 37
para 50.
La construcción de este frontón fue causa de que ya nadie quisiese arrendar
el de Atocha; en consecuencia hubieran desaparecido en absoluto los partidos a
rebote, si el Ayuntamiento de San Sebastián no hubiese incluido algunos en su
programa de festejos.
El día 22 de Julio de 1893 se inauguró otro magnífico frontón, Beti jai,
proyecto de don José Goicoa, construido por don José Arana, entre las
calles 31 de Agosto y Aldamar y el paseo de Salamanca: tenía sillas, plateas,
palcos, sobrepalcos, tertulia, terraza. y gran terraza. Más tarde su propietario
lo convirtió en Teatro Circo, y un incendio hizo que desapareciera el año 1913.
/695/ En 1904 quedó terminado el frontón cubierto Jai alai Moderno, que hoy
se llama vulgarmente (Frontón Moderno» .Se inauguró el 1º de Enero de 1905 con
un partido a mano entre Chiquito de Azcoitia y Urzelai, colorados, contra Tacolo
y Baltasar, azules; lo ganaron éstos dejando en 13 a los contrarios. Este
frontón tiene 1.063 localidades.'
En el lugar donde estuvo el frontón de Atocha, de que hemos hecho mención, y
en frente del Jai-alai Moderno, se ha construido otro, el Frontón Municipal, que una empresa arrendataria explota durante veinte años, al
cabo de los cuales el edificio pasará a ser propiedad del Ayuntamiento. Es hermoso:
ocupa una superficie de 1.500 metros y en su construcción se ha
empleado el hormigón armado. Se inauguró el 16 de Mayo de 1914 con un partido a
cesta entre lsidoro y Trecet contra Arnedillo y Claudio.
|
Frontón Jai Alai Moderno, durante la
celebración de un partido a mano. Clisé de Aguirre.
|
He aquí la cabida de los tres frontones que hoy se hallan en explotación:
Jai alai ..................1.000 espectadores
Jai alai Moderno......1.063
Frontón Municipal... 1.200
La gente acude con avidez a los partidos, pero justo es declarar que en su mayoría no va, en la mayor parte de los casos, por disfrutar del mérito de
las jugadas, sino por el aliciente de ganar en las apuestas.
Se juega también en San Sebastián al tennis; hay varios campos en «chalets»
particulares y otros en diversos puntos de las afueras de la ciudad, pero
/696/ el que en Ondarreta posee la sociedad San Sebastián Recreación Club, es
el que lleva, por decirlo así, la representación oficial. Todos los años del 1
al 15 de Septiembre se organizan partidos y campeonatos individuales de señoras
y de caballeros, de parejas, mixtos, etc., en los que se disputan copas y
regalos, algunos donados por S. M. el Rey, que es el presidente de honor.
Hay un campo de golf en Lasarte, y a él se trasladan por el
ferrocarril de la Costa o por el tranvía de Tolosa, muchos donostiarras que
gustan de este deporte. Señoritas y caballeros se disputan copas regaladas por
aficionados aristócratas y pasan las tardes en el campo de juego o en el
«chalet» que la Sociedad posee en él. Estos días hemos leído en un periódico inglés
grandes elogios de este campo; dice entre otras cosas:
«Lo que más me ha gustado es el espléndido campo de golf con 18
agujeros, que bajo la dirección del renombrado arquitecto Mr. H. Fowler acaba de
ser terminado, campo al que será difícil encontrar otro en el mundo que supere
en condiciones, belleza de paisaje en que está situado y diversidad de medios de
comunicación.
San Sebastián. Uno de los campos de tennis
[Ilustración no disponible]
»Este campo, instalado en las afueras de San Sebastián, juntó al también
nuevo y ya célebre Hipódromo, ocupa una extensión de 42 hectáreas en las
praderas de Lasarte, sobre un terreno llano en nueve de los agujeros
y artísticamente accidentado en los nueve restantes, con obstáculos naturales muy
bien aprovechados y otros artificiales sabiamente dispuestos».
En este mismo campo se ha instalado muy recientemente un juego de bolos a
estilo del país. .
