OCEANOGRAFIA DEL GOLFO DE VIZCAYA
(EN ESPECIAL REFERIDA A LA COSTA VASCA)
MIGUEL IBAÑEZ
1. INTRODUCCIÓN
La Oceanografía constituye en la actualidad una ciencia
multidisciplinaria
en progresiva expansión y desarrollo en función del
potencial de recursos
naturales aún sin aprovechar o deficientemente
aprovechados que guarda el
Océano.
La definición de Oceanografía como la ciencia que se ocupa
de estudiar
los océanos, resulta ambigua y no refleja fielmente la
magnitud y complejidad
que en la realidad implican dichos estudios.
De forma convencional podemos diferenciar varias ramas
dentro de la
Oceanografía, que aunque íntimamente relacionadas entre
sí, delimitan
bastante bien desde un punto de vista didáctico los campos
de estudio de cada
una de ellas.
El Golfo de Vizcaya, desde el punto de vista
oceanográfico, se nos
presenta, en general, como una masa de agua homogénea,
susceptible de
sufrir modificaciones a largo plazo (ELLET, 1982), con
numerosos giros
debidos a los vientos en la capa superficial y
relativamente rica en nutrientes.
No obstante antes de abordar directamente el tema que nos
concierne
acerca de la Oceanografía del Golfo de Vizcaya es preciso
señalar en un
marco a escala mundial los límites geográficos en los que
estamos insertos.
Sólo de esta forma, a través de un estudio general previo,
podremos
comprender mejor y profundizar en las características
oceanográficas de
nuestro ámbito geográfico: el Golfo de Vizcaya y, dentró
de él, la costa
vasca.
2. OCEANOGRAFÍA GEOLÓGICA
En primer lugar, la Oceanografía Geológica se ocupa del
estudio del
relieve, estructura y origen de los fondos marinos.
Esta ciencia tiene en la actualidad una gran importancia
en la prospección
y búsqueda de recursos energéticos y minerales. Por
ejemplo, en el Golfo de
México se explotan actualmente más de un millar de pozos
petrolíferos
submarinos y más de 500 en el Mar del Norte. Existe
posibilidad de encontrar
yacimientos frente a la costa vasca y actualmente se
realizan algunas
prospecciones en este sentido (Plataforma Medusa).
En los últimos años el desarrollo de esta disciplina ha
permitido clarificar
algunos de los grandes enigmas de la geología como la
deriva continental y ha
permitido fijar las causas de numerosos fenómenos
tectónicos. Caben
destacar las recientes campañas de americanos y franceses
en la dorsal
medio-oceánica del Atlántico, por citar un ejemplo
significativo (Operación
FAMOUS: French-Ameritan Mid Oceanic Undersea Study).
Oceanografía Geológica del Golfo de Vizcaya
El relieve del Golfo de Vizcaya es asimétrico, así,
mientras la plataforma
continental cantábrica, casi inexistente, se precipita
bruscamente en el cantil
(talud continental), la plataforma continental francesa se
extiende ampliamente
frente a la costa.
El posible origen así como el proceso de formación del
Golfo de Vizcaya
es un tema controvertido que se ha abordado recientemente
a la luz de los
últimos descubrimientos en relación con la Tectónica de
Placas, y los
considerables avances de la Geología marina,
experimentados en los últimos
años han sido debidos en gran medida a los avances
tecnológicos desarrollados
para la explotación de los recursos geológicos del
subsuelo oceánico, en
especial, en el campo de la extracción de hidrocarburos.
Un hecho importante a la hora de deducir la posible
génesis del Golfo de
Vizcaya es la notable similitud que existe entre el
extremo NW de la
Península Ibérica (Galicia) y el macizo central armoricano
francés (Figura 1).
La distribución de las bandas metamórficas y de los
granitos, indican
como al final de la orogenia Herciniana Galicia se
encontraba unida a la
Bretaña francesa no existiendo aún el Golfo de Vizcaya.
El mecanismo de apertura y formación de dicho golfo
responsable de su
estructura actual es un tema discutido y parece ser que en
definitiva su
formación es el resultado indirecto de la formación del
Atlántico (por la
expansión del fondo oceánico a partir de la dorsal
medio-atlántica) al sur de
las Azores, fenómeno que tiene lugar entre el Triásico y
el Cretácico.
Durante el Triásico existieron fuertes tensiones que motivaron la apertura
del Golfo, sigue en el Jurásico un período de relativa calma en el cual
las
aguas del recientemente formado Golfo de Vizcaya cubrían
la práctica
totalidad del País Vasco, si bien el mar era poco profundo
y no existían
fondos abisales.
Es en el Cretácico inferior cuando se intensifican los
fenómenos tectónicos,
como lo evidencia la fuerte actividad volcánica que tiene
lugar en la zona
vasco-cantábrica y al norte de los Pirineos, así como la
intrusión de basaltos
en la zona central del Golfo, provocada por el desgarre de
la corteza terrestre
sometida a fuerzas de distensión.
Entre el Cretácico superior y el Eoceno medio y sobre una
longitud
aproximada de 120 km. se produce una subducción del fondo
del Golfo de
Vizcaya sobre la Península Ibérica originando una fosa de
subducción frente a
la cornisa cantábrica. Esta colisión, fruto de la
convergencia de las placas
europea e ibérica produce como consecuencia un
acortamiento del margen
continental (plataforma).
La corteza oceánica del Golfo de Vizcaya en realidad se ha
formado en
una etapa anterior y es muy joven (30 millones de años),
se resiste a
profundizar por debajo de la placa ibérica, originando lo
que se conoce como
una «subdución forzada» (MALOD et. al., 1982) que provoca
una particular
deformación en el borde continental nord-ibérico de fallas
en escamas (Figura
1’).
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FIGURA 1:
Oceanografía Geológica. Correlaciones estratigráficas entre la cadena herciniana
Ibérica
y el Macizo Armoricano francés.
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FIGURA 1’: Subducción de la corteza oceánica del Golfo de Vizcaya bajo
la Placa Ibérica.
Conviene señalar como al formación del Golfo de Vizcaya es
anterior a la
aparición del Atlántico Norte, que se constituye como tal
a partir del
Cretácico superior. En resumen, podemos destacar como la
formación del
Golfo de Vizcaya es el resultado de las tensiones
producidas en el Atlántico
sur (al sur de las Azores) en el Triásico. Ello implica
que no existe un centro
activo de expansión en el Golfo de Vizcaya, sino que las
distensiones
producidas, la intrusión basáltica y la expansión de dicho
mar son el resultado
de una respuesta pasiva a los fenómenos que generaron el
Atlántico Sur y
Central.
La disimetría resultante, con escasa plataforma
continental en la costa N.
Ibérica y la extensa plataforma francesa, que se extiende
hacia el norte
abrazando a las Islas Británicas es una de las principales
causas de los
problemas pesqueros de la flota de altura del País Vasco,
ya que precisamente
sobre estas plataformas se capturan las especies
comerciales de arrastre al
fresco de mayor interés como la merluza, rape, lenguados,
etc. (Figura 2).
3. OCEANOGRAFIA FISICA
3.1. Introducción
La Oceanografía Física se ocupa de investigar aquellos
fenómenos físicos
que afectan a los océanos, como la dinámica de las aguas,
temperatura,
luminosidad, etc.
