NOTICIA DE LAS COSAS MEMORABLES DE GUIPÚZCOA / PABLO GOROSABEL

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LIBRO I

DESCRIPCIÓN DE LA PROVINCIA

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CAPITULO V

DEL ESTADO GEOGRÁFICO ANTIGUO

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SECCION II

De lo que era Guipúzcoa en su origen

 

/199/No consta la época en que se reunieron las tres regiones mencionadas de pueblos vascones, várdulos y caristos, para formar el territorio de esta provincia. Sebastián, Obispo de Salamanca y uno de los historiadores españoles más antiguos, no citó el nombre de Guipúzcoa entre las demás comarcas eximidas de la ocupación de los moros en tiempo de D. Alonso I. Tampoco se encuentra otra noticia de que hasta el siglo X se hubiese dado a la misma el nombre que actualmente lleva. Así, pues, la mayor antigüedad que se investiga de él es el titulado privilegio de votos del Conde Fernán González a San Millán de la Cogulla; el cual se supone haberse otorgado entre los años de 933 al 939, donde se hace mención de nuestra provincia, con, la denominación de Ipúzcoa. Continuó este nombre por algún tiempo, como se deduce de la memoria de los términos del Obispado de Bayona, hecha por su Prelado Arsio hacia el año 980, en la cual se cita como perteneciente a él a San Sebastián de Púsico; esto es, de Ipúzcoa. Úsase también este nombre en la donación de la Iglesia de San Salvador de Olazábal, hecha el año de 1025 por D. García Aznárez a San Juan de la Peña. Asimismo se halla expresado en la escritura de la restauración y demarcación de límites de la, Santa Iglesia de Pamplona; otorgada por el rey D. Sancho el Mayor, de Navarra, en el año de 1027. En ella, después de referir los valles y pueblos que pertenecían a aquella diócesis, añade, et tota Ipúzcoa. Igualmente aparece de la donación /200/ del monasterio de Santiago de Laquedengo, hecho. en 1048, por Dª Gayla a San Juan de la Peña, así que de la otorgada por el rey D. Sancho Garcés a San Salvador de Leyre en 1066. El P. José Moret, que inserta este documento, dice que tal vez sea esta la primera memoria del nombre de Ipúzcoa,. pero es una equivocación manifiesta, puesto que de los testimonios precedentemente citados resulta la mayor antigüedad de su uso.

Que la denominación de Ipúzcoa continuó usándose constantemente hasta fines del siglo XII, consta de diferentes memorias auténticas. Una de ellas es la escritura de concordia celebrada por el rey de Navarra D. García Ramírez con el Obispo y canónigos de la iglesia de Tarazona, en 1135, donde se dice que reinaba en Pamplona, Alava, Vizcaya, y en Ipúzcoa. Otra es el instrumento de cierta donación hecha por el mismo monarca a Santa María de Irache en 1147, en cuya conclusión supone también reinar, entre otras comarcas, en lpúzcoa. Lo es igualmente la escritura de otra donación que el rey D. Sancho el Sabio de Navarra hizo, en 1150, a la iglesia catedral de Pamplona, en cuya data expresa reinaba en Navarra, en lpúzcoa, etc. Si en la carta-puebla, que el mismo monarca dio en 1181 a Vitoria, aparece el nombre de Guipúzcoa, no así en los Fueros que otorgó el siguiente año a la villa de Antoñana, donde todavía figuraba el de Ipúzcoa fueros, entre cuyos confirmadores se halla D. Diego López, dominando in Alava et in Ipúzcoa. Con posterioridad se usa en cuantos documentos he leído la denominación de Guipúzcoa, y solamente en la Crónica general de España, al hablar de los sucesos del año de 1200, se dice que D. Alonso VIII retuvo para sí toda Alava y Lepúzcoa; semejante nombre debe /201/ considerarse como un error de los copiantes, y no usual en el lenguaje común, puesto que no se encuentra en ninguna otra parte. De él usó, sin embargo, el forjador de la supuesta escritura de anexión de esta provinc1a la Corona de Castilla en 1200, como se dirá en otro lugar.

No es mejor conocida la etimología del nombre de Guipúzcoa dado a esta provincia, según declara el título 1º de la recopilación de sus Fueros y Ordenanzas. Así es que Esteban de Garibay dice que no está entendida la causa de donde le pudo resultar este nombre, aunque no carece de misterio, según él mismo, el que esta provincia y la vecina de Guiena en Francia tengan en sus voces un mismo principio. Oihenart, al paso que también confiesa la oscuridad de esta denominación, forma la conjetura de que pudo haberse derivado de los Vibiscos, pueblos de la Aquitanla, cerca de Burdeos, poco distantes, dice ,de Guipúzcoa. El 1º Gabriel de Henao se declara igualmente en el caso de no poder ilustrar este punto, y rebate la conjetura precedentemente indicada de Oihenart, con respecto a la procedencia de aquel nombre. Larramendi, en el prólogo del Diccionario trilingüe, manifiesta también que el nombre de esta provincia no se halla el significado, sea de Guipúzcoa, Lepúzcoa, Ipúzcoa o de Púsico. Solamente en el Diccionario-geográfico-histórico de la España antigua. publicado por D. Miguel Cortés y López, se intenta explicar la etimología, que no la considero enteramente segura, aunque tampoco niego su exactitud. Redúcese a decir que del río Lezo, llamado antiguamente Púsico, de la voz hebrea Pasach o Pasaje, y después por los árabes Sui-Pasach, tomó su nombre la provincia de Guipaschoa o  Guipúzcoa.