Se practican, aunque no mucho, ejercicios de lanzamientos de disco, salto
con pértiga, etc. y como espectáculo se ha dado a conocer en estos
últimos /697/ años la lucha greco-romana, que ha tenido cultivadores en Guipúzcoa;
en este particular merecen ser citadas las luchas que en Octubre de 1912
sostuvo en el Teatro Circo de esta capital el navarro Javier de Ochoa con
Jenny Esson, Van Roeber y otros a quienes venció con gran contentamiento del
público que llenó siempre el teatro.
En el Gran Casino y en varios centros hay profesores de esgrima,. no
carecen de discípulos, pero el ejercicio no sale de un limitado círculo de
personas.
Al foot-ball se juega bastante. Hay varias sociedades que cultivan este deporte, y entre ellas sobresale la Real Sociedad, que
tiene su campo cerrado y bien dispuesto en Atocha; el primer equipo de esta
Sociedad es de los mejores de España.
Campo de foot-ball que la
Real Sociedad posee en Atocha
La sociedad Jolastokieta, puede también considerarse como
donostiarra aunque tiene en Alza su campo de deportes; su equipo es de primera
categoría y desde hace varios años toma parte en el campeonato de España. Desde !9~6 entra también en primera categoría el club.
Esperanza. Además de esos tres existen .otras sociedades footballísticas:
Fortund, Avión, Amaikak'bat, Old Boy's Club, Sartako, Español y Club
Arenas, de Gros. La Real Sociedad tiene en Atocha su campo;
Jolastokieta en Alza, y Fortuna en Chominenea {Loyola); las demás no
tienen campo propio y juegan en Ondarreta, en prados espaciosos o en los lugares
a que les invitan.
Los aficionados a la bicicleta tienen el Club Ciclista, y organizan
excursiones a diversos puntos de Guipúzcoa. No hay velódromo, pues el que
existía en Atocha y en el cual á: veces se celebraban carreras, desapareció hace
pocos años para que' la Real Sociedad de foot-ball construyera en él sus
campos. Ahora se va extendiendo bastante el uso de la motocicleta sola o
con silla al Iado: en Octubre de 1916, desde San Sebastián salieron varios
corredores con objeto de hacer el recorrido a Madrid en 1a carrera organizada
por el Moto Club de Madrid; quien triunfó en la lucha salió de San
Sebastián a las cinco de la mañana y llegó a las tres y media de la tarde a
Madrid.
Con objeto de aunarlos esfuerzos de todos por la difusión de los deportes,
se formó hace dos años en esta ciudad la Federación Athlética Guipuzcoana,
que subsiste.
El Real Club Automóvil suele disponer fiestas que se celebran en el
campo de Ondarreta cuando requieren reducido espacio; otras veces organiza
carreras en cuesta al monte Igueldo, carreras de kilómetro, etc.
La Real Sociedad Hípica tiene por objeto celebrar concursos hípicos y
demás ejercicios que tiendan a fomentar el progreso de la equitación, y ha
celebrado muchos resonantes. Todos los años ha tenido lugar el concurso
internacional, en en que se han distribuido más de 50.000 pesetas en premios. S.
M. el Reyes el presidente de honor, S. A. R. el infante Don Carlos el
vicepresidente de honor, y los infantes don Fernando de Baviera, Don
AIfonso de Orleans y el príncipe Don Mauriciode Battemberg, socios de honor.
Desde Julio de 1916, los aficionados a las carreras de caballos tienen un
magnífico lugar en que dar satisfacción a su deseo: el hipódromo recién
construido hacia Lasarte. En Febrero comenzaron las obras y en Julio estaban
aquellos campos pantanosos, desnivelados, convertidos en hermoso hipódromo, de
soberbia pista «á la americana», con piso de arena oscura, ligeramente
apisonada, de forma elíptica y de 2.100 metros de desarrollo en su contorno
exterior; además, para las carreras del kilómetro lanzado, hay otro trozo de
pista recta, de un kilómetro de longitud. Se han construí do también varios
edificios con destino a tribuna regia, a localidades pe preferencia, a cuadras, etc. Para facilitar
el acceso se han abierto caminos, construido puentes
y dispuesto una planicie capaz para 400 automóviles. En resumen: se ha construido
un hipódromo del cual se asegura que es de los mejores del mundo.