FIGURA 2: BATIMETRIA DEL GOLFO DE VIZCAYA
Uno de los factores objeto de estudio, las corrientes,
está muy ligado a la
meteorología debido a que los regímenes de circulación
superficial oceánica
son un fiel reflejo de los modelos de circulación
atmosférica; a su vez, estas
corrientes condicionan en cierta medida los demás
parámetros químicos y
biológicos. Así, por ejemplo, en algunas zonas normalmente
bien localizadas,
por acción de las corrientes se producen afloramientos de
aguas
profundas ricas en sales minerales o nutrientes que
posibilitan un gran
desarrollo del fitoplancton (algas unicelulares) que
constituye la base de la
cadena trófica marina y sirve de alimento directa o
indirectamente al resto de
los seres vivos superiores (animales) que pueblan los
océanos, lo cual en
definitiva y desde un punto de vista práctico, repercute
en un incremento del
potencial de pesca en la región donde se produce el
afloramiento.
Además de las corrientes superficiales existen otras
corrientes profundas
menos conocidas y de menor velocidad que recorren los
océanos. Dichas
corrientes se generan, al parecer, en dos puntos, uno al W
del Atlántico Norte
y el otro en la Antártida, en estos puntos las aguas
superficiales ricas en
oxígeno se enfrían y se hunden hacia el fondo derivando
hacia el ecuador
donde se desvían hacia el Este y pasando frente a
Sudáfrica bordean el Indico
para dirigirse hacia el Pacífico Norte, donde se dispersan
(VANNEY,
1979-80).
Otro aspecto del que se ocupa la Oceanografía Física es el
estudio de los
parámetros físicos como la temperatura, presión, densidad
e insolación,
parámetros muy relacionados con otros químicos y
biológicos, como más
tarde se pondrá de relieve.
3.2. Corrientes
Los desplazamientos de las masas de agua de los océanos
son debidos a
diversos factores que podríamos agrupar en dos tipos
diferentes de energía:
mecánica y no mecánica.
Dentro del primer grupo incluiríamos los vientos (que en
definitiva se
originan también por un efecto térmico sobre las capas
atmosféricas). Cuando
el viento sopla sobre el agua ejerce una fuerza sobre su
superficie en la misma
dirección. La componente de esta fuerza depende así mismo
de la rotación de
la tierra (efecto coriolis) y de la presencia de barreras
continentales.
En cuanto a las causas «no mecánicas» podemos considerar
las variaciones
térmicas que afectan a un volumen importante de las masas
del océano y
que a través de un efecto termohalino (Tª-salinidad)
provoca grandes
desplazamientos de masas incluso de un océano a otro.
A la hora de diferenciar las corrientes superficiales de
las profundas nos
puede servir como punto de referencia la situación de la
termoclina. La
termoclina es una discontinuidad térmica muy marcada que
se produce a una
cierta profundidad, y así podemos diferenciar dos zonas,
la que se encuentra
por encima de dicha termoclina y la inferior.
En algunas regiones pueden existir en realidad dos o más termoclinas, si
bien suele definirse como tal a la discontinuidad térmica
más próxima a la
superficie. Esta temoclina puede ser permanente o
estacional y estar más o
menos marcada en función de la insolación y de la
temperatura atmosférica,
lo cual influye en la profundidad a la que aparece.
Mientras que en los mares ecuatoriales y tropicales la
termoclina es muy
marcada, permanente y bastante profunda debido al
predominio, durante todo
el año, de altas temperaturas así como a la gran
penetrabilidad de luz y calor
en estas aguas; a medida que nos alejamos del Ecuador, la
termoclina va atenuándose
siendo menos profunda, llegando a desaparecer y/o
manteniéndose
de forma estacional (tal como ocurre en nuestras
latitudes).
El movimiento del agua del mar, desde la superficie hasta
la termoclina
principal es producido principalmente por el viento y su
dirección dominante
es de E a W mientras que el flujo de las aguas profundas
tiende de N a S.
Un modelo hipotético nos daría en el Ecuador una estrecha
corriente de W
a ‘E llamada «Contracorriente ecuatorial» con una anchura
de 300-500 km. y
una velocidad de un nudo.
Por encima y por debajo se extiende una amplia zona hasta
30º N y 30º S
donde la corriente fluye hacia el W.
Entre 40º y 50º la corriente vuelve a fluir hacia el E
(deriva eólica del W) y
por encima de los 50º nos encontramos con las regiones
subpolares y polares
con corrientes producidas por los vientos del E (Figuras 3
y 4).
Otro factor importante a considerar es la llamada «espiral
de Ekman».
Una masa de agua puede considerarse como un conjunto de
láminas, la
superior impulsada por el viento empuja a la inferior por
rozamiento, así la
velocidad de esta última capa es inferior y su sentido se
encuentra ligeramente
desviado hacia la derecha en el hemisferio N (efecto
coriolis).
Circulación de las aguas profundas:
Como ya se comentó en la introducción, se ha comprobado
como en las
capas más profundas del océano también existen corrientes
de 10-20 cm./seg.
Parece ser que en dos puntos del globo, al W del Atlántico
Norte y en las
cercanías de la Antárdida, las aguas superficiales ricas
en oxígeno se hunden
desde la superficie, así siempre el agua profunda es muy
fría (un poco por
encima del punto de congelación), incluso en los trópicos.
Otro fenómeno a destacar y del que hablaremos
detenidamente más
adelante, es la corriente de agua mediterránea que entra
en el Atlántico con un
caudal de 30.500 km.
3/años.
La topografía del fondo del estrecho de Gibraltar
condiciona la profundidad a la que discurre en una primera
etapa esta
corriente, posteriormente esta profundidad depende de la
densidad del agua
atlántica (separándose del fondo cuando hay más de 1.200
metros de
profundidad) y a medida que avanza hacia el norte va
ascendiendo a la vez
que pierde sus características propias (Figura 16).
En cualquier caso, este aporte continuo de agua más salada
de origen
mediterráneo contribuye a que el Atlántico sea más salado
que el Pacífico.
Según la teoría de Erwin, de contruirse una presa en
Gibraltar, en 30 años la
salinidad del Atlántico sería inferior a la del Pacífico,
lo cual impediría, al
disminuir la densidad del agua en el Artico, su
hundimiento, lo que
provocaría un progresivo calentamiento del planeta. En
cualquier caso el
tema no está tan claro pues otros autores dan la vuelta a
la teoría y llegan a
conclusiones opuestas.
FIGURA 3: Modelo de circulación atmosférica.[No
disponible]
FIGURA 4: Modelo a gran escala de circulación oceánica.[No
disponible]
FIGURA 5: Efecto de la espiral de Ekman. [No
disponible]
3.3. Oceanografía física en el Golfo de Vizcaya
3.3.1. Corrientes superficiales en el Golfo de Vizcaya
Las primeras observaciones sobre las corrientes
superficiales del Golfo de
Vizcaya datan de finales del pasado siglo (GARSTANG, 1898)
y comienzos
del presente (BERNARD, 1905), utilizando botellas de
cristal con un
mensaje en su interior se observó una deriva hacia el SE y
SW con
velocidades comprendidas entre las 8 y 30 millas diarias.
En el último trabajo mencionado, realizado entre 1901 y
1904, se indica
ya la circulación general del golfo, con las
contracorrientes costeras, sobre
todo en la costa francesa durante los meses invernales.
Las primeras botellas al ir sin lastrar presentan el
inconveniente de que
son movidas más por el viento que por las corrientes,
defecto puesto de
manifiesto por CHARRUTHERS en 1927. En 1920 NELSON realiza
una
serie de minuciosos estudios sobre las características que
deben cumplir estas
botellas y así KURK (1956), empleando botellas lastradas
con arena y
arrojadas desde alta mar, obtiene una importante
información sobre la
circulación general en el Golfo de Vizcaya.
La corriente del Golfo cruza el Atlántico dirigiéndose
hacia el NE y
mientras la rama principal asciende hacia el norte de
Europa, otra rama gira al
sur de las Islas Británicas para dirigirse al SE y luego
al SW recorriendo el
Golfo de Vizcaya en el sentido de las agujas del reloj
(Figura 6).