/202/ Aunque tampoco Consta con la debida claridad cuál era la extensión que tenía esta provincia en los siglos X y XI, sin embargo, hay antecedentes bastantes para creer que estaba reducida al trecho intermedio entre el río Deva por su boca Y la canal de Pasajes. Siendo exacta semejante conjetura, podemos decir que correspondía a la porción de la antigua Vardulia de su territorio. El documento más antiguo que hace esta indicación es el antes citado instrumento del privilegio de votos del  Conde Fernán González; cuya autenticidad, por más dudosa que sea, al menos la gran antigüedad de su confección no es controvertible. Ahí, pues, so expresa los que los pueblos sujetos a su principado debían contribuir a  San Millán, expresando que «toda Guipúzcoa, esto es, desde Deva hasta San Sebastián de Hernani,» y toda la tierra que hay desde los confines de Alava hasta la costa marítima, debían dar un buey por cada alfoz. De ipsa Deva, dice, usque ad Sanctum Sebastianum de Hernani, id est tota Ipúzcoa, et a finibus Alavae usque ad ora maris, quidquid infra est, de unaquaque alfoce singulos boves. Se confirma el indicado límite occidental de esta provincia por medio de la donación que el rey D. A1onso el VI de Castilla hizo en 1081 al monasterio de San Millán de la Cogulla de la iglesia de San Andrés de Astigarribia, con expresión de que se hallaba sita entre Vizcaya y Guipúzcoa.

Garibay hace mención de otra escritura de donación que el mismo monarca hizo a San Millán de la propia iglesia de Astigarribia, indicando hallarse en el confín de Vizcaya. Yo no he podido encontrar semejante documento, y como por otra se supone contenía el mismo asunto que el que acabo de explicar, de fecha tan inmediata, me parece/203/ habría alguna equivocación respecto de ésta en aquel historiador. Pero, sea lo que fuere de esto, lo cierto es que Astigarribia se halla a orillas de río Deva; y dedúcese con claridad que el límite occidental de Guipúzcoa solo se extendía hasta el curso inferior del mismo. Que Mondragón era el último pueblo de ella por esta parte, y por consiguiente, que el valle de Léniz y villa de Salinas no pertenecían a esta provincia, se ve igual mente de un privilegio librado por D. Alonso XI a 1º de Abril de 1326.Allí se dice que aquella villa estaba cercada de pueblos de otros señoríos, que no eran de su corona real, o sea que confinaba con ellos. Esto mismo consta  de las ordenanzas de la hermandad ,de los años de 1457 y 1463; y en efecto, es indudable que la villa de Salinas se agregó a esta provincia en 1496, y dicho valle en 1497, como se explicará más adelante.

Para fijar el límite oriental de esta provincia en la canal del puerto de Pasajes, no se tiene más comprobante que el indicado del privilegio de votos; y como por otra parte, no hay dato que lo contradiga, parece que debe atenerse a semejante asignación. En esta suposición quedarán excluidos, de la primitiva Guipúzcoa los pueblos de Fuenterrabía, Irún, Oyárzun, Rentería, Lezo y el Pasaje de la banda oriental, como dependientes del antiguo Reino de Navarra; Por lo que hace a la, extensión de Mediodía a Norte, no parece que esta provincia haya tenido desde lo antiguo ninguna alteración notable respecto de su estado actual. Ayuda a formar este concepto la demarcación natural que ofrecen las vertientes de las aguas que dividen esta provincia de las de Navarra y Alava, con respecto a lo primero, y el mar Océano cantábrico, por lo relativo a lo segundo. Solamente la /204/ villa de Oñate, y el valle de Léniz con Salinas estuvieron exceptuados de esta división natural; división que después se ha regularizado con la anexión de la primera el año de 1845, como sucedió antes con el segundo, según queda indicado.

Guipúzcoa en su origen no era conocida con el nombre de provincia, sino con el de tierra o merindad alternativamente. Esta verdad se comprueba con el contexto de diferentes cartas-pueblas de las villas de esta provincia, en las cuales se le dan las expresadas dos denominaciones, o sea, en unas, de tierra, en otras, de merindad. Usábanse ellas todavía a fines del siglo XIV, según se ve de la Real Cédula de comisión conferida en 1397 al Doctor Gonzalo Moro, para hacer la reforma de las ordenanzas de la hermandad; así que de la acta celebrada a su virtud en la villa de Guetaria por la provincia reunida en Junta general en el mismo año, que se hallan insertas en la recopilación foral. Sin embargo, se ve que para  mediados del siglo inmediato se titulaba Provincia, como resulta de varios documentos, y también del cuaderno de Ordenanzas del año de 1453, cuyo encabezamiento y pie se ponen en la misma compilación. Otro tanto sucede en época posterior, en que ya no se encuentran las antiguas denominaciones de tierra ni de Merindad, solo sí la de provincia. A semejante cambio sin duda, por una parte, la desaparición de los Antiguos merinos mayores, cuya autoridad debió dar el nombre, y el establecimiento de la hermandad con gobierno propio y regular, por otra.