Las dependencias accesorias están comunicadas entre sí. La
nave denominada de Santa Marta ocupa la totalidad del lado norte; hasta el año
2009 acogía la capilla del cristo y un entrepiso que disminuía considerablemente
su altura. Existen dos sacristías, accediéndose desde la menor (que contó hasta
el año 2009 con un entrepiso) el camarín de la Virgen del
Coro. La comunicación con la bajo cubierta se realiza a
través de una escalera de caracol que parte de la sacristía menor.
La
comunicación vertical con las dependencias superiores (camarín, etc.) se
realiza a través de una magnífica escalinata situada entre la
sacristía menor y la nave de Santa Marta. Sobre las mismas se extienden otras dependencias, entre ellas las
utilizadas antiguamente como sala capitular y como granero de primicias, a las
que se accede por medio de una escalera monumental que articula la sacristía
pequeña y la nave de Santa Marta.
En los pies de la iglesia se encuentra el coro, comunicado
mediante una escalinata. En él destaca un sillería de planta semicircular
(Francisco Bocente y Mendía) y un excelente órgano romántico (Cavaillé-Coll,
1863) de 2.366 tubos, cuya fachada corresponde a la de un antiguo órgano barroco.
El retablo mayor (de la Virgen del Coro) y los situados a ambos lados de
éste (de S. Pío V y de Sta. Bárbara) son clasicistas. Fueron diseñados
-dudosamente el de Sta. Bárbara- por Diego de Villanueva y ejecutados por
Francisco de Azurmendi. El resto de los retablos son: el de Santa Catalina o del
Consulado (Tomás Jáuregui); San Pedro y S. Antonio (atribuidos a Francisco de
Azurmendi o a Francisco de Ugartemendía), todos ellos de estiló rococó. Los
altares de la Soledad y del Sagrado Corazón son neoclásicos, para cuya
ejecución se utilizó el diseño rechazado para el altar del Consulado trazado
por Ventura Rodríguez.
Dispone actualmente de una capilla habilitada en el sector occidental del
corredor de Santa Marta presidida por el Cristo de Paz y Paciencia (s. XVI). La
imagen no está revestida de especial valor artístico, pero si del sentimental
derivado de haber estado colocada en la Puerta de Tierra de la muralla en el
lado que miraba hacia la Ciudad.
En el exterior es reseñable la portada principal, abierta a la calle Mayor,
frente a la lejana Catedral. Es de estilo rococó, enmarcada por dos torres
adelantadas sobre la fachada. Se presenta rehundida, contrastando con la
convexidad del resto de la fachada comprendida entre las dos torres. Su
iconografía es mariana, acompañada por ornamentación de rocalla. Una imagen
de S. Sebastián se venera en una hornacina superior.
Fotografía: JAS, 2005
Lugar: San Sebastián. Calle
Mayor.
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