De esta forma, los flotadores arrojados lejos de la costa
presentan una
deriva, siguiendo la circulación general, hacia el SE.
De lo anteriormente expuesto podemos deducir un modelo
para la
circulación general en el Golfo de Vizcaya influido
decisivamente por la
corriente del Golfo. Dicha corriente es débil y el agua
que penetra por el norte
a lo largo de la plataforma continental irlandesa alcanza
Finisterre al cabo de
más de dos años, lo cual supone una velocidad aproximada
de 1 cm./seg.
(TREGUER et al., 1979).
En estudios recientes llevados a cabo a escala local
(CONTRERAS,
1966-1977) se podía apreciar la dificultad de
interpretación de las corrientes
superficiales costeras (corrientes de marea). En este caso
se utilizaron tarjetas
plastificadas que lanzadas al mar un mismo día aparecían
indistintamente en
las costas cantábricas asturianas o al NE, en las Landas
francesas.
A través de un programa realizado por el Instituto
Geográfico Basco
(IBANEZ, 1979), se abordó el estudio de las corrientes
costeras superficiales
durante un ciclo anual considerando los mapas de
traslación de las tarjetas y
los mapas metereológicos con indicación de vientos
dominantes en este
período de tiempo.
A la vista de los gráficos de desplazamiento de tarjetas observamos cómo
en enero las tarjetas se dirigen al N-NE, lo cual coincide con una
dominancia de vientos de componente NW en más del 50% de los días,
una sola tarjeta
fue recuperada al W del punto de lanzamiento y en este
caso se trataba de una
tarjeta con la funda de plástico rota y que fue recogida a
40 brazas de
profundidad por un arrastrero frente al puerto de Pasajes.
FIGURA 6: Modelo de circulación de las capas de agua en el
Atlántico NE. Trazo grueso:
Corriente del Golfo (Gulf Stream). Trazo discontinuo
Circulación de la capa subsuperficial a 100 m. de
profundidad.En este caso las corrientes se deben al efecto termohalino.(Según HELLAN-HANSEN & NANSEN,
1926)
En febrero las tarjetas sufrieron una fuerte traslación
hacia el norte,
llegando hasta Sables d’Olone en Francia. Las tarjetas
arrojadas al W
alcanzaron una mayor latitud al N, observándose una menor
intensidad en la
dinámica de estas traslaciones para las arrojadas en
Fuenterrabía. En este mes
dominaron los vientos de componente W, constituyendo el SW
y el NW un
84% de las observaciones.
En marzo la traslación también se realiza hacia el E-NE,
pero en forma
más moderada. Durante este mes dominan los vientos del SW
y NW, siendo
muy frecuentes los temporales.
En el mes de abril la traslación sigue la misma dirección,
alcanzando, sin
embargo, mayores distancias que en el mes anterior. Los
vientos dominantes
son ya del NW y disminuye la frecuencia e intensidad de
los temporales.
En mayo parece existir una cierta estabilidad en las aguas
del fondo del
Golfo de Vizcaya con una moderada migración de tarjetas
hacia el E-NE. En
este mes dominan los vientos del NW-N.
La misma situación se mantiene en el mes de junio y la
primera mitad de
julio, recuperándose las tarjetas al E de las posiciones
de lanzamiento. La
situación cambia radicalmente en los días posteriores en
que las tarjetas son
recuperadas al W. Ello está correlacionado directamente
con la variación del
régimen de vientos dominantes que comienzan a ser de
componente E al
finalizar el mes.
En agosto la situación general de los vientos dominantes
se invierte con
respecto al mes anterior, dominan los de componente E y SE
manteniéndose
un porcentaje de NW.
En este mes las tarjetas son trasladadas en su mayor parte
hacia el W, pero
esporádicamente y bajo la acción de vientos de componente
NW las tarjetas
cambian de sentido sufriendo una migración inversa hacia
el E-NE. Esto
explicaría las irregularidades ya puestas de manifiesto
por CONTRERAS
(1966) en los meses estivales.
Estos cambios de dirección de las corrientes se ponen
mejor de manifiesto
en el mes de septiembre. En efecto, las tarjetas lanzadas
desde Mundaca en
los primeros días del mes aparecen en la costa francesa,
lo que corresponde
con vientos dominantes de componente NW en los primeros
días del mes. Por
el contrario, las tarjetas lanzadas posteriormente desde
San Sebastián aparecen
siempre al W de la posición de lanzamiento.
Merece especial atención el caso de las tarjetas lanzadas
el día 20 de
septiembre desde San Sebastián, a los 9-10 días se
encontraron el 5,6% de
ellas en la playa de Bakio. Durante esos días dominaron vientos del SE. Lo
que llama la atención es el hecho de que las tarjetas «viajaron» juntas y
en
casos como el presente fueron recogidas a gran distancia
en una misma playa.
Este fenómeno viene a explicar la acumulación de objetos
flotantes, tanto de
origen natural (maderas, ramas) como antrópico (plásticos
y petróleo) que
ocasionalmente aparecen en nuestras playas, en muchos
casos en forma
repentina.
Unos días más tarde, las tarjetas lanzadas en Santander
(el día 25)
sufrieron una traslación inversa, dirigiéndose a Vizcaya;
en esos días
volvieron a dominar vientos del NW.
En octubre, a un predominio de vientos del NE corresponde
una tendencia
general de la corriente hacia el W, si bien se produce una
recuperación al E
del punto de lanzamiento.
En noviembre la situación se invierte y el predominio de
vientos del SW
produce una fuerte corriente costera ascendente, volviendo
a una situación
similar a la observada en febrero pero con mayor
intensidad.
En diciembre se mantienen estas características si bien en
forma más
moderada y con predominio de vientos del SW.
Como conclusión podríamos definir para las corrientes que
afectan a la
costa vasca dos patrones o modelos bien distintos.
En primer lugar en los meses invernales, frente a la
cornisa cantábrica
discurre una corriente W a E
que se toma S a N
al llegar a la costa francesa.
Esta corriente homogénea alcanza su máxima intensidad en
noviembre y
febrero (en función de los vientos dominantes) con
velocidades de un nudo
(para distancias superiores a los 100 km.)
El segundo modelo de circulación se produce desde mediados de julio hasta
finales de octubre con corrientes de tipo oscilatorio, siempre paralelas a
la costa y con un desplazamiento hacia el W en julio y agosto como
consecuencia de los vientos dominantes.
3.3.2. Corrientes profundas en el Golfo de Vizcaya
Como resultado de las recientes campañas oceanográficas
realizadas por
los franceses en el Golfo de Vizcaya (FRUCHAUD et al.,
1976) se ha
descubierto como la principal característica de los 500
metros superficiales es
la homogeneidad. Esta profundidad constituye el «techo» de
una vena de
agua mediterránea que cruza el estrecho de Gibraltar a una
velocidad de 2,5
m./seg. y asciende paralela a la costa portuguesa para
penetrar en el Golfo
donde se va disgregando formando núcleos de volumen
variable que terminan
dispersándose. La velocidad media de esta corriente es de
18 m./h.
La estructura variable de esta vena, compuesta por núcleos
de volumen
variable, a veces aislados, indica la naturaleza
turbulenta de este flujo de
origen mediterráneo (Figura 16).
Por lo general las aguas cercanas al fondo sobre la plataforma continental
son relativamente estables encontrándose bolsas frías, con temperaturas
********FALTA TEXTO pg. 193 ********
FIGURA 8: Líneas de marea en el Océano Atlántico.
máximas de 15,4 m., otro ejemplo conocido y más cercano es
el de la Bahía
de St. Malo en Francia con amplitud de 12 metros, por el
contrario en el
Mediterráneo o en el paralelo 20º N en la costa atlántica
africana la marea es
casi inexistente y muy pequeña en Canarias (Figura 8).