Se inauguró el domingo 2 de julio con asistencia de SS. MM., y el gentío
/699/ que acudió fue tal que hubo verdadero desconcierto en el ferrocarril de la
Costa y en los tranvías de Tolosa, que, a pesar de tener dispuestos trenes y
coches suplementarios, fueron impotentes para trasladar el gentío incalculable
que no tenía medios de utilizar otro sistema de locomoción. Los automóviles y
coches invadieron la planicie que rodea al hipódromo, y el espectáculo fue de vigor y animación imposible de prever; en aquellos lugares
antes silenciosos irrumpieron este día más de 10.000 personas. Las montañas
solitarias de Guipúzcoa fueron aquel día teatro de un espectáculo digno de las
narraciones quiméricas.
Cuarenta días de carrera se anunciaron, corriéndose caballos de millonarios
de todo el mundo y de S. M. el Rey de España, quien presentó los suyos a nombre
del Duque de Toledo.
San Sebastián. Tiro de pichón en Ulía
[Ilustración no disponible]
También en San Sebastián se practica el deporte de matar a tiros a las
palomas. Existe la Real Sociedad de tiro de pichón, que tiene su campo en
el monte Ulía y que organiza tiradas en las que toman parte excelentes tiradores
nacionales y extranjeros.
El Tiro nacional, del que es presidente S. M. el Rey, dispone también
en su campo diversos campeonatos con variedad de armas cortas y largas. En los
concursos del mes de Septiembre de 1915 tomaron parte 296 tiradores, que
compitieron en 527 ocasiones. Fue instalado en el caserío «Guarda plata», sito
en el camino de Pasajes de San Pedro, e inaugurado en Mayo de 1913.
Otras diversiones. Entre las fiestas que no pueden tener cabida en
ninguna de las divisiones que hemos establecido, la que más gente atrae son las
corridas de toros, que antes se celebraban en la actual plaza de la
Constitución, más tarde en una de madera que se levantó á orillas del Urumea, en
el barrio de San Martín, y que fue derribada en 1867, y luego en la plaza de
toros construida en Atocha y de la que fue popularísimo empresario don José de
Arana, y actualmente en la nueva plaza de toros, soberbia construcción levantada
sobre el barrio de Gros conforme a los planos ideados por el arquitecto don
Francisco de Urcola. El 11 de Junio de 1902 se colocó la primera piedra y en
Agosto del año siguiente se dio la primera corrida. El diámetro del redondel es
de 55 metros y de 100 el del edificio; la plaza puede contener 13;000 espectadores;
costó 1.300.000 pesetas. Es de hermoso aspecto, de amplias dependencias y de
servicios muy bien dispuestos.
Derribada la plaza de Atocha y cerrada la de Martutene, esta nueva es la
única que hay en San Sebastián; rara vez se abre durante el invierno, porque ni
en Donostia ni en los pueblos vecinos hay afición que la sostenga; pero en
cambio, durante el verano, los forasteros proporcionan gran negocio a los
empresarios, quienes organizan corridas para todos los domingos y días festivos
del mes de Agosto y alguno de Septiembre.
Disposición de !as diversas
secciones de las ferias
Desde hace algunos años, las ferias que en el paseo del Árbol de Guernica
se celebran durante la segunda quincena del mes de Septiembre, son también
elemento de recreo para los habitantes de San Sebastián, para los veraneantes y
para el mucho público que, sobre todo los días festivos, va de /701/ los
pueblos vecinos. Hay en esas ferias diversiones de carácter popular, tíovivos,
columpios, cinematógrafos, barracas de enanos y domadores de serpientes,
churrerías, juguetes y músicas. Desde el anochecer presentan muy animado
aspecto.
Estas ferias venían celebrándose desde el año 1902 organizadas por el Círculo
Mercantil, y desde 1913 las organiza el Ayuntamiento. Varias veces se ha tratado
de suprimirlas o reformarlas, alegando que el espectáculo, tal como se
desarrolla, es poco digno de la ciudad donostiarra.
El arriendo de pabellones, concesión de terrenos, etc. , suponen al
Ayuntamiento un ingreso de 14.000 pesetas.