En la costa vasca la amplitud máxima es de 4,4 m. (IRIBAR &
IBAÑEZ,
1982) en mareas vivas equinocciales y la mínima de 2,2
metros (Figura 9).
En función de estos datos podríamos diferenciar en la zona
intermareal
tres niveles: el supralitoral con una altura de 0,7 m.,
donde únicamente llega
el agua de mar en las pleamares de las mareas vivas, por
debajo la zona
mediolitoral con una altura de 2,8 metros y que podría
subdividirse en
mediolitoral superior, media e inferior y que es la zona
típicamente sometida
a la acción de las mareas, donde puede encontrarse una
flora y fauna
típicamente intermareal (por ejemplo, en la isla de
Txatxarramendi en la Ría
de Guernica) y por debajo y con una altura de 0,9 m., la
zona infralitoral (que
se prolonga por debajo de la línea cero de marea) y que
permanece sumergida
a excepción de las bajamares de mareas vivas.
FIGURA 9: Subdivisión de la zona intermareal de San
Sebastián en función de los datos
obtenidos con mareógrafo. (IRIBAR & IBAÑEZ, 1982).
NPEMV: Nivel de la pleamar extrema en marea viva
NPIMV: Nivel de la pleamar inferior en marea viva
NPMN: Nivel de la pleamar en marea normal
NPSMM: Nivel de la pleamar superior en marea muerta
NPEMM: Nivel de la pleamar extrema en marea muerta
NM: Nivel de marea
NBEMM: Nivel de la bajamar extrema en marea muerta
NBIMM: Nivel de la bajamar inferior en marea muerta
NBMN: Nivel de la bajamar en marea normal
NBSMV: Nivel de la bajamar superior en marea viva
NBEMV: Nivel de la bajamar extrema en marea viva
Esta zonación intermareal teórica puede modificarse
bastante en la
realidad en aquellos lugares muy expuestos a la acción del
oleaje y que tanto
abundan en la costa vasca. En estos casos la zona
supralitoral se eleva varios
metros por encima de su nivel normal.
El efecto de la emersión periódica tiene una gran
importancia en el
desarrollo de la flora y fauna marina que puebla la zona
mareal y que
habitualmente se encuentra estratificada. Numerosas
especies de algas
(fucáceas) necesitan esta emersión periódica para
sobrevivir y según su
resistencia mayor o menor a la desecación ocupan niveles
más o menos
elevados, observándose en ciertos lugares una clara
zonación de las comunidades
que habitan la franja costera intermareal.
3.3.4. Luz
Uno de los factores que ejerce una importancia decisiva en
la productividad
de los océanos es la luz. El estudio de la penetrabilidad
de la luz en el mar
es complejo, ya que el agua de mar no es un medio
ópticamente puro. Las
sustancias químicas disueltas o la materia orgánica en
suspensión inciden en
forma decisiva en el grado de penetrabilidad de la luz.
Asimismo la superficie
del mar, que normalmente no es plana debido al oleaje,
varía continuamente
el grado de incidencia de la luz sobre la superficie del
océano.
Conforme aumentamos la profundidad, van desapareciendo
selectivamente
distintas longitudes de onda.
En los 10 cm. superficiales se eliminan ya el 50% de las
radiaciones
ultravioletas (210-296 milimicras), a 15 m. quedan tan
solo un 1% de las
radiaciones rojas, a 80 m. un 1% de las radiaciones verdes
y a 130 m.
penetran tan solo un 1% de las radiaciones azules. Por
debajo de esta
profundidad prácticamente no existe iluminación
(procedente del sol, sí existe
quimio o bioluminiscencia).
Las algas bentónicas, si bien representan un valor
proporcionalmente
pequeño respecto a la productividad total del océano, se
han adaptado a estas
circunstancias y así tenemos tres tipos diferentes de
algas: verdes, pardas y
rojas. Si pensamos que el color que presenta el alga
corresponde a la
radiación de longitud de onda no utilizable por el vegetal
observamos, por
ejemplo, cómo un alga roja aprovecha e1 espectro visible
menos en la
longitud correspondiente al rojo, etc.
Por ello y simplificando mucho la cuestión podemos decir
que las algas
verdes como
Ulva o Enteromorpha
predominan tan solo en los
primeros
metros de profundidad (ésto tiene sus excepciones y así en
mares de aguas
limpias como el Adriático se llega a encontrar
Ulva
a 70 m. de profundidad y
Udotea
hasta los 100 metros).
196
OCEANOGRAFIA DEL GOLFO DE VIZCAYA (REFERIDA A LA COSTA
VASCA)
Las únicas algas capaces de vivir por debajo de los 50
metros son las algas
rojas.
En el océano podemos diferenciar bien ciertas zonas en
función de la
iluminación:
— Zona fótica
o bien iluminada, va desde la
superficie hasta los 50
metros de profundidad, en esta zona se realizan sin
dificultad los procesos
fotosintéticos.
— Zona oligofótica,
que se extiende desde los 50 a 500
metros y en
donde los vegetales autótrofos no pueden sintetizar, si
bien pueden sobrevivir
cierto tiempo.
— Zona afótica,
por debajo de dicha profundidad y
donde existe una total
oscuridad (rota tan solo por fenómenos de
bioluminiscencia).
Un método sencillo para medir la desaparición de la luz en
el agua
consiste en medir la profundidad a la que desaparece
visualmente un disco
blanco horizontal de dimensión estandar (30 cm. de
diámetro) que se sumerge
lentamente en el agua y que se denomina «disco de Secchi».
En nuestra costa y a una distancia de 600 metros del
litoral, la
profundidad a la que desaparece el disco de Secchi es
mínima en verano (6,3
m.) y máxima en primavera (14 m.) con valores medios de
11,3 m. en otoño
y 9,8 en invierno (FLOS, 1982).
A 1,6 km. de la costa estos valores se incrementan a 9,3
m. en verano,
15,2 en primavera y 14,8 y 11,3 m., respectivamente, en
otoño e invierno.
Ya en alta mar y a 6,4 km. de la costa, los valores
máximos con 23,1 m.
se producen en otoño y los mínimos en verano con 10,6 m.
mientras que en
invierno el valor es de 15 m. y en primavera el disco
desaparece a los 15,7 m.
de profundidad.
Esta mayor turbidez en la franja costera (valores menores)
es debida a las
partículas alóctonas de origen terrestre así como al
propio seston.
Estos datos tienen un particular interés pues indican que
la penetración de
la luz es en nuestra costa el principal factor limitante
de la producción
primaria en profundidad.
Así el macrofitobentos desaparece prácticamente por debajo
de los 20
metros de profundidad, limitando por ello la capacidad de
producción de una
interesante especie de interés comercial
(Gelidium sesquipedale)
que forma
importantes praderas submarinas frente a la costa vasca.
Ocasionalmente hemos comprobado la existencia de alguna
especie de
alga calcárea en el piso circalitoral por debajo de los 50
metros de
profundidad en forma esporádica, en general, podemos
señalar para nuestra
costa isobata de 25 m. como límite de producción vegetal
bentónica.
197
MIGUEL IBAÑEZ
3.3.5. Temperatura del agua de mar
3.3.5.1. Introducción
Es sobradamente conocido cómo la temperatura es uno de los
principales
factores que condiciona y limita el desarrollo de los
animales marinos
(ORTON, 1919).
El parámetro temperatura puede ser considerado en sentido
horizontal
(geográfico) o en sentido vertical (profundidad). En el
primer caso las aguas
superficiales presentan una gran variedad de temperaturas
desde los -2°C de
las regiones polares hasta los 32-35°C del Golfo de
México, en cualquier caso
el factor latitud varía mucho en función de las corrientes
marinas, así es bien
conocido como en el Atlántico entre los 40º y 70º N las
costas europeas son
más cálidas que las americanas por la corriente del Golfo.
A escala local la influencia de las temperaturas la
podemos observar
claramente en el extremo SE del Golfo de Vizcaya,
justamente en la costa
vasca que presenta una marcada discontinuidad
biogeográfica para gran
número de especies de algas y animales litorales.
Considerando ahora la profundidad, podemos establecer dos
niveles o
capas, una superior o Termosfera, cuyo límite inferior
está como máximo a
500 metros y donde la temperatura desciende rápidamente
con la profundidad
y, por debajo, una capa llamada Psicrosfera, con
temperatura prácticamente
estable (ésto no se cumple en algunos mares cerrados como
el Mediterráneo).
En determinadas circunstancias, como, por ejemplo, tras un
prolongado
período de calma relativa con fuerte insolación, seguido
de vientos fuertes
que producen una mezcla y homogeneización de la capa
superior, se establece
una brusca transición entre la capa cálida y la fría,
dicha superficie de
discontinuidad se denomina termoclina (como anteriormente
señalamos).
3.3.5.2. Temperaturas superficiales en el Golfo de Vizcaya
Las primeras observaciones sistematizadas sobre la
temperatura del agua
de mar en las capas superficiales se realizaron a partir
de 1921 por E. LE
DANOIS. En esta época se observa un avance en primavera de
un frente de
aguas más cálidas de origen meridional que, tras cruzar
Finisterre, penetra en
el Golfo de Vizcaya hasta la fosa de Cap Breton.
Dicho fenómeno es denominado «transgresión» por LE DANOIS
y
«mareas profundas» por PETTERSSON y se consideró como un
resultado de
fenómenos de tipo astronómico que regularían la intensidad
de dichas
transgresiones (períodos de 111 años en las manchas
solares con subperíodos
de 18 años y medio) y, en efecto, las observaciones
realizadas entre 1921 y
1928 (LE DANOIS, 1923, 1925, 1927, 1934 y BELLOC, 1929)
parecían
198
OCEANOGRAFIA DEL GOLFO DE VIZCAYA (REFERIDA A LA COSTA
VASCA)
confirmar esta hipótesis que también coincidía a gran
escala con los datos
registrados sobre las pesquerías de arenque en Dinamarca
desde el siglo XI al
XIX (LJUNGMAN, 1882).
Por otra parte, las variaciones biogeográficas observadas
en la costa vasca
han sido explicadas de diversas formas: FELDMAN en 1941
las atribuye a la
constitución geológica y petrográfica de la costa vasca;
LAMI en 1933 las
justifica atendiendo al valor de la luminosidad, pero, por
lo general, se
considera a la temperatura como el factor principal dadas
las anomalías
térmicas que se presentan en el Golfo de Vizcaya.
El primer estudio sobre este particular fue llevado a cabo
por MÖLLER
en 1941 para la marina de guerra alemana, este documento
calificado de
secreto militar pasó a manos de los aliados al finalizar
la II Guerra Mundial y
fue utilizado por FISCHER-PIETTE en 1963 para explicar el
carácter
meridional del extremo SE del Golfo de Vizcaya.
En efecto, en el mapa de temperaturas medias anuales del
agua superficial
producido por dicho autor, se muestra una bolsa térmica en
el fondo del
Golfo, con una temperatura media de 17°C mientras que en
Galicia no se
sobrepasan los 16°C y en las costas bretonas no llegan a
los 13°C.
Las primeras observaciones rutinarias sobre las
temperaturas superficiales
fueron realizadas por el Laboratorio Marítimo de La
Rochelle bajo la
dirección del Profesor Romanovsky entre febrero de 1953 y
marzo de 1956 y
este tipo de estudios se potenció rápidamente dado su
interés y relación con
las migraciones y pesquerías de la albacora o bonito del
norte (Thunnus
alalunga);
en numerosos trabajos de autores
franceses (LETACONNOUX,
1953, 1954, 1955; ALLAIN, 1967; ALLAIN & ALONCLE, 1968) se
establecen las temperaturas superficiales en distintos
puntos del Golfo de
Vizcaya con el fin de detectar los denominados «frentes
térmicos» entre los
18,5ºC y los 19,5ºC donde se concentra esta especie.
A partir de 1972 se establece un sistema de análisis
automático de
temperaturas y se publican los datos semestralmente (TREGLOS,
1972).
Se ha estudiado y se conoce relativamente bien el
mecanismo responsable
del afloramiento que ocurre frente a la costa de Galicia y
que comienza en
mayo con una fuerte repercusión positiva en la pesquería
de la sardina. Sin
embargo, el mecanismo de calentamiento estival en las
aguas del fondo del
Golfo de Vizcaya no parece estar tan claro.
Considerando los valores medios de la temperatura
superficial del agua de
mar en un período de 120 años (SERVAIN, 1977) se aprecia
como en el mes
de abril ya aparece un núcleo de agua ligeramente más
cálida en el fondo del
Golfo de Vizcaya, núcleo que se manifiesta claramente en
mayo extendiéndose
desde San Sebastián hasta la desembocadura del Loira y que
se mantiene
en idéntica posición en junio, para desplazarse en julio
hacia el SW
permaneciendo durante este mes el máximo térmico centrado
frente al Cabo
de Ajo. Esta posición vuelve a modificarse en agosto y
septiembre encontrándose
en octubre la bolsa térmica en posición similar a la
obsevada en abril y
mayo.
199
MIGUEL IBAÑEZ
En diciembre este núcleo térmico desaparece totalmente del
extremo SE
del Golfo de Vizcaya (Figura 10).
Comparando estos valores medios a lo largo del año frente
a la costa vasca
y en el extremo NW de la Península se aprecia como en los
meses invernales
la temperatura frente a la costa vasca es inferior, pero
debido al afloramiento
estival del NW las temperaturas en Galicia se detienen en
una cota máxima de
17°C mientras que en la costa vasca siguen ascendiendo
hasta superar los
20,5"C (Figura 11 B).
A escala mundial se aprecia un incremento de la
temperatura desde finales
del pasado siglo hasta los años 1955-60 (con un máximo
secundario en 1940)
y desde entonces hasta 1970 se viene observando en
enfriamiento (FIEUX,
1978) aunque en el verano 1968 ocasionalmente aparece un
calentamiento en el
Atlántico Norte (LAMB & RATCLIFFE, 1972).
La intensificación del giro subtropical nord-atlántico
entre 1926 y 1931
produjo un calentamiento entre 1926 y 1931 en el Atlántico
Norte de
consecuencias desastrosas para las pesquerías, pero en
1965 y 1979 la
situación ha cambiado produciéndose una recuperación. Este
fenómeno
denominado «ciclo Rusell» se manifiesta en varios
parámetros químicos y
biológicos como la concentración de fosfatos (que
disminuyó en el período de
calentamiento de 0,7 microgramo-átomo/litro en 1929 a
0,4-0,5 en 1931-35
—CUSHING, 1982—), cantidad de larvas de peces, presencia
de ciertas
especies de quetognatos y presencia o desaparición de la
sardina.
Podrían existir ciclos de duración variable y mientras en
determinadas
épocas predominan los de una determinada amplitud (entre
1880 y 1910
parecen ser de 5 años) en otras pueden variar (POTAYCHUK,
1972).