San Sebastián. Las ferias de
Septiembre
El Gran Casino. -El nombre del Gran Casino de San Sebastián va íntimamente
unido al de la ciudad, para quienes consideran a la capital guipuzcoana como
población de recreo y diversiones es el eje sobre el que giran casi todos los
espectáculos, la base firme que sostiene este ambiente de cosmopolitismo, de
ligereza agradable, de vida elegante que durante el verano inunda las calles de
Donostia.
Situado en céntrico lugar, a la orilla del mar, junto a la Alameda, en un
amplio parque, su edificio suntuoso destaca, tras una espaciosa terraza que en
la época estival es lugar de exhibición lujosa, abrumador escaparate de
elegancia y distinción. Por la noche, cuando de todas las salas surge la luz
intensa al exterior y los focos de las dos torres iluminan las alturas, y se ven
deslizarse por los salones a damas, políticos, aristócratas y elegantes de vida
desconocida o sospechada, que de todo el mundo vienen, se da uno cuenta /702/
de la atracción fantástica que en todos los países produce ese nombre:
«Casino de San Sebastián», aspiración culminante para muchos, sueño que no se ha
de realizar para muchos más.
Dos notables arquitectos, don Adolfo Morales de los Ríos y don Luis Aladren,
idearon, el año 1882, el proyecto de este soberbio edificio, por encargo de la
sociedad anónima «Casino de San Sebastián», y cinco años más tardé, el día 1 de
Julio de 1887, se abrió al público. Desde entonces ha sido como luz potente que
ha irradiado por todo el mundo noticias de la vida fastuosa que los elegidos por
la fortuna pueden hacer en San Sebastián, y ha hecho de la capital donostiarra
estación obligada de los potentados que llevan su vida inquieta de recreo á
través de poblaciones y de centros que en serles agradables ponen su intención.
San Sebastián. El Gran Casino
Para ellos hay en el Gran Casino salones que les seducen, pero hay también,
para quienes no llegan a ese rango, atractivos de órdenes diversos combinados
siempre en ambiente de elegancia.
Durante todo el año una orquesta ejecuta conciertos en los salones, y el
verano la orquesta se refuerza y los conciertos adquieren más alto nivel artístico: un concierto «clásico» los martes; un concierto «artístico» los viernes,
desfile de pianistas y cantantes de renombre mundial, conjuntos magníficos de
la orquesta y los coros del Orfeón Donostiarra, son fiestas que en él salón
/703/ principal se ponen al alcance de todos los aficionados; y diariamente,
además, la orquesta toca por las tardes en el kiosco de la terraza y el público
puede escuchar el concierto sin entrar. Por el escenario del Casino desfilan las
compañías dramáticas nacionales y extranjeras de más nombre; en el salón de
fiestas bailan cotillones brillantes los aristócratas; en la terraza danzan los
niños y para que todos, los de dentro y los de fuera, se diviertan, hay siempre
músicas, y en el parque se queman magníficas colecciones de fuegos artificiales, y el pueblo se distrae viendo subir globos grotescos, cohetes fantásticos y luces de mil colores que reflejan su brillantez en las aguas inquietas
de la Concha.
Mucho dinero entra en el Casino; mucho dinero sale de él en beneficio del
progreso material de San Sebastián y de los desheredados de la fortuna. Los
asilos benéficos, las sociedades de fomento, los organizadores de fiestas,
tienen siempre en la administración del Casino auxilio para la caridad, ayuda
para sus empresas (272).
NOTAS
(268) Cuando haya que organizar fiestas, nadie dispute la palma a San
Sebastián, que siempre tuvo fama bien merecida; aquí, como en ninguna otra
parte, la juventud viene bien instruida del vientre de sus madres.
Los donostiarras tienen d6n especial para idear una fiesta nueva cada año; es
proverbial su maña en toda clase de asuntos.
(269) La feria de Santo Tomás, chorizo y pan.
(270) José Mari, nombre
compuesto de José y María, común en San Sebastián, ha dado origen a la voz
vasca josemaritarra, que se aplica a los donostiarras de pura cepa, amantes
de las costumbres de su pueblo.
(271) Erriko-seme quiere decir literalmente
"hijo del pueblo" y es calificativo que se aplica por antonomasia a quienes se
alegran de serlo y lo manifiestan por su afición a las costumbres populares y
típicas donostiarras.
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