Ya a escala local y según los datos medios anuales de la
temperatura
superficial registrada en San Sebastián desde 1950, parece
que se alternan
períodos más cálidos (1959; 59-63; 68-71) con otros más
fríos (52-56; 63-67;
72-80) en períodos aproximados de 10 años (entre máximo y
mínimo
aproximadamente 5 años) (Figura 12).
Por otra parte, si nos fijamos en las temperaturas
estivales de los últimos 7
años (Figura 13) observamos una tendencia hacia un
progresivo aumento.
3.3.5.3. Distribución vertical de las temperaturas
Los primeros estudios sobre la distribución vertical de
temperaturas en la
costa vasca fueron realizados en julio y agosto de 1922-23
(DE BUEN,
1933-34).
La termoclina muy marcada en nuestra costa se sitúa en
verano entre los
30 y 50 m. de profundidad para desaparecer súbitamente con
los primeros
temporales de otoño. La ruptura de la termoclina se
produce antes en los
puntos cercanos a la costa debido al efecto de las mareas
y a una mayor
turbulencia en estas zonas menos profundas (Figura 14).
200
OCEANOGRAFIA DEL GOLFO DE VIZCAYA (REFERIDA A LA COSTA
VASCA)
FIGURA 10: Valores medios de la temperatura superficial
del agua de mar en el Golfo de Vizcaya
201
FIGURA 11
FIGURA 12: Temperaturas medias anuales del agua de mar
superficial en San Sebastián
desde 1950 a 1983
FIGURA 13: Datos medios mensuales de las temperaturas
superficiales del agua de mar en San Sebastián
FIGURA 13-A: Distribución de biomasa (peso seco libre de
cenizas) de la especie
Porphyra linearis
en Zumaya y San Sebastián.
MIGUEL IBAÑEZ
FIGURA 14: Distribución vertical de temperaturas frente a
la Costa Vasca.
206
OCEANOGRAFIA DEL GOLFO DE VIZCAYA (REFERIDA A LA COSTA
VASCA)
La distribución vertical de las temperaturas ha sido
estudiada también en
relación con las pesquerías pelágicas tradicionales en el
Golfo de Vizcaya
(BELLOC, 1929; VINCENT & KURC, 1969). Este último autor
encuentra
«bolsas» frías estancadas sobre la plataforma continental
francesa estudiando
la incidencia de dichos fenómenos con las pesquerías de la
sardina.
En un plano más amplio puede observarse (FRUCHAUD et al.,
1976)
como la isoterma de 10°C se encuentra a unos 1.000 m. de
profundidad y la de
4°C a unos 2.000 m. (Figuras 15 y 16).
En invierno los valores de la temperatura y salinidad en
el Golfo de
Vizcaya son los siguientes:
T ª Salinidad
Capa de agua atlántica
Capa de agua mediterránea
Capa de agua profunda
11,6ºc 35,6%
11,6ºc 36,4%
4 ° C 35%
3.3.5.4. Un caso particular en la costa vasca: Desarrollo
estacional de
Porphyra linearis en función de la temperatura
La especie de alga roja
Porphyra linearis
aparece en la costa vasca
en el
nivel mediolitoral superior y frecuentemente en el
supralitoral (según la
frecuencia e intensidad de los temporales en la época de
fijación puede ocupar
un nivel u otro —IBAÑEZ, et al., 198—) a partir del mes de
noviembre
alcanzando su máximo desarrollo entre enero y febrero para
desaparecer
completamente entre los meses de abril y mayo.
Es, por tanto, una especie de típico desarrollo invernal y
su aparición
suele ser brusca debido a que en las primeras etapas el
alga es consumida por
las lapas
(Patella depressa, P.
vulgata y P. rustica),
dándose la circunstancia
de que no es raro encontrar matas grandes de
P. linearis
sobre las conchas de
las lapas, mientras que en las rocas aún no se ha
implantado.
En un momento dado se rompe el equilibrio entre producción
y consumo
por fitófagos ocurriendo una «explosión» que recubre el
sustrato completamente
en pocos días.
En los muestreos realizados en los últimos años
representados en la figura
13-1 podemos apreciar cómo hay una disminución progresiva
coincidente con
la elevación de las temperaturas, así mismo se observa una
implantación más
precoz en Zumaya, de forma que cuando se alcanzan los
valores máximos de
biomasa en Mompás (San Sebastián), en la estación de
Zumaya está
disminuyendo (ocasionalmente coinciden los máximos en
ambas estaciones).
Al intentar establecer una correlación entre la biomasa de
Porphyra
linearis
y la media de temperaturas de agua
y aire (esta medida se establece
debido a que el nivel que habitualmente ocupa el alga
permanece durante
207
MIGUEL IBAÑEZ
(Según FRUCHAUD et al.,1976)
FIGURA 15: Perfil térmico en el exterior e interior del
Golfo de Vizcaya
208
OCEANOGRAFIA DEL GOLFO DE VIZCAYA (REFERIDA A LA COSTA
VASCA)
(Según FRUCHAUD et al., 1976)
FIGURA 16: Perfil de salinidades en el interior y exterior
del Golfo de Vizcaya
donde se aprecia la vena de agua mediterránea de mayor
salinidad
209
MIGUEL IBAÑEZ
bastante tiempo en seco) obtenemos en una correlación
lineal un valor r = 0,4
y en una exponencial r = 0,4; ahora bien considerando por
separado los datos
de Mompás y Zumaya correspondientes al invierno 1981-82 y
por otro los
restantes valores, obtenemos unas correlaciones lineares
de 0,88 y 0,79 y
exponenciales de 0,83 y 0,91, respectivamente, de donde se
aprecia una clara
relación de la temperatura ambiente (media de ta
atmosférica y del agua) y
la
biomasa existente aún cuando existe un período anómalo
(1981-82) en el que
también se cumple la relación pero ajustándose a otro tipo
de ecuación.
Conviene tener en cuenta que la utilización de valores
medios de
temperatura en ecología puede conducir a error (NIELSEN,
1978) si no se
considera conjuntamente la desviación típica.
En este caso, aunque parece que la temperatura juega un
importante papel
no hay que olvidar otros factores internos (fotoperíodo) o
externos (fitófagos)
que pueden regular y condicionar el ciclo de esta especie.
3.3.6. Pluviometría e insolación
La costa norte de la Península y más concretamente la
costa vasca es una
de las zonas más húmedas de Europa. Este hecho según
URIARTE (1980)
está motivado por razones meteorológicas (anticiclón de
las Azores), orográficas
(paso en Euskadi entre la Cordillera Cantábrica y los
Pirineos) y
térmicas (recalentamiento estival de las aguas en el fondo
del Golfo de
Vizcaya).
De forma inversa, las brumas, a veces persistentes, que
caracterizan el
paisaje costero del País Vasco disminuyen la insolación.
Así, según PARROT
( 1960), en una escala de 0 a 10 (donde 0 significa cielo
completamente
despejado y 10 completamente cubierto) asigna para la
estación de Biarritz en
base a observaciones realizadas entre 1890 y 1920 un valor
medio anual de
6,05 con una desviación típica de 0,7; siendo el valor
máximo de 7,1 en
diciembre y el mínimo 4,6 en agosto.
4. OCEANOGRAFIA QUIMICA
4.1. Introducción
La Oceanografía química se ocupa del estudio de los
componentes del
agua de mar, éstos son el cloruro sódico (27,37 gr./l.),
cloruro de magnesio
(3,36 gr./l.), sulfato de magnesio (2,24 gr./l.), sulfato
de calcio (1,32 gr./l.) y
otras sales hasta un total de 35,06 gr./l.; también
encontramos numerosos
oligoelementos como Uranio (1,5 x 10-6
gr./l.), Vanadio (0,3 X 10-6
gr./l.) e incluso Oro (6 X 10-9
gr./l.)
210
OCEANOGRAFIA DEL GOLFO DE VIZCAYA (REFERIDA A LA COSTA
VASCA)
La explicación a la salinidad del agua de mar hay que
buscarla en la
oceanografía geológica ya que el magma que aflora a través
de las dorsales
oceánicas libera agua y elementos responsables de la
salinidad del agua de
mar.
Este agua (el 90% del volumen del océano) fue generada en
un «gran
cataclismo» posiblemente ocurrido hace 4.000 millones de
años, pero el
proceso aún continúa hoy en día.
Calculando actualmente el volumen de agua de los océanos
es de 1,37 X
109
km3,
la cantidad de sales disueltas ascendería a 5 X 1016
Tm.
Entre las sustancias presentes en el agua de mar, las que
revisten
importancia desde el punto de vista de la productividad
biótica son las
denominadas nutrientes o sales minerales necesarias para
el desarrollo de la
vida vegetal, cuya presencia o ausencia en las aguas
superficiales condiciona
en última instancia la riqueza pesquera de cada región del
océano.
Estos nutrientes son fundamentalmente los fosfatos,
nitratos, nitritos y
silicatos y su aporte a las aguas superficiales se realiza
normalmente por
afloramientos o «upwelling» o por aporte de las aguas
continentales.
Pueden producirse aportes ocasionales como producto de la
contaminación,
éste puede ser el caso de la contaminación por detergentes
ricos en
fosfatos. En estos casos y cuando el mencionado aporte se
produce en una
bahía o lugar cerrado, se produce un fenómeno conocido
como «eutrofización
» con un desarrollo masivo de fitoplancton en una primera
fase seguida
de una anoxia total por descomposición bacteriana que
terminan en una
liberación de ácido sulfídrico que acaba rápidamente con
cualquier vestigio
de vida en las aguas a la vez que produce un desagradable
olor (tal como
ocurrió no hace mucho tiempo en la Bahía de Túnez).
El nitrógeno se encuentra en el mar en cualquiera de sus
estados de
oxidación siendo su ciclo muy complejo al intervenir en él
numerosas formas
bacterianas. Normalmente muchas bacterias anaerobias
producen desnitrificación,
es decir, reducción biológica de nitratos y nitritos a
óxido nitroso y
nitrógeno libre, tal como ocurre en las fosas del Pacífico
entre los 150 y 800
metros de profundidad. Por el contrario algunas algas (cianoficeas)
utilizan el
nitrógeno libre directamente; la mayoría de las algas lo
utilizan como nitratos.
Otras bacterias marinas como
Nitrosocystis oceanus
que vive a más de 1.000
metros de profundidad son capaces de transformar el
amoníaco en nitratos.
En primavera, al aumentar la insolación, se produce un
crecimiento
explosivo del fitoplancton que utiliza el nitrógeno
inorgánico disuelto y este
acaba desapareciendo. El fitoplancton a su vez es comido
por el zooplancton
que devuelve parte del nitrógeno al medio en forma de
amoníaco.
Así pues, existe una distribución estacional más o menos
claramente
definida de los compuestos de nitrógeno al mar. Los
nitratos (a excepción de
los mares tropicales) tienen un mínimo en verano y un
máximo invernal.
211
MIGUEL IBAÑEZ
Los nitritos presentan un pequeño máximo en primavera y
otro en otoño
que desciende a valores de cero en invierno. Los valores
de amoníaco oscilan
mucho y no muestran una clara distribución estacional.
En cuanto a la distribución vertical de nitratos, es menor
en la zona fótica
(iluminada) y va aumentando hasta llegar a un máximo a
nivel de la capa de
compensación (donde fotosíntesis = respiración); luego
desciende hasta
desaparecer a los 200 metros.
El fósforo existe en el agua de mar como fosfatos
inórganicos y
normalmente este elemento no suele ser limitante ya que
antes se agotan los
nitratos.
En primavera el fósforo está en estado inorgánico, en
verano en forma
orgánica y así es transportado hacia el fondo por
hundimiento, allí se recupera
en forma de fósforo inorgánico durante el invierno y es
devuelto a la
superficie completándose de esta forma su ciclo.
Normalmente una riqueza en nitratos suele ir acompañada de
un aumento
de fosfatos manteniéndose aproximadamente la relación de
15 átomos de
Nitrógeno por cada uno de Fósforo.
Los silicatos son necesarios para el desarrollo de las
algas diatomeas que
fabrican pequeños caparazones duros (frustulas) con este
elemento.
A la oceanografía química le corresponde determinar y
estudiar la
evolución de los gases disueltos en el agua de mar,
fundamentalmente los
gases atmosféricos: nitrógeno, oxígeno y CO2.
Entre ellos los que presentan
mayor interés son el O2
y CO2.
La fuente del oxígeno disuelto en el agua de mar es el
propio oxígeno
atmosférico, así como el producido por los mecanismos
fotosintéticos del
fitoplancton o de las plantas macrofitas.
Ocasionalmente y de forma limitada pueden aparecer aguas
anóxicas, es
decir sin oxígeno (por debajo de los 150 m. en el Mar
Negro) o anoxias
parciales como en los fiordios noruegos y en fosas del
Pacífico en Canadá y
Chile.
Con respecto al CO2,
existe un intercambio con la atmósfera y mientras en
los polos pasa del aire al mar, en los trópicos ocurre
precisamente lo
contrario.
Por otra parte el CO2
disuelto en el agua de mar
tiene una importante
misión al formar un sistema «tampón» que equilibra el pH
del agua de mar
que oscila entre 7,4 y 8,4 en función de la actividad
biológica de las aguas.
212
FIGURA 17: Zonas de convergencia en el océano (+) y áreas
fértiles (en punteado).
La circulación oceánica condiciona las zonas de
afloramiento donde la riqueza en sales
nutritivas (nitratos, fosfatos y silicatos) se traduce en
una mayor productividad yen consecuencia
una mayor riqueza pesquera.
(En punteado más oscuro producción superior a los 500 mg.
de carbono por m.2 y día, en
punteado más claro, producción entre 1.50 y 500 C/m.2 día
según KOBLENTZ - MISHKE
et al., 1968).
MIGUEL IBAÑEZ
4.2. Oceanografía química en la costa vasca
4.2.1. Introducción
Los estudios realizados hasta la fecha en el extremo SE
del Golfo de
Vizcaya son muy escasos. En los veranos de 1932 y 1933
fueron llevados a
cabo algunos trabajos sobre batimetría, temperatura y
salinidad frente a la
costa guipuzcoana (DE BUEN, 1933, 1934).
Más recientemente y dentro de un estudio piloto de lucha
contra la
contaminación litoral bajo el patrocinio de la OMS (MANCY,
1975 &
MACKAY, 1976) se realizaron una serie de análisis de
nutrientes frente a la
costa guipuzcoana desde 1976 a 1977 (HERNANDO & IBAÑEZ,
1980),
también cabe destacar el estudio realizado para la empresa
Iberduero en 1976
frente a Punta Endata (ARIAS et al., 1980).
4.2.1.1. Oxígeno disuelto
El oxígeno en general es más abundante a 20 metros de
profundidad que
en superficie, a partir de dicho nivel va disminuyendo
progresivamente hasta
alcanzar un mínimo situado entre los 800 y 1.000 metros
para posteriormente
aumentar alcanzando a los 1.500 metros la concentración
que existía a 500
metros. Después de un aumento muy lento hasta los 2.000
metros, a partir de
esta profundidad la concentración de oxígeno disuelto se
mantiene constante
en valores sobre 4,9 ml./l. (BERTHOIS, 1965) (Figura 18).
Los valores en la capa superficial en la costa vasca son
bastante
homogéneos en el tiempo y en el espacio, únicamente se
observan algunos
valores algo más bajos en agosto, coincidiendo con la
elevación de temperaturas
y estratificación máxima de las capas superiores.
Ocasionalmente
encontramos a 20 metros de profundidad valores muy bajos
en octubre de
1976 frente a Jaizkibel (concentración de materia orgánica
por aporte fluvial o
antrópico?).
4.2.1.2. Nitratos
La concentración de nitratos en el agua de mar oscila
entre 1-36
microgramos átomo N por litro, alcanzando en el Atlántico
los máximos
valores sobre los 7 microgramos en profundidades
comprendidas entre los
350 y 800 metros (RILEY & CHESTER, 1971).
En la costa vasca (HERNANDO & IBAÑEZ, 1980) se observa
claramente
una evolución a lo largo del tiempo. En primavera, verano
y otoño los
valores superficiales son pequeños (inferiores a un
microgramo), en invierno
aumentan hasta 6 microgramos, manteniéndose esta cantidad
homogénea en
los 100 metros superiores.
214
OCEANOGRAFIA DEL GOLFO DE VIZCAYA (REFERIDA A LA COSTA
VASCA)
FIGURA 18: Concentración de-oxígeno disuelto en el agua de
mar en función de la
profundidad en el Golfo de Vizcaya (según BERTHOIS, 1965)
215
MIGUEL IBAÑEZ
En las zonas costeras se aprecian dos máximos el primero
correspondiente
al afloramiento invernal y el segundo a los aportes
fluviales en primavera
(este último en ocasiones es importante ya que alcanza
valores cercanos a los
9 microgramos).
La distribución de los nitratos presenta dos modelos
extremos representados
en las Figuras 19 y 20, en agosto los nitratos se han
agotado en superficie
(han sido utilizados por el fitoplancton en primavera) y
aparece una fuerte
estratificación donde las sales se encuentran acumuladas
en concentraciones
de 10 microgramos por debajo de los 40 metros de
profundidad. En invierno
se produce una mezcla de las capas inferiores con las
superiores, alcanzándose
una concentración de 6 microgramos homogénea en toda la
columna de
agua.
Estos datos coinciden con los encontrados por ARIAS et al.
(1980) entre
Zumaya y Deba.
4.2.1.3. Nitratos
La interpretación de los nitratos resulta más compleja si
bien ARIAS et al.
(1980) encuentran un ciclo estacional, en la costa
guipuzcoana encontramos
en abril y octubre un marcado incremento entre los 40 y 80
metros de
profundidad, siendo por lo general más altos los valores
en las zonas
próximas a la costa.
4.2.1.4. Fosfatos
En general la evolución de los fosfatos es paralela a la
de los nitratos,
manifestándose sin embargo un enriquecimiento superficial
en las estaciones
costeras entre mayo y junio, aunque también existe el
máximo invernal entre
enero y marzo.
El máximo en superficie oscila sobre los 0,5 microgramos
átomo por litro
y en las zonas cercanas a la costa aparece otro máximo
acentuado en
primavera (frecuentemente con valores cercanos a 0,4) y un
tercero en
septiembre.
Como en el caso de los nitratos cabe pensar en el aporte
fluvial a la hora
de interpretar estos máximos de primavera.
4.2.1.5. Silicatos
Los silicatos, estudiados por ARIAS et al. (1980) alcanzan
valores de
hasta 5 microgramos átomo por litro si bien su
interpretación es compleja
dado que no parecen ajustarse claramente a un ciclo
estacional.
216
OCEANOGRAFIA DEL GOLFO DE VIZCAYA (REFERIDA A LA COSTA
VASCA)
FIGURA 19: Distribución de los nitratos en función de la
profundidad en el mes de agosto
(según HERNANDO & IBAÑEZ, 1980)
217
MIGUEL IBAÑEZ
FIGURA 20: Distribución de los nitratos en función de la
profundidad en el mes de febrero
(según HERNANDO & IBAÑEZ, 1980).
218
OCEANOGRAFIA DEL GOLFO DE VIZCAYA (REFERIDA A LA COSTA
VASCA)
4.2.1.6. Discusión
En general podemos diferenciar claramente dos patrones
bien distintos de
distribución de los parámetros contemplados; el primero se
presenta en
verano bajo el signo de una marcada estratificación, por
encima de los 10
metros aparece una capa cálida carente de nutrientes y con
baja salinidad, por
debajo, entre los 10 y 50 metros (con la termoclina
situada en torno a los 30
metros) una zona de transición brusca donde aumenta el
contenido de nitratos
y fostatos que se estabilizan por debajo de los 50 m.
hasta los 100.
El segundo patrón corresponde a los meses de invierno y se
caracteriza
por una mezcla de todas las capas donde hasta los 100
metros se mantienen
constantes la temperatura, oxígeno disuelto, fosfatos y
nitratos.
A la vista de estos datos podemos apreciar cómo en la
costa vasca ocurre
un fenómeno inverso al producido en la costa NW de la
Península. En efecto
cuando frente a Galicia ocurre un afloramiento de aguas
profundas originado
por los vientos dominantes del NE que comienzan en el mes
de mayo, en la
costa vasca comienza un período de calma y estancamiento
de las capas
superficiales lo cual produce un recalentamiento de las
mismas que favorece
aún más la estratificación estival con disminución
progresiva de los nutrientes
en las capas superficiales al ser estos utilizados por el
fitoplancton.
En noviembre por el contrario, cuando el afloramiento de
la costa
galáico-portuguesa desaparece, frente a la costa vasca se
produce una fuerte
corriente y mezcla con enriquecimiento en nutrientes de
las capas superficiales.
Si bien tradicionalmente se han estudiado desde comienzos
del presente
siglo los afloramientos marinos que abarcan zonas de gran
extensión, también
pueden producirse afloramientos a nivel local en función
de la geometría de la
costa (MILLOT, 1979; HUA & TOMASSET, 1979).
En este contexto, en fecha muy reciente (DICKSON et al.,
1980) se ha
descubierto mediante fotografía infrarroja desde satélite
una zona de afloramiento
en el Golfo de Vizcaya que coincide con el borde de la
plataforma
continental francesa (Figura 21) y que a su vez es el área
de reproducción del
chicharro (Figura 22).
En cualquier caso conviene recordar que tan importante
como la capacidad
de fijar carbono inorgánico (fotosíntesis) favorecido por
los fenómenos
de afloramiento de nutrientes, es la eficiencia del
ecosistema a través de la red
trófica que sea capaz de traducir este aumento de
nutrientes en biomasa de
eslabones, a veces alejados del origen de dicha red (WOOSTER,
1981).
Los niveles más altos de biomasa de fitoplancton aparecen
en la costa
vasca en primavera (ESTRADA, 1982) y son producidos
primero por
diatomeas sustituidas por dinoflagelados al comienzo del
verano. Sigue un
mínimo estival coincidente con la marcada estratificación
de las capas
superficiales donde aparecen grandes dinoflagelados. De
igual forma en la
costa vasca se aprecian variaciones estacionales en el
zooplancton estudiadas
en fecha muy reciente por varios autores (ALCARAZ, 1981;
VILLATE &
ORIVE, 1981 y ANDREU, 1981).
219
MIGUEL IBAÑEZ
FIGURA 21: La zona rayada corresponde con el afloramiento
detectado
mediante fotografía infrarroja desde satélite en el
Golfo de Vizcaya. (DICKSON et al., 1980)
220
OCEANOGRAFIA DEL GOLFO DE VIZCAYA (REFERIDA A LA COSTA
VASCA)
FIGURA 22: Reproducción del Chicharro en el Golfo de
Vizcaya
(LOCKWOOD, 1978)
221
MIGUEL IBAÑEZ
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